¿Qué clase de sistema sentencia a las personas a "una muerte en vida"?

Li Onesto | 6 de enero de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

9 de diciembre de 2013. Con unos 2.3 millones de personas encarceladas en este país, Estados Unidos tiene el índice más alto de encarcelación en el mundo, en su mayoría presos negros y latinos. Miles de presos en California recientemente decidieron ir a una huelga de hambre, en protesta y para denunciar las condiciones de tortura que 80.000 presos en aislamiento solitaria enfrentan en los Estados Unidos. Un total de 105 países ya han eliminado la pena de muerte, entre ellos todos los países de Europa Occidental. Mientras tanto los Estados Unidos tiene triste fama por ejecutar a personas y mantiene a miles de personas en el corredor de la muerte, muchas de las cuales habían sido encontradas inocentes, lo que indica que muchos más inocentes habían sido ejecutados. Los Estados Unidos también es el mayor violador de la prohibición internacional de ejecutar a menores de edad, y 26 estados en los Estados Unidos permiten la ejecución de los acusados con un retraso mental.

Ahora la American Civil Liberties Union (Unión Estadounidense de Derechos Civiles) ha publicado un informe (en inglés), titulado "Una muerte en vida: vida sin libertad condicional por delitos no violentos", que revela otra realidad fea de la encarcelación en masa en los Estados Unidos. [A menos que se indique, las estadísticas en este artículo son de este informe.]

En los Estados Unidos, 49.000 presos cumplen una cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP) — les han dicho que vivirán encarcelados hasta que mueran. Al año 2012, 3.278 de estos presos reciben penas por delitos no violentos de drogas y que están relacionadas con propiedad ajena, en el sistema federal y en nueve estados (los que dan cifras). Esto ni siquiera incluye, digamos, a los presos que están cumpliendo una pena de cien años por una serie de ventas no violentas de droga. Ni incluye a otras personas encontradas culpables de un "crimen violento" aunque lo que hicieron fue no violento, tal como no presentarse a una casa de rehabilitación o tentativa de robar un auto no ocupado.

Cuatro décadas de la guerra contra la droga han resultado en leyes sumamente fuertes sobre sentencias, tales como las disposiciones de "tres strikes" que requieren que los jueces dicten sentencias mínimas para una tercera condena de un delito mayor o de ciertas clases de crímenes. Tales leyes obligan los jueces a dictar sentencias que son severas e injustas y las leyes de tres strikes han aumentado el número de delitos por el cual una persona puede recibir una sentencia LWOP. Esto ha resultado en un aumento del número de personas encarceladas y de la duración de su encarcelación. Y también ha llevado a que tantos están condenados a una LWOP y que muchos terminan en la cárcel de por vida, tal como: correos de drogas; drogadictos quienes vendieron cantidades pequeñas para apoyar su adicción; ladronzuelos; novias o esposas quienes fueron fichadas en los arrestos en masa de miembros de las empresas de drogas y en vista de que sabían muy poco de las actividades de drogas de sus parejas o ex parejas, no podían intercambiar o estaban renuentes a intercambiar información a cambio de una sentencia más corta.

Imagínese que uno resultara detenido por una de estas cosas: posesión de una pipa de crack; posesión de la tapita de una botella que contiene una huella de heroína que no se puede pesar; posesión de una cantidad pequeña de marihuana con la intención de distribuirla; actuar como un mediador en la venta de marihuana con un valor de $10 a un agente encubierto; compartir varios gramos de LSD con asistentes a un concierto del conjunto Grateful Dead; posesión de una cantidad de píldoras de medicamentos anti-congestivas sin receta que se puede someter a un procesamiento y convertir en metanfetaminas; tratar de cobrar un cheque robado; que un vendedor de desechos tenga unos hierros robados (diez válvulas y un codo); posesión de llaves robadas; sacar gasolina con sifón de un camión ajeno; robar herramientas de un depósito ajeno y una máquina de soldadura de un terreno; hurtar tres cinturones de una tienda; asaltar una licorería cerrada a la medianoche.

El juez lo halla culpable y luego le dice en esencia: "Lo pondremos en una celda donde permanecerá hasta que muera".

Tal vez se pregunte, ¿es posible que eso sea cierto en la vida real? ¿Qué miles de personas hicieron algo tan nimio como cometer un hurto en una tienda y ahora su vida entera se ha echado por la borda? ¿Alguien puede tener solo 25 años de edad y resulta condenado de un delito muy pequeño y ahora tiene que quedarse encarcelado hasta que muera?

Sí, todo eso está ocurriendo ahora — y las cifras cuentan solamente una parte de la injusticia de la historia.

He aquí solo dos ejemplos del informe de la ACLU, que presenta un perfil de 110 delincuentes condenados a morir en la cárcel por delitos no violentos:

Sharanda Jones

Sharanda Jones

Sharanda Purlette Jones, una madre sin historial criminal anterior, fue condenada a una condena perpetua obligatoria sin libertad condicional por conspiración de distribuir cocaína sintética (crack), basada casi completamente en el testimonio de cómplices quienes recibieron castigos reducidos. Los 105 individuos detenidos como parte de la conspiración eran negros en un pueblo tejano de una gran población blanca. Aparte de una llamada telefónica grabada durante la cual aceptó preguntarle a una amiga dónde dos informantes del gobierno pudieran comprar droga, no había evidencia física, ni ninguna droga ni vigilancia de video presentada en el juzgado para conectarla a la venta de droga con sus cómplices.

Timothy Jackson cumple una cadena perpetua por hurtar una chaqueta por $159 en una tienda Maison Blanche en Nueva Orleáns en 1996. Jackson, quien tenía 36 años de edad en ese entonces, trabajaba como cocinero en un restaurante. Un agente de seguridad de la tienda le siguió a Jackson, quien colocó la chaqueta en un puesto de periódicos e intentó alejarse cuando se dio cuenta de que alguien le estaba siguiendo. En ese tiempo, el delito de Jackson llevaba una pena de dos años de cárcel por ser su primer delito; hoy lleva una pena de seis meses. Pero la corte le dio una pena perpetua obligatoria sin libertad condicional, al tomar en cuenta una condena de hace dos décadas cuando era menor de edad por robo sin arma y dos condenas de robo de auto ajeno y le dio una sentencia bajo la ley de cuatro strikes del estado de Luisiana. Jackson ya ha cumplido 16 años encarcelado.

La guerra contra la droga y una cadena perpetua sin libertad condicional

Antes de los años 1970, las condenas de las personas a una LWOP eran poco comunes. Pero en 1971, se abolió temporalmente la pena de muerte mediante la decisión de la Suprema Corte Furman v Georgia. En esos años, las cortes empezaron a dictarles sentencias LWOP a muchas personas, en parte porque no podían dar penas de muerte. Pero aún cuando se reinstauró la pena de muerte en 1976, las penas de muerte continuaron en aumento.

A mediados de los años 1990, solamente 16 estados tenían alguna forma de LWOP; ahora 49 estados imponen tales sentencias. En 1992, menos de 12.500 presos estaban cumpliendo una LWOP. Hoy, el número es de más de 49.000. El uso de cadenas perpetuas sin libertad condicional no solo es más frecuente sino se ha estado aplicando a una gama más amplia de delitos, incluyendo delitos no violentos, y delitos no violentos de poca monta.

El aumento de las sentencias LWOP forma parte de la situación más amplia de la encarcelación en masa según la que en los Estados Unidos, desde los años 1970, ha habido un crecimiento explosivo de presos. En 1970 había 338.029 personas detenidas en las prisiones federales y estatales y en las cárceles locales. En 1990 este número había subido a 1.148.702. Y para 2010, ya era de 2.266.832. (Estadísticas del Buró de Justicia: "Poblaciones Correccionales en los Estados Unidos" y un análisis del Instituto de Políticas de Justicia a partir de los datos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos).

Carl Dix, del Partido Revolucionario Comunista, Estados Unidos, habla sobre lo que causa la encarcelación en masa en los Estados Unidos — y lo que está en juego en la lucha en su contra:

"La encarcelación en masa es un ataque enorme sobre las masas, especialmente las masas de las nacionalidades oprimidas. Meten a la cárcel a cientos de miles de personas por la mera posesión de drogas prohibidas. Las personas encarceladas están sometidas a condiciones horribles. El cauce que conduce a este almacenamiento en las cárceles incluye sistemas educacionales de las barriadas pobres de las ciudades que están orientados a orillar a millones de jóvenes a abandonar la escuela y un sistema de justicia criminal que trata a una generación entera de jóvenes como potenciales delincuentes, culpables hasta que se demuestre lo contrario, siempre y cuando puedan sobrevivir para demostrar su inocencia. Incluye la evaluación por perfil racial por parte de la policía, órdenes judiciales contra pandillas y discriminación en las cortes.

"Y después de salir en libertad, millones de personas están condenadas a una historia de penuria y vergüenza, privadas de oportunidades de trabajo, del acceso a la vivienda pública, de los cupones de comida, de los préstamos gubernamentales para una educación, del derecho de votar, etc. Todo eso es el resultado de políticas conscientes adoptadas por la clase dominante.

"Esta encarcelación en masa horrorosa con criterios selectivos raciales es una consecuencia del hecho de que no se hizo una revolución en los años 1960. El levantamiento revolucionario de esos años puso a la defensiva a la clase dominante, pero no le arrebató el poder. La clase dominante sobrevivió esas tormentas y, consciente del papel de los levantamientos del pueblo negro como punta de lanza y su potencial para prender más levantamientos, se ha esforzado para suprimir vilmente a ese potencial antes de que pueda manifestarse — la contrainsurgencia antes de que surja una insurgencia.

"Si se deja que continúe la trayectoria actual, se intensificará la realidad que viven millones de los oprimidos acorralados en los ghettos y barrios sin oportunidad ni esperanza. Salir de la cárcel y entrar de nuevo seguirá siendo un rito de paso para millones de jóvenes oprimidos, muchos de los cuales ya no ven en su futuro inmediato nada salvo la prisión o la muerte. Se trata de un lento genocidio que, dadas las agudas divisiones en la clase dominante y el apuntalamiento y azuzamiento de francas fuerzas fascistas, fácilmente podría convertirse en un genocidio rápido".

Todo eso ha conducido a las leyes de tres strikes. De eso son una parte las políticas como el parar y registrar, con la que la NYPD (Departamento de Policía de Nueva York) aplica etiquetas raciales ilegales a los negros y latinos, para y hostiga a millones de personas quienes no hacen nada malo en absoluto. El "cauce de las escuelas a las prisiones" forma parte de todo eso, en que las políticas de "tolerancia cero" las cuales criminalizan a los jóvenes por infracciones menores de las reglas de la escuela los canalizan hacia los sistemas de justicia juvenil y criminal. De eso es una parte el gran aumento de las LWOP.

Parte del genocidio lento contra el pueblo negro

La encarcelación en masa en los Estados Unidos, donde los negros componen el 40% de la población en las prisiones, es un importante componente del genocidio lento que lleva a cabo el sistema. Es obvio que encarcelan de manera desproporcionada a los negros y existe aún más desigualdad cuando se considera a aquellos que reciben sentencias LWOP en general y aquellos que reciben sentencias LWOP por delitos no violentos. Por ejemplo, los presos negros constituyen el 91.4% de la población en las prisiones con una LWOP en Luisiana, el 78.5% en Misisipí y el 70% en Illinois. Además, los negros recibieron sentencias LWOP por delitos no violentos a un ritmo 20 veces mayor al de los blancos.

Los negros representan aproximadamente un 11% de la población de los Estados Unidos, pero constituyen hasta un 60% de la población en las prisiones que cumplen tales delitos no violentos a un ritmo de 46.5 por 1.000.000 residentes — más de 20 veces mayor que el índice para los blancos. Estos índices dispares no pueden explicarse por la participación dispar de los acusados blancos y negros en los delitos. Como observa la ACLU:

"Un informe publicado por la Comisión de Dictar Sentencias de los Estados Unidos de febrero de 2013 llegó a la conclusión que en los últimos años, los infractores varones negros han recibido sentencias que son casi el 20% más largas que aquellas que reciben los varones blancos acusados de delitos semejantes. Las disparidades raciales aumentan según la severidad de la sentencia. El nivel de representación desproporcionada de negros entre los presos que cumplen LWOP es más alto que aquel entre los presos elegibles para libertad condicional que cumplen cadenas perpetuas. La disparidad es aún más alta entre los presos con sentencias LWOP por delitos no violentos.

"Los negros reciben un tratamiento dispar en cada etapa del sistema de justicia criminal, lo que incluye el parar y registrar, puntos de arresto, procesos y negociaciones sobre sentencias reducidas, juzgados y audiencias de dictar sentencia. En algunos casos documentados por la ACLU, existe evidencia anecdótica del posible tratamiento dispar por parte de las autoridades del orden público y justicia, tal como cuando los policías paran y registran a coches y transeúntes al parecer sin justificación lo que puede ser el resultado de la aplicación de la etiquetación racial y la aplicación selectiva de medidas de combate a la droga en las comunidades mayormente negras".

Una muerte en vida

El título del informe de la ACLU es "Una muerte en vida" y este sufrimiento totalmente infrahumano es lo que este sistema está imponiendo sobre decenas de miles de personas, incluyendo los miles de personas penadas por haber cometido delitos no violentos y en muchos casos delitos muy menores.

La ACLU informa que los presos condenados a una LWOP hablan de "incesantes sentimientos de desesperanza, soledad, ansiedad, depresión, miedo, separación de la familia y de su comunidad así como pensar en suicidarse". Aquellos quienes habían cometido delitos no violentos describieron sus penas como "una pena de muerte lenta", "una muerte lenta y dolorosa", "una muerte lenta, horrible y torturadora", "algo parecido a la muerte sin el beneficio de ya no tener que sufrir", "como ser… un muerto en vida" y "como una persona muerte en vida en una máquina corazón-pulmón".

Bien, seamos directos. Ciertos sectores de la clase dominante hablan de boca para fuera de la "rehabilitación". Pero para comprender lo que sucede concretamente, es necesario ver las cosas en perspectiva, tal como está concentrado en la cita anterior de Carl Dix. La rehabilitación NO es la esencia del sistema injusta de cárceles. El propósito de la encarcelación en masa de los negros y latinos no es de proteger a la sociedad contra los efectos de la delincuencia, y muy pocas personas razonables sostendrían que la posesión de una cantidad pequeña de marihuana "con el intento de distribuirla" constituiría un delito contra la sociedad que merecería una cadena perpetua en la cárcel.

La encarcelación de más de dos millones de personas tiene que ver con la aplicación del poder del aparato estatal para mantener a sectores enteros de la población (y especialmente a los negros y los latinos) en posición inferior, primero mediante el encarcelamiento de cientos de miles de personas lo que, como dice Carl Dix, tiene implicaciones de largo plazo para éstas y sus familias — y al hacerlo dar un mensaje amplio a ciertos sectores de la sociedad de que lo que les espera es la cárcel o la muerte. El aparato estatal no es un ente que "está por encima" de todas las distintas fuerzas en contienda en la sociedad, el que medie los conflictos entre éstas y proteja a la población en general. Lo que existe es una dictadura de la burguesía, con unas leyes y además con el aparato estatal de represión compuesto de las fuerzas armadas, la policía, las cortes, las cárceles, las burocracias, etc., para mantener las relaciones económicas básicas de explotación y las relaciones sociales básicas acompañantes en la sociedad.

¿Qué clase de sistema es éste?

Un editorial del New York Times cita a Burl Cain, el alcaide que administra la infame Prisión Estatal de Luisiana en Angola: "Todos se olvidan lo que representan las correcciones. Se refiere a corregir un comportamiento desviado. Si esta persona puede volver a la sociedad y ser un ciudadano productivo que no vuelve a cometer infracciones, ¿por qué gastar dinero para mantenerla encarcelada?" La redacción termina por decir "Si los Estados Unidos quiere llamarse a sí mismo una nación civilizada, tiene que poner fin a esta práctica cruel e inefectiva" (New York Times, 16-11-2013).

Efectivamente, eso sí plantea una pregunta enorme de legitimidad para los Estados Unidos. ¿El supuesto "líder del mundo libre" — con el índice más alto de encarcelación en el mundo, el que tan claramente singulariza a los negros y latinos y los encarcela de manera desproporcionada, siendo muchos de éstos jóvenes para quienes este sistema no puede ofrecer ningún futuro y condena a tantos individuos a "una muerte en vida" por infracciones muy pequeñas y no violentas?

Y también tenemos que preguntarnos: ¿Qué clase de sistema encarcela a decenas de miles de personas quienes han cometido otros delitos — y no les ofrece ninguna esperanza, ninguna oportunidad, ninguna posibilidad de cambiar, rehabilitar o jamás hacer ninguna contribución a la sociedad?

¿Que clase de sistema mira así a las personas? ¿Qué clase de sistema desperdicia tanto potencial humano?

Es un sistema de capitalismo-imperialismo que mira a todo, incluso a los seres humanos, como algo que utilizara o como unos desperdicios desechables para controlar y reprimir. Y en el caso de decenas de millones de negros y latinos, especialmente los jóvenes, este sistema considera que ésos tienen un potencial volátil y que los debería someter a un control social extremo.

Este sistema no tiene ninguna razón para tratar a los presos con humanidad. No tiene ninguna razón para rehabilitar a las personas. No ve ninguna razón para reconocer y actuar según el hecho de que las personas pueden cambiar, hasta aquellas que han cometido delitos terribles, y en cambio pueden contribuir a la sociedad.

En una auténtica sociedad socialista, que no se basa en las ganancias, las instituciones económicas y sociales se basarían en la cooperación, lo cual capacitaría a las personas para que trabajaran por el bien común y contribuyeran al mejoramiento de la sociedad y del mundo. Tal sistema tendría un sistema judicial y penal totalmente distinto que sería parte de conducir la sociedad por el camino de deshacerse de toda opresión y explotación. Como dice la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto):

"Por lo que se refiere a todos los condenados y sentenciados que estarán penados por violar la ley, respecto a tal encarcelamiento se tendrá la orientación básica de rehabilitar a los condenados y sentenciados y ponerlos en libertad y reintegrarlos como miembros productivos de la sociedad general tan pronto que sea posible hacerlo, en virtud del criterio según el cual será posible hacerlo sin riesgo y peligro inaceptable a la sociedad y el pueblo y en tales casos en que eso no contravendría lo establecido en la presente Constitución. Teniendo en cuenta este fin, para las y los presos se dispondrá de educación, de acuerdo a los principios establecidos en la presente Constitución —y en particular el principio del 'núcleo sólido, con mucha elasticidad', incluyendo una educación en la concepción del mundo y los valores comunistas, pero también el acceso a una amplia variedad de obras filosóficas y políticas, científicas, literarias y de otro tipo que expresan diversos puntos de vista— y los medios para participar en el trabajo productivo que pueda hacer una contribución a la sociedad en condiciones que no sólo son humanitarias sino que están en concordancia con las normas generales de trabajo en la sociedad en general. En ningún caso se mantendrá a alguien en la cárcel por un período mayor de lo que estipule la ley y los procedimientos legales que incorporan el debido proceso legal".

De esta manera, es posible que tales personas se transformen más para que así puedan tomar parte en la lucha para crear un mundo completamente nuevo en el cual las mazmorras y calabozos del capitalismo solo se encontrarán en los libros de historia.

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