Entrevista de Revolución:
Max Geller, Estudiantes por la Justicia para Palestina, Universidad Northeastern
24 de marzo de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
La entrevista de Revolución
Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes de este periódico.
Nota de la redacción: En una carta del 7 de marzo, la dirección de la Universidad Northeastern en Boston prohibió al grupo estudiantil Students for Justice in Palestine (SJP) [Estudiantes por la Justicia para Palestina]. La prohibición fue una respuesta a las acciones de activistas del SJP que denunciaron la política de Israel de desalojar de forma brutal, traumática y al azar a las personas palestinas. (Lea más sobre la historia de la opresión de Israel sobre el pueblo palestino en “Número especial sobre Israel: ¿Bastión de ilustración O matón para el imperialismo? El caso de ISRAEL” en revcom.us.) Max Geller, un miembro del SJP de Northeastern, habló con Alan Goodman de Revolución. Lo siguiente es una trascripción, ligeramente redactada, de esa conversación.
Alan Goodman: Max, ¿puedes explicar la situación que condujo a la suspensión del SJP en Northeastern?
Max Geller: Sí. Antes de la Semana del Apartheid Israelí, una semana de solidaridad con el pueblo palestino coordinada a nivel nacional con el fin de profundizar el conocimiento en las universidades y para lanzarla, planeamos y realizamos una campaña de dejar volantes en la puerta de las personas que simularon e imitaron la práctica israelí de dar aviso con muy poca antelación —cuatro días— antes de demoler casas. Según el ICAHD [Comité Israelí contra Demoliciones de Casas], Israel ha llevado a cabo 27.000 de estos desalojos desde la ocupación. Las simuladas órdenes de desalojo incluyeron los hechos básicos basados en las estadísticas del ICAHD, hechos básicos.
Alan Goodman: Las órdenes de desalojo simuladas dejaron que los estudiantes se sintieran un poco de lo que esto implica para las personas. ¿Puedes hablar de la importancia de eso? Y no eran órdenes de desalojo reales, ¿correcto?
Max Geller: Uno tendría que tener un dominio de inglés bastante pobre para creer que fuera una orden de desalojo real. Pero esta práctica de demoler casas concentra la limpieza étnica, el cambio en la dinámica étnica de Cisjordania y Jerusalén Oriental. Al desarraigar a la gente de sus hogares, eso la desarraiga también de su conexión con la tierra.
Y esto representa la clase de narrativa que los estadounidenses simplemente no entienden. Decidimos a hacer esta acción directa porque antes de que nos suspendieran, en efecto nos habían suspendido sin llamarlo así. La universidad constantemente nos levantaba obstáculos. Nos solían cambiar el lugar o fecha de nuestros eventos, y demorar la aprobación hasta que hubiera pasado la oportunidad de programar a oradores y figuras culturales palestinos. Así que en realidad nos habían suspendido, aunque no lo llamaran así. Por lo tanto, solamente podíamos recurrir a la acción directa para llevar nuestro mensaje educativo a los estudiantes. Nos dejaron muy pocas opciones, siendo una la acción directa. A mi parecer, es una muy buena táctica.
Alan Goodman: ¿Cuál fue su impacto sobre los estudiantes?
Max Geller: No hubo un único impacto. Algunos estudiantes lo consideraron interesante, otros no. Pero no he oído hablar de ningún estudiante que creyera que lo habíamos señalado por su religión. Eso fue precisamente la afirmación que hizo la organización Hillel en la universidad, y presionaron a la dirección. Ésta respondió enviando la policía a las casas de las personas que habían participado en distribuir nuestros volantes. Eso constituye una respuesta descabellada, inapropiada y ridícula a la expresión política. Nos han acusado de violar reglas que son tan nimias que jamás requerían una investigación policial en el pasado. Las reservan para los estudiantes palestinos en la universidad.
Alan Goodman: Parece que la situación en las universidades es que usan la fuerte represión contra toda crítica de Israel así como contra toda discusión, basada en los hechos, de la opresión israelí sobre el pueblo palestino.
Max Geller: En particular, las universidades en Estados Unidos. Si uno visitara una universidad en cualquier otra parte del mundo, no habría polémica sobre la opinión expresada en este volante, de que los palestinos tienen el derecho de permanecer en sus casas. Solamente hay polémica en las universidades estadounidenses. Y la pregunta obvia será: ¿por qué? Pienso que la respuesta es por las organizaciones sionistas activistas. Sean las organizaciones más establecidas como Hillel, la Anti-Defamation League [Liga contra la Difamación] o las más derechistas como la Zionist Organization of America [Organización Sionista de Estados Unidos] y Stand With Us [Salga en Nuestra Defensa], todas éstas están unidas para sofocar la crítica a Israel. Trabajan para satanizar este punto de vista para que no tengan que debatirlo. Ha sido una táctica clara, y eficaz. La mejor manera de mantener el statu quo en Israel y en la relación entre Estados Unidos e Israel, es la de satanizar a todos los que sugieran otro camino.
Alan Goodman: Específicamente en la forma de equiparar la crítica a Israel al antisemitismo, ¿no?
Max Geller: Exactamente. Soy orgulloso de ser un judío, y considero como antisemítico el punto de vista de que los judíos tienen que ser monolíticos. No todos los judíos son iguales. Aunque muchos judíos apoyan a Israel, muchos no lo apoyan. Decir que criticar a Israel es criticar al pueblo judío me ofende y es una evidente falsedad.
Alan Goodman: ¿Crees que cuando los judíos como tú denuncian la opresión del pueblo palestino, eso tiende a minar ese ataque?
Max Geller: Creo que los judíos como yo son una verdadera amenaza para los sionistas y los que quieren mantener el statu quo en las relaciones entre Estados Unidos e Israel, y la mala bilis con que nos enfrentan a judíos como yo es sintomática. Cuando no pueden debatirnos con los hechos, cuando no pueden simplemente acusarnos de antisemitismo, tienen que recurrir a los ataques descarados. Me han señalado a mí como individuo en la comunidad de Boston. Quieren jugar “la carta de la identidad” judía. Así que yo puedo jugar mi carta de la identidad judía para vacunarme contra los cargos del antisemitismo. He recibido amenazas violentas de estos grupos porque no me pueden acusar del antisemitismo.
Alan Goodman: ¿Qué es la situación en cuanto a la represión contra el SJP en Northeastern, y otras universidades, y qué es el estado de la batalla contra esta?
Max Geller: Este martes la dirección anunció que iba a convocar a una reunión para presentar cargos contra dos estudiantes, fuertes cargos que podrían resultar en la suspensión y la expulsión.
Alan Goodman: ¿Retrocedió la universidad?
Max Geller: Sí, pero solamente después de que 3.500 personas, en 24 horas, firmaron nuestra petición e inundaron a la dirección con llamadas telefónicas. La avalancha de apoyo para nuestro grupo hizo que la dirección retrocediera.
Alan Goodman: ¿Qué es el estado de la invitación del SJP al activista y erudito Ali Abunimah para que dé un discurso en Northeastern?
Max Geller: Si continuamos recibiendo este nivel de apoyo, tengo plena confianza de que podamos recibir a Ali Abunimah el primero de abril. Si todavía estamos suspendidos, Ali ha coincidido en dar un discurso más o menos al estilo guerrilla, y eso nos encanta. Pero no tenemos en mente seguir suspendidos; proponemos luchar contra esto por todos los medios posibles.
Alan Goodman: ¿Hay algo más que consideras importante decir?
Max Geller: Diría que según lo que hemos oído hablar de otras universidades, la experiencia de nuestro SJP no es única. Esta campaña para suprimir la expresión pro-palestina se ha generalizado. Ocurrieron más de 100 incidentes de la supresión de la expresión pro-palestina en las universidades en 2013. Por eso, hemos obtenido el apoyo de los capítulos del SJP de todo Estados Unidos. Todos tienen sus propias experiencias con la dirección universitaria respectiva. Las personas ven este ataque a nuestro capítulo como un ataque a todos. Una victoria de parte de nosotros sería una victoria para todos. Y el surgimiento del apoyo nos ha envalentado.
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