Revolución #160, 29 de marzo de 2009
Una carta abierta a los comunistas revolucionarios y a todos que piensan seriamente acerca de la revolución:
Sobre el rol y la importancia de Bob Avakian
Lo siguiente fue escrito por alguien que ha estado participando activamente en el movimiento comunista desde finales de los años 60 y ha estudiado y seguido de cerca la experiencia de este movimiento en el mundo e históricamente.
Por medio de esta carta espero contribuir de alguna forma a la discusión actual sobre el rol y la importancia del presidente Bob Avakian en la lucha por un mundo comunista.
La manera en que uno valora el rol que ha jugado Bob Avakian en el movimiento revolucionario de Estados Unidos y en el mundo durante los últimos 40 años, en el análisis final, en sí ha constituido una cuestión de la manera en que uno ve la propia revolución comunista: está uno a favor o en contra de ella. No se trata de convertir esto en un absoluto ni de dar a entender que en cualquier momento particular se oponen a la revolución comunista de manera consciente todas las personas que no tienen claridad sobre el rol que Bob Avakian ha estado jugando y está jugando: tal punto de vista mecánico sería tanto incorrecto como dañino. El conocimiento y el entendimiento están en movimiento, se desarrollan (tal como lo ha hecho el rol que Bob Avakian está jugando). Por eso se trata de “en el análisis final”. A la vez y cómo la experiencia concreta repetidamente ha demostrado, eso es objetivamente cierto y tarde o temprano la verdad también se impondrá en el entendimiento subjetivo de alguien.
La primera vez que supe de Bob Avakian, estudiaba en los EE.UU. a fines de los años sesenta y empezaba a participar en la política revolucionaria. Mi introducción vino de dos fuentes. La primera era por medio de Red Papers (Cuadernos Rojos) 1 y 2, que eran los documentos fundamentales de la Unión Revolucionaria (UR), el grupo precursor del Partido Comunista Revolucionario Comunista, Estados Unidos (PCR, EU). Unas personas en la universidad a que asistía habían estado en contacto con la UR y circulaban los Red Papers como contribuciones importantes a entender cómo una revolución de la clase obrera podría ser posible en los EE.UU. La gente ya comenzaba a hablar de Avakian como uno de los principales líderes de la UR y autores de los Red Papers.
Empecé a leer los Red Papers y me impresionó mucho la manera sistemática y seria en que se presentaba su análisis. Esto no es realmente lo mismo que entender este análisis de una manera más profunda, pero como indiqué antes: el conocimiento se desarrolla. Eso fue un comienzo.
Mi segunda vía de introducción a Avakian vino en la forma de dos películas documentales hechas por un grupo llamado Newsreel, las que estaban circulando en ese tiempo. Una se llamaba “Primero de Mayo (Pantera Negra)” y trataba un mitin del Primero de Mayo en San Francisco organizado por el Partido Pantera Negra en (si no me equivoco) 1969. La otra película se llamaba “La huelga de los trabajadores del petróleo de Richmond” y trataba una huelga organizada por los trabajadores en una refinería de la empresa Standard Oil en Richmond (California) y mostró cómo los revolucionarios se habían unido con estos trabajadores y los habían apoyado. Bob Avakian sale en ambas películas. Su presencia, específicamente en el mitin de los Panteras Negras, me impresionó mucho.
Como muchos saben, en ese tiempo los Panteras eran un componente importante de la vanguardia del movimiento revolucionario en los EE.UU. Su posición revolucionaria consecuente contra el imperialismo de los EE.UU. y en las narices de la represión más fiera y asesina fue un elemento importante del panorama político en esos días. Yo había oído que Avakian y la UR trabajaban en estrecha colaboración con los Panteras. Pero oír de todo eso fue una cosa; verlo en una película fue algo completamente diferente. Ahí estaba Avakian en el escenario con un Libro Rojo en la mano diciendo: “Déjenme decirle una cosa a la gente blanca en el público…” y luego subrayó con mucha fuerza que, si bien el Partido Pantera Negra había tomado una postura firme de que la gente blanca no era el enemigo, que no se debía interpretado eso como que la gente blanca no tuviera ninguna responsabilidad de tomar parte firmemente en la lucha contra la opresión del pueblo negro y contra el sistema imperialista en conjunto. Me acuerdo que me decía: “Vaya, este tipo puede explicarlo muy bien”.
Estando yo lleno de entusiasmo así como un poco influenciable, todo eso bastó para convencerme de que Bob Avakian iba a ser un líder importante en alguna revolución que tuviera lugar dentro los EE.UU. En retrospectiva obviamente eso fue una conjetura y no una valoración basada en la ciencia: una conjetura bienintencionada, pero no obstante una conjetura. No hay nadie que pudiera haber predicho con tanta certeza que eso hubiera resultado, no solamente con respecto a los EE.UU.
A medida que se desarrollaba la situación y se vislumbraban los puntos de viraje importantes de ese período, Avakian efectivamente jugó un papel dirigente en el desarrollo del camino hacia adelante y de “ir en contra de la corriente” de enfrentarse y derrotar a las ideas y tendencias incorrectas que hubieran llevado las cosas en los EE.UU. por un camino equivocado u otro. Describe estas luchas de una manera muy viva y hasta poderosa en su autobiografía From Ike to Mao and Beyond, My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist.
En esos días las ideas como nacionalismo, aventurerismo, etc., tuvieron una influencia grande sobre la gente con inclinaciones revolucionarias porque no se habían definido ni resuelto muchas cuestiones muy fundamentales1 . La gente que promovía estas líneas incorrectas muchas veces hizo ataques personales a Avakian en lugar de tratar las cuestiones de principios en los debates. Por eso lo que está saliendo hoy de unos círculos no tiene nada de nuevo. Aprender a distinguir esos ataques sin escrúpulos y tratar las cuestiones principales de línea política constituía una preparación importante para las batallas en el futuro. La línea que Bob Avakian dirigió a formular y propagar, el método que usó para hacerlo y el hecho de que nunca titubeara de cara a esos ataques, jugaron un papel crucial en esta formación.
Aun en estos años de formación, dadas todas las distracciones y los callejones sin salida que fue necesario torear con éxito para poder avanzar por una vía básicamente correcta, ¿qué hubiera pasado si Bob Avakian no hubiera jugado el papel que de hecho jugó? ¿Es imaginable que siquiera se hubiera formado el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos (PCR, EU) en primer lugar? Y si se hubiera hecho eso, ¿qué tipo de partido hubiera sido? Sin el rol de Avakian, ¿qué, si es que hubiera algo, se hubiera consolidado dentro de los EE.UU. en el gran auge de lucha revolucionaria que recorría el mundo en los años sesenta y comienzos de los setenta?2
Cuando el golpe de estado tuvo lugar en China, la situación dio un salto… cobró aún más urgencia una de las “grandes necesidades” sobre las que el PCR ha escrito en documentos recientes. En ese momento inmediato no estaba tan claro hasta qué grado eso fue cierto, aunque objetivamente fue verdad. Como cuenta en su autobiografía, Avakian escribió el documento “Los revisionistas son revisionistas y no debemos apoyarlos; los revolucionarios son revolucionarios y debemos apoyarlos”. Este documento puso al descubierto la línea revisionista que había tomado el poder después de la muerte de Mao y defendió la línea de Mao y de la Banda de los Cuatro3 . Constituyó la base para unir a la gente para derrotar a la facción menchevique revisionista pro-Deng en la reunión del Comité Central que tuvo lugar para tomar una decisión sobre qué posición el PCR adoptara sobre lo que pasó en China4 . Que yo sepa —desafortunadamente— ningún otro partido u organización maoísta en el mundo logró redactar tal documento.
Cuando uno lee acerca de esto en la autobiografía de Avakian, lo que verdaderamente sale a relucir es cuán profundamente entendía él el hecho de que la cuestión de evaluar correctamente el golpe de estado fue, como él mismo lo describe, una “cuestión cardinal” sobre la que “no se podía transigir”. Valorar correctamente y ganar la lucha en la reunión del Comité Central acerca de esta cuestión fue crucial no solo para mantener al PCR en un camino revolucionario sino también abrir la trayectoria general de desarrollo que le siguió.
Todas las fuerzas maoístas que hicieron una valoración equivocada de esta cuestión rápidamente se convirtieron en revisionistas. Casi todos los que pensaban que pudieran quedarse de brazos cruzados o que sentían que fuera demasiado complicado o estuviera en un país muy lejos como para conocer la situación, siguen padeciendo —si es que aún existen y no han corregido este error— el pensamiento agnóstico y pragmático que propició tal posición. Además, a muchos de los que asumieron una posición básicamente correcta acerca del golpe de estado, pero no fundamentaron esta valoración en un análisis profundo tal como Avakian hizo, les costaron grandes dificultades no solo captar los grandes avances de Mao en el análisis del carácter contradictorio del socialismo como una sociedad revolucionaria de transición sino también tener un enfoque científico hacia la ciencia de la revolución en general.
¿Qué hubiera pasado si Avakian no hubiera captado esta cuestión de la manera en que lo hizo, incluido entender y tener la orientación de que éste fue un asunto de vida o muerte que requería no echarse para atrás?
En ese entonces Avakian también escribió Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung. Para los que no están familiarizados con esta obra, es una obra importante que sintetiza las contribuciones cualitativas de Mao a la ciencia de la revolución. Aunque ha habido más avances desde entonces, si uno estudia esta obra, verá que Avakian no se queda contento con una mera discusión de lo que Mao decía sobre los asuntos importantes que trata el libro. Cuando de Bob Avakian y cuestiones importantes de principio político se trata, jamás ha habido ni dejo de superficialidad o como él mismo dice en su autobiografía: “Cuando me meto en algo, me gusta meterme profundamente…” (p. 248). (A propósito, esto es algo que a la vez ha frustrado y enfurecido a los que se le han opuesto durante todos estos años.)5
En cada capítulo de Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung, Avakian empieza primero con un resumen del pensamiento de Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre estos temas y luego explica cómo Mao había desarrollado cualitativamente el entendimiento comunista sobre cada tema. En el último capítulo Avakian, como le es típico, trata a Mao de manera dialéctica y empieza una discusión inicial sobre algunos de los puntos débiles de Mao. En otras palabras, trata todo esto de un modo omnímodo y profundo. Queda claro que no solo se había empapado a fondo en Mao sino en el marxismo-leninismo en general. Como resultado, su obra constituyó el esfuerzo más avanzado de este tipo en cualquier lugar y sentó la base teórica para defender las contribuciones de Mao y la experiencia revolucionaria de China así como un punto de partida para profundizar más el entendimiento de estas contribuciones (sus aspectos positivos así como negativos)6 .
Si él no pudiera haber hecho todo eso, ¿qué análisis existiera en el mundo hoy en cuanto a los avances cualitativos de Mao en nuestra ciencia revolucionaria y la experiencia del socialismo en China en general? Recordemos que en ese tiempo no solo emanaba el revisionismo de China sino también pesaba el dogmato-revisionismo de Albania que decía que Mao nunca había sido un comunista y China nunca había sido socialista. Por ridículo que eso parezca hoy, en ese momento esta línea ejercía mucha influencia entre las fuerzas anteriormente maoístas del mundo. Sin la dirección de Avakian, ¿qué le hubiera pasado al PCR, EU, en términos de seguir en el camino revolucionario? Recordemos que ningún otro partido en un país imperialista logró sobrevivir como un partido revolucionario después del golpe de estado en China: ni uno solo — y había muchos, entre ellos, una buena cantidad que fueron mucho más grandes y más influyentes que el PCR en ese entonces7 .
En conexión con esta lucha, como el PCR ha documentado, también se dio el redescubrimiento, por así decirlo, de ¿Qué hacer?, de Lenin. Aunque al comienzo este “redescubrimiento” aún se combinaba con la influencia del economismo y que hoy se está resumiendo que durante las últimas dos décadas surgieron nuevos problemas al respecto, ¿qué hubiera resultado si este redescubrimiento inicial no se hubiera hecho en ese momento? ¿Siquiera hubiera sido posible llegar al entendimiento actual del “quéhacerismo enriquecido”?
Después de esta fase, Avakian seguía dando pasos hacia delante — por no decir algo más fuerte. Recuerdo cuando ¿Conquistar el mundo? El deber y destino del proletariado internacional apareció. En la “Discusión con unos camaradas sobre epistemología”, se refiere a esta obra como el comienzo de una “ruptura epistemológica”8 . Estoy totalmente de acuerdo con eso. Para algunos, el análisis y la síntesis que hace en ese documento —el enfoque metodológico así como las conclusiones políticas— fueron como un relámpago; otros le tuvieron menos entusiasmo (por no decir más). Los que tuvieron “menos entusiasmo” vieron el documento como una especie de herejía ya que criticaba una buena parte del pensamiento dominante desde hace mucho arraigado dentro del movimiento comunista internacional acerca de las cuestiones que trata. De nuevo, Avakian estaba yendo contra una marea muy grande aplicando —y desarrollando— el principio de “buscar la verdad” sin importar adónde lleve y a quién pueda ofender.
¿Conquistar el mundo? representó la ráfaga inicial de Avakian de lo que luego llegó a ser un análisis y crítica general del método de la “verdad política”: una enfermedad que históricamente ha afligido tanto a nuestro movimiento. Es verdadera sorprendente el modo en que Avakian defiende firmemente los principios correctos básicos y los auténticos avances, pero que al mismo tiempo rompe con la convención y hace una evaluación verdaderamente crítica y autocrítica de la historia y la práctica de nuestro movimiento hasta ese momento. Sé que para mí todo eso me abrió un panorama completamente nuevo de la historia de nuestra lucha además de qué enfoque teníamos que tener hacia las cosas en general para poder llegar a donde quisiéramos ir.
Entre todas las observaciones profundas que Avakian hace en ¿Conquistar el mundo? —y hay muchas—, el análisis que hace acerca de la revolución proletaria mundial como un proceso mundial integrado único en que la arena internacional es en general lo principal es, a mi parecer, un salto histórico-mundial en nuestro entendimiento de este tema. Pone en un contexto completamente diferente y cualitativamente más científico la cuestión general del internacionalismo proletario, la dialéctica de la defensa y el avance y el enfoque correcto para evaluar los factores que afectan las condiciones para la revolución en el mundo — y en países particulares. Estoy de acuerdo con la estimación del PCR de que este entendimiento tiene una importancia fundamental para la estrategia y las tácticas de los comunistas en el mundo y en todos los países.
Este descubrimiento sentó la base para la conclusión de Avakian de que el socialismo en un país particular en primer lugar debe construirse como una base de apoyo para la revolución mundial. Esta es una ruptura paradigmático fundamental sobre esta cuestión: que abre enormes posibilidades nuevas de libertad para hacer avanzar nuestra lucha en países particulares y en el mundo. Desafortunadamente, una cantidad exageradamente grande de personas —por varias razones— no ha sido capaz ni ha estado dispuesta a hacer suyo este entendimiento. Creo que no exagero al decir que si nuestro movimiento no adoptara y aplicara el enfoque de Avakian hacia esta cuestión, sería imposible llegar al comunismo.
Si Avakian no hubiera seguido adelante y no hubiera seguido haciendo estos grandes avances, ¿qué hubiera pasado a nuestro movimiento en el mundo? ¿Hubiera sido posible sin todo esto la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) y la redacción de su Declaración (con el contenido que tiene)? ¿Y qué dirección hubiera tomado el PCR si este entendimiento no se hubiera desarrollado?
Como ha sucedido, ¿Conquistar el mundo? fue solamente la primera salva en lo que han sido más que 25 años de constante análisis, saltos y avances para evaluar, resumir y sintetizar la experiencia del proyecto comunista: la economía política del imperialismo; la cuestión de la democracia; el colapso del revisionismo; la cuestión de la moral comunista, la ética, etc.; el rol de los intelectuales, el arte y “el asombro y la admiración” más ampliamente; la epistemología y la filosofía en general; la estrategia revolucionaria en los países imperialistas; el papel de la vanguardia; la contradicción entre la dirección y los dirigidos (el núcleo sólido y la elasticidad); y todos los otros avances polifacéticos para entender lo que el carácter del socialismo revolucionario verdaderamente es y cómo mantenerlo en el camino hacia el comunismo; etc.… En resumen, todos los componentes que ahora han surgido como la nueva síntesis de Bob Avakian.
Esta carta no es el lugar (ni soy la persona indicada) para pretender explicar más profundamente todo esto. Pero sí quiero comentar en pocas palabras un aspecto: la cuestión de cómo vamos a “hacer las cosas mejor la próxima vez”. Primero, un factor positivo muy importante en sí es que Avakian ha tratado la evaluación de la experiencia de la primera ola de revolución comunista con esta orientación. Fue absolutamente imprescindible que nosotros libráramos una intensa batalla para defender los grandes avances revolucionarios auténticos y los enormes logros hechos hasta ahora en la lucha por el comunismo — los cuales son muchos. Por otro lado, también ha quedado cada vez más claro con el paso de los años que no basta solamente defender “lo mejor de lo que se había hecho antes”: no basta para contestar de manera profunda y omnímoda a los críticos y a los enemigos de nuestro movimiento y de aún más importancia no basta para poder “hacer las cosas mejor la próxima vez”.
Como se concentra en la formulación “el núcleo sólido con mucha elasticidad”, Avakian ha abierto nuevos caminos en nuestro entendimiento de cómo utilizar correctamente el carácter contradictorio de la sociedad socialista como un motor para hacerla avanzar. A mi parecer, lo que él ha hecho en este respecto es de muchas maneras similar a lo que hizo en ¿Conquistar el mundo?, pero con quizás una importancia aún más trascendental e implicaciones aún más profundas: otro salto paradigmático, esta vez en cuanto a nuestro entendimiento general de la cuestión decisiva vital de la dictadura del proletariado como una transición revolucionaria al comunismo y a nuestro enfoque respectivo9 . Aunque Avakian defiende los grandes avances que se hicieron en la Unión Soviética y a un nivel cualitativamente superior en China, cuando esos países eran socialistas, y retoma las contribuciones teóricas de los quienes lo antecedieron, ha sometido esta experiencia a una evaluación científica omnímoda y rigurosa, con una valoración de las principales críticas de esa experiencia (de amigos y enemigos por igual).
Mediante esta profundización de nuestro entendimiento de la naturaleza, la importancia y el papel de la verdad en la lucha por el comunismo, ha desarrollado el concepto de que desencadenar repetidamente la sociedad entera para descubrir y entender la verdad y sobre esa base transformar la realidad (la sociedad y la naturaleza en general, que incluye el modo de pensar de la gente) a un nivel cada vez más profundo —junto con el avance de la revolución mundial como un todo— es un elemento central para mantener la sociedad socialista en un camino revolucionario. Al elevar nuestro entendimiento del significado de “abarca pero no reemplaza” y al hacer una ruptura fundamental con la “verdad política”, el pragmatismo, el empirismo, el reduccionismo, el instrumentalismo, etc., ha identificado de una manera completamente nueva la base material para el disentimiento en la sociedad socialista y su necesidad y su papel. Este proceso también ha conducido a una nueva concepción de nuestro entendimiento de la contradicción entre el individuo y el estado bajo la dictadura del proletariado10 . En una palabra, después de la derrota que signó el fin de la primera ola de revolución comunista y la respectiva confusión acerca de la posibilidad teórica y práctica de eliminar la sociedad de clases, Avakian ha planteado una visión cualitativamente nueva de un socialismo revolucionario como un sendero hacia un futuro comunista: que es viable así como liberador.
En vista de lo necesarios y urgentes que han sido todos estos avances, es muy difícil tomar en serio a los que dicen que son “innecesarios”, que “en el mejor de los casos son de menor importancia” o “que no tienen nada de nuevo”. Además, debido a que está ubicado como es en Estados Unidos —en el mero corazón estratégico actual del sistema imperialista mundial—, el PCR está en una muy buena posición como para hacer un gran avance que dé una enorme ayuda a la lucha mundial del proletariado internacional para emancipar a sí mismo y a toda la humanidad. Dada la calidad del papel de liderazgo que Avakian ha venido jugando en su partido por casi tres décadas, algo que ha sobresalido de nuevo en todo lo que contiene el nuevo Manifiesto que publicó hace poco el PCR (El comunismo: El comienzo de una nueva etapa) —que incluye especialmente lo que dice sobre el papel que jugó Avakian de llamar a realizar una “Revolución Cultural al interior del PCR” que se llevara a cabo “en medio de una Gran Marcha”: dado todo eso, es extremadamente difícil entender que alguien que participe en serio en la lucha por el comunismo no captara cómo la dirección a continuo del presidente Avakian aumenta enormemente la posibilidad de que se dé una revolución comunista en Estados Unidos durante nuestra vida y por ende cómo el rol que él está jugando es asimismo un factor extremadamente positivo para la revolución mundial como un todo.
Algunos preguntan qué derecho tiene Bob Avakian de decir que ha hecho tal contribución para nuestra ciencia y entendimiento comunista. Después de todo, afirman: “¿Qué ha hecho?” En primer lugar, este enfoque en realidad elude el problema —no se trata de “afirmaciones y contra-afirmaciones”. Chequee y evalúe la nueva síntesis. Ahí está el quid del asunto y la respuesta de este “problema”. Además, dejando de lado el hecho de que Bob Avakian está lejos de estar solo en hacer esta evaluación de sus contribuciones y sin repetir todo lo que ya se ha escrito en esta carta en términos de “qué ha hecho Bob Avakian”, la línea de argumentación de “qué ha hecho él” tiene problemas metodológicos fundamentales.
Se ha tratado en otros lugares el ejemplo de Marx y el enfoque que aplicó para obtener un entendimiento científico del funcionamiento de la sociedad humana y la naturaleza como un todo11 . Pero en pocas palabras, los grandes avances de Marx en esta área se basaron en su participación activa —y en su papel de dirección— en el movimiento comunista de su tiempo así como en los años de estudio y evaluación de un extenso conjunto de datos que abarcaba el mundo entero y la historia de la sociedad humana, además de su interacción crítica con una amplia gama de otros pensadores y análisis. Mediante el desarrollo y luego la aplicación del método del materialismo dialéctico para procesar los datos empíricos a su disposición —y mediante la aplicación de sus amplios conocimientos de la naturaleza y la sociedad humana junto con su enorme capacidad de pensamiento creativo—, Marx (junto con Engels) logró descubrir y sintetizar las leyes básicas de la naturaleza y la sociedad: el marxismo. Todo eso abarcó un entendimiento científico del funcionamiento interno del modo de producción capitalista además de la necesidad y la posibilidad de llegar al comunismo. Hoy su obra sigue siendo la piedra angular del comunismo científico.
Como otros también han señalado, lo que Bob Avakian ha hecho en los últimos 30 años y más es muy similar a eso. Primero, como presidente del PCR ha seguido dando una dirección global a su partido para llevar a cabo el trabajo y la lucha revolucionarios en Estados Unidos, además de jugar un papel dirigente en nuestro movimiento en el mundo. Al mismo tiempo y como dije anteriormente, se ha empapado profundamente en la experiencia histórica de nuestro movimiento; el marco teórico que ha guiado esa experiencia; las críticas y las evaluaciones de la experiencia del socialismo provenientes de todas partes; los debates y las conversaciones filosóficos, éticos y políticos de nuestros tiempos; y los nuevos sucesos y retos que han surgido en el curso de las últimas tres décadas. El producto acumulativo de su obra durante ese período es un nuevo entendimiento de nuestra ciencia revolucionaria que “…abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas…” (Avakian, Hacer la revolución y emancipar a la humanidad). Esto es el proceso y la dinámica por medio de los cuales el extenso “conjunto de la obra” de Bob Avakian ha surgido.
Al igual que Marx no pudiera haber escrito El capital yendo a trabajar en una fábrica, sería una idea igualmente despistada insistir que Avakian no pudiera haber desarrollado una nueva síntesis porque no participaba personalmente en cada lucha importante de nuestro movimiento durante los últimos 40 años. Tal cosa no es posible e insinuar que es una condición previa para dar un salto a la “etapa del conocimiento racional” (como Mao dice en Sobre la práctica) es apartarse en lo fundamental del método marxista. En última instancia, como nunca se puede cumplir esa condición, significaría que no es posible ningún avance omnímodo cualitativo más en el desarrollo de nuestra ciencia.
Algunos de los que plantean estos argumentos de “qué ha hecho él” dicen o dan a entender que para hacer los avances teóricos que Avakian ha hecho, primero uno tiene que haber dirigido una triunfante toma del poder — o al menos una guerra revolucionaria importante. Pero una vez más ese argumento es solo otra expresión de pragmatismo y empirismo (unidos en ciertos casos con una buena dosis del nacionalismo). Si se aplicaran esos mismos criterios a Marx y Engels, ¿no tendríamos que concluir que ellos no fueron sino unos habladores sabelotodos? Sí, andaban en la calle cuando eran jóvenes, pero también lo hacía Bob Avakian. No obstante, como los demás líderes comunistas, la dirección política que dieron y sus contribuciones teóricas se basaron sobre todo en conocimientos indirectos y no en la experiencia personal directa. No dirigieron ninguna guerra revolucionaria y nunca conocieron una sociedad socialista. Ni siquiera estuvieron presentes personalmente cuando nació la Comuna de París, la primera y única toma revolucionaria del poder durante su vida. Aunque no participaron directamente en ese suceso, eso no impidió que creyeran que pudieran resumirlo y sacarle lecciones teóricas y políticas decisivas de este suceso fugaz pero no obstante trascendental.
Quizás de aún más importancia, si se siguieran los enfoques incorrectos descritos aquí, estos tendrían dos consecuencias graves — e interrelacionadas. Primero, no se llevaría a cabo la tarea de evaluar críticamente la primera ola de revolución comunista que se plantea objetivamente, de identificar a partir de esa enorme reserva de experiencia los avances en teoría y en práctica que se debe defender y desarrollar, así como los errores y las deficiencias y sus causas, de modo que sea posible “hacer las cosas mejor la próxima vez”. Segundo, sin realizar esa tarea en algún momento y dadas las debilidades de la “primera ola” y todos los cambios que han ocurrido en el mundo desde la última vez que el proletariado tuvo el poder estatal, posiblemente no hubiera ocurrido ninguna otra revolución triunfante dirigida por comunistas o, si eso hubiera ocurrido, lo más probable sería que no se guiaría con el entendimiento necesario —y posible— para mantenerse en un camino revolucionario por un período sustancial de tiempo.
Quizás el enfoque de “quién es él” y “qué ha hecho él” tenga alguna validez en el planeta del “agnosticismo, pragmatismo y empirismo”; pero aquí en la Tierra la metodología que Avakian ha aplicado para enfrentar y transformar la necesidad que nuestro movimiento ha enfrentado respecto a analizar y entender la experiencia de la primera ola de revolución comunista y los sucesos desde entonces corresponde exactamente al método y enfoque científico que Marx y Engels desarrollaron y aplicaron primero. Al hacer todo eso Avakian ha establecido un criterio muy elevado manteniendo un enfoque de muchísimos principios hacia toda investigación, discusión, debate y lucha — lo que incluye un gran respeto para las contribuciones y opiniones de otros. Los resultados son mucho más que excelentes… son verdaderamente trascendentales e innovadores.
En cuanto a las afirmaciones del “culto a la personalidad” que se han planteado, hay un par de puntos que recalcar. Primero, esto se trata de la necesidad y el papel de la dirección, no de “cultos”. La necesidad de dirección no es algo que los comunistas imponen sobre la realidad; al contrario, surge en lo fundamental de las contradicciones y las condiciones fundamentales de la sociedad de clases y el proceso por el que se desarrolla el conocimiento racional.
Hay dos preguntas básicas que es necesario tratar: 1. ¿Representa la nueva síntesis de Bob Avakian un gran avance en nuestra ciencia en la forma en que se plantea: sí o no? Aunque uno conteste que “no”, tiene que tomarla en cuenta y explicar por qué no lo es… no se puede simplemente hacer esa afirmación con un(os) argumento(s) no materialista(s) o aun estrecho(s) y mezquino(s). (Si uno asume un enfoque serio y sistemático y todavía no está convencido, pues al menos los argumentos contribuirán al entendimiento de todos.) 2. Si uno contesta que “sí”, pues ¿no le presentará con la necesidad de ayudar a dar a conocer la nueva síntesis y su autor lo más ampliamente que sea posible en toda la sociedad… si es cierto que Bob Avakian está jugando el papel que se ha mencionado, pues no existe una necesidad crucial de hacer que la gente de todas partes esté consciente de esto y de todas las dimensiones de lo que significa para nuestra lucha, sus acciones, etc.?
Nadie está hablando de aceptar a ciegas la nueva síntesis sino de debatir y discutir de manera crítica, de lucha de principios y entendimiento consciente… todo eso no tiene nada que ver con “cultos” ni superstición de ningún tipo, ni la promoción de ningún tipo de líder infalible y sabelotodo que está por encima de toda crítica. De hecho, lo que se pide en esta carta es exactamente lo contrario de tales nociones.
En la introducción a Seis piezas fáciles, el físico Richard Feynman describe el “principio de la ciencia” con la frase siguiente: “La prueba de todo conocimiento es el experimento”. “El experimento”, escribe, “es el único juez de la ‘verdad’ científica. Pero”, se pregunta, “¿cuál es la fuente del conocimiento? ¿de dónde proceden las leyes que van a ser puestas a prueba?”12 “El experimento”, responde, puede darnos “sugerencias” acerca de las leyes fundamentales de la naturaleza, pero para llegar a “grandes generalizaciones” —a la teorización de las propias leyes fundamentales—, “también se necesita imaginación”.
Aunque Feynman no fue un materialista dialéctico13 —y que por ende eso pone límites sobre su materialismo— y no veía su obra en el contexto de la lucha por el comunismo ni en conexión con esa lucha, no obstante plantea un punto muy importante; el que es igualmente cierto para el desarrollo de la teoría comunista. Para dar un salto, cualquier clase de teoría científica correcta, que incluye la teoría comunista, debe incorporar una imagen (o una concepción) de lo que todavía no ha surgido (o, en la ciencia, lo que aún no se ha confirmado mediante la experimentación), es decir, debe “‘adelantarse’ a la práctica”.
Los avances teóricos cualitativos en la teoría comunista requieren no solo datos empíricos obtenidos por medio de la lucha revolucionaria y la más amplia gama de otras formas de práctica, sino también un enfoque materialista dialéctico y la aplicación de la imaginación y la visión para procesar y sintetizar esos datos. Bob Avakian ha exhibido repetidamente un manejo profundo del método materialista dialéctico y una “imaginación comunista” de calidad excepcional y alcance estratégico —que se infunde con una combinación de rigor científico, espíritu romántico revolucionario y amor para el pueblo. Él es de esa clase singular de visionarios radicales quienes, al menos hasta ahora, solo han aparecido una o dos veces en una generación — si acaso con tal frecuencia.
Además, estas cualidades y capacidad no cayeron del cielo en una forma acabada. El desarrollo político de Avakian, al igual que el de los demás, es un producto de necesidad y accidente. En él incide mucha contingencia. Allá por el año 1969 no hubo ninguna garantía de que Bob Avakian tomara el camino que ha tomado y lo hiciera avanzar hasta el nivel que lo ha hecho. Hubo muchas personas con orígenes y cualidades similares y que empezaron aproximadamente al mismo tiempo en el mismo camino general, que se han extraviado o se han quedado a la orilla del camino en uno de los numerosos puntos de virajes sobre la marcha. Así que las contribuciones de Bob Avakian no son el producto de algún genio innato, curso predeterminado de acontecimientos inevitable ni de “hacerlo por su cuenta”. Son el producto de un proceso complejo históricamente condicionado que —de acuerdo a muchos factores— pudo haber tenido un gran número de desenlaces mucho menos favorables14 .
En conclusión y si me permiten parafrasear algo: “Déjeme decir una cosa a los comunistas revolucionarios presentes…”
El último punto mencionado arriba debe subrayar cuán excepcional y valioso es nuestro camarada Bob Avakian para nuestra causa y lucha comunes. Es sumamente importante captar y entender eso.
Cuando Mao murió en 1976, era como que el movimiento comunista entero se contuviera la respiración y contemplara qué iba a pasar: no solo en China sino también en relación a qué íbamos a hacer sin el Gran Timonel al frente de nuestras filas. En ese entonces, Bob dijo en un discurso en una reunión conmemorativa a Mao: “Así que cuando preguntan, ¿quiénes serán los continuadores de Mao Tsetung, la clase obrera está lista con la respuesta: Millones y cientos de millones de nosotros seremos los continuadores de Mao Tsetung y continuaremos la causa por la que él luchó, en la que él nos dirigió y a la que él dedicó toda la vida, hasta que por fin se haya alcanzado ese gran objetivo de eliminar la explotación y la opresión y realizar el comunismo”15 .
En esa situación, fue muy importante establecer esa orientación y hacer esa declaración. Y debido a que en última instancia son las masas populares que hacen la historia —quienes, para parafrasear a Avakian otra vez, a la larga deben emanciparse a sí mismas—, también es correcto decir que los millones de masas serán los continuadores de Mao Tsetung. Pero al haber dicho eso y al recordarlo ahora, creo que también debamos reconocer que su declaración fue un poco parcial.
Las masas hacen la historia pero para tener una historia que conduzca a un mundo comunista, necesitan de una dirección: una auténtica dirección comunista, con figuras poco comunes y sobresalientes como Mao Tsetung. Así que la pregunta en ese entonces también fue: ¿qué líder o líderes iban a ponerse a la altura para responder a esa “gran necesidad”? He aquí una dialéctica importante. Sin personas capaces de hacer contribuciones excepcionales al nivel de un Mao Tsetung, es imposible que los demás hagan su máxima contribución y que la humanidad como un todo llegue al día en que ya no habrá ninguna división de trabajo institucionalizada permanente entre líderes y dirigidos16 .
En vista de todo lo que se ha dicho en esta carta, debe quedar claro que a mi parecer no cabe duda de que a lo largo de todas las vueltas, curvas y giros de las últimas tres décadas, Bob Avakian se ha puesto a la altura del reto y se ha ofrecido para jugar ese papel y responder a esa necesidad que existen objetivamente. No solamente ha mantenido el rumbo sino que ha producido un “conjunto de obras” con una nueva síntesis de nuestro entendimiento de la ciencia del comunismo: un nuevo nivel de libertad con el cual podemos interactuar con la necesidad que enfrentamos ahora y transformarla de una manera revolucionaria. Este es un enorme factor positivo para continuar y hacer avanzar la batalla trascendental para un mundo comunista.
Así, por esta y las demás razones descritas arriba, debemos apreciar, defender y celebrar sin reservas al camarada Avakian: con orgullo y osadía dar a conocer su papel y sus contribuciones a las masas populares en todas partes y de tal manera contribuir a convertir su nueva síntesis en una fuerza material para cambiar el mundo. Podemos y debemos declarar que el presidente Bob Avakian es en efecto un ejemplo sobresaliente de lo que significa ser un auténtico tribuno y servidor del pueblo — un verdadero emancipador de la humanidad.
Reciban un saludo comunista muy caluroso y sentido,
Notas
1. Con esto no estoy dando a entender que tales tendencias incorrectas no existan o no tengan influencia hoy, sino que en ese entonces aún había una gran falta de claridad sobre si siquiera se debería evaluar estas cuestiones sobre una base marxista-leninista o con otro enfoque. [regresa]
2. No puedo tratar en esta carta lo que se ha planteado en diferentes documentos publicados por Avakian y el PCR en que se dice que en algunos sentidos, debido a la influencia del economismo, la formación del PCR fue un gran avance así como su “punto más bajo”. Desde luego fue preferible tener un “punto más bajo” desde el cual se pudiera construir algo que no tener “ningún punto” en absoluto. [regresa]
3. La Banda de los Cuatro se refiere a los cuatro camaradas dirigentes más íntimos de Mao durante la Revolución Cultural y en el momento de su muerte. Su arresto estuvo al centro del golpe de estado contrarrevolucionario fraguado por Deng Xiao-ping y los otros revisionistas de China. [regresa]
4. El PCR dio a conocer públicamente los principales documentos de esta lucha en el libro Revolution and Counter-Revolution: The Revisionist Coup in China and the Struggle in the Revolutionary Communist Party, USA (Revolución y contrarrevolución: El golpe de estado revisionista en China y la lucha en el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos) (Chicago: RCP Publications, 1978). [regresa]
5. En Revolution and Counter-Revolution donde aparecen los principales documentos de la dirección del PCR con los de la “camarillade Jarvis y Bergman” (los mencheviques), se halla el texto “China avanza por el camino socialista” (así se titula), en que los mencheviques caracterizan como un “golpe de estado” la reunión del Comité Central en que Avakian logró convencer a una mayoría de los integrantes a que apoyara su posición acerca de China. Además, van al extremo de quejarse del hecho de que se había circulado el ensayo de Avakian entre los altos dirigentes del partido —ellos incluidos— antes de la reunión; como si actuar en forma franca y honrada fuera algo negativo. Luego, discuten por qué no tomaron más medidas “para poner verdaderas barreras en el camino del presidente”. Al tratar de explicar esta “falla” y por qué al final del debate en la reunión del Comité Central votaron de hecho a favor de la posición planteada por Avakian y que solamente después decidieron “rebelarse”, una de las razones que plantean es: “nuestro temor a tener que enfrentar al presidente en una gran batalla frontal…”. ¿Se debió este “temor” que ellos describen a que Avakian pasaba las noches viendo películas de Bruce Lee, como si en caso de que alguien tuviera un desacuerdo con él en una reunión, él pudiera sacar sus chacos japoneses y darles una sonora paliza? ¿O el “temor” de los mencheviques se debió al hecho de que Avakian asume posiciones fundamentadas en análisis sólidos y que está listo y es capaz de presentarlas de manera convincente y defenderlas con tenacidad; pero que de su parte los mencheviques meramente echaban mucho verbo? (Vea Revolution and Counter-Revolution, pp. 143-144). [regresa]
6. Además, en ese entonces se celebraron importantes presentaciones en Nueva York y el Área de San Francisco en que Avakian explicó el curso preciso de acontecimientos que desembocaron en el golpe de estado en China y propició su triunfo. La presentación se editó en un folleto titulado La pérdida en China y el legado revolucionario de Mao Tsetung. [regresa]
7. Permítame añadir aquí, solamente con fines de recalcar el punto, que desde entonces no se ha formado ni un solo partido de peso significativo en un país imperialista. Cabría indagar un poco por qué esto ha ocurrido, qué significa que en lo que hoy es el país imperialista más poderoso del mundo, sí existe un auténtico partido de vanguardia y lo que eso tiene que ver con el rol que Bob Avakian ha desempeñado. [regresa]
8. “Una discusión de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo”, en Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #1262, 19 de diciembre de 2004 y reimpreso en Un Mundo Que Ganar No. 2006/32. [regresa]
9. De lo que se trata aquí no es de tratar de “medir” estas cosas en sus relaciones entre sí, sino del desarrollo del conocimiento y del entendimiento: la dictadura del proletariado de hecho sentó las bases y contribuyó a dirigir la transformación revolucionaria al comunismo. [regresa]
10. Como Avakian explica más en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, este proceso abarca “abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendidas en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la contienda de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la ‘sociedad civil’ independientes del estado — todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses de la revolución proletaria, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de la economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial”. [regresa]
11. Vea por ejemplo: ¿Atascado en el “horrible presente capitalista” o forjar un camino al futuro comunista? Una respuesta a las Nueve cartas de Mike Ely, de un grupo de escritores del PCR, en inglés. [regresa]
12. Richard P. Feynman, Seis piezas fáciles: La física explicada por un genio (Barcelona: Crítica, 2002). Feynman fue un prominente física estadounidense en los años de la post Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 1988. En 1965 recibió el premio Nóbel en la Física por su trabajo en la electrodinámica cuántica. Seis piezas fáciles es una colección de conferencias de introducción a la física que dio originalmente en 1963. El pasaje íntegro se lee: “El principio de la ciencia, casi la definición, es el siguiente: “La prueba de todo conocimiento es el experimento. El experimento es el único juez de la ‘verdad’ científica. Pero ¿cuál es la fuente del conocimiento? ¿de dónde proceden las leyes que van a ser puestas a prueba? El experimento por sí mismo ayuda a producir dichas leyes en el sentido de que nos da sugerencias. Pero también se necesita imaginación para crear grandes generalizaciones a partir de estas sugerencias: conjeturar las maravillosas y simples, pero muy extrañas estructuras que hay debajo de todas ellas y luego experimentar para poner a prueba una vez más si hemos hecho la conjetura correcta” (subrayados en el original, citado en http://aulaciencia.wordpress.com/2007/10/16/premios-nobel/). [regresa]
13. Que yo sepa, Feynman no se consideraba a sí mismo un materialista dialéctico. Pero para hacer los descubrimientos en la mecánica cuántica que él logró, obviamente tuvo que aplicar un enfoque en general materialista a la realidad. Por ejemplo, también hace el siguiente comentario: “Si supusiéramos que debido a un gran cataclismo se destruyera todo el conocimiento científico, y solamente se pudiera legarle una frase a la generación que sobreviviera, ¿cuál expresión encapsularía la mayor información utilizando apenas unas cuantas palabras? La respuesta, me parece, es la hipótesis atómica… que todas las cosas están hechas de átomos, que son pequeñas partículas en movimiento perpetuo que se atraen entre sí cuando están a una distancia muy corta entre la una y la otra, pero que también se repelen al acercarse entre sí mas allá de cierto limite” (citado en diversos portales electrónicos; p. 4 del libro en inglés; subrayado en el original). [regresa]
14. En su autobiografía, Avakian da una rica descripción de la manera en que se compenetran en general la necesidad y el accidente: su niñez en la familia y la enfermedad que pudo haberlo matado; las influencias cultural, sociales y personales iniciales; su despertar a la vida política en Berkeley a comienzos de los años 1960; la experiencia radicalizante de conocer a Huey Newton y Eldridge Cleaver; la influencia que tuvo Leibel Bergman de orillarlo hacia el marxismo-leninismo y el comunismo; la formación de la Unión Revolucionaria y del Partido Comunista Revolucionario; etc.: es un historia fascinante de su vida, de los tiempos y de la influencia que su interacción con la gente y los acontecimientos tuvo en él — y viceversa. [regresa]
15. Citado en Revolution and Counter-Revolution, p. xiii. [regresa]
16. Esta dialéctica también tiene otro aspecto: cuanto más todos contribuyan a la lucha general, más bases habrá para que nuestros líderes sobresalientes también aumentan el nivel de sus contribuciones. [regresa]
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