Revolución #197, 4 de abril de 2010


Apuntes del corresponsal sobre el terremoto

KATASTWÒF! – Voces desde Haití

Parte 4: El desastre después del desastre: todavía a la espera de la ayuda...

El 12 de enero de 2010 Haití sufrió un terremoto sumamente fuerte. Este Katastwòf, como lo nombran en kreyol, dejó a más de 200.000 muertos. La semana después del terremoto el periódico Revolución publicó artículos sobre la dominación estadounidense de Haití que creó las condiciones de extrema pobreza y falta de infraestructura — causas directas del enorme número de víctimas mortales, y cómo Estados Unidos saboteó la entrega de ayuda. Para conocer más a fondo lo que significaba todo eso para las masas haitianas, enviamos un reportero a Haití 12 días después del terremoto. El siguiente artículo es la cuarta parte de una serie de páginas de su diario. Lea las entregas 1, 2 y 3 y más análisis en línea en revcom.us.

El segundo día de mi estancia en Haití, Janot, quien me sirve de guía, dice: "Ahora te voy a mostrar la emisora que opera completamente en la calle". Manejamos 30 minutos a las antiguas oficinas de Radio Galaxie/Radio Caraïbes donde el equipo está amontonado sobre una larga mesa en plena acera cubierta de escombros. Varios ingenieros, pinchadiscos y reporteros están sentados con decenas de personas a su alrededor. El radio es la principal forma de comunicación en el país, y es la más crucial ahora.

Cuando les preguntamos sobre el terremoto a unos sujetos que tenían pinta de empleados de la emisora, de inmediato comentan la falta de ayuda. Uno, de camisa de caqui, dice: "La mayoría de las personas no han recibido nada. Es probable que sea cosa de coordinación, pero 13 días son muchos. Ellos [Estados Unidos y la comunidad internacional] están promete que promete pero no obstante la gente no recibe nada. Envían soldados, pero éstos no hacen nada para nosotros. Su presencia es para proteger los intereses de Estados Unidos".

Marc, quien trabaja para Radio Galaxie, dice: "Distribuyeron alguna ayuda, por Boudon, por el Club Campestre Petionville; tratan de hacerlo de manera organizada1. Pero eso es un solo lugar. En Delmas, como vimos, no había nada. En el estadio de fút [donde miles se han establecido en tiendas de carpa y chozas], de nuevo, nada".

Stefan (otro empleado) dice que "en el Hospital Universitario el ejército estadounidense está acampado fuera, y cuando la gente acudan con comida para sus familiares que están internados ahí, los soldados se portan muy groseros. A menudo simplemente no los dejan entrar ni entregar la comida". Describe la distribución de comida que sí ha visto: "Los yanquis simplemente tiran la comida desde camiones o helicópteros, y luego como es de esperarse, las personas se pelean por ella. Parece que a los yanquis no les interesa la distribución de comida, pues tienen cara de que están ahí para hacer otra cosa".

Alguien más de la emisora dice que Médicos Sin Fronteras han estado por todas partes pero sin suficiente material. Se dice que eso también pasa en los hospitales. De rutina se practican amputaciones sin analgésicos. [Incluso hoy, dos meses después del sismo, se informa de la muerte de niños por diarrea en los hospitales debido a la falta de material básico, como respiradores, e incluso en algunos casos, comida o suero de hidratación.]

Les digo que había oído informes de que en cinco ocasiones, Médicos Sin Fronteras intentó conseguir permiso de aterrizaje para un avión con insumos médicos pero los militares yanquis no lo permitió. El de caqui dice: "Sí, sabemos de eso. Como el gobierno estadounidense tiene el control militar del aeropuerto, el mismo controla lo que entra y lo que no". Lo dice como si nada, casi con tono de resignación, pero con un dejo de indignación, que se palpa en todos estos sujetos.

Estas emisoras reciben llamadas de diferentes comunidades con condiciones desesperadas, sin haber recibido alimento, agua, medicinas. Responden al aire anunciando el lugar y describiendo la situación de modo que el gobierno y los organismos socorristas se enteren dónde más se necesita la ayuda. En vista de la situación aún caótica, lo hacen con el propósito de que nadie se quede completamente en el olvido. Pero casi siempre reciben noticias de la misma zona dos o tres días después al efecto de que no han recibido ayuda.

Casi cada haitiano con quien hablo quiere saber qué pasa con la ayuda, por qué tarda tanto en llegar. Muchos preguntan iracundos, algunos desesperanzados, otros abrumados.

Un hombre del distrito de Mon Repos de Carrefour dijo: "Aquí el gobierno no nos ha dado nada, ni alimento, ni agua, nada. Mon Repos 44/Bolie sí recibe agua, una entrega de 50 pequeñas bolsas de agua por familia cada tres días, o sea, unos 16 litros". Otro grupo acampado debajo de hules en plena calle me cuenta que nadie les ha traído ayuda, ni agua ni comida. Dicen que aún hay muertos debajo de los escombros de las casas y el gobierno no ha venido a ayudarles. Necesitan agua, comida para bebé, cosas de higiene para las mujeres. ¡Después de 15 días y ni una botella de agua! En Carrefour, una gran zona residencial, la mayoría de las personas simplemente se marchan por la falta de ayuda.

En el centro, una vendedora de pan llamada Marie dice: "Creía que los norteamericanos venían para hacer algo, para ayudarnos. Pero después de todos estos días, siguen sin hacer nada". Daniel, el dirigente del campamento del centro donde tengo posada, dice: "Ningún organismo ni del gobierno ni internacional ha venido a ayudar. Sabemos que tienen un surtido de tiendas de campana, comida y agua en el aeropuerto, pero nadie siquiera nos ha traído agua". Cuando fui a los cinturones de miseria más grandes, se congregaron multitudes, todas con la misma pregunta: "¿Dónde está la ayuda?" Muchas veces los niños y adolescentes se levantaban la camisa y se señalaban la panza como para decir que pasan hambre.

Un día pasamos siete horas recorriendo cinco campamentos en la ciudad. Hablamos con 15 a 20 personas. Por doquier vemos letreros caseros: "Necesitamos AYUDA", "Necesitamos comida, agua", "Zona olvidada, ayúdennos". He aquí la ÚNICA evidencia de ayuda que vi o de la que me enteré durante este recorrido: dos baños portátiles y una tienda de UNICEF en un campamento de Pétionville; dos distribuciones de pequeñas cantidades de agua en un gran campamento en Champ Du Mars unos días antes; la distribución organizada de ayuda en el Club Campestre Pétionville. ¡En un lugar con cientos de miles de personas!

Una de las cosas que más encabrona es escuchar que Estados Unidos justifica su fracaso casi total de entregar ayuda por "la situación de la seguridad", el "alcance de la destrucción", la "logística", etc. Propagaban ampliamente las fotos de los poquísimos incidentes en que las personas se peleaban por comida como si eso fuera lo principal. Salían como "noticia" en primera plana cuentos sobre las calles "peligrosas" de Puerto Príncipe. Un "problema de seguridad" llegó a ser el pretexto de Estados Unidos para no hacer llegar la ayuda a la gente, y a la vez, la justificación para enviar soldados y no médicos y rescatistas.

Los empobrecidos vendedores ambulantes lograron organizarse y enchufarse a una red de distribución que alcanzó al otro extremo de la isla a la República Dominicana y penetró en la mayoría de las partes de la zona del sismo que vi. Pequeños grupos improvisados de dos a cinco personas lograron recorrer las comunidades espontáneas y entregar camionadas de ayuda (sin seguridad ni riñas entre las personas). Pero ¡Estados Unidos con sus barcos, aviones, helicópteros, decenas de miles de soldados, enorme riqueza y mucha experiencia de logística (como ser proveedor de un ejército invasor de cientos de miles de soldados que marcharon por el desierto iraquí al comienzo de la guerra del golfo Pérsico) sólo pudo entregar una mísera cantidad de ayuda!

Después del terremoto, el gobierno yanqui se apoderó del aeropuerto de Puerto Príncipe y mandó 20 mil soldados a Haití. No usó los soldados para sacar a los miles de personas enterradas en los escombros. Y tampoco para distribuir la ayuda. ¡De hecho obstaculizó la ayuda que enviaba otros! Por ello miles murieron y se profundizó y prolongó la miseria de cientos de miles más.

Muchos con que hablé ahí se desconcertaron por el hecho de que no llegara mucha ayuda de Estados Unidos. Pero lo que Estados Unidos hizo y no hizo no se guiaba por intereses humanitarios sino por intereses de imperio.

Durante cien años, Estados Unidos utilizó el chantaje económico, golpes de estado e invasiones y ocupaciones militares y respaldó a dictadores brutales con la finalidad de dominar y controlar al país y aplastar la lucha del pueblo. Tras el terremoto, el interés primordial de Estados Unidos era mantener intacta esa dominación, impedir que la situación se saliera de control de modo que amenazara su control, inclusive mediante una rebelión de masas. ESO es lo que guiaba lo que hizo Estados Unidos ante un desastre tan horrible, y NO intereses humanitarios.

Continuará.

1. El campamento en el Club Campestre Pétionville ha crecido a tener de 50 a 80 miles habitantes, lo que en vista de las condiciones hasta en el mejor de los campamentos, es un nivel inimaginable de sufrimiento y miseria. [regresa]

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