Revolución #173, 16 de agosto de 2009
Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
Irán: El levantamiento continúa
3 de agosto de 2009. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Con la última serie de protestas audaces, muchísimos iraníes han anunciado claramente su negativa a volver a lo normal. De hecho, todo lo contrario. A juzgar por informes de varias fuentes, muchísimas personas ahora están resueltas a continuar hasta que caiga el régimen gracias a los esfuerzos del régimen de aplastar la lucha. “La ausencia del miedo es palpable”, una mujer joven escribió en un correo electrónico.
El jueves 30 de julio, 40 días después de que las fuerzas de seguridad iraníes asesinaron a Neda Agha-Soltan, Sohrab Araabi, Ashkan Sohrabi y decenas de otros manifestantes jóvenes el 20 de junio, decenas de miles de personas (40 mil o más según unos informes) viajaron por tren o coche a Behesht Zahra, un gran cementerio al sur de Teherán, aprovechándose de la tradición chiíta de celebrar el cuadragésimo día después de una muerte, a fin de seguir con sus protestas contra el régimen islámico y especialmente su “Líder Supremo”, el ayatolá Alí Jamenei, y el presidente Mahmoud Ahmadinejad.
En el norte y el centro de Teherán, muchos miles de jóvenes se agruparon en la mayoría de las plazas y calles principales. Había informes de protestas de grandes multitudes en la plaza Vanak, la avenida Motahari, la avenida Beheshti, la avenida Hafez del Norte, la avenida Vali Asr, la avenida Zartosht, la plaza Ferdousi, la avenida Fatemi y en otros lugares. Corearon consignas contra el régimen y se enfrentaron con la policía antidisturbios y las fuerzas de seguridad no uniformadas. En otras ciudades, incluidas Ispahán, Shiraz, Ahwaz, Mashad y Rasht, la gente se tomó las calles para usar esta ocasión para protestar contra el régimen. Muchas personas de las provincias vinieron a la capital ese día.
Una gran multitud intentó llegar a la gran mezquita Mosala, el sitio donde el candidato presidencial Mir-Hussein Musaví había pedido permiso a las autoridades para llevar a cabo una ceremonia. El régimen negó el permiso para una reunión allí o en cualquier otro lugar. Estos manifestantes se encontraron con los policías antidisturbios y fueron dispersados hacia las calles de alrededor hasta la plaza Vali Asr.
Además de manifestantes en las aceras y las calles, otras personas mostraron su apoyo de maneras diferentes. Por ejemplo, en muchas partes de Teherán y especialmente en los embotellamientos de tráfico, las personas tocaban el claxon al unísono. Algunos se bajaron de los coches y corearon: “¡Abajo el dictador!” Esto sacó de quicio a las fuerzas de seguridad, que empezaron a romper las ventanillas de los coches y golpear a los conductores y pasajeros, sin importar si estuvieran tocando el claxon o no. Al igual que en las previas manifestaciones, había muchas noticias de que los moradores abrieron sus puertas para darle refugio a la gente que estaba huyendo la policía.
Aunque el régimen temía tanto dejar que las multitudes se congregaran e hizo todo lo posible para dispersarlas en diferentes partes de Teherán, los jóvenes se aprovecharon de esto, extendiendo sus protestas sobre un área mucho más amplia antes de que pudieran llegar las fuerzas de seguridad. La gente está adquiriendo más experiencia y la está usando en su lucha. Por ejemplo, muchos jóvenes ahora se cubren la cara. Algunas mujeres jóvenes han cambiado las reglas que por lo común el régimen les impone, usando pañuelos para cubrirse la cara y dejando el cabello descubierto, caminando con la cabeza en alto. Se informa que muchos jóvenes no querían ir a Mosala porque era un lugar cerrado y sería difícil huir si los matones uniformados o no uniformados los hubieran atacado. Además, hay muchas cámaras de circuito cerrado allí y para colmo porque es una mezquita.
Los policías antidisturbios se enfrentaron con los manifestantes en todos los lugares donde tomaron lugar protestas, incluso Behesht Zahra. Ahí las madres se entrelazaron las manos para proteger a la multitud. En otros lugares los policías antidisturbios golpearon al azar a los manifestantes. Atacaron con pistolas eléctricas Taser, cadenas, látigos y bastones. A veces dispararon bolas rellenos de pintura para marcar a ciertas personas y así detenerlas después. Dispararon gas lacrimógeno y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, quienes prendieron fuego a contenedores de basura para contrarrestar los efectos de los gases. Algunos manifestantes creen que los gases incluyeron sustancias químicas para debilitar y temporalmente paralizar a los manifestantes para que las fuerzas de seguridad pudieran golpearlos y detenerlos. En al menos dos ocasiones grabadas en cámaras de teléfonos móviles, las fuerzas de seguridad dispararon sus fusiles directamente contra la gente. Sin embargo, hasta ahora no se ha informado de ninguna muerte. Según el régimen, cuya información no es fidedigna para nada, 50 personas (posiblemente más) fueron detenidas. A juzgar por lo que ha pasado con otros detenidos de antes, es posible que sean objeto de tortura severa.
“Independencia, libertad, república iraní”
El jueves Los manifestantes siguieron coreando sus consignas como “Abajo el dictador”, “Abajo Jamenei”, “Abajo este gobierno mentiroso”, y también “Nuestra Neda (o Sohrab o…) no ha muerto, para nosotros el gobierno ha muerto”.
Pero una consigna nueva que los manifestantes coreaban con toda su fuerza en una de las multitudes más grandes en Teherán el jueves es particularmente importante: “Independencia, libertad, república iraní”. Esto está en contraposición a la consigna coreada durante la revolución de 1979: “Independencia, libertad y gobierno islámico”. ¿Qué es la república iraní? Quizás nadie sepa exactamente, o al menos cada uno la entienda a su manera. Pero la gente concuerda que sobre todo quiere decir rechazar la “República Islámica”. Esta nueva consigna representa una intensificación de las exigencias de los manifestantes.
La importancia de esta consigna no solamente es su “carácter anti-estructural” y rechazo a todo el sistema islámico. También es una indicación de que el control de este levantamiento se está yendo de las manos de la denominada “ola verde” dirigida por Musaví, otro candidato presidencial Mehdi Karoubi y otros que han sido figuras importantes en la República Islámica. La gente ha anunciado fuertemente que no quiere estar confinada dentro del régimen islámico y quiere ir más allá de eso.
En lo que parece una reacción al uso de esta consigna en la manifestación de jueves, Musavi le dijo apresuradamente al programa noticiero Ghalam el 1º de agosto que “la exigencia del pueblo es defender el aspecto republicano del sistema junto con su aspecto islámico. La consigna es República Islámica y ni una palabra más ni menos”. Estaba particularmente preocupado dado que se escuchaban menos las consignas pro Musavi y se veía poco el color verde en estas multitudes. Lo que muchos jóvenes corearon e hicieron no fue lo que querían Musavi y su facción en el régimen. Musavi quería que la gente fuese a Mosala y se quedara callada (sus órdenes acostumbradas durante las manifestaciones) y que usara su voz solamente para leer versículos del Corán o a lo sumo corear Allah-u Akbar (dios es grande). La gente por cierto no quiso quedarse callada sino quiso corear su consigna más fuerte en contra del régimen islámico.
Los partidarios de Musavi han difundido la consigna “Allah-u Akbar” desde el principio de este movimiento. Muchos jóvenes que no estaban de acuerdo o que incluso no creían en eso decidieron corearla por razones tácticas. Pero en los últimos días ha perdido cada vez más peso. Algunos argumentan que se debe usar la consigna para mantener la unidad, y otros dicen que corearla impide que los sicarios del régimen arresten u hostiguen a los que la corean. Ninguna de esas razones sigue con peso. Ante todo, no puede unificar y no ha unificado a los jóvenes. Muchos simplemente ya no lo creen. Han atestiguado que “Allah-u Akbar” es la consigna principal de los que los están golpeando, encarcelando, torturando y asesinando, o sea, esta es la consigna de los que son el blanco de su lucha. Así que no es una consigna que unifica y por eso muchos jóvenes están renuentes a corearla. Segundo, ni siquiera sirve para reducir la brutalidad de los esbirros del régimen que han atacado violentamente a los que corean esa consigna desde los techos.
Muchas personas ya han avanzado mucho más, a pesar de los esfuerzos de Musavi y sus partidarios de callar (literalmente) a los manifestantes en las calles y mantenerlos políticamente dentro del marco de la república islámica y a pesar de la insistencia de todos los medios imperialistas que todo el mundo ve en Irán, incluidas la BBC y la Voz de América, las que dicen que los manifestantes son partidarios de Musavi y el levantamiento es una respuesta a los votos robados. Los manifestantes ya casi ni hablan de Musavi ni mucho menos de los votos. Cada vez más el blanco de sus protestas es la república islámica en sí.
¿Qué es la importancia de la manifestación de jueves?
Lo que tiene de igual importancia la manifestación de jueves es que a pesar de la brutalidad del régimen y los actos de terror cometidos en las prisiones medievales, el pueblo no se ha dejado intimidar ni desanimar. Esto claramente ha sacudido al régimen.
Para muchas personas, la manifestación de jueves será un barómetro para evaluar la eficacia del régimen en cuanto a apagar la resistencia. La respuesta es que el régimen ha fracasado. Al movimiento todavía le queda un buen trecho por recorrer y lo que sucederá depende de muchos factores diferentes, entre ellos, siendo los más decisivos los objetivos y la visión que lleguen a dirigirlo. ¿Podrá mantener el control sobre el movimiento una u otra facción del régimen (u otra fuerza burguesa que depende de los imperialistas), o al contrario surgirá una fuerza dirigente radical en el movimiento que podría dirigir a la gente a romper con esa dominación y seguir luchando de entre los giros y vueltas de un camino complejo y sinuoso en una dirección completamente diferente, hacia el establecimiento de un estado revolucionario de nueva democracia (antiimperialista y antifeudal) que conduzca a un Irán independiente y socialista que sería una baluarte de la revolución mundial? Lo evidente es que el movimiento ha mostrado una fuerza concreta surgida de una contradicción aguda e intensa entre los reaccionarios y el pueblo, tras 30 años de brutalidad, represión, supresión y explotación.
La brutalidad del régimen y la perseverancia de los manifestantes están atrayendo a más sectores del pueblo al movimiento y la facción dominante del régimen se está volviendo cada vez más aislada. Por ejemplo, el jueves pasado por la mañana las fuerzas de seguridad detuvieron a un grupo de artistas y cineastas que estaban en camino a presentar sus últimos respetos a los mártires en el cementerio Behesht Zahra, entre ellos Jafar Panahi, el director de renombre internacional que dirigió las películas El globo blanco, El círculo y Offside (Fuera de juego).
Lo que confirma este punto de vista es que se vislumbran grietas profundas en la facción dominante. La influencia del “líder” Jamenei está perdiendo fuerza en los círculos dirigentes chiítas del país y particularmente en Qom, uno de los centros religiosos principales del islam chiíta. Varios grandes ayatolás y otras autoridades religiosas como los ayatolás Sanei, Musavi Ardabili, Montazeri y otros han condenado al régimen o le han advertido que dejara de brutalizar a los manifestantes y presos. Están muy preocupados por el destino de la República Islámica, conscientes de que la brutalidad del Sha le costó el trono y puso un fin abrupto a su dinastía hace 30 años.
Lo que le va incluso peor para la facción dominante es que está pasando por una crisis interna. La crisis surgió cuando Ahmadinejad nombró a la primera vicepresidencia a Esfandiar Rahim Mashaie, que antes había hecho un comentario muy criticado sobre la amistad entre el pueblo iraní y el “pueblo israelí”; el vicepresidente es el responsable cuando se ausente el presidente. Este nombramiento provocó una respuesta furiosa en el propio gabinete ministerial de Ahmadinejad y, según se informa, la renuncia de unos ministros, aunque solo se ha confirmado una renuncia. Ahmadinejad no aceptó ninguna de estas renuncias porque eso hubiera llevado el total de las renuncias a la mitad de su gabinete y en tal caso, según la constitución, hubiera tenido que pedir un voto de confianza en el parlamento, donde hay oposición en su contra. Incluso objetó una orden del “Líder Supremo” de destituir a Mashaie por el bien suyo y el del régimen. Esto provocó más críticas contra Ahmadinejad desde su propia facción, incluso de los imanes de las oraciones de viernes, del clérigo extremamente pro régimen Ahmad Jatami y de muchos miembros conservadores del parlamento.
La irrupción de estas diferencias fue tan inoportuna para la facción de Ahmadinejad y Jamenei que algunos observadores opinaron que fue un alarde para desviar la atención del pueblo de lo que está pasando en el país. Eso es una posibilidad, pero es más probable que tengan diferencias y contradicciones reales entre sí. El impacto de la lucha popular tiene el potencial de provocar una crisis en sus filas. Podrían manifestarse de diversas formas el fracaso de sus planes y la ineficacia de su brutalidad extrema. Al cobrar fuerza el movimiento, tales diferencias y una crisis mucho más profunda serán difíciles de evitar. Como causa secundaria, otras fuerzas están incidiendo en el ambiente. Los miembros de la otra facción del régimen que incluye a personas como el muy poderoso ayatolá Alí Akbar Hashemi Rafsanjani y al ex presidente Mohammed Jatami no se están quedando de brazos cruzados sino que están luchando enérgicamente para ganarse a más personas en el gobierno e incluso al interior de la facción dominante. Así que algunos en la facción de Jamenei están bajo presión y no pueden simplemente aceptar lo que está haciendo Ahmadinejad.
De diversas maneras, las potencias imperialistas han estado tratando de influenciar la marcha de los sucesos en Irán. Están observando la situación atentamente y a medida que la situación se intensifique, participarán aún más directamente. Una de las cosas que siguen con más atención es el rumbo que el movimiento podría tomar. Su preocupación principal sería la radicalización del movimiento y el surgimiento de una fuerza revolucionaria con suficiente fuerza para dirigir el movimiento.
El futuro desarrollo de la lucha depende de varios factores pero lo que es cierto es que hasta ahora el pueblo ha exhibido una considerable determinación de continuar la lucha y ha pagado un alto precio por eso. Ya ha causado un daño irreparable al régimen islámico. Se ha evaporado la legitimidad de su presidente, se han encogido muchísimo el poder y la influencia de su líder, a los ojos de una creciente parte de la población está en duda la legitimidad de un régimen religioso, se ha hecho pedazos la unidad entre sus varias pandillas, y aún más masas lo odian. Se ha dejado salir al genio de la lámpara y no será fácil volver a meterlo.
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.
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