Lección importante sobre cochinadas políticas:
Cómo el COINTELPRO del FBI puso en la mira a grupos radicales
24 de agosto de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
Una característica de los últimos acontecimientos en la lucha contra el asesinato policial en Ferguson y en la lucha contra los ataques a los derechos al aborto ha sido el papel de los llamados "militantes" que vergonzosamente ocupan el papel de la policía, declarando que son los que van a decidir quién puede protestar, dónde y cuándo, y calumnian a los comunistas y otros como "agitadores externos" y "provocadores". Como dice la declaración "Nosotros tomamos partido con los desafiantes”: "Es preciso que ustedes dejen esas necedades tipo COINTELPRO y si ustedes no puede tomar partido con el pueblo cuando éste se levante... pues, váyanse a casa". En este sentido, creemos que es importante que la gente aprenda acerca de lo que era COINTELPRO o que recuerde una vez más al respecto.
En el transcurso de la década de 1960 y principios de 1970, el FBI, en estrecha colaboración con los "escuadrones anticomunistas" de los departamentos de policía locales, llevó a cabo una campaña supersecreta masiva para socavar la oposición política mediante sus operativos de COINTELPRO (abreviatura de programas de contraespionaje). Los grupos e individuos en la mira del programa generalmente se oponían a varios y muchos crímenes del gobierno de Estados Unidos, en Estados Unidos y alrededor del mundo. Puso en la mira especialmente a los que se oponían a la opresión de los negros. Un eje importante del COINTELPRO era el hostigamiento, encarcelación y asesinato abiertos a los líderes del movimiento de liberación negra, y uno de sus principales objetivos fue el Partido Pantera Negra.
J. Edgar Hoover, el infame jefe de larga trayectoria del FBI, dijo que su objetivo era evitar "el surgimiento de un mesías negro". El FBI y otros organismos de la policía enviaron infiltrados a los grupos, reclutaron a soplones, allanaron las oficinas de los grupos y casas de los activistas para recabar información y fomentaron antagonismos dentro y entre los diferentes grupos. Se especializaron en la propagación de rumores personales sobre las personas e hicieron otros ataques personales.
Este programa de cochinadas políticas no sólo era extremadamente vil pero completamente ilegal. Cientos o tal vez miles de personas en el gobierno sabían del COINTELPRO por muchos años. Pero sólo salió a la luz a principios de 1970, después de que algunos activistas lograron allanar una oficina del FBI en Media, Pensilvania, y publicaron los documentos internos del FBI que obtuvieron, incluidos los que mencionan el COINTELPRO, lo que con el tiempo condujo a una amplia denuncia sobre esta operación de la policía política secreta.1
Un ejemplo de cómo operaba el COINTELPRO fue su manera de poner en la mira a Malcolm X, quien muchas personas llegaron a conocer mediante a la Nación del Islam (NOI). Malcolm llegó a tener mayores desacuerdos y con el tiempo a romper con la NOI, cuyo programa era profundamente conservador. La NOI lanzó una vil campaña de difamación personal y amenazas en su contra, en la que Louis Farrakhan (posteriormente el jefe de la NOI), dijo directamente que Malcolm era "digno de la muerte". A principios de 1965, su casa, cuya ubicación se conocía públicamente, fue atacada con bombas incendiarias, y su familia apenas se salvó de la muerte. Por último, el 21 de febrero de 1965, Malcolm fue asesinado. Ese día, la policía regular de repente abandonó la escena, y al mismo tiempo, tal como salió más tarde, cinco informantes del FBI estaban en el salón cuando Malcolm fue asesinado a tiros y el guardaespaldas principal de Malcolm era un agente del Departamento de Policía de Nueva York. Al día de hoy, se desconoce el papel exacto de los que fraguaban la campaña de calumnias contra Malcolm y su relación con el COINTELPRO. Pero lo que está claro es que los planes de la clase dominante para impedir el "ascenso" de líderes negros, mientras que oculta su propio papel, se vio favorecido en gran medida por esa campaña de calumnias y amenazas contra Malcolm.
En 1968, el jefe del FBI Hoover llamó al Partido Pantera Negra (PPN) "la mayor amenaza para la seguridad interna de Estados Unidos", y dio una orden secreta a sus agentes de campo que decía que "se les instruye a las oficinas receptoras que presenten medidas de contrainteligencia imaginativas y duras con el fin de paralizar el PPN [Partido Panteras Negras]". Teniendo en cuenta las órdenes desde arriba, los agentes del FBI organizaron asaltos armados asesinos contra las oficinas y líderes del PPN en todo Estados Unidos. Intentaron infiltrar espías en el PPN. Levantaron cargos falsos contra los líderes panteras y llevaron a cabo campañas de "desinformación", como falsificar cartas y regar rumores para crear divisiones en el PPN y otras organizaciones, y suscitar la desunión entre los revolucionarios y otras fuerzas aliadas.
A dos meses del memorando secreto de Hoover, los agentes del FBI y el Departamento de Policía de Los Ángeles habían instigado a unos miembros de la organización "nacionalista cultural" no revolucionaria US (dirigida por Ron Karenga) para que asesinaran a dos líderes del PPN de Los Ángeles, Bunchy Carter y John Huggins. Cuando un nuevo líder, de 21 años de edad, Geronimo Pratt, dio un paso adelante para ocupar su puesto, Geronimo a su vez se convirtió en objetivo de la "neutralización". Fue víctima de interceptaciones telefónicas, vigilancia y arrestos constantes. Detrás de las escenas, los agentes de la policía trabajaron horas extras para fraguar alguna manera de tenderle una trampa para ir a dar a la cárcel o matarlo. En 1970, Pratt fue arrestado y falsamente acusado de un asesinato que tuvo lugar a 640 km de distancia de donde él era en realidad. Fue injustamente condenado y terminó por pasar 27 años en prisión.
Otro líder del PPN que estuvo en la mira del COINTELPRO era Fred Hampton, de 21 años de edad, el presidente del Partido Pantera Negra de Illinois, quien inspiró de todo tipo de personas a aceptar la revolución. El 4 de diciembre de 1969, la policía de Chicago dirigida por el fiscal del Condado de Cook, como parte de un operativo del COINTELPRO, tomó por asalto el apartamento de Hampton. Hicieron uso de un plano de la vivienda proporcionado por un informante del FBI. Armados con escopetas, revólveres y una ametralladora calibre 45, el policía abrió paso a tiros por el apartamento hacia la habitación donde Hampton dormía, después de haber sido drogado antes por un informante. La policía se paró sobre él y le disparó dos balas en la nuca a corta distancia. Después de este asalto criminal, en el que los policías dispararon cerca de 100 balas a la vez ellos mismos salieron completamente ilesos, las autoridades descaradamente mintieron que la policía estaba bajo fuerte fuego de armas de los panteras.
Aunque el eje fundamental se centró en las organizaciones y líderes revolucionarios negros, el COINTELPRO también puso en la mira a los grupos radicales y revolucionarios en general. Entre los objetivos del trabajo sucio del FBI era la Unión Revolucionaria, el precursor del Partido Comunista Revolucionario. El mismo director del FBI, J. Edgar Hoover, señaló: "La Unión Revolucionaria ha tenido éxito en atraer activistas de las escuelas secundarias y de las universidades". Y el FBI extendió el ámbito de su persecución muy amplia y extensamente, persiguiendo a grupos como los cuáqueros del American Friends Service Committee, activistas contra la guerra, como el Dr. Benjamin Spock, y artistas como Leonard Bernstein. Jean Seberg, una actriz que apoyaba al Partido Pantera Negra, fue un objetivo de una campaña del FBI tan vil que por fin la orilló a quitarse la vida. El FBI amenazó con divulgar secretos sobre la vida privada de Martin Luther King y le envió una nota diciendo "sólo hay una cosa que le queda para hacer a usted", lo que en esencia animaba a King a suicidarse.
Como resultado de muchas denuncias y lucha, y esfuerzos de estabilizar la situación en la estela de la década de 1960, en los años 1970 el gobierno de Estados Unidos puso algunos límites oficiales a este tipo de actividad del FBI. Pero la actividad de la policía política en Estados Unidos nunca terminó, y continúa en la actualidad.
El artículo de Revolución/revcom.us, “Una reflexión sobre las cochinadas — antes y ahora” señala algo importante sobre el contexto de la época (los años 1960 y principios de los 1970) cuando el COINTELPRO estuvo en vigor, que también tiene relevancia en la actualidad:
Los negros en Estados Unidos desafiaban sin tregua al sistema en muchas diferentes formas, tomaban acción política de masas y se alzaban en rebelión abierta, y se granjearon el apoyo y la solidaridad de cientos de millones de personas, literalmente, de todo el mundo. Pusieron a la clase dominante estadounidense a la defensiva políticamente y desmintió su pose como el "gran defensor de los derechos populares". Si les fuera necesario aplastar a este movimiento abiertamente, lo harían sin pensarlo dos veces, como lo comprueban los cientos de ocasiones en que recurrieron al uso directo de la policía, dependencias federales, la Guardia Nacional e incluso el Ejército para reprimir a la gente. Pero preferían más encubrir su papel. ¿Por qué? Porque realmente les preocupaba perder la pose de líder de la democracia ante los ojos del mundo, así como perder la legitimidad dentro de Estados Unidos. En otras palabras, una razón por la cual necesitan utilizar programas encubiertos como COINTELPRO es precisamente para mantener al pueblo ciego ante la realidad de que esa democracia de la que tanto pregonan es esencialmente una dictadura de la clase capitalista imperialista.
1. La historia de este robo, el contexto de la época y los grandes cambios que propició, se cuenta en un importante libro que fue publicado a principios de este año, The Burlary (El robo), de Betty Medsger.
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