Revolución #170, 19 de julio de 2009
Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
Teherán, el 9 de julio: “No tuve ni un décimo del valor de las mujeres jóvenes de hoy”
El 13 de julio de 2009. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Los siguientes pasajes son de dos informes de Teherán recibidos por el boletín estudiantil Bazr.
Qué enormidad está asociada con el 18 de Tir (el 9 de julio). Todos están en la calle, jóvenes, grandes y de mediana edad. Esta vez la gente ha aprendido a no reunirse solo en una calle. Hay manifestaciones de masa en siete u ocho lugares centrales de Teherán. No hay ninguna señal de silencio. Todos están gritando una consigna. Algunos gritan “Ala-u Akbar”, pero pronto “Muerte al dictador” y “El dominio del golpe de estado: que dimita, dimita” lo reemplazan. El centro de los enfrentamientos es la intersección de las calles Vali Asr y Enghelab, en el parque Daneshjoo (del Estudiante). Es una multitud concentrada y apretada, y las fuerzas antidisturbios de los Guardianes de la Revolución atacan con gas lacrimógeno y bastones. Las caras están ensangrentadas. La multitud continuamente se baja a la calle desde la acera y luego vuelve. Los coches, como hace dos semanas, siguen pitando (en señal de apoyo). Hay bocinazos continuos. De nuevo los puños están en el aire, junto con el símbolo V por la victoria y la solidaridad. Una ola de gente se está moviendo hacia la Plaza Enghelab y la Universidad de Teherán desde todas las calles principales. Esta vez oímos a la gente cantar una canción que se cantó durante la revolución de 1978-79, pero la palabra “Sha” ha sido reemplazada por “Mahmoud” (Ahmadinejad): “Mahmoud el traidor: deseo que te conviertas en vagabundo/ destruiste a nuestro país/ asesinaste a la juventud de mi país… ¡muerte a ti, muerte a ti!”
El gas lacrimógeno estaba lloviendo sobre la multitud, pero es increíble, parece que todos se han acostumbrado al gas. Nadie parece enfermarse. Solo encienden fogatas. Algunos soplan humo de cigarrillo en los ojos del vecino (para combatir los efectos del gas). Ahora estamos a la esquina del bulevar Keshavarz y la calle Kargar. Los Guardianes Especiales vienen a atacarnos. Gritando consignas, corremos en la dirección contraria. Una multitud apretada que viene desde la calle Fatemi se une con nosotros y de nuevo gritamos: “¡No tengan miedo, no tengan miedo, todos estamos juntos, no tengan miedo!” Todavía no hemos oído nada acerca de las personas baleadas. Tampoco hemos oído nada de eso desde otros lugares.
¡Muchas mujeres, muchas madres en la primera fila! ¡Furiosas e inspiradoras y recién llegadas al escenario! De nuevo nos atacan. Esta vez las fuerzas de “seguridad” no uniformadas están con los atacantes… unos cientos de personas entran en un pasadizo del mercado al lado del parque Laleh, pero no hay salida y están atrapadas. Junto con algunos otros, salto la cerca y el alambre de púas y entro el parque. Vamos hacia Amirabad… que está muy llena de gente. En la esquina donde Neda Agha-Soltan, una mujer joven, fue asesinada por los Basiji mientras estaba parada en un bordillo durante una manifestación, la multitud está gritando, “¡Muerte al dictador!” Un señor grande que dice que tiene 80 años proclama felizmente: “Ya no hay nadie que tiene miedo. Todos han salido a la calle. Ya es hora de que ellos (se refiere al régimen) se larguen. Mira, tantas personas, ¡pero a diferencia de 1978 no hay ulemas entre nosotros! ¡Nos vengaremos la sangre de Neda!” Tiene razón. La gente ha entendido bien la situación. Ha captado la debilidad y la vulnerabilidad del régimen. Nadie teme nada. Todos, jóvenes y grandes, gritan esa consigna, más firme y fuertemente que hace tres semanas. Una familia en un coche que se desplaza lentamente hacia el norte en Amirabad está pitando continuamente. Un hombre joven saca la cabeza por la ventana y le dice a la gente: “¿Todavía quieren continuar su lucha pacíficamente? ¿No ven que tienen fusiles?” Su hermana está gritando: “¡Muerte al dictador!” Yo solo repito la consigna con ellos y levanto el puño…
Vuelvo a casa a escribir este informe. Hoy estará que arde en los techos cuando la gente grita consignas. El número de heridos y detenidos no será pequeño. Ya no se ha anochecido, pero las patrullas junto con los Basiji uniformados se están desplegando por todos lados. ¡Quieren decirle al pueblo que es un “estado de emergencia”! ¡Qué absurdo! ¡Miles y miles de personas intentaron hoy con su poderosa presencia hacer entender al régimen que simplemente no están conformes con la situación! Todavía no tengo noticias de otras ciudades. Pero los acontecimientos del 9 de julio afectarán fuertemente lo que pasa. No hay lugar a duda.
Pasaje de otro informe
…En las calles laterales que salen del bulevar Keshavarz, las llamas estaban creciendo y la consigna “Muerte al dictador” estaba resonando. En medio del camino había varias fuerzas de represión (policías no uniformados, Basiji, Guardianes Especiales, fuerzas vestidas de ropa negra con la cara cubierta de un sombrero grande que la gente llama ranas). Atacaron a la multitud desde varias direcciones con gas lacrimógeno, cañones de agua y bastones… Algunas personas se les enfrentaron, otras se retiraron a las calles laterales mientras gritaban consignas. Dondequiera que quisiéramos ir, bloquearían el camino. Queríamos ir a la calle Kargar, pero nos bloquearon. Queríamos ir a la calle Enghelab; no nos dejaron. Hicieron todo lo posible para dispersar a la multitud pero ésta se reagruparía de nuevo en otro lugar. Cada punto ha sido convertido en una emboscada para las fuerzas enemigas. Podrías ver un sentido de confusión y desorden entre las fuerzas de represión. Parece que no daban crédito.
Había muchas discusiones en la calle. Un hombre de mediana edad habló de la revolución de 1979. Dijo: “Yo fui uno de los hombres intrépidos durante la revolución. Pero puedo decir que no tuve ni un décimo del valor de las mujeres jóvenes de hoy”. Los jóvenes relataban las noticias de las luchas de los últimos días, sobre los detenidos y las manifestaciones en frente de la prisión de Evin y los juzgados.
Una de las discusiones importantes fue si la táctica de la lucha de hoy (el 9 de julio), o sea, reunirse en varios lugares, fuera correcta o no. Algunos decían que no fue correcta porque nuestras fuerzas estaban dispersas. “Nuestras fuerzas hubieran tenido al menos diez veces más gente que esto”. Si pudiéramos habernos reunido en un lugar, pudiéramos haber luchado mucho mejor y les pudiéramos haber dado una lección más fuerte. Otros argumentaron que a pesar del aumento numérico de nuestras fuerzas, todavía luchamos con las manos vacías, sin armas y en una situación desfavorable. Así que la táctica correcta es dispersar a las fuerzas enemigas y combatirlas en grupos pequeños en muchos lugares diferentes.
Otra discusión importante fue sobre cómo castigar a los opresores. Algunos dijeron que si nos armáramos y nuestras fuerzas pudieran estar a la par con las suyas, no deberíamos matarlas sino llevarlas a juicio. Otros dijeron que estamos en guerra y deberíamos matar a los que están en el campo de batalla y juzgar a los demás.
Durante horas fuimos y venimos entre el bulevar Keshavarz y la calle Enghelab y en enfrentamientos con fuerzas de represión. La gente tuvo mucho ánimo y optimismo. La gente tenía plena confianza de que habría más noticias en otros barrios y lugares de la ciudad…
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.
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