"Reformas" dedicadas a conservar el espionaje masivo

Actualizado el 08/02/2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La pieza central de "la reforma" que el presidente Barack Obama propuso en su discurso del 14 de enero tiene que ver con el programa de recolección de metadatos de teléfono de la NSA — bajo el cual la NSA lleva a cabo la recolección masiva de información de cada llamada por teléfono en Estados Unidos, tal como a cuál número se llamó y la duración de cada llamada. La NSA ha podido husmear a gusto esencialmente en toda esta base de datos, sin ninguna orden judicial, y luego centrarse en información específica de una persona específica, descubrir el contenido concreto de las llamadas, etc. Han podido dar tres "brincos" en esta búsqueda: ver todos los números telefónicos que la persona ha llamado o recibido, todos los números que este segundo grupo llamó o recibió y todos los números que ese tercer grupo llamó o recibió.

En su discurso, Obama dijo que había ordenado un fin al programa de recolección de metadatos de teléfono a granel "tal como existe en la actualidad". Pero claramente no dijo que se detendrá la recolección concreta de metadatos. Ésta continuará —quizás la NSA como tal no mantenga los registros, pero sí las compañías telefónicas o algún "tercero" y con acceso para la NSA. Obama dijo que sus funcionarios de inteligencia y su procurador general elaborarán un plan específico en marzo.

Obama también anunció que la NSA tendrá que conseguir la aprobación de la corte de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA) antes de llevar a cabo registros de metadatos de teléfono. Ésta es la corte secreta que ha aprobado casi cada una de las solicitudes que el gobierno ha presentado para sus operaciones de espionaje.

Y Obama dijo que los registros de metadatos de teléfono se limitarán a los dos "brincos" del número original en lugar de los tres actuales, lo que implicará que cada registro de un "número original" específico todavía podría abarcar a los números de teléfono de muchísimas personas bajo la vigilancia del gobierno.

Todo esto significa que continuará con pocas restricciones la recolección de información de las llamadas de teléfono en Estados Unidos.

En cuanto al espionaje masivo que Estados Unidos lleva a cabo alrededor del mundo, Obama dijo que había dado una orden presidencial que aclara que tal vigilancia sirve "propósitos legítimos de seguridad nacional y no el propósito de revisar indiscriminadamente el correo electrónico o llamada telefónica de la gente común" y extenderá ciertas "garantías" para las personas fuera del país. Pero el discurso describía con mucha vaguedad lo que son esas "garantías" — y será tarea del gobierno de Estados Unidos determinar qué es lo que constituye "propósitos legítimos de seguridad" que requieren operaciones de espionaje, incluso en contra de "la gente común". Obama presentó todo esto en el marco de proteger "la seguridad" de la gente — pero la realidad es que la "seguridad nacional" a la que Obama se refiere tiene que ver con lo que la clase dominante capitalista imperialista considere que sea necesario para proteger y promover sus intereses globales. Tal como explicamos en el artículo principal sobre el espionaje de la NSA en este número, los intereses de la clase dominante NO son los intereses de la gran mayoría de las personas en Estados Unidos ni en el mundo en general.

Sobre el espionaje de la NSA en contra de los jefes de estado de otros países, Obama dijo que "a menos que haya un propósito muy urgente de seguridad nacional, no monitorearemos las comunicaciones de los jefes de estado y gobiernos de nuestros amigos y aliados cercanos". Para repetir, es el gobierno estadounidense el que decidirá cuál es un "propósito de seguridad nacional urgente". Se trata de una amenaza no muy bien velada de que, si uno no figura entre "los amigos y aliados cercanos" de Estados Unidos, o si uno actúa de una manera que va en contra de lo que la clase dominante estadounidense considera como sus intereses, pues sus llamadas telefónicas y correo electrónico estarán en la mirade los espías de la NSA.

La "reforma" de la corte FISA propuesta por Obama, corte que ha llevado a cabo sus procedimientos en forma de secreto total, consta de autorizar a un panel de "defensores" ajeno al gobierno para expresar una "voz independiente" ante la corte, no en cado uno de todos los casos, pero solamente en los casos "de importancia", y aparentemente estos defensores no tendrán ninguna palabra en decidir cuáles serán estos casos. Esto es una hoja de parra de "transparencia" bajo la cual esta corte de espionaje continuará operando principalmente en secreto, y las personas que están en la mira de la NSA y de otras actividades de vigilancia (o cualquier otra persona del público en general) no tendrán nada que decir, o ni siquiera conocerán, acerca de lo que está pasando.

Obama también habló de las Cartas de Seguridad Nacional, utilizadas por la FBI sin tener que solicitar la aprobación de un juez para obligar a las compañías telefónicas, los bancos u otros negocios a entregar la documentación de sus clientes tales como transacciones económicas o datos relacionados con las comunicaciones de teléfono y correo electrónico, que a la vez declaran que es ilegal que los que reciben estas cartas siquiera hablen de éstas. Así que los individuos que están en la mira de estas "investigaciones", mismas que no tienen que cumplir con ningún requisito legal en materia de registros irrazonables y otras supuestas garantías constitucionales, no tienen idea de que el gobierno los tiene bajo vigilancia. El FBI utiliza estas Cartas de Seguridad Nacional decenas de miles de veces al año. Obama se negó a que se requiriera la aprobación de un juez para utilizar estas cartas, a la vez que ha hecho un cambio secundario al anunciar que la orden de mordaza en contra de los que reciben estas cartas (es decir, las empresas de telecomunicaciones) ya no será permanente pero que vencerá después de un período de tiempo.

Un tema importante que Obama no tocó para nada en el discurso tiene que ver con lo que han revelado las denuncias de Edward Snowden sobre los programas importantes de la NSA para desarrollar capacidades de "ciberguerra", tal como el aprovechamiento de fallas en los programas de informática a fin de lanzar ataques en contra de sistemas de la informática, además de actividades intensas de minar o debilitar los programas de encriptación utilizados por las empresas y los individuos para mantener en la confidencialidad la información que tienen en sus sistemas de informática.

Además, hay varios otros aspectos de las actividades de la NSA que han salido a la luz que Obama no mencionó, por ejemplo, los informes recientes en la revista alemana Der Spiegel que describen una unidad "élite" de la NSA llamada Tailored Access Operations (Operaciones de Acceso Individualizado), cuyos métodos incluyen interceptar computadoras que han comprado "los blancos" de la vigilancia e introducir en ellas en secreto aplicaciones que permiten que la NSA vigile o sabotee las computadoras o sistemas de computadoras.

Glenn Greenwald, el periodista de investigación que, junto con la cineasta de documentales Laura Poitras, recibió y publicó por primera vez los documentos filtrados de Edward Snowden, escribió lo siguiente acerca del discurso de Obama: "La esencia de esta táctica es que los dirigentes políticos de Estados Unidos fingen validar y aun encauzar la furia del público reconociendo que 'se han planteado cuestiones serias'. Prometen cambios para componer el sistema y garantizar que estos problemas nunca ocurran de nuevo. Y luego se ponen a hacer, con sus acciones, todo lo contrario: hacer que el sistema parezca más bonito y aceptable en lo político con unas 'reformas' vacías y cosméticas con el fin de apaciguar la furia del público y a la vez dejar el sistema sin cambiar en lo fundamental, aún más inmune que antes a una impugnación seria".

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