De un(a) lector(a):
La mujer no es perra, ni puta, ni juguete sexual, ni saco de boxeo… La mujer es la mitad de la humanidad
7 de abril de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
El 7 y el 8 de marzo llevamos el Día Internacional de la Mujer (DIM) con osadía y desafío a la comunidad negra, con el fin de desencadenar la rabia debajo de la superficie por la opresión de la mujer y entrarle a la controversia sobre el aborto. Pegamos letreros de color naranja vivo “Aborto a solicitud y sin pedir disculpas”, una bandera grande que demostraba que “Un feto NO es un bebé” y un collage de cartulinas de los hechos “¿Sabías que…?” de la edición del DIM del periódico Revolución. Habló tajantemente una agitadora sobre los horrores de lo que significa ser mujer en este planeta, y defendió el derecho fundamental al aborto, porque “La maternidad obligatoria es la esclavización femenina”.
Esta denuncia provocó la indignación e inquietud amplia y profunda sobre la opresión de la mujer, de parte de hombres así como mujeres, de ancianos así como jóvenes. Las personas por lo general no reconocen que la opresión de la mujer es un problema global y social; no saben que mil millones de mujeres son violadas por todo el mundo, que están cerrando clínicas del aborto o que han asesinado a doctores del aborto. La realidad los chocó y los indignó. Al mismo tiempo, la degradación y sufrimiento que las mujeres experimentan cada día en cada barrio, la experiencia personal de la violencia, del abuso, la experiencia personal de hacerse un aborto, se quedan encubiertos – tratados en privado, tras las puertas cerradas, o en susurros, si es que se habla de ello. Subimos todo eso a la primera plana: el aborto como un derecho por el cual que hay que luchar, no un “asesinato” ni una vergüenza, y discutimos con las personas para que captaran la base científica de eso. Invocamos a las personas a tomar posición contra la esclavización y la degradación de la mujer – como parte de la lucha por la liberación de la mujer por todo el mundo, y por la emancipación de la humanidad. Era como abrirles una puerta a las personas para expresar su ira, su experiencia de la opresión, su repulsa contra el vilipendio de la mujer, y el regocijo de oponerle resistencia.
Un importante elemento eran los letreros los que hizo el Club Revolución que sacaban a la luz los hechos sobre la opresión global de la mujer, publicados en la edición DIM de Revolución. Un letrero “¿Sabías que…?” dijo, “Una de cada tres mujeres en el planeta será violada o golpeada durante su vida, es decir, mil millones de mujeres. Es más probable que una muchacha nacida en Sudáfrica sea violada que aprenda a leer en su vida”. El club hizo letreros para la mayoría de los hechos citados en el periódico, y agregó uno más: “La mujer no es perra, ni puta, ni juguete sexual. ¡La mujer es la mitad de la humanidad!”. El próximo día agregamos “ni saco de boxeo” tras recibir comentarios de otra persona en el Club Revolución. Otro letrero era, “Cuando la mujer es subyugada, se subyuga a toda la humanidad”, y eso fue parte de toda la propaganda hablada durante el fin de semana.
El letrero “La mujer no es perra, ni puta, ni juguete sexual, ni saco de boxeo” tuvo un impacto especialmente fuerte en la comunidad negra. Una señora negra de edad mediana que se acercó para mirar qué pasaba cuando estábamos haciendo este letrero inmediatamente expresó su aprobación. Claramente le dio mucho coraje esa situación y la había experimentado mucho, pero nos dijo que ella responde con “ju-jitsu”, diciendo, “Qué bonito. ¿Quién te enseñó a hablar así – tu mamá?”. El próximo día, dos de nosotros estábamos caminando por una calle en la comunidad y cargando este mismo letrero. Una mujer delante de nosotros lo leyó, expresó su acuerdo a voz alta y con alegría, y corrió a darnos una donación de $10.
En una escuela superior local, pegamos los letreros, periódicos Revolución, etiquetas y tarjetas de mano de la cita de Lo BAsico 3:22.1 Al oír el altoparlante, muchos estudiantes extendieron la mano para agarrar las tarjetas de mano. Respondieron inmediatamente al letrero “La mujer no es ni perra, ni puta…” y muchos se pararon para leer los letreros “¿Sabías que…?”. No sabían que la edad promedia de entrar en la prostitución o pornografía para una mujer en Estados Unidos es de 12 años. No sabían que una de cada tres mujeres en el planeta será violado en su vida. Oímos “¡Maldición!” y “¡Qué feo!” al enterarse los estudiantes. Uno de nuestro equipo sostuvo un letrero y paró a las personas para que lo leyeran, otro ofrecía las etiquetas, y explicamos a los estudiantes que pegar las etiquetas en la ropa era una manera de poder hacer algo ahorita, porque toma una posición y la declara ante los demás. En el acto pegaron las etiquetas en las mochilas, playeras y se las llevaron como una forma de oponérsele resistencia. Dos muchachos pegaron en una patineta: “Crear un mundo sin violación”. “Ustedes tienen razón,” nos dijo uno. “Todos saben lo que pasa en esta escuela pero nadie hace nada”. Dijo que un(a) maestro(a) había preguntado en una clase que si están iguales el hombre y la mujer, y la mayoría de los estudiantes, mujeres y hombres, contestaron que no. Cuando dijimos que los jóvenes absorben eso de la cultura podrida, estaban de acuerdo, y nos preguntaron si habías oído de “THOT”, un nuevo término degradante para la mujer. Llevaron más etiquetas para pegar como una forma de oposición.
Más tarde otra persona nos explicó que THOT son los iniciales de “that ho over there” (esa puta por allá), que sale en letra musical y entradas de Internet sumamente misóginas. En diferentes formas, las personas hartas de una cultura que promueve y justifica la opresión de la mujer se alegraron por tener la oportunidad de oponérsele. Un señor ya grande, al ver nuestros letreros, expresó su rechazo a dicha cultura: “¡Ahora tratan a la mujer peor que a un animal!”.
En un cruce concurrido cerca de la escuela, desplegamos las banderas y letreros, escribimos con gis en la banqueta, “Me pongo de pie para ponerle alto a la guerra contra la mujer porque…”, e invitamos a los transeúntes a agregar con gis sus razones por hacerlo. Una adolescente contó a una miembro del Club Revolución de que ella había sido violada. Al ser animado a escribir algo con gis, apuntó, “Debido a la violación defiendo duro a las demás”. Otra mujer apuntó: “Nunca más”. Dos mujeres en la veintena se detuvieron para leer los apuntes y preguntaron cuántos años tenía la joven que había sido violada. La respuesta —15 años— las enfureció; sus expresiones y toda su actitud cambiaron. “Voy a estar con ustedes en eso,” dijo una. Esta intersección es un cruce importante para la comunidad negra; muchos pasajeros de autobús y conductores de autos, tanto mujeres como hombres, compraron la edición de DIM. El letrero “La mujer no es perra ni puta…” llamó mucha atención; una mujer le sacó una foto y muchas mujeres negras movían la cabeza enfáticamente -- ¡que sí!
El mero día de DIM nos formamos en una intersección principal de la comunidad negra donde tenemos una presencia regular. La propaganda en altavoz y el collage de letreros y afiches destaparon un coraje que normalmente queda suprimido. La situación se abrió. Las caras de las mujeres que esperaban el autobús, por lo general agotadas por el ajetreo de todos los días, se animaron, y hombres así como mujeres se detuvieron para discutir, conseguir el periódico Revolución, llevar etiquetas y volantes, entre ellos la Declaración del PCR para el Día Internacional de la Mujer. Un conductor de autobús alzó el puño y tomó una cuando uno de los revolucionarios entró corriendo al autobús para dársela.
Alzamos una bandera grande “Un feto NO es un bebé” justo detrás de la parada de autobús bien a la vista de todos. Un(a) agitador(a) habló con altoparlante sobre Aborto a Solicitud y Sin Disculpas, explicando que la Maternidad Obligatoria es la Esclavización Femenina. La discusión y la controversia florecieron en la esquina. Una joven susurró a una revolucionaria, “Me han hecho el aborto dos veces”. La revolucionaria contestó, “A mí me han hecho el aborto dos veces, es algo que tenemos que empezar a decir en voz alta.” Dijo que no debemos disculparnos por haberse hecho un aborto, llevó a la muchacha a la bandera “El feto NO es un bebé”, explicando la ciencia a base del aborto, y que la mujer no es una incubadora. “Nadie habla de eso,” dijo la joven. “Estoy muy contenta de que ustedes hayan venido a sacar eso porque más muchachas necesitan oírlo”.
Otra mujer dijo que se había practicado el aborto 10 veces. Apoya el derecho a escoger de la mujer pero al mismo tiempo se arrepienta de haber “usado el aborto como control de natalidad” porque resultó en que ella ya no puede tener hijos. Explicó que ya había tenido un niño con necesidades especiales y en ese tiempo no podía cuidar a otro hijo. Vimos el despliegue “Un feto NO es un bebé”. A cierto nivel, ella ya sabía eso, sin embargo se echó la culpa de que ya no puede tener hijos. Le dijimos que no debía sentirse culpable, que si la sociedad no estigmatizara el aborto, el control de la natalidad y la sexualidad femenina, las cosas serían muy diferentes. De ahí ella agarró más confianza para contar más sobre las complicaciones médicas que entraron en el complejo de razones por las cuales ya no puede tener hijos.
La gente entró en conversaciones y controversia sobre el aborto desde diferentes ángulos. Hablamos con muchas personas que son a favor del derecho a escoger por varias razones — porque le toca a la mujer decidir, o porque una mujer no debe tener un hijo si no está lista y capaz de cuidarlo — pues en caso contrario, los hijos terminarán en la pobreza. Una señora negra dijo, “¿Quiénes son ellos para decir a uno que puede o no hacerse un aborto? ¿A caso van a cuidar al niño?”. Hablamos con personas que creen que el aborto debe ser accesible para una mujer que haya sido violada, pero no “a solicitud”. Las personas no entendían mucho la base científica para el aborto pero muchos, tanto hombres como mujeres, estaban abiertos a discutir y debatir la cuestión —por qué el feto no es un bebé— por primera vez. Explicamos que el feto no es un bebé hasta que pueda respirar por sí mismo, independiente de la mujer. Dentro del vientre, son una parte subordinada del cuerpo de la mujer. De las personas con quien hablamos, las negras estaban dividas más o menos a la mitad respecto el aborto; entre las latinas, la mayoría se oponían al aborto.
Una chicana que estaba embarazada con dos bebés mayores sentía que el aborto es malo, que es asesinato, pero después de una discusión de doble vía valiéndose de la ciencia, ella quería el periódico Revolución para leer más sobre un enfoque científico al aborto.
Un hombre de edad mediana, muy religioso, compró el periódico y dijo que se opone al maltrato de la mujer, se opone a la pornografía, pero no apoya al aborto — pero que tiene que pensar acerca del efecto de la maternidad obligatoria sobre la mujer y porqué los grupos cristianos anti abortos se oponen también al control de la natalidad.
En este ambiente, de nuevo, la gente se inquietaba amplia y profundamente sobre la opresión de la mujer, y le chocó la realidad de la guerra contra la mujer que se da por toda la sociedad y a nivel mundial. Dos hombres compraron el periódico porque no habían tenido ni idea de que 97 por ciento de los condados rurales en Estados Unidos no tienen clínicas del aborto. Una mujer de la tercera edad en una silla de ruedas dijo, “Estas jóvenes ya no sueñan con nada”. Anda todo el tiempo en el autobús y escucha a las jóvenes hablar solamente de cómo amarrar a los padres de sus bebés, pero no hablan de qué quieren hacer en la vida. Ella les dice que regresen a la escuela.
Un hombre negro a final de la veintena o principios de la treintena se detuvo al ver “La maternidad obligatoria es la esclavización femenina”. “Acabo de ver 12 Years a Slave (12 años de esclavitud) esta mañana,” dijo. “Cuando uno se da cuenta de la verdad sobre una cosa, se le abren los ojos hacia otras cosas”. Dijo que será difícil hacer la revolución, porque la gente tiene muchos pensamientos incorrectos; hablamos de la estrategia para la revolución, y la necesidad de cambiar el pensamiento de la gente. Llevó etiquetas para pegar como parte de eso, y prometió acceder a revcom.us para leer la entrevista con Carl Dix, y un poco después regresó con unos dólares para meter al bote de donaciones en la mesa.
La declaración del Partido sobre el DIM fue distribuido a muchas personas, y hablamos con las personas sobre la fuente de la opresión de la mujer y por qué y cómo erradicarla por medio de la revolución. Señalamos los cambios para la mujer en las sociedades revolucionarias en Rusia y China. Una latina tatuada dio un ejemplo tras otro de la opresión de la mujer, que van desde la manera en que la tratan en el trabajo hasta las muchachas vendidas para la esclavitud sexual — con cada ejemplo, decía, ¿Por qué? ¿Por qué hace eso? Un revolucionario corrió para poner la declaración del Partido en sus manos antes de que ella subiera al autobús. En otras conversaciones contrastamos la condición de la mujer en China antes de la revolución, que cojeaba sobre pies atados y vivía como esclava doméstica, con las imágenes de combatientes femeninas que remontaban el vuelo en los ballets revolucionarios, con grandes cambios en el estatus de la mujer durante ese tiempo, para demostrar que las cosas no tienen que ser así siempre, pues la situación de la mujer ha sido transformado antes, y se podría transformarla otra vez.
Nos topamos con algo de misoginia que echaba la culpa a la mujer por su propia opresión. Un joven negro opinó que la mujer debe tener acceso al aborto solamente si haya sido violada pero de no ser así la mujer debe responsabilizarse para no necesitar hacérselo – en otras palabras, que se cierren las piernas, que no tomen demasiado, etcétera. Cuando le preguntamos qué es la diferencia entre él que echa la culpa a la mujer, y los que echan la culpa a jóvenes negros como Trayvon por su propia opresión, él tuvo que pensarlo seriamente. Algunos hombres cerca de la efervescencia del DIM afirmaron que, “también el hombre es violado por la mujer”. Cuando contestamos, quizás, pero seguramente no será violado uno de cada tres hombres, se fueron.
Retamos a las personas a llevar etiquetas y pegárselas como una forma de oponerse a la opresión de la mujer, y muchos así hicieron. “Si no puedes imaginar el sexo sin el porno, pues ¡estás jodido!” les dio risa a muchos, pero cuando captaron lo que significaba, se pusieron serios. “Aborto a solicitud y sin disculpas”, “Imagina/crea un mundo sin la violación” llegaron a las manos de las personas y fueron pegadas en sus playeras y mochilas. Un grupo de tres muchachas se llevaron tarjetas de mano de Lo BAsico 3:22 y pegaron las tres etiquetas en la ropa en el acto, convirtiéndose en una celebración ambulante del Día Internacional de la Mujer.
Era impactante lo mucho que querían las personas participar en discusiones serias, lo mucho que tenían que decir, desde diferentes ángulos, sobre la opresión de la mujer, qué tan abiertos estaban para discutir “Un feto NO es un bebé” a pesar de estar de desacuerdo, y qué tan ansiosos eran para entender la fuente de eso y qué hacer para acabar con ello. Al entrar en estas discusiones, afirmando y defendiendo la humanidad y el valor de la mujer, se generó un regocijo, junto con coraje contra el maltrato de la mujer. Al final, el DIM en la comunidad este año nos hizo apreciar aún más la necesidad y el potencial para la liberación de la mujer para que sea una fuerza motriz en el movimiento para la revolución y para la emancipación de la humanidad.
1. Lo BAsico 3:22: No se pueden romper todas las cadenas menos una. No se puede decir que uno quiere eliminar la explotación y la opresión, pero quiere que persista la opresión de la mujer por el hombre. No se puede decir que uno quiere liberar a la humanidad, pero mantener a una mitad esclavizada por la otra. La opresión de la mujer está íntimamente ligada a la división de la sociedad en amos y esclavos, explotadores y explotados, y acabar con todo esto es imposible sin liberar completamente a la mujer. Por eso la mujer desempeñará un enorme papel en el proceso de hacer la revolución y garantizar que esta no pare a medias. Es posible e imprescindible desencadenar plenamente la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución proletaria. [regresa]
Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución
Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.