Revolución #203, 13 de junio de 2010
El asesinato de activistas humanitarios por Israel:
Descarada masacre en defensa de horrorosos crímenes
En la madrugada el 31 de mayo de 2010, fuerzas armadas israelíes asaltaron el Mavi Marmara, uno de seis barcos que llevaban ayuda humanitaria a Gaza. Mataron a por lo menos nueve activistas e hirieron a decenas más. Ante la indignación a escala internacional, Israel se vio obligado a liberar a los centenares de participantes en la flotilla de todas partes del mundo que había capturado. Ahora los gobiernos de Israel y Estados Unidos y los medios de comunicación establecidos de Estados Unidos han desatado un aluvión de desinformación con el fin de confundir y desmoralizar a los que quedaron indignados y pasmados ante este crimen. Sin embargo NO se discuten los principales hechos.
La lógica de los opresores Después de que los comandos israelíes asesinaron a nueve personas en un barco que llevaba ayuda humanitaria a la Gaza, esto es lo que usted escuchó… de los comentaristas de la CNN, los programas de la radio y del sujeto sentado a su lado en el restaurante: ¿No sabían esas personas en el barco que si trataran de romper el bloqueo a la Gaza, Israel no lo toleraría? ¿Qué esperaban? Sin duda sabían que Israel los atacaría. Los comandos israelíes que abrieron fuego simplemente respondían a la gente en el barco que los atacó con palos y sillas... En otras palabras… las personas del barco que resultaron asesinadas y heridas… ellas mismas se lo buscaron. Piense acerca de esto. Un hombre llega a casa y tiene hambre, tuvo un “mal día”, quiere su cena AHORA. Pero su esposa no la tiene lista, y por eso él le grita. Ella también le grita. Él le da una bofetada. Ella trata de defenderse. Él responde golpeándola. Él le grita: “Usted sabe que cuando no tiene mi cena lista, esto me enfurece… Usted no debería gritarme. Y usted sabe que cuando usted me golpea, que pierdo el control de mí mismo…Usted misma se buscó esto”. |
No obstante los términos en que insisten el New York Times y otros de que los activistas “atacaron” a las fuerzas armadas israelíes de élite que asaltaron los barcos, éstos estaban en aguas internacionales y el asalto israelí en sí era un crimen contra la ley internacional.
La flotilla solidaria llevaban 10.000 toneladas de hormigón, juguetes, cuadernos, chocolate, pasta y considerables provisiones médicas a Gaza, artículos que Israel prohíbe entrar en Gaza.
Los activistas internacionales a bordo no traían armas. Los agredieron comandos armados israelíes de élite que descendieron en rappel al barco desde helicópteros. Entre los muertos: un hombre de 60 años, Ibrahim Bilgren, con cuatro balas en la sien, pecho, cadera y espalda; Fulkan Dogan, de 19 años con doble ciudadanía turca y estadounidense, balaceado cinco veces a una distancia de menos de 45 cm en la cara, la parte posterior de la cabeza, dos veces en la pierna y una en la espalda. Autopsias turcas revelaron que cinco de las víctimas fueron baleadas en la parte posterior de la cabeza o en la espalda (“Gaza flotilla activists were shot in head at close range” [Activistas de la flotilla para Gaza fueron balaceados en la cabeza a corta distancia], UK Guardian, 4 de junio de 2010).
Las personas a bordo del Mavi Marmara tenían entre 1 año y 88 años, e incluían no sólo musulmanes (como insinúa la prensa) sino gente de todo tipo de origen, religiones (o sin religión), filosofías y política. Unos 700 activistas de 40 países participan en la flotilla en su totalidad, entre ellos funcionarios elegidos, ex diplomáticos, trabajadores y activistas de asistencia, un laureado Nóbel, corresponsales y periodistas independientes.
Al igual que el asesinato de Rachel Corrie (una estadounidense de 23 años muerta en 2003 por un buldózer militar israelí durante una protesta pacífica contra la ocupación de Gaza) y otros ataques descarados y ultrajantes contra los solidarios con el pueblo palestino, la masacre en el Mavi Marmara era una declaración sangrienta de Israel al mundo entero de que no se permite desafiar sus terribles crímenes, en particular el encarcelamiento generalizado, cruel e inhumano del pueblo de Gaza.
En defensa de un enorme crimen
Los 1.5 millones de personas en Gaza —una parte de Palestina— viven en la prisión al aire libre más grande del mundo. A fines de 2008 y principios de 2009, Israel lanzó una masacre unilateral en Gaza, azotó al pueblo de Gaza como un castigo colectivo durante semanas, destruyó escuelas y bombardeó hospitales y mató a unas 1.400 personas. Israel y Egipto, con el aval incondicional del gobierno estadounidense, han bloqueado todos los esfuerzos de romper el estado de sitio en la Gaza, entre ellos la Marcha por la Libertad de la Gaza un año después de la masacre.
El bloqueo impone generalizadamente la inanición, humillación y maltrato colectivos a todos los gazanos, y constituye el castigo colectivo de toda una población, siendo una “violación flagrante del derecho internacional” (Informe de 2010 de Amnistía Internacional — Israel y los Territorios Palestinos Ocupados).
El actual Informe Anual sobre Derechos Humanos de Amnistía Internacional declara que el estado de sitio israelí en Gaza ha “intensificado la crisis humanitaria. Debido al desempleo generalizado, la extrema pobreza, la inseguridad alimenticia y aumentos del precio de alimentos, resultados de la escasez, cuatro de cada cinco gazanos dependen de la ayuda humanitaria”. Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud, se ha aumentado la desnutrición, de la sufren el 10 por ciento de los niños en Gaza, por una falta crónica de proteína, hierro y vitaminas cruciales.
La invasión israelí de 2008-2009 dañó 15 de los 27 hospitales en Gaza, incluido el bombardeo del hospital Al Wafa que trata a parapléjicos y amputados. Dañó o destruyó a 43 de los 110 centros de cuidado médico primario, ninguno de los cuales ha sido reparado o reconstruido debido a la prohibición de materiales de construcción. De 15 a 20 por ciento de las medicinas esenciales casi siempre están agotadas*. El cierre sádico por Israel significa que a los gazanos no se les permite salir ni tener cualquier contacto con la familia o los amigos que están afuera. Ante esa situación, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, declaró que “no hay ninguna crisis humanitaria en Gaza”.
• • •
La masacre israelí en el Mavi Marmara ocurrió en medio de una tensa crisis internacional en el Medio Oriente, donde Estados Unidos está librando una guerra generalizada para imponer regímenes y relaciones de poder que fortalezcan su posición como la única superpotencia en el mundo. En este contexto, Israel juega un papel crítico como un perro de ataque en la región y más allá.
Si bien el contexto es complejo, la cuestión básica del bien y el mal queda clara, y clama por una respuesta política poderosa, decidida y sostenida que exija la justicia y que contribuya a crear las condiciones para que surja una fuerza auténticamente liberadora en esa parte del mundo.
* Vea “OPT: West Bank health and economy up a bit, Gaza down”, IRIN, 18 de mayo de 2010. [regresa]
¡Israel, maldita sea! No me diga que “Fue un desastre de relaciones públicas” No me diga que “Fue una tragedia” No me diga que debieron haber sabido que Israel no tiene reglas. No me diga que el Holocausto justifica esto… La historia de Israel… una verdad que no se ha contado: ¿Escuchas el silencio desde los corredores del poder? ¿Escuchas las celebraciones de sicarios mojigatos? Y Nina Simone cantó Misisipí, maldita sea. |
Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.