Revolución #208, 25 de julio de 2010


Estados Unidos y América Latina

Díganos, ahora, ¿quién es el que más respeta las fronteras?

Estamos Unidos fue a la guerra contra España en 1898 a fin de expulsarla del hemisferio occidental y de partes del Pacífico y el sudeste asiático y apoderarse de sus colonias. La Guerra Hispano-Estadounidense representó el punto de viaje de la transformación de Estados Unidos en una potencia imperialista mundial. Como resultado de esa guerra, obtuvo el control de Cuba, Puerto Rico y al final las Filipinas, después de ahogar a ese país en la sangre de cientos de miles de personas que resistieron. En ese entonces, Estados Unidos también se apoderó de Hawai’i y Guam.

¿De dónde vino esta guerra? ¿Por qué Estados Unidos se apoderó de estas regiones y por qué mató a tanta gente para hacerlo? ¿Qué tiene que ver todo eso con la situación actual?

El capitalismo nació por primera vez en los países oesteeuropeos y luego en Estados Unidos y Japón. Desde sus primeros días, las potencias capitalistas se apoderaban de tierras y establecía colonias en América Central y del Sur, el Caribe, África, Asia y el Medio Oriente. Estas potencias saquearon las materias primas de estas colonias y las obligaron a comprar productos fabricados en la “madre patria”. Impusieron la esclavitud y la semi-esclavitud y trituraron a decenas de millones de personas por medio de su cruzada para dominar. De hecho, como dijo Carlos Marx, el capital viene al mundo chorreando de pies a cabeza, desde todos los poros, sangre y suciedad.

A fines del siglo 19, el capital tenía una necesidad de extenderse y expandirse más allá de su territorio nacional y las potencias capitalistas empezaron a penetrar al resto del mundo de nuevas formas. Ahora necesitaban lugares a los cuales exportar el capital mismo, o sea, donde invertirlo y establecer empresas capitalistas en estas partes del mundo. Así, podían obligar a la gente de ahí a trabajar para una miseria y sacar superganancias. Las presiones para expandirse eran enormes, determinado cuales capitalistas vivirían o morirían., cúchales potencias imperialistas dominarían y cuáles perderían, y eso suscitó una fuerte rivalidad entre potencias capitalistas y una luchar por repartir el mundo entero. Esta lucha provocó guerras y conflictos, como la Guerra Hispano-Estadounidense y las sangrientas guerras mundiales mucho más horrorosas. Decenas de millones de personas murieron en el siglo pasado en este conflicto sobre quién sería el explotador principal.

En esta lucha mundial para sacar ventaja, Estados Unidos siempre ha contado con México, América Latina y el Caribe como coto especial, y ha derramado mares de sangre para mantenerlo así.

Estados Unidos allanó el camino para la extensión de sus tentáculos políticos y económicos a lo largo del hemisferio occidental, con el respaldo de la fuerza bruta en su caso. He aquí unos cuantos ejemplos:

Lo que motivó las justificaciones que acompañaban estos crímenes fue la realidad, resumida entonces por Smedley Butler, comandante de los marines estadounidenses:

“…Ayudé a asegurar a México y sobre todo Tampico para los intereses petroleros estadounidenses en 1914. Ayudé a hacer que Haití y Cuba fueran lugares dignos para que los muchachos del banco National City pudieran recaudar ingresos en… Ayudé a purificar a Nicaragua en beneficio de la sociedad bancaria internacional de Brown Brothers in 1909-1912. Llevé luz a la República Dominicana en beneficio de los intereses azucareros estadounidenses en 1916. Ayudé a que Honduras fuera ‘lio indicado’ para las empresas fruteras estadounidenses en 1903… En retrospectiva, siento que tal vez yo pudiera haberle dado unos consejos a Al Capone. Lo mejor que él podía hacer fue manejar su negocio en tres distritos de la ciudad. Los marines operábamos en tres continentes” (Raymond Lotta con Frank Shannon, America in Decline. Chicago: Banner, 1984. p. 185).

En la segunda mitad del siglo 20, eso continuó y se agravó. En las siguientes décadas, Estados Unidos puso en el poder a dictadores títeres, como Bautista en Cuba, Trujillo en la República Dominicana, los Duvalier en Haití, Noriega en Panamá, los Somoza en Nicaragua y Pinochet en Chile, entre muchos otros, por medio de la fuerza directa o golpes de estado fraguados por Estados Unidos. Estos dictadores dejaron que se desbocaran los intereses comerciales y económicos estadounidenses en sus países respectivos, saquearan los recursos y le sacaran superganancias a la abundante mano de obra barata, a la vez que por su cuenta masacraron a miles de personas a fin de mantenerse en el poder. En los años 70 y 80 en Nicaragua, El Salvador, Chile, Argentina y otras partes de la región, los títeres pro-estadounidenses masacraron a decenas de miles de personas a fin de aplastar la resistencia y mantener la dominación estadounidense. En el Perú, el gobierno masacró a decenas de miles con el aval de la CIA, durante la represión de la revolución dirigida por los maoístas en los años 80 y 90. En Guatemala, los sicarios pro estadounidenses asesorados por la CIA y con el enérgico apoyo del instrumento estadounidense de Israel, mataron a aproximadamente 200 mil personas. En esos años, el ejército estadounidense invadió directamente a los países de Granada y Panamá.

A causa de este sistema de dominación política y económica estadounidense, estos países tienen una terrible pobreza y desempleo en masa. Para allanar el camino para sus propios capitalistas, Estados Unidos destruirá adrede la industria y agricultura local. A los habitantes de estas partes del mundo les urge muchísimo encontrar trabajo. De nuevo entra en escena Estados Unidos, esta vez “deja” que la gente trabaje en los propios Estados Unidos, en los peores oficios y por una mísera paga, si es que se les pague. Y luego, cuando ya no conviene a los gobernantes de Estados Unidos, procuran expulsar a la gente, de regreso a sus tierras natales saqueadas y asoladas.

¿Dónde, en qué parte de esta historia, Estados Unidos haya tratado las fronteras de cualquier país como “sagradas” e “invioladas”?

Para repetir, eso ocurrió a causa de este sistema. Ocurrió porque los gobernantes de Estados Unidos consideraban que tenían una necesidad de hacerlo a fin de mantener en pie su sistema económico y político y para conservar su posición por encima de otros imperialistas. Cuando les conviene, violarán las fronteras y masacrarán a personas y hablarán de la libertad; y cuando algo más les conviene, chillarán acerca de fronteras y se presentarán como víctimas. ¿Cómo sería que cualquiera tomara en serio ni hablar apoyara, los llamados a defender las fronteras de ellos? ¿Cómo sería que cualquiera, de hecho, hiciera algo menos que hacer la revolución para deshacerse de tal sistema asesino e inhumano?

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