Revolución #158, 8 de marzo de 2009
La Fiebre — Una obra de teatro para nuestros tiempos
Acto para recaudar fondos para Libros Revolución
¡Fue una velada muy agradable y estimulante! Los que presenciaron la fascinante interpretación de David Shapiro en la obra de teatro La Fiebre, escrita por Wallace Shawn, en beneficio de Libros Revolución de Chicago, se quedaron profundamente conmovidos y animados. Las 75 personas en asistencia en esa noche de enero de un frío tan bárbaro experimentaron una apasionante presentación de una obra altamente oportuna y significativa. El Teatro Chopin, donde se llevó a cabo el evento, es un teatro importante y popular en el barrio Wicker Park que es conocido por las creativas y despertadoras obras de teatro que allí se presentan, incluyendo a menudo obras con artistas y temas internacionales. El Teatro Chopin, tildado “encantadoramente fonqui” recientemente en el New York Times, fue un excelente sitio para llevarse a cabo tanto la presentación como la recepción.
En la audiencia se encontraron asistentes al Teatro Chopin, aficionados de Wallace Shawn y simpatizantes de la librería. Al terminar la presentación nos bajamos por la escalera para ir a la recepción en donde pudimos conocer en persona a David Shapiro y a todos los demás en la audiencia al igual que el personal de Libros Revolución. Como corresponde a una obra artística compleja y matizada, la presentación provocó muchos y varios sentimientos e ideas. Una mujer nos dijo más tarde que se quedó tan trastornada que esa noche no pudo conciliar el sueño. Otra conversación después de la presentación inició así: “De veras me relaciono con los sentimientos (del personaje de la obra)”. Su amiga le respondió: “Yo no”.
Uno de los espectadores escribió una carta a la librería acerca de este “notable monólogo teatral” de esta manera: “El personaje único que se encuentra en La Fiebre nos hace recordar que no estamos solitos en este mundo a pesar de los muchos grados de separación entre todos nosotros … ¿Dónde conseguimos nuestros zapatos? ¿Quién fue aquel niño que cosió la etiqueta en nuestra ropa interior? ¿Quién corta nuestro zacate, lava nuestros trastes, pizca nuestra fruta y verdura o prepara nuestra comida en restaurantes de lujo? ¿Por qué tantas personas trabajan tan duro y ganan tan poquito, y por qué a nadie le importa un carajo? Nosotros de las clases medias y altas de la humanidad tenemos la tendencia a olvidar que las comodidades de este mundo que todos disfrutamos no aparecen por arte de magia por sí mismas, sino que son fabricadas y provistas a través de una fluida y casi invisible red de relaciones productivas que en mayor parte desconocemos”.
Otra espectadora se acordó de manifestaciones contra las maquiladoras que explotan a los obreros que ocurrieron cuando ella era estudiante de la universidad en Taiwán y relató una polémica alrededor de unos estudiantes que llevaban puestos pantalones de mezclilla de marca durante las manifestaciones. Dijo que, con el paso de los años (ya tiene casi treinta años), piensa menos en las causas más grandes y más en las soluciones inmediatas. Propuso que aunque el capitalismo global entrelaza la humanidad a través de la explotación, abriga la esperanza de que por el sufrimiento de hoy el mercado capitalista a la larga conduzca a un nivel de vida más alto y una vida mejor para todo el mundo. De ahí surgió una conversación sobre la naturaleza humana y la historia del socialismo, cuestiones que figuran fuertemente en su perspectiva.
Otro tema de conversación se trataba de la culpabilidad. El sitio electrónico Chicago Time Out anunció el evento describiéndolo como “Culpabilidad primermundista desde una librería maoísta”, haciéndose eco del New York Times que caracterizó La Fiebre como un vehículo de Wallace Shawn para la “culpabilidad liberal” cuando la obra fue presentada por primera vez hace 20 años. Había varias perspectivas sobre la cuestión de la culpabilidad y se hizo claro que este concepto se volvió en un portal para discutir cuestiones de ¿cómo están entrelazadas las personas en su vida por todo el mundo? ¿cómo se conecta el sufrimiento de una persona con la opulencia de otra persona? ¿y qué tiene todo esto que ver con cuestiones de la moral y la responsabilidad?
Uno de los espectadores describió el contenido de la obra como la culpabilidad religiosa en que el nacer en el privilegio de la clase media es equivalente al pecado original. En esta conversación surgieron inquietudes muy terrenales a medida que esta persona iba relatando un dilema en la obra con respecto a cuánto se debe dar como limosna a un pordiosero, y además, ¿por qué una persona es pordiosera y otra persona vive en la opulencia en primer lugar?
Además de la presentación de David Shapiro, La Fiebre también está a la venta en forma de libro, de audio por Wallace Shawn y como película HBO protagonizada por Vanessa Redgrave en DVD. ¡Léela, escúchela, discútela y disemínela! Como señaló la persona que escribió la carta a Libros Revolución: “La Fiebre representa de manera dramática la importancia de pensar en voz alta sobre cuestiones de la justicia social existentes en un mundo alienado por el consumismo y estratificado por la explotación”.
Esta función benéfica tuvo lugar seis días después de la toma de posesión de Barack Obama cuando éste declaró ante el mundo: “No vamos a pedir disculpas por nuestro modo de vida”. Así inició esta oración singular que terminó con las palabras: “y los venceremos a ustedes”. La Fiebre de Wallace Shawn explora de una manera dramática algunas de las suposiciones éticas y políticas en este respecto.
En un mensaje de bienvenida y para recaudar fondos, un miembro del personal de Libros Revolución hizo un reto a que el público “dejara de pensar como estadounidenses y empiece a pensar acerca de la humanidad” y habló del papel que desempeña Libros Revolución en la construcción de un vibrante movimiento revolucionario que entabla todas las grandes cuestiones ante la humanidad. Este memorable acto cultural recaudó fondos vitales para Libros Revolución.
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