Revolución #230, 24 de abril de 2011
Con motivo de la publicación de Lo BAsico
Una celebración de revolución
y la visión de un
mundo nuevo
Una velada de música,
arte visual,
poesía y lecturas
11 de abril de 2011: Finalmente el día llegó. Cerca de 400 personas llegaron para un increíble programa de arte visual, danza, poesía, música de muchos géneros, en celebración de revolución y la visión de un mundo nuevo con motivo de la publicación de Lo BAsico, una colección de citas y ensayos cortos de los discursos y escritos de Bob Avakian.
Las personas llegaron sin saber exactamente lo que esperaban, pero buscaban algo diferente. Al repasar la exhibición de arte visual que era vibrante… desafiante… diversa… furiosa… esperanzadora… y llena de júbilo, había una ambiente de expectativa.
Entonces se abrieron las puertas, las personas tomaron sus puestos.
La gente experimentó una noche de arte que trató el tema de la revolución y un mundo nuevo expresado de diferentes maneras, las citas de Bob Avakian servían de marco a los cuatro actos y zigzagueando por la noche. Los cantantes lanzaron notas a la estratosfera y muy adentro de tu cuerpo. Poderosas piezas de danza emitieron pulsaciones con una impaciente energía. Solistas de jazz a ritmo vertiginoso te sacaron de lo cotidiano y a veces te introdujeron muy dentro de lo cotidiano. Una amplia variedad de músicos que te llevaron a vibrar y sentir los ritmos (y las letras) de música punk, funk, latina, india y el soul de los años 60 y 70…
Cortas piezas teatrales y poemas que emotivamente evocaron las diferentes experiencias de vida de la gente dentro de este sistema. Duras verdades acerca de la historia pasada y actual de este sistema, junto con penetrantes cuestiones para la audiencia, al lado de la escueta imaginería y cadencias poéticas. Una colección de piezas dramáticas, lecturas y discursos muy poderosos que ilustraron la envergadura de la obra de Avakian y sus conexiones con los años 60, los presos, los revolucionarios de todo el mundo. Video-clips del mismo Avakian, desde los 60 a hoy, presentó a muchos este líder y pensador, generando una amplia variedad de respuestas.
Una persona lo resumió así: "No me gusta usar la palabra inspirador, porque está muy desgastada. Pero no hay otra palabra para describir esto".
Este fue un arte que se quedara contigo más allá de los aplausos, un arte que abarcó una tremenda cantidad de diversidad expresiva, tanto en forma como en contenido. Esta fue, en efecto, una festiva celebración y al mismo tiempo una exploración seria, a veces humorística, otras furiosa y a menudo visionaria y sobre todo revolucionaria del tema de la velada que conectó cada representación y una emoción electrizante compartida con la audiencia.
Después en el vestíbulo las personas se dabas abrazos, se sonreían, se chocaban las manos y más que todo emotivas conversaciones y de plano simplemente absorbían con otros lo que habían experimentado. Las representaciones artísticas y todos los que se tomaron el escenario esa noche estuvieron juntos demostrando no solo que otro mundo es posible sino también los trazos de un futuro donde la humanidad pudiera emanciparse y florecer. Y por una noche, y potencialmente por mucho más tiempo, se formó una comunidad de nuevo tipo.
Una mujer se acercó a uno de los reporteros y le dijo: "Quiero presentarles a mis nuevos amigos". Ella conoció a esos nuevos amigos cuando estaba viendo cómo llegar al Harlem Stage. Al caminar por la calle, notó que muchos otros bajaban por la cuadra con las tarjetas del evento en la mano. Y por eso ella se acercó a un grupo de mujeres y todas lograron encontrar el lugar, y una vez adentro, se sentaron y compartieron la noche juntas.
En las semanas por venir, Revolución estará dándole más imágenes, sones y reflexiones de esa velada desde diferentes ángulos. Pero por ahora, quizás lo más apropiado que nosotros podamos dejarle a ustedes es hacer eco del agradecimiento dado al final del programa:
GRACIAS al Comité Anfitrión del 11 de abril, incluyendo a Libros Revolución, que hicieron posible este evento; a los artistas e intérpretes por hacerlo tan provocador y alegre; a los empleados de Harlem Stage por toda su ayuda; a los numerosos voluntarios cuyo trabajo duro y creatividad iluminaron nuestro presente haciendo que ocurriera este evento y dando una visión del futuro mundo que podría ser; y sobre todo gracias a Bob Avakian, el autor de Lo BAsico, cuyas citas proporcionaron el motivo para esta noche y cuya compasión, compromiso con la humanidad y el espíritu crítico nunca ha vacilado en el transcurso de 45 años.
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