Revolución #173, 16 de agosto de 2009
Escena #3
Estimada Revolución,
Quisiera compartir algunas experiencias que tuvimos el fin de semana pasado cuando distribuimos el nuevo número del periódico con el Mensaje y el Llamamiento del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”.
En los barrios
Durante el fin de semana, nosotros fuimos en grupo a algunos de los barrios donde viven cientos de miles de negros, latinos y otros. Hay áreas con pequeñas abarroterías, peluquerías y restaurantes pero también kilómetro tras kilómetro de casitas y unidades de apartamentos llenos de gente que luchan para subsistir. Esta zona de la ciudad no está lejos de un área donde la policía durante el año pasado asesinó a cinco personas. La primera frase del Mensaje y Llamamiento —que “este NO es el mejor mundo posible… y NO tenemos que vivir así”— concentró una buena parte de lo que queríamos dar a conocer para la gente.
Éramos jóvenes y mayores, hombres y mujeres, de varias nacionalidades. Todos llevábamos camisetas negras con la hermosa cabecera a todo color del periódico Revolución en el pecho. Fuimos en un camión con altoparlante que emitía a todo volumen una grabación de la versión corta de la declaración del PCR, además del disco hiphopero de Ghetto Remix que contiene una parte del presidente del PCR Bob Avakian sobre lo que este sistema le hace a la juventud. Dondequiera que fuéramos, llamamos la atención de la gente, provocamos controversia y se empezó a correr la voz de que los revolucionarios habían llegado.
Nuestra primera parada fue en un lugar con muchos pequeños negocios de negros. De inmediato llevamos un paquete de 50 periódicos a una mujer que tiene una peluquería que normalmente vende el periódico. Esta fue un área en que mucha gente se subió al carro de Obama, pero un poeta negro que conocimos reflejó un poco del descontento que ha empezado a desarrollarse cuando dijo que “Obama es solamente otro agente del sistema”. Un tendero negro de mediana edad escuchó la lectura emotiva de la declaración. No estaba de acuerdo con nosotros acerca de Obama o dios, pero estaba de acuerdo que el sistema es intolerable y dijo: “¡Quiero que la gente sepa de esto! Lo puedo distribuir en mis tres tiendas”.
Fuimos a áreas con más proletarios, nos deteníamos en los cruces concurridos y las plazas comerciales. El camión con altoparlante nos ayudó a marcar la pauta. Varias personas se detuvieron para escuchar la declaración desde el altoparlante y luego se nos acercaron para llevarse periódicos. Una mujer grande negra se llevó un paquete de periódicos diciendo: “He comprado este periódico antes y la gente tiene que saber de esta revolución”. No quiso darnos su nombre ni un modo de estar en contacto pero se llevó 10 periódicos y dijo que si quería, sabía dónde encontrarnos.
Cuatro jóvenes latinos de la escena de las pandilleras callejeras con tatuajes de lágrimas en la cara se nos acercaron en un coche. Uno preguntó: “¿Son ustedes los comunistas?” Le dijimos que sí. Se llevaron tres, nos dieron $5 y luego dijeron “¡Mucha suerte a la revolución!” y se fueron antes de que pudiéramos decir más ni preguntarles cómo sabían quiénes éramos.
Una mujer joven negra que vive en otra ciudad pero estaba aquí de visita se detuvo para escuchar el altoparlante. Como su madre le insistía en que se fuera a su cita en la estética, le respondió: “Cállate mamá, ¿no te das cuenta de que están hablando acerca de la revolución?” Compró un paquete de 20 periódicos por $5 para llevar a sus amigos.
Un hombre negro de mediana edad se detuvo para escuchar la declaración grabada. Dijo que era revolucionario y que había otros como él en la zona, que estaba hablando en serio y no sabía nada de Bob Avakian pero quería chequear esto. Estaba de acuerdo de que en el capitalismo estaba el meollo del problema pero dijo que mucha gente está emperrada con el dinero. Dio $5 por un paquete de 20 periódicos y nos dijo que también tenía amigos que estaban considerando la revolución.
Un veterano negro de la guerra de Irak dijo que estaba en contra de la guerra y que estaba dispuesto a considerar la revolución pero que no estaba de acuerdo con el marxismo, diciendo que éste no tomaba en cuenta que las personas son individuos. No obstante, nos dio $20 y dijo que deberíamos dar este mismo discurso a otros 20 hermanos en una zona pobre predominantemente negra y latina de la ciudad de donde es él.
Provocar controversia en las secundarias
Algunos de nosotros fuimos a varias secundarias a distribuir volantes con la versión concisa del Mensaje y Llamamiento en la mañana y luego volvimos por la tarde para distribuir la declaración completa en el periódico. Distribuimos alrededor de 600 volantes en una secundaria. La dirección de la escuela salió al frente del edificio pero al parecer no sabía qué hacer y los policías de la escuela quedaron estupefactos cuando vieron a la gran multitud de estudiantes cerca de nosotros que escuchaban nuestra agitación.
Cuando volvimos esa tarde, ya había unas patrullas estacionadas fuera de la escuela. Uno de nosotros estaba parado frente a un mercado al otro lado de la calle con montones de periódicos en paquetes y dos de nosotros nos acercamos a la entrada principal y empezamos a hacer agitación mientras que los estudiantes salían. La dirección de la escuela salió y nos exigió que regresáramos a la acera y antes de que nos diéramos cuenta de lo que estaba pasando, dos policías sujetaron a una agitadora y le pusieron esposas. Un montón de estudiantes miraban y ella siguió haciendo agitación mientras que pudiera y la otra agitadora distribuyó todos los periódicos que tenía. La policía multó a la primera persona por interferir con la escuela y actos ilegales en propiedad escolar, pero quedaba claro que lo que les asustaba fue que los estudiantes escuchaban la agitación, y los policías decían que la agitadora pudiera haber incitado disturbios en su contra.
Un grupo grande regresó la siguiente mañana con una grande pancarta e hizo agitación al otro lado de la calle de la escuela. El ambiente bullían por lo que pasó el día antes y casi todos tomaron los volantes. La camarada que fue detenida el día antes hizo agitación acerca de lo que estamos haciendo con esta declaración y cómo estamos forjando la revolución y dijo que iremos el siguiente día a un barrio donde la policía había matado a varias personas, y dijo que hay muchos que están enojados por esto. Un hombre negro joven que trabaja en un almacén pasó por ahí, alzó la mano y dijo: “Yo soy uno de ellos” y levantó el periódico Revolución. Hubo mucho debate acerca del rol del ejército con un número de jóvenes que estaban considerando alistarse. Cuando la persona que hacía la agitación contrastó el futuro que tendría la juventud bajo este sistema y el futuro de que se trata la revolución, una estudiante joven la interrumpió y dijo que a ella le gustaba el ejército y que quería alistarse. Abrimos las páginas del periódico con la foto de la niña muerta en Irak y de inmediato la mujer joven dijo: “Yo no haría eso”, y nosotros respondimos: “Sí, es exactamente lo que harías”, y seguimos hablando acerca de lo que este ejército está haciendo en el mundo y en lo que se tienen que convertir las personas cuando se alistan.
Desafiar a la gente a que tomen responsabilidad por la revolución
Si bien hubo muchas personas que estaban interesadas y compraron el periódico, estábamos buscando especialmente a los que querían correr la voz acerca de esto y ayudar a forjar un movimiento revolucionario. Una parte de eso fue desafiar a la gente claramente para que vea lo que está en juego con lo que estamos intentando hacer y qué efecto que podría tener para la humanidad si participara en la revolución.
Una de las cosas mortíferas de este sistema capitalista imperialista es cómo opone las personas de diferentes nacionalidades unas contra otras. Por ejemplo, un camarada habló con una mujer negra mayor que nos ha visto con el periódico en el pasado y ha dicho que le da alegría y emoción vernos con tanto entusiasmo para llevar la revolución al pueblo. Toda la vida ha odiado lo que hace este sistema. A la vez, tiene muchas ideas erróneas acerca de los inmigrantes y argumenta que vienen acá y roban los trabajos de los negros, entran a las pandillas y al crimen, no tienen ningún entendimiento de la historia de Estados Unidos, terminan engañados por el sistema y haciendo mucho daño.
El camarada discutía con ella para que mirara la sección del DVD Revolución de Bob Avakian acerca de por qué la gente de todo el mundo viene aquí, cómo están obligados a mudarse aquí por lo que el imperialismo estadounidense ha hecho en sus países natales y que es el sistema que hace enemistar a las personas y que la respuesta no es desarrollar el nacionalismo sino algo mucho más radical: el comunismo revolucionario. Y el camarada le leyó la última sección de la declaración sobre cómo nos toca a nosotros hacer la revolución y transformar el mundo. Ella acabó por decir que quería tomar 100 periódicos, incluso 50 en español, porque cree que esto tiene que llegar a los latinos.
Un par de nosotros nos sentamos con una mujer iraní que conocimos durante el curso de las manifestaciones recientes en apoyo de la lucha del pueblo contra el gobierno en Irán y discutimos la declaración. Ella tiene unos parientes que fueron asesinados bajo el Sha, otros asesinados después bajo el régimen de Jomeini y está muy atraída a la política revolucionaria, pero también tiene muchas preguntas acerca del comunismo. Una cosa en que nos centramos fue la sección de la declaración sobre la dirección que tenemos y por qué la dirección de Bob Avakian y sus contribuciones pioneras a la teoría comunista que hacen mucho más posible que se pudiera dar una revolución en nuestra vida. La desafiamos a unirse con este movimiento, entrarle a la obra de Bob Avakian y ayudar a distribuir este número del periódico. Terminó por llevarse un paquete de 50 periódicos para distribuir entre otros.
Uno de nosotros se reunió con una estudiante joven de una universidad comunitaria que ha leído el periódico antes y participó en los actos del Día Internacional de la Mujer revolucionario. Leyó el título y empezó a mirar las fotos. No tiene experiencia en el pasado con el comunismo o la revolución, pero dice que le parece que se necesita una revolución. Mientras leía y llegó a la sección sobre la dirección de Bob Avakian, dijo: “De verdad yo tengo que leer más de sus obras, cuando he leído los pasajes en el periódico me hicieron pensar mucho”. Comentó que no había conocido este periódico antes de este año y se preguntaba por qué, y los compañeros hablaban de la sección de la declaración sobre cómo los gobernantes intentan ocultar esto a la gente pero también que el PCR no se ha esforzado al máximo para distribuirlo tan ampliamente como sea necesario. Ella pensó acerca de eso y ellos hablaron acerca de este número y cómo es el inicio para forjar un movimiento revolucionario y la visión de llevarlo a cada rincón y a cada sector del pueblo. Ella dijo que eso debe ocurrir. La desafiamos a tomar un paquete de 100 periódicos pero lo sopesó porque es la única persona de su familia que está remunerada con un salario digno. Terminó por llevarse 50 y dice que los quiere llevar a unas tiendas en el área donde vive, y nos dijo que pagará por el paquete tan pronto como venda los periódicos y además que quiere salir con nosotros a distribuir el periódico.
Un hombre negro que administra una tienda pequeña nos hizo señas para hablar. Él y los dueños de las dos tiendas al lado de la suya ya habían conseguido un número del periódico por un dólar cada uno. Uno de nosotros le preguntó por qué él no había tomado un paquete, y así nos dio cuatro dólares más y tomó un paquete de 20, diciendo que le gustaría correr la voz acerca de esta revolución y que además hablará con los otros tenderos acerca de poner el periódico en sus tiendas.
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