Revolución #191, 7 de febrero de 2010
Una vida bien vivida
Recordando a Howard Zinn, historiador del pueblo
Howard Zinn, un historiador, activista radical y maestro, murió a la edad de 87 años el 27 de enero. Era un importante pensador que dijo verdades inquietantes sobre Estados Unidos y que unió la acción con las ideas. Se le recordará entrañablemente.
Howard Zinn escribió más de 20 libros y obras de teatro. Su trabajo más famoso e influyente, La otra historia de Estados Unidos, les abrió los ojos a incontables lectores a las realidades de la fundación de Estados Unidos en el genocidio y la esclavitud y el arco de la brutal expansión norteamericana. Esto les abrió los ojos a incontables lectores a la resistencia de los explotados y los dominados.
Esta es la historia que les da voz a los indígenas de América del Norte, a los negros, a las mujeres, a los inmigrantes, a los jornaleros pobres y a otros cuya vida y espíritu contaron muy poco en la historia oficial. Esta es la historia que nos cuenta de la Guerra Española-Norteamericana desde el lado de los filipinos que lucharon contra la conquista colonial estadounidense.
Howard Zinn defendió el oficio de la búsqueda de la verdad de la historia que desafió el discurso oficial e interesado de Estados Unidos y que retó a la gente a que aprendiera de la historia, para incidir en la historia, para convertirse en una fuerza en la lucha por un mundo mejor. En esto, yo fui inspirado por Howard Zinn; como un intelectual comprometido, también sentía un parentesco con él.
Él era una clase de maestro muy especial. En su autobiografía política, Nadie es neutral en un tren en marcha, explicó:
"Desde el comienzo, mi enseñanza estaba imbuida de mi propia historia. Yo trataba de ser justo con otros puntos de vista, pero quería más que esa 'objetividad'; quería que mis estudiantes salieran de mis clases no sólo mejor informados sino más preparados a renunciar a la seguridad del silencio, a decir lo que pensaban, a actuar contra la injusticia dondequiera que la vieran. Esto por supuesto era una receta que te traería problemas.
Howard Zinn no temía a esos "problemas". En el Spelman College en Atlanta, cuando en 1956 se unió al cuerpo docente y más tarde sirvió como director del Departamento de Historia, participó en el movimiento de los derechos civiles. En los años 1960 participó en el ala más radical de ese movimiento, representado por el SNCC (Student Nonviolent Coordinating Committee). Animó a los estudiantes a que tomaran parte en la lucha contra la segregación y criticó a la administración de la universidad por no hacer lo suficiente para apoyar esa lucha. Fue despedido.
Howard Zinn era un intelectual comprometido que no dudó en denunciar y oponerse a los crímenes del imperio estadounidense, aunque esto acarreara grandes riesgos. Actuó con principio e integridad… y convocó a otros a hacer lo mismo.
A mediados de los años 1960, cuando Estados Unidos escaló la guerra de Vietnam, se unió con otros intelectuales progresistas y radicales para ir contra la corriente. Criticó al gobierno y se organizó en contra de la guerra. Convocó a la gente joven a resistir y a apoyar a aquellos que lo hicieran. En los años 1980 condenó la intervención de Estados Unidos y su terror en América Central. En 1991, se opuso a la guerra del golfo Pérsico.
En los años 2000, fue un fuerte crítico y oponente del programa de guerra y represión del régimen de Bush. Y a finales de 2002, cuando Estados Unidos se preparaba para la guerra en Irak, ayudó a prender la resistencia en la era post 11 de septiembre como uno de los que firmaron la Declaración de Conciencia "No en Nuestro Nombre".
Durante cinco décadas la erudición comprometida y el ejemplo moral de Howard Zinn influenciaron a académicos, activistas y nuevas generaciones de jóvenes.
Y era por la juventud por la que sentía una responsabilidad especial. Como dijo en una entrevista en este periódico en 1998: "Por debajo de la superficie de la 'ambición' juvenil, de la 'necesidad de graduarse', de 'seguir una carrera'... yo creo que por debajo de esa superficie la juventud siempre ansía hacer algo que valga la pena, algo importante". Aunque su salud se debilitara, continúo dando conferencias en las secundarias y universidades.
Tuve el privilegio de reunirme y compartir en discusiones con Howard Zinn. Fui tocado por su profundo conocimiento equiparado por una mente abierta y muy amplia. Siento la calidez, la curiosidad y el espíritu generoso de Howard Zinn. Siento su sentido perdurable de los principios.
La partida de Howard Zinn es una gran pérdida. En estos tiempos en que escasean la valentía y la convicción intelectual, su dedicación a denunciar las mentiras y confrontar las injusticias de este sistema sobresale como un poderoso ejemplo. Él verdaderamente llevó una vida bien vivida.
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