Revolución #161, 12 de abril de 2009
Londres: Miles chocan con la policía en protestas contra el G20
A principios de abril, el G20 se reunió en Londres. Esta fue una reunión de los jefes de gobierno de las 20 economías más grandes del sistema imperialista mundial. En las calles afuera, se libraron batallas durante tres días entre la policía y miles de personas que habían venido para protestar contra estos buitres capitalistas que explotan a personas alrededor del mundo.
Los manifestantes incluyeron desde anarquistas comprometidos hasta pequeños empresarios, artesanos, amas de casa y estudiantes. Las protestas y campamentos diversos trataron muchas cuestiones cruciales, como la pobreza y el hambre, el calentamiento global, la opresión del pueblo palestino, las guerras en Irak y Afganistán. Pero lo que surgió una y otra vez fue una poderosa sensación de que el sistema capitalista no funciona y una rabia profunda, la que una joven describió como “un fuego en nuestras entrañas” contra los líderes y agentes armados de ese sistema. Pancartas y graffiti anticapitalistas, antigobiernos y antidinero estaban presentes en la amplia gama de actividades.
La policía preparó una maquinaria represiva enorme desde días antes. Duncan Campbell del periódico The Guardian habló del miedo que motiva todo eso: “El escenario pesadillesco, en lo que respecta a la policía, es una repetición de los disturbios contra el impuesto comunitario de capitación en 1990 cuando se perdió el control del centro de Londres”. Entonces, para mantener el poder del estado, la policía desplegó miles de agentes armados con garrotes, gas lacrimógeno y al menos cinco vehículos blindados. Forzaron a los manifestantes a entrar en un sistema de zonas de protesta cerradas con barricadas, una táctica que se conoce como “meter en una tetera”. Miles, incluyendo niños y transeúntes, fueron acorralados por hasta ocho horas, no se les permitió salir ni para tomar agua ni usar el baño, y cuando salieron del corral, revisaron su carné de identificación y les tomaron fotos.
Una vez que la protesta empezó la policía se puso terriblemente brutal, se llevó a muchas personas sangrantes o inconscientes y a un hombre muerto bajo circunstancias que aún no se han esclarecido. La policía alegó que solo persiguió a una “minoría violenta”.
Eso no impidió las manifestaciones que continuaran casi sin interrupción y en muchas partes de la ciudad; varias veces se logró hacer retroceder las arremetidas de la policía y en un momento, los manifestantes sitiaron al Banco de Inglaterra y entraron y saquearon al Banco Real de Escocia. Pero la represión prendió una rabia más amplia. Como Campbell comentó: “¿Significa esto que alguien que quiere ir a una manifestación en el futuro deba estar preparado para estar detenido para ocho horas, fotografiado e identificado? ¿Y cuánto tiempo queda, si tales técnicas continúan o son más refinadas, hasta que las confrontaciones vuelvan más sangrientos? Lo que pasa con las teteras es que tienen la tendencia a hervir”.
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