Sobre el discurso de Obama del 28 de agosto

La batalla sobre la verdad acerca de la experiencia de los afroamericanos y la realidad de hoy día

2 de septiembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es (2003): "Bob Avakian, "La policia, los jovenes negros, y que tipo de sistema es"

En Estados Unidos ha estado ardiendo una profunda lucha acerca de la verdad. Durante los últimos meses, esta lucha ha estado centrada en la posición concreta de los afroamericanos en la sociedad estadounidense. En las últimas semanas se ha perfilado en torno al aniversario de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad de 1963. Lo importante es qué es la VERDAD concreta sobre esta cuestión: el carácter concreto de la realidad y no cómo es la "narrativa" de cualquiera. En otras palabras, lo que pasó en los hechos y lo que sigue pasando… la dinámica que ha impulsado y sigue impulsando la opresión de los negros como un pueblo y la lucha contra dicha opresión… y lo que es necesario hacer al respecto.

El asesinato a sangre fría de Trayvon Martin por parte de George Zimmerman y la posterior absolución de éste hicieron que se planteara esta cuestión en primer plano en la conciencia de Estados Unidos. Millones, decenas de millones personas se preguntaban ¿POR QUÉ? ¿Por qué George Zimmerman se creía con el poder de matar a Trayvon Martin y por qué la policía ni siquiera le levantó cargos al principio, no le practicó una prueba de drogas, etc., pero al contrario trató a Trayvon como basura, como menos que nada, y ni siquiera le notificara al padre sino al otro día? ¿Por qué los medios de comunicación vilipendiaron tanto a Trayvon? ¿Por qué es que el jurado absolvió a Zimmerman? ¿Por qué es que las personas se sentían como que alguien les hubiera dado un puñetazo en el estómago? ¿Qué tuvo eso que ver con la manera en que los negros y otras personas minoritarias han tenido que vérselas con todos los días de su vida y navegarlos? Y ¿qué tuvo que ver con otros temas controvertidos, tal como los asaltos del parar y registrar al estilo del apartheid de parte del Departamento de Policía de Nueva York en contra de los hombres negros y latinos de todas las edades o el cierre de las escuelas en los ghettos de Chicago y Filadelfia o el hecho de que en California los prisioneros se vieron orillados a emprender una masiva huelga de hambre en protesta por las condiciones que padecen? Y ¿qué de las ejecuciones hipotecarias que se aplican de modo desigual a las personas de color, los préstamos depredadores (en realidad, la usura por ley), los desalojos generalizados de las mujeres negras? ¿Siquiera se va a reconocer todo eso? Y si sí, ¿cómo es necesario verlo… y cómo actuar al respecto? ¿Dónde se origina? ¿Qué es necesario hacer al respecto?

En Estados Unidos ha estado ardiendo una profunda lucha acerca de la verdad. Durante los últimos meses, esta lucha ha estado centrada en la posición concreta de los afroamericanos en la sociedad estadounidense….

El asesinato a sangre fría de Trayvon Martin por parte de George Zimmerman y la posterior absolución de éste hicieron que se planteara esta cuestión en primer plano en la conciencia de Estados Unidos. Millones, decenas de millones personas se preguntaban ¿POR QUÉ? ¿Por qué George Zimmerman se creía con el poder de matar a Trayvon Martin y por qué la policía ni siquiera le levantó cargos al principio, no le practicó una prueba de drogas, etc., pero al contrario trató a Trayvon como basura, como menos que nada, y ni siquiera le notificara al padre sino al otro día? ¿Por qué los medios de comunicación vilipendiaron tanto a Trayvon? ¿Por qué es que el jurado absolvió a Zimmerman? ¿Por qué es que las personas se sentían como que alguien les hubiera dado un puñetazo en el estómago? ¿Qué tuvo eso que ver con la manera en que los negros y otras personas minoritarias han tenido que vérselas con todos los días de su vida y navegarlos?

Esta lucha ha tenido y tiene tres elementos.

Primero, están los supremacistas blancos impenitentes y descarados, hinchados, orondos y a la ofensiva. Al comienzo del verano, la Suprema Corte pronunció varias decisiones reaccionarias, tal como la decisión que destripó el Acta del Derecho de Votar. La fuerza de la sangre y sacrificio de miles de personas obligó al sistema a aprobar esta ley en 1965. Esta ley estipuló que el gobierno federal se cerciorara que los negros, sobre todo en el Sur, tuvieran el derecho de votar garantizado. Durante muchas décadas después de la guerra de Secesión, se negaba este derecho básico, si bien dicha guerra supuestamente había resuelto esta cuestión; aquellos que trataron de ejercer dicho derecho fueron objeto del hostigamiento, despido en el trabajo, golpizas y con frecuencia linchamientos. Pero hoy, dijo la Corte, eso ya no era necesario; un magistrado, Antonin Scalia, fue al extremo de decir que dicha ley representaba un "privilegio" especial para los negros. En cuanto la Corte anulara esa sección del Acta del Derecho de Votar, varios estados, en el Norte y en el Sur, ratificaron leyes las cuales tendrían el efecto de negarles concretamente el derecho de votar a los afroamericanos, latinos y otras nacionalidades oprimidas.

Ya hemos comentado la absolución del George Zimmerman por asesinar a Trayvon Martin: no sólo el veredicto sino la manera en que los gobernantes de Estados Unidos azuzaron una ráfaga de rebuznos de una manada de lobos supremacistas blancos quienes aullaron a lo largo del juicio y posteriormente. No se trata de unos cuantos individuos allá lejos en unos pueblitos; se trata de muchos "comentaristas expertos" de peso de la CNN y, desde luego, la Fox News. En el enorme debate que el juicio suscitó acerca de toda la historia de Estados Unidos, Rush Limbaugh dijo: "Si cualquier raza de personas no debiera sentirse culpable por la esclavitud, serían los caucásicos". El ala fascista de la clase dominante ha estado pregonando tal análisis, si es que se quiera llamar así. No tiene relación alguna con la verdad y constituye una justificación de los peores horrores y opresión.

Ningún republicano de peso asistió a la conmemoración de la Marcha sobre Washington, lo que incluye a los "moderados" y los "sensatos" tales como George Bush 1 y 2, quienes contaron con una invitación al igual que Jeb Bush, John McCain y el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner, un hecho muy aleccionador sobre la manera en que esta ala de la clase dominante ve al pueblo negro.

Como Bob Avakian señala en Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución, un elemento esencial que estos políticos (principalmente republicanos) están impulsando y desatando es "la expectativa del hombre blanco norteamericano de tener el derecho a ciertos privilegios". Estas fuerzas consideran que, ante los grandes cambios y desafíos en el mundo y los grandes trastornos en las maneras en las que las personas han vivido en Estados Unidos durante muchas décadas, se están deshilachando el tejido social y la fe de la población en el "estilo de vida de Estados Unidos"; y esta franca celebración del derecho a ciertos privilegios del hombre blanco es una parte crucial de su programa para volver a aglutinar la sociedad estadounidense. Están en una misión al respecto y se están poniendo descarados e impenitentes al respecto.

El mundo según Barack Obama

Primero, están los supremacistas blancos impenitentes y descarados, hinchados, orondos y a la ofensiva. Al comienzo del verano, la Suprema Corte pronunció varias decisiones reaccionarias, tal como la decisión que destripó el Acta del Derecho de Votar….

Como Bob Avakian señala en Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución, un elemento esencial que estos políticos (principalmente republicanos) están impulsando y desatando es "la expectativa del hombre blanco norteamericano de tener el derecho a ciertos privilegios". Estas fuerzas consideran que, ante los grandes cambios y desafíos en el mundo y los grandes trastornos en las maneras en las que las personas han vivido en Estados Unidos durante muchas décadas, se están deshilachando el tejido social y la fe de la población en el "estilo de vida de Estados Unidos"; y esta franca celebración del derecho a ciertos privilegios del hombre blanco es una parte crucial de su programa para volver a aglutinar la sociedad estadounidense. Están en una misión al respecto y se están poniendo descarados e impenitentes al respecto.

Además, tenemos a lo que representan aquellos que están afiliados con el Partido Demócrata. En diversos discursos, mítines, conmemoraciones y obras culturales, estas fuerzas han planteado otro análisis. Según su punto de vista, pueden que aún haya problemas, pero la respuesta a los mismos se hallará en el funcionamiento de este sistema.

Barack Obama expuso esta posición en su discurso del 28 de agosto con motivo del 50 aniversario de la Marcha sobre Washington. Si bien hay matices de diferencia entre la manera en que Obama la expresó y la manera en que lo hacen otras personas que sostienen esta posición, ninguno tuvo ningún desacuerdo fundamental con el punto de vista que Obama expuso en ese momento. Así que veamos el discurso de Obama.

Según el análisis de Obama, las "injusticias" (la palabra más fuerte que ocupó) de la condición de los negros en Estados Unidos se deben al incumplimiento de las "verdades" planteadas en la Declaración de Independencia. Además, afirmó, lo esencial del movimiento que ganó los derechos civiles de los negros fue su carácter no violento — que se negaron a "desatar su ira", que "oraron por sus fustigadores" y estaban dispuestos a ir "a prisión en señal de protesta contra leyes injustas". Según el análisis de Obama, la influencia internacional de esta lucha se limitó al "otro lado del Telón de Hierro" y Sudáfrica. Y dijo que el que descarte "la magnitud de ese progreso" o sugiera, "como algunos lo hacen en ocasiones, que poco ha cambiado... es deshonrar el valor y el sacrificio de aquellos que pagaron el precio para marchar en aquellos años".

También tiene duras palabras para una tendencia diferente en esa lucha por la libertad. Declaró:

Luego, si somos sinceros con nosotros mismos, admitiremos que durante el curso de 50 años hubo ocasiones en las que algunos de nosotros que ejercimos presión para lograr un cambio perdimos nuestro rumbo. El tormento de los asesinatos desencadenó violencia contraproducente. Las quejas legítimas contra la brutalidad policial desembocaron en la justificación de la conducta delictiva. Las políticas raciales podían verse desde dos ángulos cuando el mensaje de transformación de unidad y fraternidad se veía acallado por el lenguaje de la recriminación. Aquello que una vez había sido un llamado a la igualdad de oportunidades, la oportunidad de que todos los estadounidenses trabajasen arduamente y salieran adelante, a menudo se configuró como un simple deseo de apoyo gubernamental, como si no tuviésemos ninguna representación en nuestra propia liberación, como si la pobreza fuese una excusa para no criar a nuestros hijos, y la intolerancia de los demás fuese un motivo para darnos por vencidos.

Esta es la historia del estancamiento del progreso. Así se tergiversó la esperanza. Así es cómo nuestro país sigue dividido.

De ahí Obama trató los problemas residuales — pero principalmente en la esfera económica. Pero ¿y qué de la encarcelación en masa de los negros (¡casi 10 veces mayor ahora que hace 50 años!) y todo lo que eso ha implicado para muchos millones de afroamericanos, latinos, amerindios y otras personas de las nacionalidades oprimidas? ¿Y qué de la vindicación tan indignante de la etiquetación racial y el asesinato racista al estilo del linchamiento, concentrada en el veredicto en el caso Trayvon Martin, y el abuso y brutalidad policial concentrado en el parar y registrar y otras formas de etiquetación racial y el asesinato policial abierto que continúan sin parar? ¿Y qué de las formas en que todo el sistema de justicia criminal está saturado de supremacía blanca? ¿Y qué del Nuevo Jim Crow que está concentrado en todo eso — es decir, de que la situación actual es tan sistemática como el reino de segregación y terror klanista que duró 100 años en el Sur?

De ahí Obama trató los problemas residuales — pero principalmente en la esfera económica. Pero ¿y qué de la encarcelación en masa de los negros (¡casi 10 veces mayor ahora que hace 50 años!) y todo lo que eso ha implicado para muchos millones de afroamericanos, latinos, amerindios y otras personas de las nacionalidades oprimidas?... o confrontó el verdadero estado del pueblo negro estadounidense sino que en efecto lo embelleció con palabras melifluas. Y ni embelleció el hecho de que el pueblo negro aún es un pueblo oprimido, después de tantas décadas y siglos — más bien lo negó completamente (como demostraremos más adelante).


2011, Penitenciaría Estatal, Angola, Luisiana. Un guardia a caballo vigila a los presos al volver al penal tras trabajar en el campo. Fhoto: AP

En el mundo trazado en este discurso, estos horrores no merecen más que la más mínima mención. De hecho, Obama solamente alude indirectamente a éstos cuando dice que tenemos que asegurar "que la balanza de la justicia funcione igual para todos y el sistema de justicia penal no sea simplemente un cauce de las escuelas sin financiamiento a las cárceles atestadas". Como si en lo esencial todo estuviera bien, sólo que tenemos que trabajar un poquito más para asegurar que las cosas funcionen correctamente — tal como deberían funcionar. En realidad, estas instituciones funcionan exactamente como siempre han funcionado y en la forma en que las diseñaron para funcionar. No confrontó el verdadero estado del pueblo negro estadounidense sino que en efecto lo embelleció con palabras melifluas. Y ni embelleció el hecho de que el pueblo negro aún es un pueblo oprimido, después de tantas décadas y siglos — más bien lo negó completamente (como demostraremos más adelante).

Sigamos. Obama menciona la necesidad de "vigilancia" pero no de lucha. Termina el discurso llamando a las personas a tener empatía hacia las demás, a "reunirse en un espíritu de hermandad" y a continuar trabajando duro para mal comer. En vez de luchar contra los recortes presupuestarios que están devastando el sistema educativo en ciudades como Chicago y Filadelfia y haciendo aún más daño a los niños negros y latinos, Obama elogia a la maestra que trabaja horas extras y compra los útiles del salón por su cuenta; en vez de luchar contra la encarcelación en masa, Obama elogia al "empresario de éxito que... le ofrece una oportunidad a un hombre, quizás a uno que ha estado en la cárcel y tuvo mala suerte". Y así sucesivamente. En otras palabras: ésta es una forma de "vigilancia" muy pasiva, muy individual y no colectiva.

El análisis expresado en este discurso se ha propagado mucho más ampliamente que el mismo Obama. Caracteriza la mayoría de la cobertura del aniversario en la prensa establecida. Se ha expresado en la cultura (y continuaremos adentrándonos en todo eso en las semanas por venir.)

Es completamente incorrecto y profundamente perjudicial.

La pura verdad

No nos hace falta un nuevo movimiento de derechos civiles. ¡NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN! Un discurso de Carl Dix con motivo del 50 aniversario de la Marcha sobre Washington por los Derechos Civiles de 1963, en inglés.

En esta situación, hay algunos que sí luchan contra las mentiras. Carl Dix publicó una respuesta la misma noche del discurso que dice la verdad sobre ese discurso y llama a la revolución. Se han dado otras voces que insisten en verdades importantes, como la de Cornel West, quien no deja de desenmascarar en todas partes la criminalidad y el saqueo mundial de Obama.

Es necesario que continúe esa tendencia de decir verdades ante las mentiras descaradas de los Antonin Scalia y los Rush Limbaugh de este mundo, y las mentiras almibaradas las que proclaman Obama y los demócratas. Eso no quiere decir que haya una unidad generalizada entre todas esas fuerzas — hay diferencias sobre la fuente del problema y la solución, entre otras cosas. Pero al mismo tiempo es muy importante insistir en (a) el carácter histórico y sistémico de la opresión del pueblo negro, y (b) el hecho de que Obama lo está encubriendo, al servicio de un programa muy dañino. A la luz de eso y con el espíritu de adentrarnos en las verdades fundamentales más básicas, hay que plantear unos temas más sobre ese discurso*.

Al contrario de lo que dice Obama, las rebeliones urbanas, que él llama "la violencia contraproducente", que estallaron en cientos de ciudades estadounidenses, habiendo empezado a principios de los años 1960 y ya cobrando tremendo impulso para finales de esa década, eran tremendamente liberadoras. Que quede bien claro: defenderse no es malo; defenderse es algo bueno, muy bueno, y defenderse es una parte muy necesaria de la emancipación.


1970, el Partido Pantera Negra, New Haven, Connecticut. Foto: AP

Primero, al seguir colocando, y confinando, la lucha de los negros en el marco de la Declaración de Independencia y la Constitución de los Estados Unidos, Obama una vez más omite de manera conveniente que ¡esa Declaración citó entre los agravios más importantes la alegación de que el rey Jorge III había incitado a los esclavos a rebelarse! Obama pasa por alto de manera conveniente que el pacto más fundamental de la Constitución quedó en permitir la continuación del florecimiento y la expansión de la esclavitud, en ese tiempo el cimiento y la piedra angular de la riqueza y el poder del estado naciente. La guerra de Secesión solo se dio cuando esa expansión chocó con los intereses de los emergentes capitalistas del Norte, y al principio el objetivo de Lincoln y los estados del Norte no fue el de abolir la esclavitud, pero sí confinarla a los estados ya esclavistas. Solo cuando quedó en claro que el Sur no iba a conformarse con menos que la expansión de la esclavitud y que el Norte, para ganar, iba a tener que asestarle un golpe a la esencia de la fuerza del Sur (la esclavización de los negros) y también movilizar la población entera para la guerra total... solo fue en ese momento que Lincoln declaró la Proclamación de Emancipación. No se trata aquí de una "narrativa"; se trata de la pura verdad de la cuestión, la esencia concreta de la situación e invitamos a cualquier persona que insiste en algo contrario a que nos ofrezca su argumento. (Y si está de acuerdo y quiere agregar algo a este punto, ¡también debe mandar su contribución al debate!) Pero Obama, cuando enmarca la lucha contra la opresión (ay, perdón, las "injusticias") contra el pueblo afroamericano en el contexto de "realizar el sueño de todo estadounidense", una vez más conduce a las personas de regreso a los mismos confines mortíferos de los últimos 240 años.

Segundo, Obama quiere hacernos creer que los logros que se obtuvieron en la lucha por los derechos del pueblo negro se ganaron enteramente debido a la acción no violenta. De hecho, un sector del movimiento, inclusive en el Sur, captó plenamente la necesidad de la defensa propia. Entre ellos estaban Robert Williams, de Monroe, Carolina del Norte, que organizó la defensa armada de la comunidad negra contra el Ku Klux Klan a finales de los años 1950; los Diáconos por la Defensa y la Justicia, de Luisiana; y también muchas otras personas que respondieron por igual a los cobardes terroristas nocturnos del Klan en todo el Sur. Es cierto que hasta mediados de 1965, la corriente dominante del movimiento se había acordado usar tácticas no violentas en las manifestaciones y otras acciones, pero para finales de ese año un creciente número de personas habían roto con ese enfoque.

Es más, al contrario de lo que dice Obama, las rebeliones urbanas, que él llama "la violencia contraproducente", que estallaron en cientos de ciudades estadounidenses, habiendo empezado a principios de los años 1960 y ya cobrando tremendo impulso para finales de esa década, eran tremendamente liberadoras. Que quede bien claro: defenderse no es malo; defenderse es algo bueno, muy bueno, y defenderse es una parte muy necesaria de la emancipación. Era algo BUENO el hecho de que muchas fuerzas —entre ellos Malcolm X, el Comité Coordinador Estudiantil por la No Violencia (que en esencia rompió con la no violencia a mediados de los años 1960 después de pagar un alto costo en vidas suyas) y en particular el Partido Pantera Negra— no solamente propugnaban la defensa propia, pero (aún más esencialmente) empezaban a ver, en el sistema estadounidense, el principal obstáculo a la liberación, y NO el posible salvador del pueblo negro, y en el caso de los Panteras, empezaban a promover concretamente la meta de la revolución. Era algo BUENO el hecho de que esas fuerzas tomaran inspiración de las revoluciones por todo el mundo —revoluciones contra el imperialismo de Estados Unidos, Europa y Japón— y las promovieran.

Eso nos conduce a una omisión muy aleccionadora de parte de Obama. Él menciona que este movimiento influenció a las masas negras de Sudáfrica y asevera que desempeñó un papel en la lucha contra los regímenes opresores del falso comunismo en Europa oriental... pero no hace mención del hecho de que el resto del mundo, donde la mayoría consideraba al imperialismo estadounidense como su enemigo, se alegraba y se inspiraba en los poderosos levantamientos que sacudían a Estados Unidos: de Latinoamérica y África al Medio Oriente, de Vietnam a Europa, llegando a la propia China, donde el líder de la revolución china y el estado (en ese tiempo) socialista de China ¡abrazó esa lucha y publicó poderosas declaraciones de apoyo a ella! (Vea "Declaración del camarada Mao Tse-tung, presidente del Comité Central del Partido Comunista de China, en apoyo a la lucha de los negros norteamericanos contra la violencia represiva" [16 de abril de 1968]).

Obama menciona la desigualdad económica fundamental que sigue oprimiendo al pueblo negro a 50 años de la Marcha por el Trabajo y la Libertad — hasta señala unos hechos importantes al respecto, pero oculta la esencia y ubica la solución a esta desigualdad donde no debe estar: en el marco del mismo capitalismo.

De hecho, el desarrollo mismo de la lucha por la liberación negra guardó una profunda relación con lo que estaba pasando en todo el mundo. Por un lado, los flagrantes ultrajes que se cometían contra los negros en el Sur que estaban pidiendo los derechos más básicos desmentían el intento de Estados Unidos de hacerse pasar en todo el mundo como el promotor de la libertad. Esa necesidad de Estados Unidos de "no perder su imagen ante el resto del mundo" creó oportunidades que los luchadores contra la opresión podían aprovechar. Por otro lado, la ola de luchas de liberación nacional en todo el mundo —los pueblos en pie de lucha en Vietnam, Argelia, Cuba y en otros lugares contra el sistema de colonialismo y neocolonialismo— dieron inspiración a las personas en todo el mundo Y ADEMÁS en Estados Unidos. Un factor muy importante en eso fue el ejemplo de China, donde el Partido Comunista de China, dirigido por Mao Tsetung, había dirigido al pueblo chino no solo a obtener su liberación pero a empezar a construir el socialismo. Todo eso era parte del surgimiento de una tendencia revolucionaria dentro de esa lucha, a partir de principios de los años 1960 hasta su auge con el Partido Pantera Negra a finales de esa década.

Al refutar esa parte del discurso de Obama, Carl Dix señala incisivamente:

Las personas no perdieron el camino en los años 1960. De hecho, empezaban a encontrar su camino, llegando a ver que los horrores que enfrentaban eran una parte integral del mismo tejido de la situación y que no era posible eliminarlos mediante reformas. Pero se toparon con una sanguinaria represión: el asesinato de los líderes, las acusaciones falsas contra los activistas en los tribunales y el encarcelamiento bajo dichas acusaciones, etc. Ante todo eso, el movimiento de esos años no pudo desarrollar el análisis que era necesario para hacer lo que se necesitaba: hacer una revolución y poner fin a los horrores que Amérikkka reforzaba sobre la humanidad y los que sigue reforzando hoy.

Para repetir, esto no se trata de "nuestra narrativa" ni solamente una opinión entre muchas: o lo que se dice es cierto o no lo es. Si uno cree que no lo es, le retamos —le invitamos— a explicarnos dónde está el error. Para repetir, si uno está de acuerdo o si quiere añadir algo más, ¡déjenos saber eso también!

Las condiciones actuales y los retos actuales

Y ahora tenemos la versión de Obama sobre la historia desde los años 1960. Obama no puede negar descarada o completamente las condiciones sumamente desiguales del pueblo negro ni, en un sentido más general, la tremenda desigualdad que se ha intensificado en Estados Unidos durante las últimas cuatro décadas, la que afecta a las personas de todas las nacionalidades. Una buena parte de su discurso se centra en este punto.

Obama menciona la desigualdad económica fundamental que sigue oprimiendo al pueblo negro a 50 años de la Marcha por el Trabajo y la Libertad — hasta señala unos hechos importantes al respecto, pero oculta la esencia y ubica la solución a esta desigualdad donde no debe estar: en el marco del mismo capitalismo. Aunque en este artículo no podemos adentrarnos en esto profundamente y lo hemos tratado en otras partes en mayor profundidad, es el sistema capitalista en sí —sus necesidades y exigencias— el que a cada etapa ha condicionado las diversas formas de explotación del pueblo negro.

Primero, hubo la esclavitud — el motivo original para secuestrar y arrastrar a estas costas a los africanos y en dicha travesía matar a muchos de éstos. Luego, hubo el siglo de la segregación abierta del Jim Crow, la privación de los derechos fundamentales y el terror de las chusmas de linchamiento — forjado sobre los cimientos de la aparcería en el Sur (una forma de agricultura primitiva en que los agricultores estaban atados a la tierra y siempre endeudados, mientras que los terratenientes los explotaban y lucraban con su mano de obra). La acumulación sobre la espalda de esos agricultores contribuyó a capacitar a Estados Unidos para extender sus tentáculos por todo el mundo. Luego, las "grandes migraciones" — los masivos flujos de los negros a las ciudades para satisfacer la necesidad de mano de obra en la industria de parte de los capitalistas, en los trabajos más sucios, peligrosos y de baja paga. Y ahora el capital ya no puede explotar de manera rentable a las masas negras de la misma manera y en un sentido muy concreto "no les ofrece ningún lugar ni ningún futuro" a los millones y millones de afroamericanos, latinos y otros jóvenes de las nacionalidades oprimidas que están atrapados en los barrios pobres de las ciudades en decadencia. Este cambio de las relaciones económicas básicas de la sociedad, junto con las medidas políticas y culturales que tomaron los gobernantes de Estados Unidos para lidiar y contrarrestar las maneras en que la revolución había tenido una importante acogida en los años 1960, contribuyó y fue parte de impulsar el crecimiento del narcotráfico, la criminalización de generaciones enteras, la degradación de un pueblo y el encarcelamiento de millones de personas.

Primero, hubo la esclavitud — el motivo original para secuestrar y arrastrar a estas costas a los africanos y en dicha travesía matar a muchos de éstos. Luego, hubo el siglo de la segregación abierta del Jim Crow, la privación de los derechos fundamentales y el terror de las chusmas de linchamiento — forjado sobre los cimientos de la aparcería en el Sur (una forma de agricultura primitiva en que los agricultores estaban atados a la tierra y siempre endeudados, mientras que los terratenientes los explotaban y lucraban con su mano de obra). La acumulación sobre la espalda de esos agricultores contribuyó a capacitar a Estados Unidos para extender sus tentáculos por todo el mundo. Luego, las "grandes migraciones" — los masivos flujos de los negros a las ciudades para satisfacer la necesidad de mano de obra en la industria de parte de los capitalistas, en los trabajos más sucios, peligrosos y de baja paga. Y ahora el capital ya no puede explotar de manera rentable a las masas negras de la misma manera y en un sentido muy concreto "no les ofrece ningún lugar ni ningún futuro" a los millones y millones de afroamericanos, latinos y otros jóvenes de las nacionalidades oprimidas que están atrapados en los barrios pobres de las ciudades en decadencia. Este cambio de las relaciones económicas básicas de la sociedad, junto con las medidas políticas y culturales que tomaron los gobernantes de Estados Unidos para lidiar y contrarrestar las maneras en que la revolución había tenido una importante acogida en los años 1960, contribuyó y fue parte de impulsar el crecimiento del narcotráfico, la criminalización de generaciones enteras, la degradación de un pueblo y el encarcelamiento de millones de personas.


De 1950 a 2008, se fue de Detroit la mitad de la población; de aquellos que queden, el 85% son negros y casi la mitad de los niños viven por debajo del umbral oficial de pobreza. Foto: AP

Por ESTE hecho básico —la conexión fundamental, integral y esencial entre el capitalismo y la supremacía blanca—, la opresión del pueblo afroamericano está tan entretejida en el funcionamiento de esta sociedad y es un elemento tan fundamental del sistema mismo. Es decir, aparte de estar profundamente empotrada en la política, la cultura y las maneras de pensar de la gente en Estados Unidos, es una parte integral y fundamental de las relaciones económicas más sólidas y arraigadas, y eso es la raíz del problema. Por esa misma razón, para eliminarla, se requerirá una revolución total, una revolución comunista.

ESTE hecho de que la supremacía blanca está tan profundamente empotrada en el tejido económico, político y cultural de Estados Unidos es lo que principalmente ha generado lo que Michelle Alexander ha analizado de manera muy penetrante como el NUEVO JIM CROW: el uso cínico de la "guerra contra las drogas" para desarrollar todo un sistema de criminalización en masa, encarcelación en masa, la privación al por mayor de los derechos a aquellos que han estado en la cárcel, un cauce directo de la escuela a la prisión. Este fenómeno se ha generalizado tanto que hay más hombres negros en las prisiones hoy que los hombres que estuvieron mantenidos en la esclavitud en 1850. Este fenómeno se ha generalizado tanto que es correcto compararlo, tal como lo hace Alexander, con el siglo de segregación y descarado terror de las chusmas de linchamiento que penetró y dominó toda esfera de la vida de los afroamericanos. Para repetir, a cualquiera que quiera discrepar con este análisis: que nos escriba y defienda su argumento; o si está de acuerdo, que comparta sus ideas.

Es cierto que en su discurso Obama menciona la necesidad de asegurar "que la balanza de la justicia funcione igual para todos y el sistema de justicia penal no sea simplemente un cauce de las escuelas sin financiamiento a las cárceles atestadas", pero (a) eso ni siquiera empieza a describir el masivo y penetrante fenómeno que estamos describiendo aquí, (b) no menciona que se requerirá una lucha titánica para siquiera empezar a darle marcha atrás al Nuevo Jim Crow y (c) por lo tanto, eso minimiza dicho fenómeno.

Obama explica que "la tecnología y la competencia mundial, dos fuerzas que van de la mano" —o sea, la galopante expansión del capitalismo con las ganancias al mando— han erosionado y en muchos casos han destruido la vida de millones de personas en Estados Unidos, de todas las nacionalidades. Pero este hecho y las medidas que Obama describe no "violaban los principios económicos adecuados" (en sus propias palabras) — dichas medidas constituyeron la aplicación de las exigencias económicas capitalistas y ¡por eso todos los presidentes, sea republicano o demócrata, Obama incluido, han hecho todo a su alcance para acelerar esto! Obama convoca a las personas a "unirnos" por los buenos trabajos y salarios, servicios de salud, mejor educación, etc. — unas frases sentimentaloides que carecen de sustancia. En los hechos concretos, hará falta una tremenda lucha —un enorme tumulto con grandes sacrificios— CONTRA los de arriba para siquiera empezar a cambiar el rumbo de este desastre e impedir una catástrofe aún peor: la transformación de este lento genocidio en un genocidio rápido.

Además, para eliminar la supremacía blanca estadounidense en todo el mundo y crear un nuevo día de la auténtica emancipación de toda la humanidad, se requerirá una revolución comunista — contra todo este sistema económico y político.

La pleitesía descarada y asquerosa de Obama ante al racismo

Para eliminar la supremacía blanca estadounidense en todo el mundo y crear un nuevo día de la auténtica emancipación de toda la humanidad, se requerirá una revolución comunista — contra todo este sistema económico y político.

Una parte de lo que citamos del discurso de Obama es particularmente importante, así que volvamos a citarla aquí:

Hubo ocasiones en las que algunos de nosotros que ejercimos presión para lograr un cambio perdimos nuestro rumbo. El tormento de los asesinatos desencadenó violencia contraproducente. Las quejas legítimas contra la brutalidad policial desembocaron en la justificación de la conducta delictiva. Las políticas raciales podían verse desde dos ángulos cuando el mensaje de transformación de unidad y fraternidad se veía acallado por el lenguaje de la recriminación. Aquello que una vez había sido un llamado a la igualdad de oportunidades, la oportunidad de que todos los estadounidenses trabajasen arduamente y salieran adelante, a menudo se configuró como un simple deseo de apoyo gubernamental, como si no tuviésemos ninguna representación en nuestra propia liberación, como si la pobreza fuese una excusa para no criar a nuestros hijos, y la intolerancia de los demás fuese un motivo para darnos por vencidos.

Esta es la historia del estancamiento del progreso. Así se tergiversó la esperanza. Así es cómo nuestro país sigue dividido.

Ya hemos tratado la llamada "violencia contraproducente", la que en los hechos fue una rebelión justa contra siglos de injusticia y abuso. Pero veamos el resto de la cita, la que en cierto sentido constituye la parte más mendaz, mentirosa y asquerosa de todo el discurso y desglosémosla — porque está llena de significados ocultos y escurridizos.

En primer lugar, ¿qué es este citado "lenguaje de la recriminación"? ¿Se refiere al pueblo negro y a otras nacionalidades oprimidas que contaron y denunciaron sus experiencias amargas de vivir en Estados Unidos y a los intelectuales radicales y revolucionarios que analizaron el carácter sistemático de la supremacía blanca en Estados Unidos? ¿O se refiere a las personas como Bill Cosby —y al mismo Obama— quienes aseveran que el problema principal que enfrentan los negros en Estados Unidos es que confeccionan demasiadas excusas? ¿O se trata del racismo de la turba del Partido del Té y además de las veneradas figuras como Ronald Reagan — el que el mismo Obama constantemente alaba y elogia y el que inició su campaña electoral presidencial de 1980 en la ciudad de Misisipí donde fueron asesinados los organizadores de derechos civiles James Chaney, Michael Schwerner y Andrew Goodman, sin decir ni una palabra sobre ese crimen a la vez que defendía "los derechos estaduales" — la expresión en clave que significa el descarado terror racista?

Del contexto del discurso y del sentido general de este párrafo muy esencial, la respuesta es obvia. Obama vuelve a equiparar el fenómeno de contar las verdades sobre Estados Unidos con "las recriminaciones" y a echarles la culpa por su propia opresión a aquellos que Estados Unidos ha subyugado.

La pregunta ante nosotros es por qué permitir que nos confinen tras las rejas mentales de este sistema político y económico…. El PCR, Estados Unidos ha publicado la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) para un estado revolucionario que se pondría a arrancar las raíces de esta opresión y establecería instituciones por medio de las cuales se podría superar los siglos de esa opresión…. El PCR, Estados Unidos ha publicado una declaración, "Sobre la estrategia para la revolución", que demuestra cómo podemos movernos de la situación actual —en la que la revolución carece de muchos seguidores y una revolución no es posible— a una en la que sí lo es... y qué tenemos que estar haciendo para llegar a eso…. El PCR, Estados Unidos tiene a un líder, Bob Avakian, quien ha liderado el desarrollo de esta estrategia y esta visión de una sociedad completamente nueva, como parte de hacer un resumen de toda la primera etapa de la revolución comunista, así como de los cambios en otras esferas, y como parte de todo eso ha desarrollado un conjunto de obras, método y enfoque sobre todo eso, para que las personas los estudien y los discutan.

Ahora veamos lo siguiente: "Aquello que una vez había sido un llamado a la igualdad de oportunidades, la oportunidad de que todos los estadounidenses trabajasen arduamente y salieran adelante, a menudo se configuró como un simple deseo de apoyo gubernamental, como si no tuviésemos ninguna representación en nuestra propia liberación, como si la pobreza fuese una excusa para no criar a nuestros hijos, y la intolerancia de los demás fuese un motivo para darnos por vencidos". Hablaremos del argumento de Obama que dice que la liberación equivale a la oportunidad de "trabajar arduamente y salir adelante". Pero una vez más, ¿a quién se refiere Obama? ¿Y en qué planeta vive? Se supone que de su experiencia muy ostentada como "organizador comunitario" conozca las batallas constantes y agotadoras que las personas en la pobreza tienen que librar simplemente para mantenerse a flote. Ha de saber que estas personas tienen que decidir entre pagar la cuenta de la calefacción o la comida, que son objeto del hostigamiento y los insultos mientras se aguardan por horas en salas de espera y comisarías de la policía, que son objeto de abusos a cada paso y que con demasiada frecuencia tienen que elegir entre dejar a los hijos en la casa sin supervisión o perder el trabajo — y luego perder a los hijos porque las entidades oficiales afirman que no son buenos padres y así sucesivamente. Si Obama está refiriéndose al pueblo negro y a los otros oprimidos —y del contexto es obvio que sí, aunque no lo diga explícitamente—, pues, aparte de ser la peor clase de maldita mentira, se trata de un vil mito racista expresado y legitimado por el político negro más alto de Estados Unidos.

¿Y qué del otro mito racista que Obama legitima aquí: que el pueblo negro de algún modo recibe o al menos reclama un tratamiento especial ("un simple deseo de apoyo gubernamental")? Aun a un nivel básico, lo contrario es cierto. De hecho, el estado dedica todo su ser a servir a los intereses económicos y políticos de los bloques importantes de capital en Estados Unidos, las grandes industrias, la gran agroindustria y todos los otros monopolios, y además muchas de estas fuerzas reciben toda suerte de subvención directa. De manera aún más fundamental, sin embargo, hagamos esta pregunta: ¿quién le debe a quién? Si Estados Unidos fuera a "compensar" los siglos de saqueo, explotación y horror a los cuales sometió al pueblo negro y a las otras nacionalidades oprimidas, no existiría ninguna factura lo suficientemente grande como para alcanzar el nivel de compensación que se aproximaría a "algo justo".

De ahí, la conclusión: "Esta es la historia del estancamiento del progreso. Así se tergiversó la esperanza. Así es cómo nuestro país sigue dividido". Para ser justo, inmediatamente antes de este párrafo Obama también enumera unas otras razones (la creciente desigualdad de ingresos, las divisiones entre los políticos, etc.) por el "estancamiento del progreso", etc. Pero esta frase sirve de remate para todo el párrafo previo, el que constituye nada menos que "carne cruda" brindada a los racistas.

¿Y la verdad sobre la frase "el estancamiento del progreso"? En primer lugar, está equivocada la manera general en que se presenta esto y hace que uno piense según los términos equivocados, como si antes existiera este progreso ordenado y pacífico, y luego, de repente… ay no, se estancó. ¡NO! No hubo ningún "estancamiento del progreso" — la lucha del pueblo que había cobrado cada vez más fuerza y mayor carácter revolucionario, superando la enorme represión sanguinaria, se topó con un vil programa multifacético de represión contrarrevolucionaria el que no podía superar. La verdad es que este gobierno tenía un programa especial (COINTELPRO) del FBI con el fin de reprimir al movimiento de liberación negra, infiltrándolo con soplones y agentes, espiando en su contra, llevando a cabo campañas de calumnias, fomentando la violencia entre las organizaciones y mucho más — hasta el asesinato de un número de líderes importantes. Aunque el movimiento de este entonces confrontaba y bregaba con unas limitaciones concretas de su análisis y estrategia, y otros problemas, este programa gubernamental de asesinatos, intrigas y decepciones tuvo un papel importante en su amainamiento. La verdad es que simultáneamente a un reducido sector de los afroamericanos le dieron algunas oportunidades que anteriormente les habían negado pero de ahí aprovecharon para regar ilusiones y crear un sector "amortiguador". La verdad es que a partir del mandato del presidente Richard Nixon y con mayor acelere durante los mandatos de Ronald Reagan y Bill Clinton, se creó y aplicó el programa de encarcelación en masa antes citado con el fin de contener a aquellos en los ghettos y barrios que no tenían ninguna "escalera" para salir — con el resultado de que hoy uno de cada nueve hombres negros entre la edad de 20 y 34 está en una prisión. En resumen, la verdad es que el movimiento revolucionario de fines de los años 1960 y principios de los 1970, a pesar de una heroica lucha y tremendos logros, no logró ir hasta el final y como no lo hizo, el sistema operó unos ajustes y regresó aún más vengativo que antes.

¿Por qué Obama siquiera dijera algo?

Existe un movimiento para la revolución, el que este partido está forjando…. Todos necesitamos, en este momento, luchar sin titubeos por la verdad sobre este sistema y su historia; y necesitamos, ahorita, adentrarnos en la verdad sobre lo que se requerirá para alcanzar a ese mundo completamente nuevo que tanto urge. Necesitamos hacerlo sobre la base más liberadora que haya: la revolución comunista, según la nueva concepción de Bob Avakian encarnada en la nueva síntesis de comunismo.

Se sabe que Barack Obama detesta decir siquiera una palabra sobre la opresión del pueblo negro. No obstante, este verano ha empezado a decir unas cuantas cosas, entre ellas un segundo conjunto de comentarios sobre Trayvon Martin (a casi una semana del veredicto), unas propuestas de parte de su procurador general que tal vez mitiguen algunos de los peores excesos de la guerra contra las drogas y ahora este discurso. Es muy probable que de todos modos él hubiera hecho algunos comentarios al respecto, pero para nada es obvio que la hubiera recalcado tanto previo a los acontecimientos de este verano.

¿Por qué? NO se trata de que ahora su segundo mandato le permita manifestar su "verdadero carácter", NI por su "legado" ni nada por el estilo. De hecho, los dos sucesos que mencionamos al principio —la absolución de George Zimmerman y la decisión de la Suprema Corte sobre el Acta del Derecho de Votar— sacudieron a millones de personas, tanto negras como blancas. Muchas personas que esperaban este veredicto no obstante se sintieron profundamente lastimadas y en cierto sentido pasmadas. Esos millones de personas sacudidas por el veredicto empezaron a plantear interrogantes muy básicas y muy grandes sobre la verdadera naturaleza de Estados Unidos. ¿Cómo podía pasar esto? ¿Qué refleja sobre nuestra sociedad y nuestro sistema de gobierno? La gente se tomó las calles para exigir justicia para Trayvon, pero eso sólo fue la punta del iceberg. Millones de personas se despertaron, comenzaron a plantear interrogantes, comenzaron a conversar, comenzaron a manifestar una receptividad a nuevas ideas. Durante todo eso, el silencio del primer presidente negro era ensordecedor — del hombre cuya toma de posesión según nos dicen fue el "hito culminante" de las luchas de los años 1960. Obama tenía que hablar a menos que corriera el riesgo de perder la lealtad de todo un sector de la población que en otras circunstancias le tendría confianza y al cual Obama tiene la responsabilidad de mantener atrapado en los confines mortales de este juego de demócratas y republicanos.

Aquí tiene importancia retomar el análisis de Bob Avakian concentrado en "Elecciones, resistencia y revolución: La pirámide del poder y la lucha por cambiar de base el mundo" de una sesión de preguntas y respuestas de 2003, el que ha retomado desde ese entonces, como la obra citada al comienzo de este artículo (Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución). En este análisis, una pirámide sirve como analogía; dice:

Arriba están las personas que gobiernan sobre esta sociedad y en particular están las personas representadas por el Partido Demócrata por un lado y por el Partido Republicano por el otro, que luchan entre sí.

BA continúa un análisis muy detenido de todas las maneras en que el lado esencialmente fascista de esta pirámide, concentrado en el Partido Republicano, ha venido cobrando fuerza en todas las instituciones básicas de la sociedad estadounidense y forjando una base social fascista — millones de personas organizadas en torno a la supremacía blanca, la supremacía masculina, el odio de la ciencia, etc.

De ahí, BA habla de los demócratas:

Al otro lado de la cima de la pirámide (a la supuesta "izquierda"), están los demócratas. ¿Quiénes son las personas que quieren atraer? No digo que los demócratas representan los intereses de dichas personas, ¿pero a quiénes quieren atraer, en la base, en el otro lado de la pirámide, digamos? A todas las personas que apoyan cosas progresistas y todas las personas que son el blanco de la opresión en esta sociedad. Una gran parte del papel de los demócratas es canalizar a todas esas personas hacia el proceso electoral tradicional de la burguesía… y meterlas de nuevo en él, si se han alejado de ese marco — o si han roto con ese marco. Porque dichas personas en la base de la pirámide siempre se sienten enajenadas y furiosas por lo que pasa en las elecciones, por las mismas razones que ya señalé: el Partido Demócrata habla de gente común, de los pobres, de los que sufren discriminación, etc., pero siempre los traiciona. Hasta habla de los oprimidos, pero como en realidad no representa sus intereses fundamentales, los traiciona una y otra vez. Representa los intereses del sistema y la clase dominante, y sirve para engatusar a los oprimidos y los descontentos. A todos éstos les dice: "Vénganse, vénganse. No es tan malo como parece. No olviden que tienen el voto. Tranquilos. Todo saldrá bien". Para eso sirven los demócratas. Pero tienen mucho miedo de movilizar a esta base de personas que tratan de atraer. Las exhortan a votar, pero les infunde pavor que se salgan a la calle a protestar o luchar contra los derechistas, que están cobrando fuerza.

Con Obama, este fenómeno ha alcanzado un punto importante. Obama sí hizo lo que se describe: su elección sirvió para apaciguar a las personas que debían estar y todavía deberían estar en las calles. En esencia, Obama ejecutó el mismísimo programa que Bush —y en algunos sentidos, un programa peor— de fondo sin ninguna protesta. Pero con un ultraje tras otro durante la primavera y el verano —tales como se concentran en el veredicto sobre Zimmerman, aunque no sólo eso—, surgió una enorme inquietud y cuestionamiento de parte de la gente. Aparte de reconocer eso, el papel de Obama es darle una nueva definición y desviarlo, sacar a las personas de las calles y regresarlas a los confines de las elecciones y todo lo que eso representa.

¿Lo verdaderamente liberador? Todas esas porquerías no representan lo único que hay

La pregunta ante nosotros es por qué permitir que nos confinen tras las rejas mentales de este sistema político y económico. Ya hemos demostrado que es el capitalismo y sus necesidades los que han impulsado las diferentes etapas de la supremacía blanca y la opresión en Estados Unidos. Pero eso no es necesario. Es posible otro camino.

El Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos (PCR, Estados Unidos) ha publicado la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) para un estado revolucionario que se pondría a arrancar las raíces de esta opresión y establecería instituciones por medio de las cuales se podría superar los siglos de esa opresión. Es más, eso es parte de toda una visión liberadora —y una estructura concreta— para capacitar a las masas populares a ponerse a arrancar de raíz la opresión y la desigualdad en cada esfera de la vida y engendrar una sociedad sostenible y vibrante en la cual por fin millones y miles de millones de personas podrían empezar a florecer. Hemos escrito sobre este tema en otros artículos, pero más allá de esos, si de veras le importa salir de esta locura, usted necesita entrarle en esta Constitución. Retamos a todos a compararla con la de Estados Unidos, y a decirnos cuál de las dos podría servir como marco para la liberación, y de nuevo, retamos a los que se inspiren y se conmuevan por esta Constitución a que nos escriban y que la difundan a otros.

El PCR, Estados Unidos ha publicado una declaración, "Sobre la estrategia para la revolución", que demuestra cómo podemos movernos de la situación actual —en la que la revolución carece de muchos seguidores y una revolución no es posible— a una en la que sí lo es... y qué tenemos que estar haciendo para llegar a eso. Demuestra exactamente cómo sucesos importantes, como la indignación generada por el asesinato de Trayvon Martin, podrían contribuir a todo un proceso de crear una situación en la que SÍ existe un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas y en la que SÍ SE PODRÍA hacer una revolución... y analiza cómo prepararse para esa situación y acelerarla.

El PCR, Estados Unidos tiene a un líder, Bob Avakian, quien ha liderado el desarrollo de esta estrategia y esta visión de una sociedad completamente nueva, como parte de hacer un resumen de toda la primera etapa de la revolución comunista, así como de los cambios en otras esferas, y como parte de todo eso ha desarrollado un conjunto de obras, método y enfoque sobre todo eso, para que las personas los estudien y los discutan. El PCR, Estados Unidos cuenta con un líder que creció y se templó en las grandes luchas de los años 1960 y no solamente se negó a darse por vencido sino que ha analizado profundamente las lecciones de ese período —los grandes logros de ese movimiento y los problemas que no pudo solucionar y las limitaciones a las cuales no superó— y ha desarrollado todo eso aún más. No se trata de la esperanza como una consigna sin sentido, sino la esperanza sobre un fundamento científico sólido.

Existe un movimiento para la revolución, el que este partido está forjando. Existe la posibilidad de que brote un levantamiento concreto; ninguna ala de esta clase dominante tiene soluciones concretas que ofrezcan algo que no sea miseria y locura a una escala jamás vista, entre más tiempo pase. No tenemos que elegir —no DEBEMOS elegir— entre esas alas. De hecho, como dice BA en la conclusión del artículo de 2003 "La pirámide del poder": "Van a jalar y sacudir de manera tremenda a esa enorme masa de gente, literalmente a decenas de millones de personas que sienten un profundo repudio y odio por lo que pase ahora" — a los cuales los demócratas, y ahora Obama, tratan de atraer y dirigir por el camino equivocado. Necesitamos librar esa lucha. Todos necesitamos, en este momento, luchar sin titubeos por la verdad sobre este sistema y su historia; y necesitamos, ahorita, adentrarnos en la verdad sobre lo que se requerirá para alcanzar a ese mundo completamente nuevo que tanto urge. Necesitamos hacerlo sobre la base más liberadora que haya: la revolución comunista, según la nueva concepción de Bob Avakian encarnada en la nueva síntesis de comunismo.

 

* Puede haber ciertos matices de diferencia entre Obama y alguien como Al Sharpton. Puede que Sharpton se oiga un poco más militante en algo de lo que dice. Sin embargo, Sharpton, y otros sujetos de su índole, no criticaron al discurso de Obama y todo lo que hacen va para hacer que la gente apoye a Obama. Su tono militante sirve para atraer con engaños a la gente. [regresa]

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