El abuso de la mujer por la sociedad: Un día, una sección, del New York Times
22 de septiembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
De lectores
¿Usted cree que la violencia y la brutalidad contra las mujeres y la brutalidad patriarcal contra los niños es un problema de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL)? ¿O un problema concentrado entre atletas negros? Nadie debe recibir un pase sobre la brutalidad contra las mujeres, pero ¡mire a su alrededor! Ahora mismo estamos hojeando una sola sección del New York Times de hoy (20 de septiembre de 2014). Hay un artículo de primera plana acerca del "punto ciego" de la NFL en cuanto a la "violencia doméstica". No me digas.
Pero vayamos unas cuantas páginas más adelante.
En Florida, una mujer de 28 años de edad, que durante seis años intentó huir de su padre o conseguir protección jurídica contra él, el que la maltrataba y amenazaba, fue asesinada, según la policía por el padre, que no sólo la mató, pero mató a los seis hijos de ella y luego se suicidó. Los organismos oficiales supuestamente encargados de la protección de las mujeres y los niños tenían montones de quejas y súplicas de la víctima en sus escritorios cuando ella murió.
La página siguiente: un artículo sobre cómo las mujeres en el Servicio Forestal de Estados Unidos presentaron una demanda legal por sufrir abuso sexual por parte de compañeros de trabajo y que los altos funcionarios del organismo no sólo no toman medidas al respecto, pero tomaron represalias contra las mujeres por denunciar las agresiones. Una de las demandantes alega que su supervisor le puso en una llave de presa y trató de violarla. Después de la presentación de la queja, ella fue despedida. El Servicio Forestal, según el New York Times, está "revisando las quejas".
Unas páginas más adelante, un titular: "Problema de asaltos sexuales en la ciencia". El artículo documenta que el 26% de las científicas femeninas encuestadas habían sido agredidas sexualmente durante el trabajo de campo. La autora del artículo señala que esos ataques son por lo general de parte de los compañeros de trabajo y que una encuesta reveló que "los autores materiales eran en su mayoría de mayor jerarquía profesional en el equipo de investigación".
Y ni siquiera estamos hablando de la situación en los campus de Estados Unidos, donde la cultura de pornificación, un etos de privilegio masculino y el sistema legal han creado una situación en la que una de cada cinco mujeres será violada o asaltada sexualmente durante sus años en la universidad.
Ahora Barack Obama ha posteado un YouTube, acompañado de personas que probablemente tienen buenas intenciones, diciendo "Depende de nosotros" detener la violencia contra las mujeres. Tal vez alguien debería preguntarse: ¿qué maldito derecho tiene de hablar el comandante en jefe de lo que es posiblemente el lugar más peligroso para una mujer en Estados Unidos, en las fuerzas armadas, acerca de la violencia contra las mujeres? Un estudio de 2013 del Pentágono halló que recibió 5.061 denuncias en las fuerzas armadas de casos de asalto sexual (abrumadoramente por hombres contra mujeres, tanto militares como civiles), pero más de la mitad de las mujeres en las fuerzas armadas dicen que no presentarían cargos por temor a represalias. Y de los miles de denuncias de agresión, sólo 484 fueron a juicio, 376 resultaron en condenas, y con el tiempo el noventa por ciento de las víctimas de asalto fueron involuntariamente dadas de alta.
Y más allá de eso, Obama es el presidente del país que se sienta encima de un mundo de opresión de las mujeres.
TODA mujer en esta sociedad, y en todo el mundo, vive a la sombra de la amenaza de la violencia. No se puede "elegir" su manera de salir de esta situación. Y por mucho que tengamos que desafiar a la degradación de las mujeres, y unirse con la gente que la desafían, la violencia y la brutalidad contra las mujeres están tan profundamente arraigada en todos los aspectos de la cultura de esta sociedad que las actividades para resolver el problema partecita por partecita es como trabajar para secar el mar con un gotero.
¡Eso no significa que tengamos que vivir así! Los hombres no nacen con un gen o deseo inherente de maltratar a las mujeres. Queremos remitir a las y los lectores al artículo "Reflexiones acerca de ‘#YesAllWomen’”, de T. Redtree y, en particular, la siguiente historia la autora comparte:
La sociedad podría ser radicalmente distinta. Como un joven estudiante de secundaria en los años 1970, yo tenía la oportunidad de escuchar a una oradora hablar de su viaje a la China revolucionaria. Contó que las mujeres podían caminar en las calles de noche sin miedo de una agresión. Tengo que admitir que no podía creerlo. Tenía que hacer mi propia investigación, la cual confirmaba que muchos otros que habían viajado a ese país habían encontrado lo mismo que la oradora. Pero además, me di cuenta de que yo ni siquiera podía entender plenamente cómo se sintiera algo así. Ahora que se ha restaurado el capitalismo en China, ésta tiene el mercado de pornografía de más rápido crecimiento del mundo. Pero aprendí en ese entonces que la subordinación de la mujer no era la naturaleza humana — era la naturaleza del sistema. Yo, como decenas de miles de otros, empecé a hacer la pregunta: ¿Qué clase de sistema es éste y por qué es que alguien deba aceptarlo como la mejor situación que podría existir?
¡Necesitamos una revolución! ¡Necesitamos un poder estatal nuevo y radicalmente distinto! Lea más sobre el tema en la Edición de muestra de ¡A romper TODAS las cadenas! Bob Avakian sobre la emancipación de la mujer y la revolución comunista, que se puede descargar en revcom.us.
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