Revolución #271, 10 de junio de 2012
El asesinato de Trayvon Martin:
El crimen y el contexto
George Zimmerman mató a balazos a Trayvon Martin y sale libre. Por todo Estados Unidos, decenas de miles de personas se toman las calles en protestas. Por fin, más de seis semanas después del terrible crimen, acusan a Zimmerman de homicidio no premeditado. Pero la lucha está lejos de terminarse.
El linchamiento estadounidense de hoy día de Trayvon Martin puso unos enormes reflectores sobre la historia y la realidad actual lo que implica ser una persona negra en los Estados Unidos de América. Suscitó grandes interrogantes sobre si la situación podría ser otra. Creó un momento en que muchas personas empezaban a cuestionar la propia legitimidad de todo el sistema responsable del asesinato de Trayvon: a ver que éste NO es un incidente aislado sino solamente el último en una cadena sin fin de tales actos perpetrados, avalados y encubiertos por los que mandan.
Pero ahora nos dicen que nos calmáramos, que cambiáramos el enfoque a los tribunales, nos volviéramos a meter nuestra furia para nuestros adentros y que "dejáramos rodar las ruedas de la justicia", sin importar el resultado. Ahora hay muchas especulaciones, palabras y muchas personas de los medios informativos que trabajan para crear opinión pública en cierto sentido, antes de que el caso siquiera llegue a juicio.
El contexto incorrecto, y el contexto correcto
He aquí el mensaje subyacente: olvídese de todas las GRANDES interrogantes que este asesinato suscita sobre la sociedad como es; sobre la manera en que aplican la etiquetación racial y criminalización a los jóvenes negros; la manera en que este asesinato le hace eco al asesinato de Emmett Till en el Sur del Jim Crow de los años 50. Olvídese de su furia y quizá su resolución de trabajar por un mundo en que ya no habrá tragedias como la muerte de Trayvon Martin.
Al contrario, escuchamos: discutamos interminablemente lo que hizo George Zimmerman en el "contexto" de lo que pasó después de que se bajó de su vehículo. O sea, nada más olvídese del hecho de que si Zimmerman hubiera hecho lo que el despachador del 911 le dijo que hiciera, lo que era NO seguir a Trayvon Martin, pues nada de lo que pasó hubiera ocurrido. Pero, al contrario, se oyen discusión tras discusión sobre quién inició el enfrentamiento, quién lanza gritos de auxilio, quién estaba encima de quién, qué tanto sangraba la nariz de Zimmerman y así sucesivamente.
Pero veamos las cosas en perspectiva. ¿Qué es el contexto concreto de lo que pasó? Para repetir, Zimmerman llamó al 911 y le dijeron que permaneciera en su vehículo. Pero él se bajó y le siguió a Trayvon, el que había ido a la tienda para comprar golosinas y té helado y caminaba por el barrio, o sea, cosas puramente legales, algo que miles de personas hacen todos los días en este país. Pero acabó muerto, asesinado, robado a sus seres queridos.
De hecho, un parte del Departamento de Policía de Sanford con fecha 13 de marzo, a casi un mes antes de levantar cargos contra Zimmerman, concluyó:
"El lo fundamental, George Zimmerman pudiera haber evitado [énfasis agregado] el encuentro entre sí mismo y Trayvon Martin, si hubiera permanecido en su vehículo y esperado la llegada de los agentes del orden público, o a la inversa, si él se hubiera identificado ante Martin como un ciudadano inquieto y hubiera iniciado un diálogo a fin de despejar las inquietudes de cada parte".
Un analista político lo expuso así: "¿Por lo que se refiere a la alegación de defensa propia de Zimmerman? Tonterías. Ese defensa se fue por la borda en el mismo instante en que él se bajó del vehículo cerrado con llave con un revólver semiautomático" (Andy Ostroy, Huffington Post, 21 de mayo de 2012).
Dejarse enredarse en argumentar sobre lo que pasó después de que Zimmerman se bajó del vehículo hará que no caiga en una mortífera trampa que encubre y se aleja de los temas esenciales de lo correcto y lo incorrecto, de lo justo y lo injusto.
El contexto más amplio
Bien, veamos el contexto más amplio.
La opresión del pueblo negro ha estado entretejida en todo el tejido económico y social de la sociedad estadounidense, desde los años de la esclavitud hasta hoy. Sigue siendo una parte del mismo aglutinador que cohesiona la sociedad estadounidense, aunque dicha opresión haya experimentado diferentes cambios y se haya reforzado de distintas formas. La abierta propiedad de los negros bajo la esclavitud abrió paso a la segregación del Jim Crow y el terror del Ku Klux Klan. Hoy, tenemos lo que se llama "el Nuevo Jim Crow" de brutalidad y asesinato policial y la encarcelación en masa de cientos de miles de negros y latinos.
El asesinato de Trayvon Martin y la furia que irrumpió por todo Estados Unidos destapan importantes verdades acerca de la naturaleza de esta sociedad.
- El eco de las generaciones de aquellos muertos a una edad tan temprana por ninguna otra cosa salvo ser negro y por eso "sospechoso".
Emmett Till, 14, asesinado en 1955 por silbarle a una mujer blanca en Misisipí. Miles más, sacados a rastras de sus hogares o de plano secuestrados por el camino por el Ku Klux Klan y linchados ante una chusma burlona y aullante. Adelantémonos velozmente a estos tiempos: Amadou Diallo, un inmigrante guineano, 23, matado a 41 balazos por agentes del Departamento de Policía de Nueva York, alegando que creían que su billetera era una pistola. Oscar Grant, baleado y asesinado, a quemarropa, a sangre fría, sin razón en absoluto el día del año nuevo de 2009 por policías de Sistema de Transporte Rápido del área de San Francisco. La lista de Vidas Robadas sigue creciendo a diario.
- La brutalidad racista está "vivita y coleando" en Estados Unidos. Un repaso de los últimos meses: en marzo, tres hombres blancos en Jackson, Misisipí, se declaran culpables de cargos de delitos federales de odio, al admitir haber hostigado y agredido repetidamente a negros y matado a James C. Anderson en julio de 2011 al arrollarlo con una camioneta. En abril de 2012, dos hombres blancos en Tulsa, Oklahoma, van de cacería en un barrio negro, seleccionan al azar y matan a tres negros e hieren a dos. En mayo de 2012 en Arizona, un supremacista blanco, vigilante fronterizo y neonazi de larga trayectoria balea y mata a una beba de 16 meses de edad junto con su madre, abuela y el novio de su madre.
Vemos lo que engendró el asesinato de Trayvon Martin: un negocio de Florida informa que se vendieron rápidamente todos los blancos de tiro con una figura sin rostro vestida de sudadera con capucha, con un té helado y golosinas en la mano. La descripción del producto se lee: "Todos conocen la historia de Zimmerman y Martin. Nosotros, claro está, apoyamos a Zimmerman y creemos que él es inocente y que le disparó a un maleante". En la Universidad de Cornell, un grupo de estudiantes sentados en la azotea de la sede de una fraternidad arrojó botellas y otros objetos sobre los estudiantes negros que caminaba cerca, y cuando les pidieron que lo dejaran, respondieron así: "Ven acá, Trayvon" y otros dichos racistas.
- Las personas se pusieron en pie para denunciar lo que pasa todo el tiempo por todo Estados Unidos: jóvenes latinos y negros en la mira, satanizados, brutalizados y asesinados. Los letreros, camisetas y coros de "Todos somos Trayvon Martin" responden al hecho de que este sistema trata a toda una generación de jóvenes negros como una "generación de sospechosos" a los cuales matar y encarcelar. Las madres se pusieron en pie, una tras otra, para relatar que habían tenido que darles "la orientación" a sus hijos acerca de la forma apropiada de hablar, vestirse y actuar, a fin de ver que los policías no los pararan, hostigaran ni mataran. ¿Qué enseña eso acerca de una sociedad en que un hijo vuelve de una escuela de internado para pasar las vacaciones de verano y su madre se siente obligada, pues en el sentido literal se trata de un asunto de vida o muerte, a enviar un correo electrónico a los vecinos: "No se dejen alarmar cuando vean a un muchacho negro caminando por acá, pues él es mi hijo y él vive aquí"? (Laura W. Murphy, directora, Oficina Legislativa de Washington de la Asociación Americana de Libertad Civiles).
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La pura verdad de la vida en Estados Unidos es que según las normas de los que mandan, un joven negro vestido de sudadera con capucha es un sospechoso. Este sistema capitalista no tiene ninguna forma de explotar de manera rentable a estas generaciones de jóvenes negros y ha respondido con la criminalización y el encarcelamiento: con décadas de una llamada "guerra contra la droga", con el principal fin de encierra a negros y latinos; ha criminalizado a todo un sector social; y hoy, en la mente de muchas personas, alguien como Trayvon Martin no es sino un maleante que merece que lo persigan, encierren y, de ser necesario, torturen en aislamiento.
Así funciona un sistema que produce a policías y vigilantes como George Zimmerman que asesinan. Eso es lo que engendra cosas como la política de parar y registrar del Departamento de Policía de Nueva York que practica la etiquetación racial y hostigamiento, o cosas peores, a cientos de miles de personas. Así, hemos llegado a estar en una situación en que 2.4 millones de personas están presas, en su mayoría negros y latinos.
Tuvo una enorme importancia, e importaba muchísimo, que decenas de miles de personas se tomaran las calles para exigir justicia para Trayvon Martin. Sin duda, Zimmerman estuviera en libertad hoy si esas protestas no hubieran ocurrido. Pero ahora, nos dicen que ya es hora de dejar que funcione el llamado "sistema de justicia". Pero el sistema sí funcionaba cuando dejó a Zimmerman en libertad la noche del asesinato, cuando le hizo una prueba de drogas al cadáver de Trayvon, pero no a Zimmerman, cuando presentaba a Zimmerman como la víctima y a Trayvon como un delincuente juvenil. Ahora mismo es de importancia crucial que no nos sentemos de brazos cruzados, sino al contrario, que encontremos las formas de expresar nuestra resolución de conseguir justicia, que no nos quedemos callados mientras ellos procuren exonerar de nuevo al asesino de Trayvon.
Tenemos que luchar por justicia para Trayvon Martin. Además, tenemos que vincular esa lucha a la importancia y la urgencia de construir un resuelto movimiento de masas contra la encarcelación en masa.
¡Justicia para Trayvon Martin!
Encarcelación en Masa + Silencio = Genocidio
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