Revolución #171, 2 de agosto de 2009


De un lector:

Forjando un movimiento serio por la revolución

Estimado Revolución,

Al asumir y difundir este mensaje, “La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos”, me he enterado de unas experiencias positivas que quiero compartir en las actividades de recaudar fondos y organizar.

Para ser directo, uno no habla en serio de cambiar el mundo de fondo si no está organizando a personas en el movimiento revolucionario. Y aunque eso supone varias formas y gente de varias capas y de niveles políticos, aportar y recaudar fondos para proyectos que avancen la revolución es una expresión muy importante y necesaria de apoyo consciente y participación en esta revolución.

Sin esto no será posible nada de lo que nos proponemos hacer.

Primero, en los días anteriores a esta campaña tuvo lugar un picnic “anti-4 de julio” bien planeado y organizado, en un barrio donde los revolucionarios han estado distribuyendo el periódico Revolución por unos meses. El picnic se dedicó a forjar una red en este barrio para sostener el periódico. En total, unas 75 personas de varias nacionalidades asistieron durante el día.

Para promover el picnic, salían con las páginas ampliadas de Revolución, con música, y vendían ejemplares de Revolución. Celebraron reuniones de organización para planearlo en que bregaban sobre la base y la necesidad de que la gente, incluso los que tienen pocos recursos, aporte a Revolución. Hablaron del papel de Revolución de constituir los cimientos y el andamiaje organizativos y políticos de este movimiento revolucionario. Difundir este periódico es la responsabilidad de todos los que quieran ver un mundo diferente y aunque distintas personas pueden contribuir a distintos niveles, donar y recaudar dinero para Revolución es una oportunidad de participar en la revolución de manera absolutamente esencial.

También bregaban sobre el contenido del programa del picnic: que la cultura no debe degradar a las mujeres, traficar con la contradicción entre los negros y los latinos ni fomentar la “mentalidad pandillera” de “aspirar a conseguir lo mío”. De mucha importancia, establecieron metas para estas semanas de trabajo: 15 contribuidores mensuales para un total de $150 al mes para el periódico Revolución. En los hechos, consiguieron 13 contribuidores con un total de $185 al mes. La mitad fue de cantidades prometidas y de inmediato se puso en marcha un plan para cosechar dichas cantidades.

En el picnic mismo, además de presentar una parte de la charla filmada de Bob Avakian, Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, tres personas dieron testimonio sobre lo que pensaban del periódico y por qué otras personas deberían contribuir dinero para mantenerlo. Una persona conocida hace poco había pasado tiempo en prisión donde fue influenciada por los nacionalistas revolucionarios de los años 60. Se comprometió a contribuir $20 al mes a Revolución y dijo: “La revolución se trata de elevar la conciencia de las masas sobre la opresión y la injusticia, no solamente la suya sino la de todo el mundo. Eso es el propósito de una vanguardia: ser la voz del pueblo. Luchar por la justicia así como por la revolución, por reemplazar a este gobierno capitalista que oprime a nuestros hermanos y hermanas de manera constante. Un revolucionario reconoce que la lucha será de recorrer una larga distancia... ganar es reconocer que no importa qué tan larga sea”.

Un hombre sin techo prometió recaudar $10 cada mes para Revolución por medio de lavar autos y ayudó a recaudar fondos de otros en el picnic. Otra persona propuso la idea de un torneo de baloncesto para recaudar fondos. Además de los contribuyentes mensuales mencionados, se recaudó la cantidad de $405. La mayoría de ésta fue de un sector de inmigrantes, pero también se recaudaron cantidades más pequeñas al pasar una cubeta de mano a mano.

Se puede ver en este picnic y en el trabajo respectivo que recaudar fondos para el periódico Revolución es una parte concreta de forjar una base de apoyo en lo político y lo organizativo de una manera constante sobre una base revolucionaria.

El segundo ejemplo trata un importante acto para recaudar fondos para el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os. Antes, los organizadores se quedaron en estar libres al día siguiente de modo que pudieran dar pasos de inmediato para conocer quiénes asistieron y para ponerse en contacto con ellos. En el propio evento, mucha gente dio su nombre, tanto para contribuir dinero como para ser contactado. Esto pasa todo el tiempo. Pero esta vez, en lugar de esperar muchos días para volver a contactarlos o solamente capturar su nombre en una base de datos, alguien hizo un poco de investigación sobre quiénes eran estas personas y se puso en contacto de inmediato con ellas. Los revolucionarios lograron conocer la opinión de las personas sobre el evento, aprendieron más sobre las diferentes personas que asistieron y concertaron varias reuniones unos pocos días después. Además, a las personas les agradeció que se les contactaran luego luego.

A menudo para las personas que asisten a un evento les conmueven e incluso sacuden lo que aprenden y el reto que se les plantea, pero eso no llega a nada y se convierte solamente en otra cosa a que asistieron y luego van a otra actividad cualquiera. Cuando nos ponemos en contacto de inmediato con las personas, es posible retomar lo que les afectó en el evento y lo que les impelió a aportar o a dar su nombre, además de que eso les dice que tomamos en serio el proceso de atraerlas a esta revolución, al nivel que estén dispuestas a participar.

Mi último pensamiento viene de la experiencia de estar en la calle con este nuevo mensaje y llamamiento del PCR. Estábamos causando gran revuelo, desfilando con grandes banderas rojas y plasmando de manera concreta que “¡los revolucionarios están presentes!” Fue muy divertido y llamó mucho la atención. Pero cuando nos detuvimos para hablar con las personas de una a una, a veces acabamos por pasar más tiempo con la gente con menos interés o con argumentos más atrasados y menos tiempo con la gente que quería ya un ejemplar de la declaración. (Que no me malinterpretes, debemos responder con argumentos agudos y de peso a estas babosadas atrasadas, pero no debemos pasar el grueso de nuestro tiempo metidos en eso.) Creo que en parte esto tiene que ver con el hecho de que a veces constituye un reto más grande entablar una conversación profunda con la gente que está más dispuesta a hablar sobre la revolución. A menudo se plantean preguntas más complicadas y profundas. Y nos toca a nosotros lanzar retos a la gente a que se una con la revolución. Este mensaje contiene muchísimas cosas que tenemos llevar a la gente, pero tenemos que decirle a la gente: “está en nuestras manos unirnos con esto y asumir el reto de hacer que ocurra”.

Debemos entrarle a esto de inmediato: las personas mismas tienen que asumir la responsabilidad de esta revolución, de abordarla, difundirla y apoyar con dinero los proyectos que la avancen.

Y los que estamos en el núcleo de estos esfuerzos tenemos que tener la orientación y la organización para lanzar este reto a la gente así como para encontrar las formas para que la gente pueda solucionar estas necesidades. (Escuché una idea: cuando los equipos que están en la calle con este mensaje consiguen los datos de alguien, deben enviarle un mensaje de texto o de e-mail en el acto, apuntar si compró un paquete de periódicos, cuánto pagó y dónde piensa distribuirlos.) Y de nuevo, simplemente no es un trabajo serio si no cosechamos los contactos y profundizamos la lucha y la interacción.

Un punto final: junto con el contenido del propio mensaje, debemos estar hablando con la gente sobre los objetivos de esta campaña y lo que tiene que ver con hacer la revolución. Los tres objetivos del editorial de la semana pasada (hacer que se sepa de ESTA revolución a través de la sociedad, que Bob Avakian llegue a ser muy conocido y atraer y formar a un núcleo de personas que estén en una misión de luchar por esta línea, luchar por el comunismo y llegar a ser comunistas ellas mismas). Tenemos que entrarle a todo esto con la gente: cómo vemos que estos tres objetivos interrelacionados son la clave para zafarse de la supresión y la asfixia que agobian la sociedad, la clave para forjar un movimiento serio para la revolución. ¡Y para que eso ocurra, tenemos que atraer su participación, ideas y aportes económicos!

Tengo ganas de compartir con ustedes pronto más de esto y leer cartas de otros en las páginas de Revolución.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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