Declaración de Sunsara Taylor el 20 de noviembre de 2013
Sunsara Taylor | 7 de diciembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
¡Las felicitaciones van dirigidas a todos los quienes alzaron la voz, donaron dinero y salieron a las calles para derrotar ayer la indignante propuesta de prohibir el aborto después de las 20 semanas de embarazo en Albuquerque! Esta es una victoria no sólo para las mujeres de Albuquerque ni siquiera sólo para las mujeres de Nuevo México. Su trabajo le ha dado una victoria a las mujeres, y a los hombres y otros que valoran la libertad de la mujer, de todo el país ya que dos de los cuatro médicos que practican abortos tardíos en Estados Unidos lo hacen en Albuquerque.
El mismo día, sin embargo, la Suprema Corte dejó en vigor un fallo de la Corte del Quinto Circuito de Nueva Orleáns que obligó que al menos 15 clínicas se cerraran o dejaran de proveer abortos a las mujeres que los necesitan por todo Texas, mientras continúen las impugnaciones en las cortes contra una ley completamente fraudulenta que requiere que los médicos que practican abortos tengan derechos de admisión en los hospitales locales.
A pesar de la afirmación de la opinión mayoritaria de la Suprema Corte, ésta no fallaba simplemente sobre si respetar la decisión de un tribunal de primera instancia sobre si aplicar una ley mientras esté bajo apelación. En primer lugar, la ley es escandalosa e ilegítima y nunca debió de haberse aprobado en primer lugar porque no tiene ningún propósito médico en absoluto y sólo existe para privarles a las mujeres de su derecho fundamental al aborto. En segundo lugar, permitir que se aplique la ley a la vez que ésta se ve en las cortes causará un daño irreparable a decenas de miles de mujeres por todo Texas, muchas de las cuales no podrán tener acceso al aborto seguro que necesitan y además se pondrán en riesgo su salud y vida o tendrán que tener hijos en contra de su voluntad. En tercer lugar, este fallo causará un daño irreparable a las clínicas que han tenido que cerrar; muchas terminarán por cerrar permanentemente debido a la imposibilidad de pagar la renta y el personal durante los meses en que no perciban ingresos. Por lo tanto, aunque se derogue la ley, estas clínicas se cerrarán definitivamente o se irán a la ruina financiera.
El argumento mayoritario de la Suprema Corte de que este fallo era solamente una decisión procedimental ¡no cambia qué tanta vileza encierre este ataque a la mujer! Al igual la misma ley de los derechos de admisión a los hospitales, bajo el pretexto de cambios "procedimentales" se están codificando en ley los ataques más comunes y peligrosos sobre el derecho al aborto en estos días. Entre otros ejemplos están las clínicas que han tenido que realizar remodelaciones costosísimas o cerrar a fin de cumplir con los nuevos códigos o leyes de salud innecesarios que interfieren con la capacidad de los médicos de administrar abortos clínicos de acuerdo al consenso médico más avanzado. El fallo de hoy de la Suprema Corte constituye otro ataque cruel contra los derechos de las mujeres, disfrazado como una decisión "procedimental", ¡salvo que este ataque sale del más alto tribunal del país!
¿Qué revelan estos dos desenlaces contradictorios (la victoria en Albuquerque y el indignante y vengativo fallo de la Suprema Corte)?
En lo más fundamental, esos sucesos revelan que no se puede confiar en este sistema, y sus cortes, sus leyes y sus políticos, para que proteja los derechos de las mujeres y otra gente oprimida. Revelan el profundamente arraigado patriarcado que está entrelazado en la base de este sistema y revelan el carácter implacable del actual impulso de regresar a la mujer a los días en que la trataban como la propiedad del hombre y procreadora de niños.
Eso es cierto que no sólo en el caso del fallo de la Suprema Corte, sino también en el desenlace de la situación en Albuquerque. Puede que a algunas personas eso les siembre confusión, dada la derrota de la prohibición del aborto después de 20 semanas de embarazo. Pero, si bien la victoria en Albuquerque revela el tremendo y amplio apoyo para la libertad reproductiva de las mujeres, el mero hecho de que se pusiera a voto el derecho de las mujeres a decidir por sí mismas si ser madre y cuándo es completamente ilegítimo y totalmente indignante. Es tan indignante como lo fue en el estado de California el voto para negarle el derecho al matrimonio a la gente LGBT durante la "Proposición 8" y es tan indignante como lo sería en una ciudad o estado el voto hoy para volver a instaurar la segregación racial.
Todo eso, junto con constante violencia a diario hora tras hora contra la mujer (1 de cada 3 mujeres será víctima de golpes, violación o abuso sexual durante su vida), junto con otros monstruosos crímenes de este sistema (el genocidio lento de 2.3 millones de personas en las prisiones, la devastación del medio ambiente que amenaza con poner fin a la vida sobre este planeta, la masiva represión, espionaje, tortura, aviones no tripulados y otras agresiones imperialistas y la putrefacta cultura del yo primero de consumismo y conquista), revela ante todo ¡la urgente necesidad de una Revolución y Nada Menos!
Continuar viviendo de esta forma es intolerable, y no es necesario: observando a medida que de manera vengativa quitan cada pizca de justicia social que le fue arrebatada a este sistema durante los años 1960, a medida que zampan hacia atrás a las mujeres, el pueblo negro, los inmigrantes, los pobres de todo el mundo y el planeta mismo. La única razón por la que todo esto continúe es el sistema capitalista imperialista que nos domina. Es posible cambiar y cambiará todo esto por medio de una auténtica revolución comunista. Bob Avakian ha desarrollado una nueva concepción de esta revolución, durante muchas décadas de incansable y trabajo profundamente científico. He aquí la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) que expone concretamente la clase de sociedad auténticamente liberadora que se podría plasmar mediante esta revolución. Como una muestra de lo que esta sociedad sería: no sólo garantizará el derecho de la mujer al aborto, pero tendrá como misión central e impulsora de la sociedad en su conjunto arrancar de raíz completamente todo vestigio de opresión de la mujer, de la gente LGBT, del pueblo negro, de los latinos y otros grupos oprimidos. Hará todo eso como parte de avanzar a una auténtica comunidad mundial de seres humanos en libre asociación sin antagonismos de clase de ningún tipo. Cualquiera que se preocupe por el futuro de la mujer y de la humanidad en su conjunto no tiene ninguna excusa para no adentrarse con entusiasmo y profundidad en su obra, para no difundir su obra y para no unirse en la lucha por plasmar un mundo completamente nuevo y liberador.
Además, lo que estos dos desenlaces contradictorios de la lucha por el derecho al aborto (el fallo negativo de la Suprema Corte y la victoria de Albuquerque) muestran es que existen una base y una tremenda necesidad de movilizar a las enormes reservas de decenas de millones de personas en todo el país que no quieren ver a la mujer esclavizada en la maternidad obligatoria y a las muchas personas más que es posible ganarse a esa posición, a ponerse en pie y a resistir ¡y a hacerlo ahora! Todo eso es necesario si hemos de acelerar el desarrollo de una situación en la que se pueda hacer una verdadera revolución y llevar a cabo muy amplias transformaciones del modo de pensar y la moral de las personas de acuerdo al mundo que queremos. Aun cuando uno no esté convencido de la necesidad de una revolución y aun cuando uno vea esto desde otro punto de vista, esto es necesario hacer retroceder y derrotar esta grotesca e implacable guerra contra la mujer.
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