Desde el juicio de George Zimmerman
El testimonio de los policías muestra su hostilidad hacia los Trayvon del mundo
4 de julio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
Algunas observaciones de la segunda semana del juicio de George Zimmerman.
Se inició la segunda semana del juicio de George Zimmerman, el asesino de Trayvon Martin. El lunes y martes, los fiscales del Estado de Florida siguieron mandando comparecer a sus testigos.
Dieron testimonio dos agentes del Departamento de Policía de Sanford los que "interrogaron" a Zimmerman, dos testigos expertos quienes examinaron una parte de la evidencia y un amigo de vieja data de Zimmerman.
Se tocaron en la sala dos grabaciones de los interrogatorios iniciales a Zimmerman. Una era una audiograbación del primer interrogatorio que se hizo en la comisaría la noche que Zimmerman mató a Trayvon; la otra es un vídeo de Zimmerman, quien representa ante la policía su versión de lo que sucedió el 26 de febrero de 2012, la noche que mató a Trayvon pegándole un tiro en el corazón.
En las grabaciones y el testimonio de los agentes dos cosas de inmediato sobresalen. Primero, el testimonio de Zimmerman, aparte de estar lleno de mentiras contradictorias entre sí e interesadas, de ninguna manera seria fue impugnado por la policía. En efecto, el sentido básico de estos interrogatorios es que la policía ayudaba a Zimmerman a finiquitar su versión.
Le ayudaban a contar los hechos, tal como lo hacen para un compañero policía que mate a alguien. Como le dijo un agente a Zimmerman, "éstas son algunas de las cosas que usted va a tener que responder". En cierto momento, Chris Serino, el principal detective a cargo del caso, en esencia resumió el testimonio entero de Zimmerman para el mismo. Y adivínese qué: Zimmerman dijo que sí, eso es precisamente lo que pasó.
Ardiendo de hostilidad hacia los Trayvon del mundo
Pero lo principal acerca de estos policías es que arden de desprecio y hostilidad hacia Trayvon Martin y los Trayvon del mundo y de simpatía hacia Zimmerman. La primera agente que interrogó a Zimmerman, Doris Singleton, no encendió la videograbadora en la sala de interrogatorios porque, según ésta, no sabía cómo hacerlo. La grabación de testimonios en los casos de homicidios constituye el curso básico policial de primer año, pero esta policía "no sabía cómo hacerlo". No obstante, sí pudo asegurarle al fiscal que Zimmerman, el sujeto que acababa de matar a un adolescente quien llevaba unas golosinas en la mano. "no manifestó ninguna hostilidad".
Un poco más adelante en el "interrogatorio", la agente casi termina por arrodillarse en una sesión de oración con Zimmerman, deshaciéndose efusivamente por lo terrible que el pobrecito Zimmerman, un compañero cristiano, debía sentirse por haberle tomado la vida a alguien. Zimmerman le dijo a Singleton que le preocupaba el "mandamiento del Dios, no matarás". Ésta le aseguró (y tenga en cuenta que se trata de un presunto interrogatorio policial a alguien que acababa de volarle un huecote en el pecho a un joven negro de 17 años de edad) que "Dios no tenía la intención que eso implicara que usted no pudiera defenderse a sí mismo".
Serino, un testigo por la fiscalía, dio el testimonio más dañino: el lunes dijo ante la corte que creía en la versión de Zimmerman. El martes por la mañana, la fiscalía lo objetó y el juez ordenó que en las actuaciones, se suprimiera este comentario de Serino. Pero como ha dicho todo abogado el que comentara el caso, el daño ya está hecho.
Para sustentar los cargos de homicidio en segundo grado que Zimmerman enfrenta, es crucial establecer el estado de ánimo del mismo, en particular el que tuviera una "mentalidad depravada de no mostrar ninguna consideración para con la vida humana". Serino exhibió tanta hostilidad por Trayvon y tanta simpatía por Zimmerman que dejó salir que creía que Zimmerman no guardaba "animadversión" pero al contrario simplemente decía "generalidades" cuando decía entre dientes "malditos maleantes… esos malditos imbéciles siempre se salen con la suya" antes de ponerse a confrontar a Trayvon.
Una buena parte de la defensa de Zimmerman es que éste consideraba que su vida corría peligro. Dijo que Trayvon le golpeaba la cabeza contra la acera, y su abogado dijo en sus comentarios de apertura que la acera era el "arma letal" de Trayvon. Dijo que Trayvon le pegaba repetidamente en la cara, al extremo de que la sangre de la nariz chorreara hacia los pulmones.
Pero la Dra. Valerie Rao, la patóloga forense del Condado de Duval, ofreció uno de los pocos instantes de claridad en las actuaciones de la semana hasta ahora. Señaló que los rasguños menores de Zimmerman eran "insignificantes" y "no concordaban" con lo que se esperara de alguien que hubiera sufrido repetidos golpes en la cara o de la cabeza sobre la acera. Zimmerman no sufrió ningún trauma serio, dijo la Dra. Rao, y solamente requirió unas cuantas venditas.
Un encubrimiento por parte de la policía
Pero ante el jurado, están presentando un revoltijo de evidencia y poca o ninguna base con la cual desmenuzarla y descubrir la verdad. La policía, al igual que George Zimmerman, ven a alguien como Trayvon Martin, un joven negro vestido de sudadera con capucha que camina por la calle, y de inmediato concluyen que "actúa de manera sospecha", que es un "maldito maleante", que es uno de esos "malditos imbéciles que siempre se salen con la suya".
No se trata nada más de que los policías específicos sean racistas. De manera mucho más fundamental, se trata de que estos policías sirvan y protejan a un sistema entero de explotación y opresión el que tiene la opresión profundamente empotrada del pueblo negro como una de sus piedras angulares. En los Estados Unidos de hoy, en esta tierra de la encarcelación en masa y de la criminalización y de la transformación de una generación de la juventud negra y latina en una generación de sospechosos, mediante incesantes ráfagas mediáticas condicionan y entrenan a millones de personas para ver a los jóvenes como Trayvon Martin como "malditos maleantes". Lo que sucedió cuando la policía de Sanford le entrevistó a George Zimmerman en febrero de 2012 fue un intento de su parte para montar lo que consideraba un encubrimiento cotidiano del asesinato de Trayvon Martin.
Pero Sybrina Fulton y Tracy Martin, los padres de Trayvon, perseveraron para destapar la verdad de lo que le pasó a su hijo; el llamamiento de justicia para Trayvon Martin tuvo eco en millones de personas y una poderosa oleada de lucha recorrió el país.
Ahora están procesando a George Zimmerman por homicidio en segundo grado.
Los fiscales del caso no pueden confrontar a los testigos de la policía con el hecho de que éstos, de la mano con el resto del sistema del orden público, son cómplices en su justificación y encubrimiento del asesinato de Trayvon. Si los fiscales confrontaran a los policías testigos, eso desbarataría toda la naturaleza y rol de la policía, como agentes armados de un sistema de opresión. Se trata de un sistema entero que hay que impugnar mediante un creciente movimiento para la revolución, en la medida que la gente en todas partes luche por justicia para Trayvon.
Como Revolución dijo la semana pasada: "Ahora mismo, se está polarizando la sociedad estadounidense, a la vez que el mundo entero viene tomando nota. Dos bandos se deslindan: el uno defiende el derecho de los Trayvon Martin de este mundo a vivir y florecer y, de ser objeto de ataques, a obtener justicia… el otro defiende los presuntos derechos de los individuos como George Zimmerman a matar de manera impune a las personas como Trayvon Martin. Ese deslinde debería quedar claro, pero a diario los de arriba se esfuerzan para embrollarlo. Por ello, todos nosotros tenemos que insistir en esta verdad básica".
Trayvon Martin no tuvo que morir
Todos sabemos por qué
¡Todo el sistema es culpable!
Lea más en: "Lo que está en juego en el caso de Trayvon Martin... y la necesidad de ¡APREHENDER EL MOMENTO!" y "El juicio de George Zimmerman; la persecución de Trayvon Martin".
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