Revolución #216, 14 de noviembre de 2010
Carta:
Se agita el caldo en la Universidad de California-Berkeley
"Llevemos a los campus el día de protesta contra la brutalidad policial y la represión, el 22 de octubre, y que nos acompañen varias de las personas que viven bajo eso todos los días. Tomemos a pecho la respuesta de un estudiante de una universidad élite que asistió a una conferencia sobre construir el movimiento para la revolución, cuando conoció a personas que viven en los proyectos de vivienda pública y platicó con ellas sobre sus vidas: ‘¡La gente en el campus no sabe NADA NADA de eso!’ ¿Cuál impacto tendría si un par de personas que SÍ viven ese infierno todos los días fueran a las universidades con letreros con la inscripción: ‘Pregúnteme cómo es la vida en el infierno llamado Estados Unidos’? ¿Cuál impacto tendría en algunos de los estudiantes hacer una gira de los ghettos y barrios, guiada por esas mismas personas?"
"A los revolucionarios, los radicales y los que resisten: Lleven ESTA revolución a las universidades", Revolución #212
El 21 de octubre, el día anterior al 22 de octubre Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, algo nuevo y diferente vino a la universidad de California-Berkeley. Siete proletarios de mentalidad revolucionaria y miembros de las familias de las víctimas del asesinato policial se sintieron inspirados a venir al plantel, junto con un equipo de revolucionarios, para ayudar a organizar el 22 de octubre y retar a los estudiantes para asumir esta lucha.
En preparación, discutíamos el hecho que los estudiantes aquí no saben mucho de lo que sucede en lugares como el este de Oakland, a menos de 15 km de distancia, y debemos hacer concreta esa realidad para los estudiantes y retarlos para que salgan con nosotros a protestar. Hablamos acerca de que el 22 de octubre es el primer día de "La Semana Revolución" en la universidad, una semana de imaginación radical y eventos importantes, sobre la brutalidad policial, el estado de Israel, el desastre del petróleo del capitalismo en el golfo de México y el Mensaje y Llamamiento del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, "La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos".
Levantamos un gran "mural de vidas robadas" en la entrada principal de la universidad con algunas imágenes, incluyendo la foto muy poderosa del Mensaje y Llamamiento que muestra unos cerdos blancos arrodillados sobre el cuello de un joven negro. Casi inmediatamente los estudiantes empezaron a acercarse, diferentes tipos de estudiantes, y recibieron nuestros volantes. Uno de los revolucionarios empezó a agitar con un megáfono, hablando sobre la epidemia de brutalidad policial, qué tan sistemática lo es en todos los ghettos y barrios en todo el país, cómo los cerdos actúan igual que un ejército de ocupación en vecindarios como el este de Oakland. Invitó a los estudiantes a mirar el mural con los nombres y fotos de vidas robadas por las fuerzas del orden, para hablar a los miembros de las familias presentes cuyos seres queridos fueron asesinados por la policía y definitivamente salir al día siguiente a protestar. Hablaba acerca del rol que tiene la policía en asegurarse que los oprimidos sigan subyugados y sobre todo mantener el status quo, por eso es que vienen a golpear y hacer retroceder a los estudiantes por levantarse por su derecho a una educación digna. Y las fuerzas armadas de Estados Unidos e Israel básicamente juegan el mismo rol a nivel internacional, reforzando brutalmente el imperialismo por todo el globo. Retó a los estudiantes a atar cabos y llegar a la raíz del problema y ser parte de la Semana Revolución.
Danny García, el hermano de Mark García (asesinado por la policía de San Francisco), tomó el megáfono. Señalaba a las diferentes caras de la gente por él conocida que estaban el mural y contó sus historias. Un joven proletario centroamericano de Oakland habló en español sobre la necesidad de la revolución y que los estudiantes sean parte. En un momento, un par de jóvenes negros que no eran estudiantes se acercaron y dijeron que eran amigos de Gary King, Jr. (asesinado por la policía de Oakland). Teníamos una foto grande de Gary King, Jr. que sostuvieron por un rato. Otras dos estudiantes, afroamericanas, llegaron y firmaron una gran manta contra la brutalidad policial que teníamos, diciendo que sus amigos habían sido asesinados por la policía. Un estudiante negro de Atlanta vino y miró la foto de los cerdos arrodillados sobre el joven blanco y dijo: "Ése podría ser yo".
Ésta era una escena MUY diferente del activismo tan usual en la universidad y no era algo que podía ser ignorado. En cierto momento tomamos la gran pancarta del 22 de octubre y marchamos a través de la Plaza Sproul a un espacio concurrido entre los dos edificios académicos. Al principio un gentío se reunió a ver lo que estaba pasando. Los estudiantes firmaban la manta, escribiendo comentarios muy serios sobre la brutalidad policial. En un momento dejamos de hacer la fuerte agitación para que los estudiantes se sintieran más cómodos para venir y firmar la manta o hablar a las familias. La firma de la manta fue una buena manera de atraer a los estudiantes y muchos de ellos vinieron a firmar. Incluso alguien la firmó en chino.
Nos costó más trabajo hacer que los estudiantes vinieran hablarles a las familias. Hubo unos cuantos intercambios, como entre un joven estudiante latino que habló un rato a uno de los familiares en español. Otro familiar dijo que sintió que pudo haber hecho un trabajo mejor de romper el hielo con los estudiantes, simplemente acercándoseles y presentándoseles. Una mujer joven que era parte de nuestro grupo, la hermana de alguien asesinado por la policía, se estaba sintiendo frustrada con tantos estudiantes que simplemente nos pasaban y seguían su camino (aunque para nosotros ésta era una respuesta mucho mejor que de costumbre), así que le dijimos: "¿Por qué no vas y les hablas?" Y eso fue lo que hizo el resto del día.
En general, las familias de las víctimas y otros que llegaron del este de Oakland parecían vigorizados por el día. Parece ser que gran parte de lo que los motivó a venir era algún sentido que la Universidad de California-Berkeley era un lugar importante a que ir si se quiere cambiar la sociedad. Y es verdad, las universidades son centros de ideas, de las ideas dominantes y potencialmente de las ideas revolucionarias, y en ese sentido éstas son donde se quiere estar si se quiere desafiar el discurso dominante y tener un impacto a nivel de la sociedad. Además, Bob Avakian ha enfatizado la importancia estratégica de la "transferencia de la lealtad" de un sector de los intelectuales, desde el orden burgués hasta el orden revolucionario, y el impacto desproporcionado que podrían tener. Y los estudiantes han tenido un rol crucial en todo movimiento revolucionario. Al mismo tiempo, al desarrollarse el movimiento revolucionario en las universidades y en la clase media, y al desarrollarse entre los más oprimidos por este sistema, existe un rol decisivo que los de abajo de la sociedad que "soportan el infierno todos los días" y no tienen tal temor del trastorno y agitación pueden jugar "encender la chispa" en el sentido metafórico en los frentes político e ideológico, radicalizando al resto de la sociedad.
Algo de esta clase de sinergia de estire y afloje realmente se dio el 21 de octubre. De lo que sabemos, ningún estudiante de la Universidad de California-Berkeley salió a protestar al día siguiente. Así que queda pendiente un reto tanto a los estudiantes como a los proletarios de cruzar esta inmensa división social y todas las barreras que existen. También queda pendiente un reto para los revolucionarios: de darle a la gente un sentido de cómo esta clase de cosas encaja en nuestra estrategia para la revolución y una visión de la clase de sociedad por la que estamos luchando y realmente dirigir a la gente con el análisis y la confianza de que todos (sin importar de donde vengan) son capaces de pensar y actuar por lo que respecta a la emancipación de la humanidad. Al hacerlo de esta manera, todos los que participaron estarán en un lugar diferente más elevado. Todo eso fue una primera experiencia muy buena y nos hace falta mucho más.
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