Revolución #195, 14 de marzo de 2010
Levantamiento de estudiantes: ¿Por qué salió la gente para protestar?
Los ataques contra la educación son enormes y ponen en tela de juicio si grandes números de jóvenes van a tener acceso a la educación pública. Esto está sacudiendo la fe de la gente acerca de si cree que será posible conseguir una educación buena o cualquier educación de plano, lo que se considera una parte de sus posibilidades de tener una vida mejor o simplemente mantenerse fuera de la prisión. Y más allá de eso, la situación está suscitando grandes preguntas acerca de qué tipo de sociedad tenemos y tendremos. ¿Este mundo será uno donde se profundiza aún más el abismo que existe entre aquellos que trabajan con las manos y aquellos que están excluidos de esa esfera?
Existen puntos de vista muy diferentes: ¿Es la cosa esencial cambiar la constitución estatal de California para que los legisladores del Partido Demócrata puedan aprobar leyes mejores y poner un fin a este ataque contra la educación? ¿O es que hay algo mucho más fundamental que está pasando, es esto parte de un problema mucho más grande?
La educación que se recibe dentro del marco del capitalismo es limitada y la educación como un todo sirve el funcionamiento y la perpetuación de este sistema de explotación. Sin embargo, se está eliminando el tipo de educación que ha sido disponible para la gente y la severidad de estos recortes le hace cuestionar a la gente algunas de sus suposiciones básicas. Algo nuevo está luchando para nacer mientras que la gente resiste estos ataques y busca qué los causa, qué tienen que ver con la naturaleza de nuestra sociedad y qué se puede hacer al respecto. Muchas personas están empezando a ver que esta crisis de la educación surge de problemas fundamentales más profundos, de la propia manera que funciona este sistema capitalista: y MUCHÍSIMA gente está dispuesta, al menos, a considerar seriamente este análisis.
Por todo el día el 4 de marzo, reporteros de Revolución en el Área de la Bahía de San Francisco entrevistaron a estudiantes y otros que participaron en las protestas. Las conversaciones fueron ricas y complejas, y abordaron lo que motivaba los recortes presupuestales y de educación, por qué la gente se había tomado las calles, cómo asuntos más generales del capitalismo torcieron las prioridades y cómo la polarización social operaba en la situación y qué motivaba los ataques racistas en la Universidad de California en San Diego, además de conversaciones más generales acerca de la naturaleza de la educación y acerca de la revolución y una sociedad nueva.
La mayoría de la gente estaba muy dispuesta a entrar en conversación profunda que va mucho más allá de donde están ahora. Algunos piensan que debería ser fácil para el gobierno erogar más dinero en la educación, como en la consigna "¡Recorten las cuotas, no lancen bombas!" Muchos piensan que la educación debería ser un derecho humano, pero que en vez de priorizar la educación, este sistema beneficia a intereses afianzados: los ricos o las corporaciones. Otros señalan las desigualdades profundamente arraigadas en este país y el mundo. Un estudiante africano dijo con amargura: "Yo nunca pensé que pudiera haber una sociedad en que se da más dinero a las prisiones que a las escuelas hasta que vine aquí a Estados Unidos".
Un tema y espíritu receptivo que muchos estudiantes expusieron era que estos ataques no simplemente les afectan a sí mismos y la UC-Berkeley: la solidaridad con otros estudiantes, otras comunidades, todas las nacionalidades y todos los afectados por los recortes. Un hilo muy importante de la batalla general ha sido el de varios incidentes racistas, últimamente en la UC-San Diego donde se colgó un dogal en la biblioteca universitaria. Es importante que durante la marcha de Berkeley a Oakland, la gente coreó: "¡No al racismo, no a la homofobia!"
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