El nuevo comisionado de policía de Nueva York, el Señor "Parar y Registrar" Bratton — lo mismo en odres nuevos
16 de diciembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
Dadas la indignación y protestas generalizadas contra el parar y registrar, se oye del nuevo alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, pura palabrería sobre reformar el parar y registrar. Pero su respuesta a aquellos que luchan para poner fin al parar y registrar es traer al "reformista" William J. Bratton, el que ha dicho en público, "…un departamento de policía en Estados Unidos que trate de funcionar sin alguna forma del 'parar y registrar', o lo que sea la terminología, está condenado al fracaso".
Para Bratton, "Se trata de una herramienta básica, fundamental del trabajo policial en todo el país. Si se deshace del parar y registrar, esta ciudad se vendría abajo tan rápido como se pudiera imaginar" ("New York's Top Cop Stands by Stop and Frisk Policy", [El jefe de policía de Nueva York defiende la política del parar y registrar"] de Cynthia Fagen, newsmax.com, 6 de diciembre de 2013).
Bratton fungía de jefe de la Policía de Tránsito neoyorquina de 1990 a 1992 bajo el alcalde David Dinkins. Fungía de jefe de la policía neoyorquina bajo el alcalde Rudolph "Adolfo" Giuliani de 1994 a 1996. Y fungía de jefe de policía en Los Ángeles de 2002 a 2009.
Bajo Dinkins, Bratton instituyó una política proactiva de "tolerancia cero" para la policía de tránsito, según la cual esta policía singularizaba a los jóvenes negros y latinos y los arrestaba por delitos menores que nunca antes habían aplicado o que habían aplicado mediante multas y no arrestos. En 1992, Bratton dejó la Policía de Tránsito para ser comisionado de policía de Boston.
Volvió a Nueva York en 1994, cuando el alcalde Giuliani lo designó jefe del Departamento de Policía de Nueva York. En ese cargo, instituyó ataques agresivos policiales contra las comunidades negras y latinas en la forma de detenciones por cosas como el ausentismo escolar (en su libro Turnaround [Dar la vuelta a las cosas], se jacta de acorralar a tantos jóvenes que "tuvimos que establecer áreas de detención en los auditorios y gimnasios de las escuelas"). Inició el programa del parar y registrar. Bajo Bratton, los pretextos para los arrestos se volvieron cada vez más desconectados de alguna verdadera actividad delincuencial.
La realidad del parar y registrar
Revolución ha escrito extensamente sobre el parar y registrar y las personas en Nueva York que luchan por que se ponga fin a esta táctica policial del perfil racial que detiene a alguien simplemente por "tener la apariencia o hacer gestos de un delincuente". Lo que Bratton instituyó en Nueva York en los años 1990 ahora constituye el horror de un pogromo policial contra los negros y latinos de la ciudad. Li Onesto lo explicó en Revolución de esta manera:
Viven más de 1.6 millones de personas en Manhattan, Nueva York. Si detuvieran y hostigaran a cada uno de ellos, además de humillarlos y revisar el contenido de sus bolsillos… no solo una vez sino tres veces…, eso sería el equivalente al número de incidentes del parar y registrar llevados a cabo por la policía de Nueva York desde 2004: CINCO MILLONES en los últimos nueve años. Y el ultraje no solamente está en los números:
- En el 88% de los incidentes —4.4 millones— las personas detenidas no habían hecho nada malo.
- Casi el 90% eran negros o latinos.
- Sólo el 1.9% de las personas registradas en 2011 tenían en su posesión un arma.
- En 2002, había menos de 100.000 casos del parar y registrar; en 2011 había 685.724 — un aumento de 600%.
El verdadero historial de Bratton en Los Ángeles
Cuando Bratton llegó a ser el jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), heredó un sistema de órdenes judiciales contra las pandillas que el jefe de policía Daryl Gates había iniciado en la última parte de la década del 1980. Bratton utilizó esas órdenes para hacer cumplir su política de "tolerancia cero" ahí. Estas órdenes judiciales se convirtieron en una forma más aceptable de detener y encarcelar a los jóvenes negros y latinos porque se presentaban como una política en contra de las pandillas las que se consideraban el problema principal de las calles de Los Ángeles, por el gobierno municipal y además por amplios sectores de la población.
La propaganda acompañante les echó la culpa a las pandillas y no al sistema que creó a las pandillas — el sistema que inundó a los ghettos de Los Ángeles de cocaína crack (sintética), sin ofrecer un sistema educativo digno ni empleos buenos para la juventud negra y latina. Rebasa el ámbito de este artículo explicar lo que eso implicaba para miles de personas, pero nuestros lectores deben conocer la realidad de lo que estaba pasando. Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario ha señalado:
Esta encarcelación en masa horrorosa con criterios selectivos raciales es una consecuencia del hecho de que no se hizo una revolución en los años 1960. El levantamiento revolucionario de esos años puso a la defensiva a la clase dominante, pero no le arrebató el poder. La clase dominante sobrevivió esas tormentas y, consciente del papel de los levantamientos del pueblo negro como punta de lanza y su potencial para prender más levantamientos, se ha esforzado para suprimir vilmente a ese potencial antes de que pueda manifestarse — la contrainsurgencia antes de que surja una insurgencia.
Si se deja que continúe la trayectoria actual, se intensificará la realidad que viven millones de los oprimidos acorralados en los ghettos y barrios sin oportunidad ni esperanza. Salir de la cárcel y entrar de nuevo seguirá siendo un rito de paso para millones de jóvenes oprimidos, muchos de los cuales ya no ven en su futuro inmediato nada salvo la prisión o la muerte. Se trata de un lento genocidio que, dadas las agudas divisiones en la clase dominante y el apuntalamiento y azuzamiento de francas fuerzas fascistas, fácilmente podría convertirse en un genocidio rápido.
En Los Ángeles, a nombre de "hacer cumplir la ley viviendo en las comunidades y protegiéndolas contra las pandillas", la policía se centró en comunidades enteras parando a miles, especialmente de jóvenes negros y latinos bajo el pretexto de parar a las pandillas — junto con reuniones con líderes religiosos y comunitarios para obtener su apoyo, además de obligar a los perros policías a bajarse de sus patrullas y fingir respetar al público.
¿Pero cuál era la realidad del programa de Bratton?
Bratton consideraba que las órdenes judiciales contra las pandillas y la manera en que el LAPD las hacía cumplir era "una forma del 'parar y registrar'". Los policías iban a lugares públicos como parques y acusaban a personas de ser pandilleros y las arrestaban. Hacían amplios rastrillajes en los barrios, entrando en las residencias que habían tachado de "casas de pandilleros" y deteniendo a las personas en estas residencias además de hacer rastrillajes en las calles. Según las órdenes judiciales, la policía contaba con amplios poderes de tachar a cualquiera de ser pandillero sin ninguna evidencia. Un ejemplo era la orden judicial en contra de la pandilla Grape Street Gang que identificó a 16 personas como miembros de la pandilla, pero en 2006 la policía de Bratton indiscriminadamente aumentó ese número a 240 nombres. ("Policing Gangs in LA: A Critical Look at Gang Injunctions and Community-Policing", de Andy Garofolo, The Subaltern, 22 de noviembre de 2011.)
Los policías utilizaron las órdenes judiciales contra las pandillas para hostigar a la juventud negra y latina en grandes zonas de la ciudad donde hasta ahora hay 44 órdenes judiciales distintas. Llegó a ser un delito que dos personas o más se congregaran en algún espacio en el exterior. Una vez que detuvieran a alguien bajo una orden judicial, el acusado se enfrentaría al delito de desacato al tribunal con el castigo de seis meses en la cárcel y/o una multa de mil dólares. Así, han creado zonas militarizadas en estos barrios en que los jóvenes tienen miedo de salir y han facilitado el cauce a las prisiones y la encarcelación en masa.
Bratton también se ha empeñado en contratar a más minorías en el LAPD con el pretexto de reformar al mismo. Pero, pregúntese… dado todo el sistema de leyes, cortes y lo demás, ¿tendrá efectos concretos lo de cambiar el color de la piel del LAPD? Sea cual fuera su nacionalidad, las fuerzas del LAPD hacen cumplir las leyes que reprimen a grandes números de jóvenes de las minorías y las que conducen a la encarcelación en masa de miles de personas.
Ahora bien, veamos la realidad de lo que ha pasado.
William Bratton aplicó al máximo un sistema de órdenes judiciales contra las pandillas en Los Ángeles que se centró en la juventud negra y latina.
Presidió al LAPD, el que se desbocó con violencia contra una gran multitud de personas que protestaba a favor de los derechos del inmigrante el Primero de Mayo de 2007 en el Parque MacArthur, donde 600 policías dispararon indiscriminadamente con balas de goma y dejaron a muchos lesionados. El perfil racial fue una política estándar del LAPD bajo Bratton.
Un estudio sobre las detenciones policiales en Los Ángeles en 2004 halló que el 80% de los detenidos eran negros o latinos. En 2004 detuvieron a más de 100.000 negros en una ciudad con una población negra de un poco más de 300.000. ("A Study of Racially Disparate Outcomes in the Los Angeles Police Department" [Un estudio de los resultados racialmente dispares en el Departamento de Policía de Los Ángeles], de Ian Ayres y Jonathan Borowsky, redactado para la Asociación Estadounidenses de Libertades Civiles del Sur de California, octubre de 2008.) Además, para el 2008, el total de detenidos de transeúntes y automovilistas en Los Ángeles había incrementado a 875.204, casi al nivel del parar y registrar de Nueva York. ("Policing Los Angeles Under a Consent Decree: The Dynamics of Change at the LAPD" [Hacer cumplir la ley en Los Ángeles bajo un decreto de consentimiento: La dinámica del cambio en el LAPD], de Christopher Stone, Todd Foglesong y Christine Cole, Harvard Kennedy School, mayo 2009).
"La reforma" = la brutalidad y el asesinato
El legado del LAPD "reformado" bajo Bratton no es sino es una manada de gorrillas que brutalizan y asesinan. Entre 2007 y 2011, la policía del Condado de Los Ángeles mató a 159 personas. Asesinaron a Kennedy García, 23, mientras yacía bocabajo en el suelo con las manos esposadas por la espalda. Dontaze Store murió después de que el LAPD le pegó cinco balas, y mientras que los policías intentaban meterlo en una bolsa para cadáveres, los paramédicos se dieron cuenta de que ¡todavía estaba con vida!
El LAPD mató a sangre fría a Manuel Jamines, 37, con dos tiros en la cabeza a sólo 40 segundos después de enfrentársele. Las policías le pusieron las esposas a su cadáver sin vida y lo cubrieron con una sábana blanca. El equipo de SWAT [Fuerza Especial de Armas y Tácticas] del LAPD mató a Susie Marie Peña, 19 y a su padre, 34, José Raúl Peña, el que sujetaba a Susie durante un enfrentamiento con la policía de dos horas y media. Steven Washington, un hombre negro de 27 años de edad con autismo, estaba caminando por la calle cuando unos policías en una patrulla escucharon un ruido y le dispararon y lo mataron.
Mientras el LAPD buscaba a Christopher Dorner, abrió fuego contra una camioneta (la cual no concordaba con la descripción de la que manejaba Dorner) y lesionó a dos latinas, una mujer de 47 años de edad y su madre, 71, la que dejaron gravemente lesionada. (Dorner, un ex policía angelino, era sospechoso de homicidio. Lea "La controversia Dorner continúa: El ultraje de la represión policial, la realidad de la dictadura… y la necesidad de la revolución", Revolución #296, 22 de febrero de 2013)
Además, en una muestra vil y brutal de fuerza contra Ocupar Los Ángeles, la policía disparó balas de goma, golpeó y arrestó a los Ocupantes y otros cuando escribían y dibujaban con tiza durante la Caminata de Arte del Centro de Los Ángeles mensual.
El papel de la policía
En su cargo de comisionado de policía de Nueva York, Bratton continuará la tradición del parar y registrar o "lo que sea la terminología" que con de Blasio quiera utilizar. Resumiendo, que quede claro el papel de la policía. Como ha dicho Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario:
El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura. (Lo BAsico 1:24)
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