Revolución #275, 22 de julio de 2012
Éste es el sistema imperialista
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Cada martes dos docenas de funcionarios de seguridad nacional se reúnen en la sala de situaciones de la Casa Blanca para añadir nuevos nombres a la "lista de blancos para matar". Estudian, debaten y deciden quiénes entre los nuevos candidatos de diversas partes del mundo serán escogidos para ser asesinados. Repasan las "tarjetas de béisbol", como un funcionario les llama, las caras por un lado y sus biografías sobre el otro. Y sí, hay ciudadanos estadounidenses también en la lista1.
El presidente Obama personalmente supervisa el proceso. Insiste en que sólo él debe tomar la decisión de quién será el próximo objetivo de un ataque de avión no tripulado u otro letal método de matar. Aparentemente su decisión de matar al clérigo estadounidense Anwar al-Awlaki en Yemen fue "fácil".
No hay ningún juicio; ningún jurado; ninguna impugnación de la evidencia presentada. Pero el procurador general Holder explicó en un discurso en la Universidad de Northwestern en marzo que eso no es una violación constitucional del "debido proceso legal", porque lo que sucede en esa sala encarna el debido proceso legal.
Los ataques de aviones no tripulados, llamados "de precisión", usados para matar a los blancos también están matando a muchas otras personas que por casualidad estaban en la zona. Por lo que la CIA no miente adrede sobre las muertes, pero afirma que cualquier varón en edad militar en una zona de ataque es un combatiente; a menos que haya inteligencia específica póstumamente, después de matarlos, que demuestra su inocencia.
Lo que pasa cada martes es macabro y un suceso sumamente peligroso. También es una violación fundamental de las leyes de Estados Unidos y del derecho internacional que va más allá de lo que hizo Bush. Estos son ataques militares en el territorio de otros países sin ningún acto previo de guerra por ese país contra los Estados Unidos, sin ninguna declaración de guerra emitida por el Congreso; lejos de cualquier zona de guerra.
Jueces, abogados y críticos radicales han expresado su horror por la "lista de blancos para matar". Glenn Greenwald, periodista y abogado de derecho constitucional, escribió:
El Presidente de los Estados Unidos cree que tiene el poder para ordenar que maten, asesinen a personas, bajo el secreto absoluto, sin ningún debido proceso legal, sin transparencia ni supervisión de ningún tipo... En el sentido literal, es el poder más radical del que pueden apoderarse un gobierno y un presidente, y no obstante, la administración de Obama ha aprovechado este poder y lo ha ejercido agresivamente con muy poca controversia.
Hay un silencio ensordecedor de parte de tanto el Partido Demócrata como el Republicano; y el presunto candidato presidencial republicano Romney mismo no ha expresado ninguna oposición al respecto. Eso se debe a que ambos partidos y ambos candidatos no se le oponen.
¿Por qué? Han llegado al acuerdo de que esta política es una parte necesaria del trabajo del presidente a la cabeza de un imperio capitalista imperialista que enfrenta graves, nuevos retos internacionales.
En un artículo en Foreign Policy en mayo de 2012, titulado a "Barack O'Romney", Aaron David Miller, quien trabajó en el Departamento de Estado de Estados Unidos durante veinticuatro años y fue asesor de seis secretarios de estado, escribe: "Hágase caso omiso de lo que los candidatos dicen que harán de distinta forma sobre la política exterior. Ambos son en esencia uno y el mismo hombre". Y después de cumplir la orden de Obama de matar a Awlaki, Dick Cheney, el secretario de Defensa de Bush, alabó a Obama por "un golpe muy bueno", llamándolo "justificado".
La clase dominante que se encuentra en la cima de este sistema imperialista no tiene ninguna solución para las horrendas consecuencias del funcionamiento de su sistema que sirven en modo alguno a los intereses de los pueblos del mundo. Al contrario, la urgencia que enfrentan es el uso "inteligente" de agresión militar y las intrigas políticas para mantener o reafirmar su dominación del Medio Oriente y Asia Central, en lo fundamental en contra los habitantes de esas regiones. Según esa perspectiva, la "lista de blancos para matar" de Obama es, como dijo, "fácil."
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1. "Secret 'Kill List' Proves a Test of Obama's Principles and Will", New York Times, 29 de mayo de 2012. [back]
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