1.300 federales y policías hacen redadas al estilo militar en el Sur Centro de Los Ángeles

21 de julio de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

Eran las 4 o las 5 de la mañana. Oí unos golpazos en la puerta. Parecía como si la estuvieran tumbando nada más; era pues un ruidazo. Yo sabía ni qué onda, pensé que alguien estaba pegando mi carro. Primero pensé que era un terremoto, y luego pensé que alguien estaba asaltando la casa, pues eso sí era lo que estaban haciendo. Estaban asaltando la casa. Me paré y lo desperté [al esposo], como que, “¿Qué es ese ruido?”. Se paró y fue en frente y dijo, “Es la policía”.

Ya venían entrando duro diciendo, “al piso, al piso”. Y yo pues empecé a gritar, yo les estaba dando de entender, tengo un hijo autístico, tenía a mi mamá y mi suegra ahí, enfermas las dos, con problemas del corazón y cosas así… tuve que gritar pero gritar, y básicamente poner en peligro mi vida. En ese momento simplemente no me importaba porque sentía que no era justo, no sabía para qué venían; yo no había hecho nada malo; ni él — no habíamos hecho nada malo. (Terri)

In la madrugada del martes, 17 de junio, un ejército de 1.300 agentes del FBI y policías del Departamento de Policía de Los Ángeles (DPLA), armados hasta los dientes, cayeron sobre diferentes partes del Sur Centro de Los Ángeles e irrumpieron en casas y apartamentos tumbando las puertas. Acatando una lista de órdenes de arresto, nombres y domicilios, equipos de 10 o más policías arrancaron puertas metales de seguridad y se metieron violentamente en cada domicilio, con los rifles y escopetas apuntados a todo mundo — de niñitos a abuelitos. Obligaron a los residentes a salir en la oscuridad y el frío mientras registraban la casa en búsqueda de sus “objetivos”. Así se entrega una orden en el barrio marginado.

Por lo menos 10 chotas entraron en la casa. Traían armas, escopetas, pistolas, apuntados hacia adentro. Uno traía una mira con una lucecita y la apuntó hacia mí. Estaba gritando feo, y mi hijo le dijo, “Es mi mamá, no le apuntes, ella no tiene nada”. Hacía poco yo había sufrido un leve derrame cerebral y debido a todo ese ruido me agarré el lado izquierdo y dije, “Espérense, ¿por qué están metiéndose así de feo? ¿Por qué nos hacen eso? (La suegra de Terri, Matti)

Me esposaron, porque estaba gritando, creo, porque les estaba diciendo sus verdades… Yo no quería que estuvieran apuntando armas a mi hijo en la cara, o espantando a mi hijo, nada de eso. Esposaron a mi esposo y lo sacaron; no traía ropa, andaba en sus bóxers, sin playera, sin calcetines, nada nada. (Terri)

Él no tenía nadita de ropa puesta. Me estaba diciendo, “Mamá, todo va a salir bien, mamita, por favor no se altere, usted se acaba de sufrir un derrame cerebral leve”. A aquellos les dio risa. Pues cada uno de ellos estaba en fila en la banqueta, riéndose de eso. También espantaron a la mamá de ella… Era imposible que no vieran la silla de ruedas. No sabían que ella no tenía piernas… Ella tuvo que decirles, “No tengo piernas, carajo y yo no voy a andar rodando por el pinche piso”. (Matti)

Esas redadas tenían en las miras ciertos domicilios; no se concentraron en un solo vecindario sino que se dispersaron por diferentes partes del Sur Centro. Por eso, la operación se llevó a cabo en secreto por lo general — muchos vecinos en otra parte de la calle o en cuadros cercanos no se dieron cuenta, en ese momento, de lo que estaba pasando. Esas tácticas deben dar escalofrío a toda persona que reconozca el olor a Alemania bajo los nazis, y las tácticas de la Gestapo que acorraló al pueblo judío durante el régimen de Hitler.

Los medios de comunicación establecidos cubrieron esa movilización abrumadora de violencia repitiendo como “noticias” los comunicados de prensa del FBI y DPLA. Desde ese día, no han publicado casi ni una palabra sobre esa madrugada de terror.

“…en realidad han empeorado la situación…”

En el tribunal Terri y Matti se toparon con varias mujeres a las que conocían, que contaron historias semejantes. Una joven embarazada dijo que irrumpieron en su casa y sacaron al padre de su hijo de la cama. Otra estaba por salir a trabajar cuando llegaron a la puerta. Dijo, “¡Dios mío! Él no hace nada. ¡Trabaja! ¿Por qué se lo llevaron?”. Y arrestaron a su novio de 19 años.

Terri dijo lo mismo de su esposo, que ya tiene 40 y tantos años:

No ha hecho nada más que evitar problemas, hacer trabajitos que se ofrecen… Mi cuñado tiene su propio negocio, y mi esposo anda en eso. Está haciendo eso para tener algo que hacer. Y pinta casas en la comunidad cuando se ofrezca. No tenía ninguna orden de arresto. Nada de mal record de manejar, ninguna falta a la fianza, nada de eso. Ninguna falta, ninguna violación a la libertad condicional, nada nada. Estaba haciendo trabajitos con su tío, y pintando, cosas así.

Otra dijo que la persona arrestada en su casa ya había ido a la cárcel y cumplido su sentencia y su libertad condicional, todo. Otras personas dijeron que los arrestados en sus casas tenían buenos empleos. Lo que estaban recalcando es que esas órdenes de arresto no eran para personas sospechadas de haber cometido un crimen. También hablaban del efecto que van a tener estas redadas sobre una situación ya desesperada:

Él ha de haber perdido su empleo – si sale del bote, pos ¿qué va a tener? Nada. Sabes… ya era bastante feo: la gente no tenía para pagar las cuentas, y perdían sus casas, sólo por el sistema. Es ridículo… En realidad, han empeorado la situación. Tienen familias y están tratando de mantenerlas, y los trabajitos que consiguen, los tratan de cuidarlos… Tienen hijos. ¿Por qué les quitan eso? ¿¡Por qué!? Uno no puede conseguir un trabajo si tiene un expediente de esos.

Todos los detenidos en esa redada policial masiva se presentarán en la corte federal en el centro de Los Ángeles el 14 de agosto.

Culpable por asociación

No permiten a ninguno de los detenidos a salir bajo fianza ni que sus amigos o familiares los visiten durante 90 días. Por supuestamente no importa; al fin y al cabo, se ha informado al público que los arrestados son de “lo peor de lo peor”. Las autoridades dicen haber arrestados 50 miembros o asociados de una pandilla callejera conocida como Five Deuce Broadway Gangster Crips.

A los detenidos los han acusado de conspiración, basado en la ley sobre organizaciones influidas por la extorsión y la corrupción (RICO, por sus siglas en inglés). El FBI afirma que la acusación “describe dos décadas de conducta delictiva, que incluye asesinatos, robos, extorción, intimidación de testigos, y tráfico de narcóticos”. Alega que, durante 27 años, miembros de la pandilla cometieron cuatro asesinatos; en un caso tiraron balazos hacia oficiales de la CHP (patrulla de autopistas de california), y vendieron drogas cerca de escuelas y parques de recreo.

Se creó la ley RICO hace décadas con el supuesto propósito de acusar a líderes de pandillas mafiosas que eran los autores intelectuales de crímenes aunque no los cometían en persona. Ahora se la utiliza para un propósito completamente diferente – para encarcelar a grandes sectores del pueblo básico por “culpables por asociación” y para aterrorizar a las masas populares en grandes extensiones de los barrios marginados.

Lo que significa concretamente es que si los federales alegan que uno es, o ha sido en cualquier momento, “asociado” con ese grupo, pues ahora pueden detenerlo y acusarlo de cualquier crimen cometido por cualquier otra persona a la cual el FBI alega que es o fue asociada con dicho grupo. Además, no se trata de crímenes sin resolver; alguien ya ha sido declarado culpable y hacumplido su sentencia por esos crímenes.

Una persona que presenció los arrestos dijo que vio a por lo menos cinco personas cincuentonas bajo custodia policial. Otros detenidos no tienen más de 19 o 20 años. Eso significa que los detenidos incluyen personas que pueden haber abandonado una conexión con la pandilla hace muchos años; otros que pueden recibir la sentencia mandataria de 10 años de prisión, o que son tan jóvenes que no pueden haber participado en la vasta mayoría de dichos crímenes alegados.

Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio

No es la primera vez que fuerzas federales, estatales y locales hayan lanzado una redada masiva y coordinada de ese tipo. Hace menos de un año, más de 800 de esas tropas de asalto cayeron sobre una parte del Sur Centro, supuestamente contra otra pandilla. Y en octubre de 2009, 1.100 fuerzas federales, estatales y angelinos fueron contra otra pandilla más.

Esas redadas policiales masivas proveen entrenamiento en la integración y coordinación de fueras policíacas a nivel federal y estatal con diferentes departamentos policíacos locales por toda una región. El FBI identificó a tres otros departamentos policíacos en el Sur de California que participaron en las redadas de madrugada juntos con el DPLA. Y nombraron a tres fuerzas policíacas más que ayudaron proveyendo información en preparación para los ataques coordinados.

Un componente esencial para esta forma de control policial es “CompStat”, una abreviación de “Computer Comparison Statistics,” (estadísticas comparadas informáticamente), un sistema basado en datos “para manejar la reducción del crimen”, según los responsables. Es el programa que William Bratton implementó por primera vez en los años noventa como comisionado de la policía de Nueva York bajo el alcalde Rudolph Giulani. Por supuestamente haber reducido el crimen dramáticamente en esa ciudad, ya se ha extendido por el país. Por su base en datos y análisis estadísticos, da la impresión de que las decisiones policiales son objetivas, eficientes y benévolas. Nada más alejado de la verdad.

Lo que sí hace es facilitar que las autoridades justifiquen y normalicen tácticas policiales “especiales” en contra de comunidades y pueblos enteros – pretextando el “bien de la comunidad” a base de estadísticas de mayores niveles del crimen. CompStat sirve lo que se le llama “política policial predictiva” o política policial proactiva – la idea de que las autoridades sean capaces de predecir quiénes van a cometer crímenes, y por lo tanto se justificar instituir un nivel de control social que ha convertido a comunidades enteras de los barrios marginados en zonas de guerra.

Otra herramienta de recopilación de información la que están instituyendo fuerzas policiales por todo el país, pretextando esa mano dura contra el crimen en el barrio marginado, son las grabadoras de placas del carro (LPR), que se están usando para identificar y grabar enormes cantidades de placas de carros estacionados o carros que pasan. Los manufactureros de esas grabadoras planean fusionar esa tecnología con datos públicos y software del reconocimiento facial para que la policía pueda identificar al instante cualquier persona que pase en carro o que tenga un carro estacionado en la calle, y buscar los datos de la persona.

La Red Parar la Encarcelación en Masa ha planteado una consigna: Encarcelación en masa + Silencio = Genocidio. Una carta (en inglés, próximamente en línea en español) publicada el 30 de junio en Revolución describe el aspecto genocida de esta criminalización sistemática de generaciones de jóvenes negros y latinos:

Un programa genocida necesita crear opinión pública amplia para justificar los ataques contra el sector objetivo de la población. Por eso, por ejemplo, un importante componente ideológico de la guerra contra la droga y la encarcelación en masa es convencer a gente de la clase media, así como de la comunidad negra misma, que los jóvenes negros son “criminales sin remedio que no pueden echar la culpa a nadie más que a sí mismos”. Eso también sienta la base para que el sistema convenza a la gente en la sociedad a aceptar ataques futuros y aún más genocidas contra el pueblo negro, especialmente la juventud.

 

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