Revolución #214, 24 de octubre de 2010
Y a pesar de las buenas intenciones que tienen muchos maestros, el sistema educativo es un insulto crudo para muchos jóvenes y un mecanismo de disciplina y adoctrinamiento en general. Si bien existe cierto estímulo, en particular en algunas escuelas “elitistas”, para que los estudiantes piensen de formas “no conformistas” —siempre y cuando en última instancia eso siga beneficiando las necesidades e intereses fundamentales del sistema—, en general, en lugar de darles una capacidad real para que aprendan acerca del mundo y busquen la verdad donde quiera que ésta lleve, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica, se moldea y se distorsiona la educación de modo que sirva a los mandamientos del capital, justifique y perpetúe las relaciones de opresión en la sociedad y en el mundo en conjunto, y refuerce la posición dominante de los ya poderosos. Y a pesar de los impulsos y esfuerzos creativos de muchas personas, también se corrompe y se moldea la cultura dominante para reducir y no elevar las aspiraciones de la gente, ensalce y promueva los modos de pensar y de actuar que mantienen este sistema en pie y hacen que la gente crea que no es posible tener nada mejor.
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