Viendo la película Disruption y conversando con gente que irá a la Marcha Climática
Súbanse a los autobuses que van a la Marcha Climática de los Pueblos del 21 de septiembre
15 de septiembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
Ayer por la tarde, yo estaba en Libros Revolución hablando con unos amigos. Un joven entró y comenzó a chequear los libros. Le pregunté qué le hizo entrar y me dijo que estaba con la Gran Marcha por la Acción Climática. Estaban en nuestra ciudad rumbo a la Marcha Climática de los Pueblos en la Ciudad de Nueva York el 21 de septiembre. Dijo que había buscado a la librería porque él y unos amigos en la Gran Marcha por la Acción Climática estaban pensando que se requiere algo radical para detener la destrucción del medio ambiente. Y él estaba buscando soluciones. Le expliqué que estábamos de acuerdo por completo de que algo radicalmente diferente es necesario, y le presenté a Bob Avakian (BA) y el movimiento para la revolución que estamos construyendo. Nos hablamos durante un rato. Él estaba entusiasta y compró el folleto del PCR sobre la EMERGENCIA Climática [véalo en español en el número especial de Revolución aquí] y una copia del periódico Revolución. Dijo que donde se alojaba su grupo en esta área se iba a presentar la película Disruption [Trastorno] esa noche, la cual produjo el grupo ambientalista 350.org para promover la Marcha Climática de los Pueblos. Nos invitó a nosotros de Libros Revolución a asistir.
Después de que se fue, realizamos una presentación programada de un clip de la película Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! Después de la película, pregunté si alguien en la librería quería ir a la proyección de Disruption y hablar con estos manifestantes para la acción climática. Todos dijeron que tenían cosas que hacer. Decidí que no importaba lo que tuviera yo por hacer, era menos importante que llevar la revolución a estos combatientes de primera línea en la batalla contra el cambio climático. Así que fui a la película.
Creo que debemos adoptar ese mismo enfoque respecto a la Marcha Climática de los Pueblos. Para al menos algunos de nosotros, nada debe ser más importante que llevar BA y la revolución a la gente en los autobuses que van a la Ciudad de Nueva York. Se puede encontrar información sobre los autobuses en 350.org — haga clic en People’s Climate March y luego Transportation.
La sed de soluciones de parte de muchos de los jóvenes me impactó de inmediato al llegar al lugar para ver la película. Varios de ellos me acogieron calorosamente y me dijeron que ya les había mencionado la revolución el joven que había visitado Libros Revolución. Y querían asegurarse de que hubiera tiempo para hablar con ellos después de la película.
Había alrededor de 40 personas en la presentación, tal vez la mitad jóvenes la mitad mayores. Algunos eran manifestantes, otros eran gente del área. La película argumenta de modo poderoso y convincente que ya hemos viajado muy lejos por el camino hacia el desastre climático y es muy urgente actuar ahora para detenerlo. Y argumenta que se requerirá a millones de personas en las calles para hacerlo. En repetidas ocasiones se remonta a la gigantesca manifestación antinuclear a principios de los años 80 y las enormes manifestaciones por los derechos civiles de los años 60 como el criterio de lo que será necesario para cambiar las cosas hoy en día. Y hace un llamamiento a todos a estar en las calles de la Ciudad de Nueva York el 21 de septiembre para entregar un mensaje igualmente poderoso a la ONU.
Después de la película, se entabló una discusión en la que salió una amplia gama de ideas acerca de lo que se necesita para detener este desastre climático. Un hombre mayor de moveon.org comenzó argumentando que la clave ahora mismo es garantizar que los demócratas mantengan el control del Senado. Otros argumentaron que más personas tienen que cultivar sus propios alimentos. Poco después del principio de la discusión, tomé la palabra y señalé unos puntos. Comencé uniéndome con la urgencia que todos se sentían, y que la película presenta tan claramente: que la destrucción del medio ambiente tiene que terminar ahora mismo. Y precisamente porque tanto está en juego, tenemos que indagar en serio en lo que realmente está causando esta crisis y lo que se necesita para detenerla y echarse en reversa. Expliqué que sólo puede realizar esto una revolución que reemplaza el capitalismo-imperialismo y su competencia feroz y despiadada por las ganancias con un sistema económico basado en satisfacer las necesidades de la gente y en ser dignos cuidadores de la tierra. Dije que estaba de acuerdo de que los brotes masivos de resistencia son muy importantes. Pero argumenté que igualmente importante es lo que estos brotes masivos pretenden lograr. Y en eso la película Disruption se descarrila. La película argumenta —tanto implícita como explícitamente— que si esta manifestación climática en Nueva York es lo suficientemente grande, asustará a los que detentan el poder y cambiarán sus políticas y salvarán el medio ambiente. Pero si uno sólo considera lo que presenta la película misma, está bien claro que esto no es cierto. Sí, tuvo lugar una enorme manifestación antinuclear en los años 80, pero nada cambió fundamentalmente, y hoy EE.UU. sigue usando la energía nuclear hasta los topes y tiene un montón de armas nucleares y plantas nucleares (lo que la película convenientemente NO menciona). Sí, tuvo lugar una masiva marcha encabezada por Martin Luther King en Washington en 1964, pero hoy en día las escuelas en EE.UU. están más segregadas de lo que eran en ese entonces y la vida sigue siendo un infierno para la gran mayoría del pueblo negro — como lo demostraron con creces los recientes acontecimientos en Ferguson, Misuri. No podemos aceptar las soluciones “fáciles” que no nos sacan de nuestra zona de confort o no cuestionan nuestras ilusiones acerca de la naturaleza de este sistema. Tenemos que ser tan decididos para realmente detener este desastre inminente que, mientras nos unimos para luchar contra todos estos ataques contra el medio ambiente, al mismo tiempo estamos dispuestos a indagar y luchar sobre si una revolución es necesaria para solucionar esto.
El poner la necesidad de una revolución sobre la mesa cambió el carácter de la discusión porque las personas ahora consideraron que tenían que responder. Una mujer lo atacó, argumentando que nadie va a escuchar a “la extrema izquierda” y lo que se necesita son comunidades controladas a nivel local en las ciudades. Otro tipo defendió la idea de que se requiere algo radicalmente diferente para solucionar este problema, y definitivamente no es el capitalismo. Otros captaron la necesidad de que todo el mundo se una en la lucha contra el cambio climático. Un hombre argumentó que existe una base espiritual para que la gente “se una al unísono”. Otra mujer enfatizó que estaba muy de acuerdo con la idea de la unidad, que no le gustaba todo el desacuerdo y lucha — y que se debería aceptar a las personas como son.
Cuando la discusión se acercaba a su fin, señalé otro punto. Me preocupaba que el marco de muchos de los comentarios fuera “lo que debemos hacer en Estados Unidos”. Indiqué que EE.UU. tiene el 5 por ciento de la población del mundo pero consume el 25 por ciento de la riqueza del mundo, y que todo enfoque para solucionar el problema climático que deja intacto ese grotesco desequilibrio no producirá nada bueno para la gran mayoría de la humanidad: otra razón por la que necesitamos una revolución total destinada a liberar a toda la humanidad.
Mientras se disolvía la reunión, varias personas me aproximaron para hablar y obtener ejemplares del volante “Marcha Climática de los Pueblos: Un llamado a todos los que quieren ‘cambiarlo todo’” (se puede descargarlo en español e inglés en revcom.us) y el número del periódico Revolución con el Diálogo de Cornel West/BA en la portada (#350-351, y también en revcom.us).
Varias personas querían saber más acerca de esta revolución. Una pareja local, profesores de sociología, van a llevar a un grupo de estudiantes a Nueva York como parte de un proyecto para sondear a los jóvenes y aprender lo que piensan acerca de la crisis climática. Y muchas de sus preguntas tienen que ver con si la gente ve esto como un producto del sistema capitalista. Hablamos de esto y les pregunté si tenían preguntas [en su sondeo] sobre cómo las personas entienden cómo funciona el capitalismo. Expliqué que gran parte de la generación de “Ocupar” tiene un sentido de la existencia de un 1% súper-rico el que es dueño de todo y amasa grandes riquezas de las ganancias corporativas. ¿Pero entienden que, no importa qué tan rico sean, tienen que luchar continuamente para ser aún más ricos o les van a devorar otros capitalistas más agresivos y mezquinos? Eso explica por qué no se puede hacer que los ricos “se comporten de modo amable” ni que el sistema capitalista funcione sobre ninguna otra base sino la de “expandirse o morir”. Esta pareja pensó que esto era una pregunta importante para agregar a su sondeo y me invitaron a visitarlos en la universidad y tal vez hablar en sus clases.
En cierto momento tuvimos que salir de la sala principal y varios jóvenes me pidieron que permaneciera un rato para conversar en una sala más pequeña cerca. Allí indagamos más profundamente en quién es BA y de qué se trata la revolución. La cuestión de la epistemología (¿cómo entendemos qué es la verdad?) era una parte central de nuestra discusión. Los avances de BA sobre la epistemología —con su énfasis en dirigir a las masas para que sean capaces de distinguir entre lo que es y lo que no es verdad acerca del mundo— todo esto era muy atractivo para un número de estos jóvenes. Sobre todo porque se sienten la necesidad de realmente salir y luchar con otros para que dejen de lado un montón de ilusiones y enfrenten la verdad sobre esta crisis climática — para reconocer el hecho de que es preciso forjar algo radicalmente diferente, y que nos queda muy poco tiempo para actuar si vamos a evitar un desastre total para la humanidad. Tienen menos paciencia con eso de “bueno, la mayoría de la gente no está de acuerdo con ustedes” y con las soluciones que equivalen a batallar un incendio forestal con un cubo de agua y una cucharadita. Y ocurrió una lucha aguda con alguien que estaba haciendo muchas afirmaciones acerca de temas sobre que no tenía mucho conocimiento.
En cierto punto tuvimos que terminar. Pero me preguntaron si estaría disponible para reunirse con ellos de nuevo antes de que salieran, y organizar un panel de discusión acerca del problema y la solución. Les dije que claro que sí, y nos mantendremos en contacto para averiguar dónde y cuándo.
Estaban ansiosos por saber del equipo de revolucionarios que han estado en Ferguson desde el inicio de la sublevación allí, y de los Viajeros por la Libertad Pro Derecho al Aborto que han estado en la primera línea luchando por los derechos de la mujer en Texas. También me aseguré de que todos los con quienes hablé obtuvieran información sobre el Diálogo realmente histórico entre Cornel West y BA en la Ciudad de Nueva York el 15 de noviembre Algunos me preguntaron cómo conseguir entradas y una persona dijo ahí mismo que iba a estar en Nueva York en esa fecha, por lo que sin duda iba a asistir.
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