Revolución #182, 8 de noviembre de 2009
Así es como la democracia —y la dictadura— lucen en Estados Unidos…
Tres oraciones sobre la democracia de Bob Avakian, presidente, Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos:
En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia no tiene sentido o tiene implicaciones peores. Mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber “democracia para todos”: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a estas, o lleva a abolirlas?
Usted vio la esencia de la democracia y los instrumentos de la dictadura cuando miles de personas se reunieron en Pittsburgh el 24 y 25 de septiembre de este año para confrontar al G20 (los representantes de las economías más grandes del mundo).
En los salones del G20, los representantes del capitalismo-imperialismo global discutieron, debatieron y tomaron decisiones de manera democrática sobre cómo explotar a los pueblos del mundo y destruir el medio ambiente.
En las calles, los manifestantes tuvieron la “opción” de dejarse encausar hacia los lugares, tiempos y marchas que la estructura de poder considerara no amenazadores o verse con la brutal represión. Los manifestantes junto con periodistas, personal médico y personas que iban a estudiar o a trabajar fueron atacados por miles de policías: golpeados por los garrotes de la policía, rociados con bombas de humo, baleados con bolas de pimienta y “bolsas” rellenas de perdigones de caucho y gases lacrimógenos. Los manifestantes estaban sometidos a un ruido que revienta el oído de un aparato acústico de largo alcance (LRAD), es decir, un “cañón sónico”, que es una nueva y horrenda arma anti-gente que las autoridades sacaron como una venganza contra los manifestantes. Los permisos para protestar fueron negados o revocados, las protestas fueron infiltradas por espías de la policía y provocadores y algunas 200 personas fueron arrestadas.
Esta es la democracia burguesa y la dictadura burguesa. En esta sociedad la dictadura de la clase capitalista reprime violentamente cualquier desafío a su dominio y más allá de eso, reprime a través de su monopolio de los medios de comunicación, por medio de la censura, la lista negra, arrestos y más, toda clase de protesta y pensamiento crítico. Esto es verdad dentro de las fronteras de Estados Unidos y se lleva a cabo con aún más salvajismo alrededor del mundo. La democracia en este sistema es parte del mismo paquete, condicionado por el capitalismo-imperialismo y al servicio del mismo.
Una verdadera revolución da origen a una clase completamente diferente de dictadura y a una clase completamente diferente de democracia. El mensaje y el llamamiento del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, describe esto: “Hace falta barrer con este sistema... parar en seco sus crímenes contra la humanidad... desmantelar sus instituciones y reemplazarlas con unas que le den el poder a la gente con el que construir una nueva sociedad sin explotación y opresión”. El nuevo estado revolucionario “tomaría medidas para impedir el regreso de los antiguos explotadores, y resistiría los ataques del imperialismo”.
A la vez, una revolución capacitará a las masas populares para de inmediato y con mayor frecuencia entrar a los debates, las luchas y la resolución de los problemas de cambiar el mundo, lo que incluiría el disentimiento. Las sociedades socialistas, en especial la China de la Revolución Cultural, desencadenaron a los millones de las masas populares para hacer eso de una forma a la que ninguna sociedad capitalista jamás se le haya aproximado. Como explica la Constitución del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, acerca de la nueva síntesis de Bob Avakian: “Según esta concepción, además de tomar de las anteriores formas socialistas de integrar a las masas en la administración de la sociedad y en el ejercicio del poder, la sociedad socialista debe caracterizarse por un grado mucho mayor de efervescencia y disentimiento que antes — no solo porque es importante que haya un ambiente muy vibrante y vivo, sino porque es importante alentar un proceso que incorpora a muchísimas masas en el forcejeo más profundo posible sobre los problemas, a fin de llegar a conocer la verdad más ampliamente y elevar la conciencia, la participación y la capacidad de las masas de entrar en todas las esferas de la sociedad y transformarlas”.
Tanto el Mensaje y el Llamamiento del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”, como la Constitución del mismo están en revcom.us.
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