El derecho al aborto está en una encrucijada: ¡NO es hora de mantener un perfil bajo — es hora de luchar en masa y sin transigir!
Sunsara Taylor y David Gunn, Jr. | 12 de julio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
Por todo el país, la gente se está despertando al estado de emergencia ante el derecho al aborto. Al momento en que legisladores en Texas obran en tiempo extra para cerrar 37 de las 42 clínicas del aborto, nuevas leyes en Carolina del Norte cerrarían cuatro de las cinco clínicas que quedan en ese estado. El presupuesto recién aprobado en Ohio podría cerrar hasta tres clínicas del aborto. El 1º de agosto Dakota del Norte posiblemente se convierte en el primer estado que efectivamente prohíbe el aborto. El cierre de la última clínica del aborto en Misisipí pende del fallo de una corte de apelación. Y esos ejemplos ni siquiera son todos.
Si no hacemos retroceder esta trayectoria ahora, condenaremos a generaciones futuras de mujeres y muchachas a la maternidad obligatoria, a la esclavización abierta, el terror y vergüenza, a vidas aplastadas. Las mujeres serán obligadas a engendrar hijos a los que no querían tener, quedarán atrapadas en relaciones abusivas, caerán en más pobreza, dejarán de estudiar y verán extinguirse sus sueños. Recurrirán a medios desesperados y peligrosos para terminar un embarazo no deseado, y una vez más, miles aparecerán en las salas de emergencia o muertas en hoteles baratillos, embarradas de sangre entre las piernas.
Estamos ante dos caminos divergentes. O tomemos el control del debate y cambiemos los términos y la trayectoria de esta lucha; o continuemos en el trillado camino de “lo que todo el mundo sabe”, sólo para despertarnos pronto dentro de una situación no reconocida e inaceptable para la mujer. Lo que cada uno haga importa, y muchísimo.
Es en ese contexto que hemos iniciado un Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto. Hacerle eco a los Viajes Por la Libertad Pro Derechos Civiles es deliberado y apropiado. La mujer que no tenga derecho a decidir por sí misma si tener un hijo y cuándo, no es libre. Al contrario, es esclava reproductiva cuyo propósito es de servir, y no de decidir activamente su propio destino.
Los voluntarios en este Viaje por la Libertad harán una caravana desde ambas costas a Dakota del Norte, cruzarán por el centro del país a Wichita, y de ahí se dirigirán hacia el sur a Jackson, Misisipí. Nuestro propósito es triple: uno, debemos rebasar las luchas locales y lanzar una contraofensiva nacional; dos, debemos cambiar radicalmente los términos políticos, morales e ideológicos de esta lucha para que millones de personas entiendan que se trata de la liberación de la mujer o su esclavización; al último y de suma importancia, debemos convocar a la resistencia popular política independiente que es necesaria para derrocar esta guerra contra la mujer.
Al evolucionarse el Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto de concepto a su inicio, muchas personas han respondido con entusiasmo y apoyo inequívoco. Tanto las personas no activistas de muchas regiones del país como las que han militado en las primeras filas de la lucha por el derecho al aborto se están uniendo con nosotros para exigir el derecho al aborto sin transigir y nos agradecen por atrevernos a viajar a donde los derechos de la mujer corran el peor peligro.
Sin embargo, algunas personas que comparten nuestra pasión por la causa han comunicado inquietudes y hasta oposición a esta acción. Temen que el Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto se pase de polémico, que ponga el grito en el cielo en pro del aborto y termine por cerrar caminos al apoyo.
Algunos han argumentado que es incorrecto que unos fuereños se metan a los lugares locales. Otros dicen que la protesta popular política pondrá en peligro las posibilidades de ganar casos jurídicos importantes y que más vale quedarnos en los cauces oficiales políticos.
En vista de que está en juego el futuro de las mujeres, creemos que es crítico responder directamente a estas inquietudes. De hecho, es precisamente la lógica equivocada a raíz de esas inquietudes lo que ha contribuido a la situación tan seria en la que nos encontramos.
En primer lugar, si bien las condiciones locales concretas son diferentes y únicas en algunos sentidos, el hecho de que toda clínica y todo estado enfrente un asalto intensificado no es único ni es local. Todos nos encontramos ante una embestida nacional contra el derecho al aborto, y se requiere una contraofensiva nacional. No solamente es completamente inmoral abandonar a las mujeres que viven en los estados más duros, sino también sería una ilusión y un engaño imaginarse que lo que ocurre en los estados como Arkansas, Misisipí, Dakota del Norte y Kansas no estrene pronto en un cine cerca de usted. Nuestros futuros están entrelazados y todos tenemos la responsabilidad de confrontar estos ataques y cambiar el curso donde son más severos.
Segundo, si bien es cierto que un gran número de personas —entre ellas muchas que apoyan al derecho al aborto— son defensivas sobre el aborto, no deben tener vergüenza y esa actitud defensiva y vergüenza son precisamente algo que tenemos que erradicar.
Entre las razones por las cuales muchas son defensivas sobre el aborto son las décadas de propaganda por parte de los que se oponen a la igualdad femenina pero se hacen pasar por “defensores de bebés”; al mismo tiempo y en demasiadas ocasiones los simpatizantes del derecho al aborto se han conciliado con aquellos, se han callado y han transigido. Eso debe terminar. La lucha nunca se ha tratado de bebés. Siempre se ha tratado de controlar a la mujer. Por eso no hay ni una organización antiaborto importante que apoye al control de la natalidad.
Si queremos cambiar el curso, tenemos que decir la verdad: el aborto no tiene nada de malo. El feto NO es un bebé. El aborto NO es asesinato. La mujer NO es incubadora.
Muchísimas personas anhelan oír ese mensaje. Son furiosas y buscan un vehículo efectivo para expresar su indignación. Solamente al afirmar la moralidad positiva del derecho al aborto, podremos convocar y movilizar a las decenas de miles de personas que ya comparten nuestra determinación. Solamente por medio de la acción directa y un cambio controvertido, podemos ponernos en pie todos y cambiar la opinión de millones de otras personas. ¿Esta situación de emergencia no debe despertarnos a la necesidad de cambiar la opinión pública y no acomodarnos a ella?
La historia ha comprobado que confrontar directamente las normas sociales opresivas puede perturbar y dar miedo; sin embargo es una parte necesaria e inspiradora de efectuar cualquier cambio positivo importante. Muchas personas recomendaron que las personas LGBT (lesbianas, gay, bisexual o transgénero) se quedaran en el armario hasta que la sociedad se volviera más tolerante; otras aconsejaron en contra de los Viajes por la Libertad pro Derechos Civiles por miedo de que sólo servirían para alborotar a aquellos que están en contra, pero la opinión pública amplia y las acciones del público solamente empezaron a cambiar cuando ciertas personas se arriesgaron y fueron en contra de la corriente.
Tenemos que crear una situación en la cual ser anti-aborto es tan inaceptable socialmente como lo es promover el linchamiento, la violencia contra los LGBT o la violación (aunque, por lo que dicen ciertas fuerzas derechistas, parece que defender la violación no es tan inaceptable). Cuando lleguemos a esa cima, estaremos en camino para cambiar el curso.
Tercero, si bien los casos jurídicos son importantes —hasta esenciales—, sólo por medio de una lucha política independiente muy generalizada tendremos la posibilidad de derrotar a este enemigo tan poderoso e intransigente que nos confronta. Cada contratiempo que el movimiento antiaborto sufre sólo los vuelve más tercos y cada victoria sólo los vuelve más agresivos. Si nosotros mantuviéramos un perfil bajo, ellos no se quedarán complacidos. Ningún caso jurídico ni elección ni nueva ley los detendrá. El sistema de poder existente es incapaz o está indispuesto a detenerlos; es más, las personas que creen que tienen una "misión divina" no se detienen por leyes humanas ni se rinden ante la opinión pública.
Pero es posible derrotarlos. La maternidad obligatoria es diametralmente opuesta a los intereses de la humanidad. Si saliéramos y dijéramos la verdad, si opusiéramos resistencia, si clarificáramos lo que está en juego en esta batalla y si movilizáramos ola tras ola de las masas a dejar de estar cruzadas de brazos y a tomarse las calles con nosotros, podríamos ganar. Hay una enorme reserva de personas a la cual tenemos y podemos convocar para sumarse a esta lucha. Eso lo hemos visto vívidamente en Texas. No subestimemos el potencial que existe en cada estado por todo el país.
Nos encontramos en una encrucijada. En pro del futuro de mujeres en todas partes, abandonemos los trillados caminos los cuales nos han dejado perder tanto terreno. Rechacemos esos consejos de mantener el perfil bajo, esperar que estos ataques amainen y permitir que impongan la maternidad obligatoria a las mujeres en ciertas regiones del país por la ilusión de conservar los derechos de un número cada vez menor de ellas. No podemos seguir ilusionándonos de que el aborto es la Letra Escarlata del siglo 21 y al mismo tiempo dejar que satanicen y hostiguen a los proveedores del aborto. No podemos retroceder de la lucha generalizada que urge librar en estos mismos momentos.
Ya es la hora para tener valor, de decir la verdad, de ponernos en pie y lanzar una contraofensiva sin transigir. Tenemos la razón de nuestro lado. Convocamos a todos a los que les importe el futuro de la mujer a que se unan a nosotros para fortalecer el impacto e influencia nacional de este Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto. Acompáñennos en los mítines de lanzamiento en Nueva York y San Francsico el 23 de julio. Hagan caravanas para juntarse con nosotros en Dakota del Norte, Wichita, Kansas y Jackson, Misisipí. Manden una donación o un mensaje de solidaridad. Extiendan la mano a los individuos y comunidades religiosos que puedan ofrecerles posada y pasaje seguros a los individuos valientes que están sacrificando su verano y dándole todo para ganar un futuro diferente y mucho, mucho mejor para la mujer. De mayor importancia, juntos tomemos el camino tortuoso hacia la victoria. Pueda que sea menos transitado, pero sólo por medio de lucha podremos recoger los frutos de la victoria del trabajo del amor.
Para aprender más sobre el Viaje por la Libertad Pro Derecho al Aborto, visite: www.stoppatriarchy.org (en inglés).
Sunsara Taylor colabora en el periódico Revolución (revcom.us) y es una iniciadora del movimiento de Fin a la Pornografía y el Patriarcado: La Esclavización y Denigración de la Mujer (StopPatriarchy.org).
David Gunn, Jr. es hijo de David Gunn, Sr., el primer doctor del aborto asesinado por un justiciero antiaborto; bloguea en Abortion.ws.
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