Revolución #188, 10 de enero de 2010
“Compartimos un lazo en común...”
El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos recibió esta carta de un lector que está preso:
Profundos respetos...
Tengo confianza en que todos los compañeros y las compañeras bajo la bandera del P.C.R. siguen luchando con el espíritu de excelencia en todo su noble empeño.
Recibí el número 183. Muchas gracias por incluirme en el número de este mes. En verdad disfruté cada una de las excelentes voces publicadas y expresadas por los compañeros de muchos otros orígenes que están en la misma situación de confinamiento. Es hermoso considerar el modo de pensar de todos los que están bajo la bandera de las enseñanzas en común del P.C.R. y el profundo deseo del bienestar de la gente, la justicia y la igualdad en conducta, y el conocimiento de la revolución, con un gran corazón para ayudar a los oprimidos... lo que realmente me preocupa, y todavía tengo por entender, es: cómo es posible que muchos compañeros de otros orígenes o razas se unen bajo la bandera de una causa en común. Pero cuando [surge] una situación aquí en este mundo de confinamiento entre dos razas, tratan de matarse. No entiendo ese modo de pensar y, aunque no es mi deber buscar respuestas, quiero entenderlo. Creo que los objetivos de los que luchan y viven para la revolución deben ser respetar y defender los dictados de la revolución, e introducir orden en los asuntos de quienes apoyan y son parte del movimiento. Para que los oprimidos puedan tener alguna forma de alivio en este mundo en que vivimos. La historia ha probado que si las masas no están preparadas con los conocimientos que necesitan sobre la revolución, no adoptaremos las actitudes correspondientes en cuanto a los decretos de nuestra dirección. O sea, esa dirección que incumbe a cada uno que está en este mundo de confinamiento dejar atrás los conflictos con otros compañeros que siguen bajo bandera del movimiento en común, simplemente porque somos de un origen o raza diferente. Siempre cuando un grupo o una clase percibe que, según su entendimiento, la ley de revolución es contraria a su interés personal, encontraremos algún tipo de apertura que nos permita violar o subvertir ese movimiento, incluso empezar a rebelarse contra él sin entender en realidad por qué. Cuando empezamos a hacer eso, los brotes de revolución empiezan a decaer en nosotros mismos. Y si seguimos rebelándonos el uno contra el otro, los pilares de revolución se desmoronarán. El orden y la disciplina nos pasarán como el viento. Solamente por esas razones, creo que es importante que los compañeros confinados que siguen la bandera de las enseñanzas de revolución nos reconozcamos como hermanos en acción y en hechos. Porque compartimos un lazo en común. Y esa es la revolución. Así pienso yo. Porque mi corazón es un instrumento para sopesar y evaluar, y siempre estoy abierto a avanzar. Porque siempre es necesario avanzar en este mundo de confinamiento. Otra vez, gracias por el número de este mes. Me gustó muchísimo y deseo muchísimo desempeñar mi papel. Entiendo la cuestión de fondos, así que realmente agradezco que me permitan ser parte del conocimiento que el P.C.R tiene para compartir. Gracias. Poder a todos mis compañeros y compañeras que luchan a diario para mantener vivo al movimiento.
Profundos respetos,
Su compañero
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