Carta de un preso sobre:

“No andar al oeste cuando se cree que anda al este”

10 de febrero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La siguiente carta fue enviada al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos:

 

22 de enero de 2013

Por varios años ya, debido a la generosidad y compromiso del Fondo para con mi desarrollo político e ideológico, he venido llegando a apreciar y admirar sinceramente las contribuciones que la primera etapa de la revolución comunista le ha pasado a nuestra generación hoy. No ha existido ningún otro precedente histórico en la historia humana en que la humanidad haya tomado “las riendas” de su civilización, con el objetivo final de poner a nuestra especie sobre el único camino que de una vez por todas pudiera cerrar toda la sarta de brechas que ha dividido al pueblo desde el amanecer de la sociedad de clases. Si miramos el panorama más amplio y ponderamos en serio la magnitud de lo que hemos emprendido concretamente, las masas deberían estar muy orgullosas de ese período en nuestra historia colectiva, no solamente reconocerlo con un sentido de asombro y admiración como si fuera algún “artefacto histórico muerto” de una “Edad de Oro” en un museo de antropología, sino como algo con que deberíamos familiarizarnos, tanto las lecciones positivas como negativas que se pueden extraer de esas experiencias, para hacer algo aún mejor la próxima vez.

Además, hemos estado celebrando la historia de la dictadura de la burguesía (la clase capitalista) desde que todos aprendimos a recitar el juramento a la bandera. ¿Por qué no enorgullecernos de celebrar y reconocer nuestra propia dictadura, de las primeras dos dictaduras de tipo proletario en la historia humana? Y no… no es de sorprenderse que los medios de comunicación burgueses, sus historiadores y los apologistas de este sistema capitalista-imperialista no compartan nuestro espíritu de celebración tanto como nosotros no deberíamos esperar que las clases esclavistas (también dictaduras de clase) en la historia “celebraran” la liberación de sus esclavos. ¿Por qué hubieran de haberlo hecho?

Al iniciarse esta nueva campaña “Pongamos las cosas en claro” sobre la primera etapa de la revolución comunista, me acuerdo de algo que les dijo Malcolm X en 1964 a una muchedumbre de jóvenes en Misisipí: que una de las primeras cosas que los jóvenes, especialmente en estos días, deberían aprender es cómo ver, escuchar y pensar por sí mismos. Así, por su cuenta, podrán tomar una decisión inteligente. Si adoptan la costumbre de creer lo que otros digan o piensen de alguien, en lugar de investigar y verlo por sí mismos, ustedes se encontrarán andando al oeste cuando creen que andan al este e irán andando al este cuando creen que andan al oeste. Esta generación, en especial la de nuestro pueblo, lleva una carga, más que cualquier otro tiempo en la historia. Lo más importante que podemos aprender hoy es pensar por nosotros mismos. (Malcolm X Speaks compilado por George Breitman, p. 137, nuestra traducción de la edición en inglés)

¿Qué tan relevantes son esas palabras de consejo hoy? Diría yo que es el meollo de lo que representa esta campaña: conocer los hechos por sí mismo, para que siempre pueda extraer conclusiones con confianza.

Me acuerdo que cuando llegué a la prisión por primera vez y antes de leer ese discurso de Malcolm, yo tenía muchas ideas equivocadas y había sacado conclusiones equivocadas sobre una gama de cosas. Por ejemplo, recuerdo haber creído que el Partido Pantera Negra era una versión negra del Ku Klux Kan. Conseguí esta impresión no sólo de varias personas con quienes había hablado, sino además de alguien en la televisión que habló brevemente de “su legado”. Yo tardé años en darme cuenta de que ninguno de ellos, incluido el tipo que habló de “su legado”, no sabía de qué diablos hablaba y a lo mejor nunca había investigado, por sí mismo, ninguna de las ideas incorrectas que había escuchado acerca de los Panteras. Hasta el día de hoy, aún me encuentro en la posición de ser la persona que tiene que “Poner las cosas en claro” en lo que concierne el verdadero legado de los Panteras.

Me es algo gracioso pensar en esa etapa de mi desarrollo, porque me asombra qué tanta frecuencia yo creía en serio que “andaba al oeste” cuando de hecho “andaba en realidad al este”. Cuando por fin conseguí unos libros sobre los Panteras y me familiaricé con su historia, ideología y hazañas, Y sus defectos, aprendí dos lecciones muy importantes: No sólo deberíamos saber las cosas por nosotros mismos, sino tampoco deberíamos idealizar el pasado de modo que nos impida aprender de esos errores y deficiencias que sí existieron. Desafortunadamente, yo tenía que hacerme varias autoevaluaciones (sobre varios temas) antes de establecer estas lecciones como principios centrales de mi vida; pero una vez que lo hiciera y empezara a aplicarlos en todos mis estudios, llegué a darme cuenta que en verdad no existen atajos para mantenerse informado.

Con eso retomo lo de la primera etapa de la revolución comunista y lo que representa esta campaña “Pongamos las cosas en claro”. Hoy, en lo que concierne la cuestión de lo que sucedió en los hechos en la Unión Soviética entre 1917-1956 y en China entre 1949-1976, muchos de nosotros al empezar a compartir nuestras ideas sobre esos “legados”, de inmediato empezamos a andar al oeste, al CREER que íbamos al este. Si yo no considerara esta particular tendencia nuestra un obstáculo tan grande a que las personas entiendan los problemas de la sociedad capitalista y que la vida no tiene que ser así, a lo mejor yo no estuviera compartiendo mis sentimientos acerca del significado de esta campaña “Pongamos las cosas en claro”. Sin embargo, entiendo que ésta es una de esas contradicciones que principalmente, entre otras razones, muchas personas ni siquiera pueden ver otra forma de organizar la sociedad para satisfacer nuestras necesidades sobre una base que se expanda constantemente, mientras que nos relacionemos el uno al otro de una manera que tenga mucho más sentido.

Sigo aprendiendo mucho sobre esos dos períodos históricos; y para mí todavía hay mucho por conocer acerca de la experiencia soviética, ya que me he centrado en obtener un conocimiento concreto de todas las hazañas Y de los defectos del proyecto chino; no obstante, lo que he aprendido durante estos últimos cuatro años sobre la experiencia china entre 1949-1976 me ha hecho admirar en serio la dirección de Mao Tsetung así como el Gran Salto Adelante (1958-1959) y la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976), en los que su dirección y orientación moral fueron algo fundamental.

Creo que muchas personas pierden de vista cómo era China antes de 1949. Fue un país que el imperialismo occidental y japonés había dominado, explotado y mantenido en el subdesarrollo durante décadas (de los años 1840 a 1949). La clase capitalista compradora burocrática, que apoyaba al régimen de Chiang Kai-shek hasta 1949, antes de la liberación, había controlado el 80% de la industria, el comercio interno y extranjero, la banca, etc., no en beneficio del desarrollo de China y de aumentar el nivel de vida del pueblo chino, sino como una extensión de las necesidades y deseos de esas economías imperialistas y personas. En ese país en Shanghai había parques “públicos” con letreros: “Se prohíben el paso de perros y chinos”. En el libro Wind in the Tower, Han Suyin señala que “de unos 600 millones de personas, solamente cinco millones (la cifra es de 1957 del mismo Mao) han tenido nueve años o más de estudios” (p. 61). Antes de la liberación, las mujeres ni siquiera tenían el derecho de divorciarse, la poligamia aún existía, la costumbre de las esposas niñas era común, el infanticidio era un problema, a menudo vendían a los niños para cubrir deudas y había 90 millones de adictos de opio, entre otros muchísimos problemas de China que contribuían a su atraso. En pocas palabras, la vida en China estaba jodida, especialmente para la clase obrera y los campesinos. Que no se olvide que de los 600 millones de personas en China, 500 millones eran campesinos, más del 80% de la población.

He aquí mi pregunta: ¿dónde estaban todos esos apologistas del sistema capitalista imperialista cuando todo eso ocurría y quienes en su mayoría apoyaban la política exterior de su país, aunque esas políticas mantenían dichas condiciones? En serio… que “Pongamos las cosas en claro” de veras sobre aquellos que apoyaban la represión, la ausencia de democracia y el terrorismo de estado. ¡Desde luego que no lo hicieron Mao Tsetung y sus políticas!

No, lo primero que hicieron Mao y el Partido Comunista de China al obtener la liberación fue adoptar la Ley de Matrimonio de 1950 la que estableció el matrimonio de mutuo consentimiento, el derecho al divorcio para la mujer y penalizó la venta de niños y el infanticidio. Para los principios de los años 70, China ya podía dar de comer lo suficiente a todo su pueblo y la gran mayoría de los estudiantes en las universidades eran obreros y campesinos, y no los hijos de las clases feudal y capitalista compradora como antes de la liberación. Claro… no es de sorprenderse que las clases feudal y capitalista compradora y todos los que se beneficiaban de sus dictaduras de clase tuvieran poco “bueno” que decir sobre la China socialista y Mao, pero, bueno, ¿tenían aquellos de los Estados de la Confederación [esclavistas] del Sur estadounidense algo “bueno” que decir sobre el movimiento de abolición y la población de esclavos a que alguna vez habían dominado? En serio… “Pongamos las cosas en claro” de veras.

Para hacer eso, tenemos que reconocer la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966-1976). Antes del Movimiento Ocupar Wall Street había una Revolución Cultural de China, la que se asemejaba a un fenómeno como Ocupar Wall Street con esteroides. Sí, señor… ¡con esteroides! Y adivínate, ¿quién fue el visionario y paladín más grande de este movimiento? Sí, señor, anotaste: Mao Tsetung. Tras atestiguar el revés en la Unión Soviética y la restauración del capitalismo ahí (en una forma capitalista de estado burocrático), se dio cuenta de que la revolución china seguiría yendo por el camino socialista hacia el comunismo únicamente dándoles poder a las mismas masas a todo nivel del estado. Previo la necesidad de muchas revoluciones culturales “al estilo Ocupar Wall Street” durante TODO el período de transición al comunismo con el fin de: despertar la conciencia política e ideológica del pueblo; capacitarlo para ser los nuevos dirigentes y sucesores de la revolución; desafiar a todos los niveles de la dirección que no estaban manteniendo la sociedad sobre el camino socialista; atacar a la burocracia misma; y combatir todas esas costumbres, tradiciones y relaciones en la sociedad que impedían que las masas llegaran a ser sus propios amos, de manera consciente, colectiva e individual, de la naturaleza así como la sociedad.

A diferencia de las demás dictaduras (la esclavista, la feudal y la burguesa), la proletaria hasta emprende la tarea histórica de poner fin a su propia dictadura de clase. Como dice BA: En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia no tiene sentido o tiene implicaciones peores. Mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber “democracia para todos”: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a estas, o lleva a abolirlas? (Lo BAsico 1:22)

En última instancia, eso explica por qué esta campaña “Pongamos las cosas en claro” es tan importante. Han existido tantas llamadas “democracias” en la historia. Las que podemos analizar y yuxtaponer la una a la otra, siendo la primera la democracia de la clase esclavista en Grecia. No obstante, desafío a cualquiera que en serio quiera dejar atrás un futuro mejor para sus hijos y nietos, que compare y contraste todas las democracias de la historia registrada, incluso la democracia de la clase capitalista aquí mismo en Estados Unidos, con la proletaria que existía en la China socialista entre 1966-1976 y luego que determine lo que sea posible y lo que podamos hacer aún mejor en la próxima ronda. Mientras tanto, siempre piense por SÍ MISMO.

En solidaridad, XXX

 

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