En las calles de Nueva York

Si solamente ves las noticias o los medios sociales, no tienes ni idea de lo que está pasando

1° de diciembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Revcom.us/Revolución habló con Sunsara Taylor acerca de sus observaciones sobre el ánimo y la situación en medio de la protesta en la ciudad de Nueva York el 25 de noviembre contra la negativa indignante del gran jurado de acusar al policía que asesinó a Michael Brown.

Revolución: Dinos cómo estaba la onda en las calles con los manifestantes la noche del martes en la ciudad de Nueva York.

Sunsara Taylor: Muchísima gente que jamás había asistido a una protesta. Adolescentes. Todas las nacionalidades. Se sentía tanta emoción pura — regocijo al estar juntos, en la calle, al ver que no están solos. También angustia — el dolor visceral de los padres de Mike Brown, y de tantos que han perdido a sus hijos al asesinato policial. Y tanta rabia, una rabia desde las tripas. La gente se expresaba sobre experiencias horrendas a manos de la policía. La gente temblaba de rabia.

Hubo tanta profundidad de sentimiento, tanta amplitud de sentimiento. Personas se sumaban a la marcha al momento. Personas en las banquetas y en las tiendas ponían las manos en alto, “¡Manos arriba, no disparen!”. El tráfico quedó enmarañado por toda la ciudad. Las personas a bordo de automóviles no llegaban a ninguna parte. He participado en protestas que bloquean el tráfico. Muchas veces algunos conductores se animan al ver a la gente protestando. Pero nunca he visto tanta solidaridad de parte de las personas en los carros. Personas, especialmente negros, que levantan el puño en solidaridad desde el carro, que les agarran la mano a los manifestantes, les estrechan la mano y no la sueltan, conectándose de corazón con los manifestantes y abrazándolos.

Revolución: Para los lectores que no son de Nueva York, tienen que apreciar cuán asombroso es eso — esta es una ciudad donde pitan a otro conductor solamente por bajar de velocidad para que un peatón cruce la calle. ¿Nos puedes dar una idea de quiénes estaban en la protesta?

Sunsara Taylor: Fíjate, no es tan común que asistan una protesta tantos jóvenes negros varones que no son estudiantes.

Revolución: Debido, en parte, al hecho de que tantos jóvenes negros varones están bajo libertad condicional o libertad provisional. Y hay otros factores que les dificultan la participación en protestas.

Sunsara Taylor: Exactamente, pero ahora participó un número importante de jóvenes negros varones de las comunidades populares, junto con mujeres negras. Al mismo tiempo, hubo más personas blancas que las que participaron en las protestas por Trayvon Martin — después de que un racista blanco lo asesinó y el sistema lo dejó salir impune. Por lo que se dio una escena interesante de más negros, y más blancos. No solamente activistas. Además, todo tipo de gente, inmigrantes, latinos, surasiáticos y otros.

Hubo gente religiosa. Universitarios. Personas vinieron a solas, y grupos que se formaron: se veía cómo se hicieron amigos y andaban en bola durante horas. Hubo muchos latinos jóvenes. Era bien hermoso. La gente sentía una gran solidaridad. Y mucha gente recibía lo que gritaban los revolucionarios con abrazos y lágrimas. Literalmente, la gente respondía a un mensaje revolucionario de esa forma.

En cierto momento pasamos marchando un albergue de jóvenes sin techo, y los vimos en la ventana de la cafetería. Tres jóvenes estaban fumando afuera, y simplemente empezaron a bailar. Miramos adentro y estaban bailando en la cafetería ¡con las manos en alto como Mike Brown! Conductores de autobús pitaban apoyando, y las personas en los autobuses brincaban. Ya era noche, y el interior de los autobuses estaba iluminado, por lo que se veía que las personas estaban bailando ahí dentro. Así estaba la escena por todos lados. Hay tanta indignación tan arraigada, y tanta alegría al ver esta desafianza en la calle. Nunca he visto nada igual.

Revolución: ¡Parece que todo eso se expresó en la valentía, y el aguante, de las marchas!

Sunsara Taylor: Estábamos con una marcha de 500 o mil personas ya al salir de Union Square. Marchamos al Túnel Lincoln que va de Nueva York a Nueva Jersey y lo bloqueamos durante un rato. Después marchamos a Times Square y la policía atacó la marcha con gas pimienta y arrestó violentamente a varios. La gente se fue corriendo en toda dirección. Pero luego vino de regreso — reagrupándose, coreando, gritando, recordando a la gente por qué estábamos ahí.

Oímos que hubo manifestantes cerrando la autopista FDR, por lo que fuimos hasta el lado este. Algunos lograron subir a la FDR, pero la policía nos cerró el paso a la mayoría. Pues ya tenemos esta multitud enorme, todavía marchando. Todos cansados pero nadie se cansa. Estábamos deseando haber llegado a la FDR pero pensamos, de hecho está mejor así. Ahora hay dos marchas gigantes, la ciudad queda aún más paralizada. En este punto de tiempo hemos estado marchando durante horas y hemos marchado por lo menos cinco o seis millas juntos (ya para fines de la noche, algunas personas marcharon por más de 13 millas). Luego, de repente, cuando pasamos la Avenida 5ª, ¡nos topamos con otra marcha que venía desde la dirección contraria! ¡Qué cosa más linda! Les dijimos, “Estamos marchando a la autopista del Lado Oeste”, pero dijeron, “Ya tomamos la autopista del Lado Oeste. Ya vamos a Times Square”. Y les dijimos, “Ya tomamos Times Square”. De ahí entre todos decidimos que Times Square es el centro de la ciudad, y todos nos dirigimos ahí, ahora con una fuerza doble.

Las personas se animaban por las energías de las demás, por toparse con más marchas, por la respuesta profundamente sentida y continua de los personas a los lados. Lo sentían en el corazón, lo expresaban en la cara, al bailar, al llorar. Era emocional sin censura.

El mensaje de la revolución conectaba muy profundamente. En cierto momento, después de hablar yo, se me acercó un negro de 25 años con los ojos llorosos, simplemente me abrazó. Dijo que lleva años protestando, “Yo no aguanto más, esto es el colmo”. Dije, es hora de entrarle a la revolución. Y él contestó que eso es lo que él quería hacer. Por eso se acercó. Él no era el único. Este es un momento en que muchas personas deben dar saltos grandes — a aventarse a todo al luchar contra el poder y a entrarle a todo pulmón con la única solución: la revolución comunista de verdad.

Revolución: Lo que estás describiendo es completamente contrario a lo que se reporta en los noticieros, que es que los de Ferguson se enfurecieron y su expresión de esa furia disgustó a todos, y no pasa nada más.

Sunsara Taylor: Si solamente ves las noticias o incluso los medios sociales, no tienes ni idea de lo que está pasando. Estábamos llamando por teléfono a las personas diciéndoles que salieran a la calle. Una y otra vez jóvenes con los que hablé me dijeron que habían pasado la noche del lunes en Facebook y que tenían que eliminar de “amigos” a muchas personas que estaban diciendo necedades estúpidas o descaradamente racistas. Estaban tan molestos. Les dije, “¡Apaga Facebook y salte a la calle! Vente adonde importa, no estés solo”. Claro, sí existe todo ese cinismo que ves en Facebook, toda esa bajeza. Todo ese comentario en la tele de que el problema principal es la “violencia de los manifestantes”. Sí, toda esa tiene un impacto. Pero el problema principal sobre el que millones de personas angustian, que era palpable en el hervor en la calle, en la vida real con la gente real, era: “¡Están matando a nuestros jóvenes y esto tiene que parar ya!”.

Cabe notar que lo que recibe la respuesta más intensa en la calle es cuando denunciamos los ataques mediáticos contra la gente de Ferguson. Gritábamos: ¡No cambien el tema! El tema no es la destrucción de propiedad, el tema es genocidio contra el pueblo negro — en las prisiones, en las calles, a manos de la policía, aprobado por sus cortes, sus medios de comunicación, sus jurados y su comandante-en-jefe. Quieren hablar de violencia, órale, hablemos de los sicarios en el uniforme azul que están matando a nuestros jóvenes. Hablemos del gas lacrimógeno y los tanques con los que el sistema reprime nuestras protestas. Hablemos de parar-y-revisar y los tasers policiales y de que la policía tumba a golpes a transeúntes a un lado de la calle. Hablemos de todos los padres que han tenido que sepultar a sus hijos. Hablemos de la esclavitud, del Jim Crow (leyes de segregación abierta), linchamientos, encarcelación en masa, Sean Bell, Michael Brown, Aiyana Jones, Rekia Boyd, Oscar Grant, Amadou Diallo, Malcolm Ferguson, Nicholas Heyward Jr., Tyisha Miller, Tamir Rice, y otro y otro y otro y otro.

No estoy diciendo que nadie se influencie por lo que dicen los medios de comunicación o los varios dichosos ‘lideres’ que tratan de calmar a la gente. Pero, cuando denunciamos esa mierda, eso es lo que recibía la respuesta más profundamente sentida, la respuesta más ruidosa, la más desafiante y militante, la respuesta más justamente-furiosa-con-la-frente-en-alto.

Revolución: Hablemos más sobre qué era lo que motivaba a la gente.

Sunsara Taylor: El sistema simplemente le estregaba en la cara a la gente su indiferencia total por las vidas de los negros. Y en respuesta, hay un sentir nuevo. Es algo incipiente y rudimentario, pero ha estado formándose durante los últimos días.

Revolución: ¿Cómo caracterizas la relación entre la determinación del pueblo en Ferguson de no permitir que salgan con la suya, y el ánimo en la calle donde tú estabas?

Sunsara Taylor: El desafío en Ferguson era la razón porque surgió una protesta tan amplia. La determinación de no quedar callados — la gente vio eso en Ferguson. También influía el trabajo de revolucionarios que están enseñando que el futuro puede ser otro, que están enseñando cómo lo que estamos hacienda ahorita sí importa.

La decisión traumó tanto a la gente, especialmente a la gente negra. Hablé con personas que salieron el lunes y dijeron que simplemente caminaban, estaban tan traumados que ni podían corear. Ya para la noche del martes, la furia y la fuerza y la determinación crecía y subía al superficie más y más — por la reacción de Ferguson la noche del lunes, y también por andar juntos en la calle.

Revolución: Así que no es como lo ponen en la tele, de que el levantamiento en Ferguson disgustó a todos.

Sunsara Taylor: Correcto. Y de ahí, entre más contrastamos la violencia opresiva genocida horrífica con la resistencia justa del pueblo, entre más tajantemente señalamos eso, más profundamente respondía la gente. Respondía con más fuerza, más furia, con un sentido de justicia y de júbilo.

Revolución: Por lo que este es un momento que aprovechar.

Sunsara Taylor: Es un gran momento. Para revolucionarios, para toda persona que ya es harta, que se parte el corazón por el asesinato de nuestros jóvenes, que no quiere tener que ver a otro padre más gritar del dolor como vemos con los padres de Mike Brown, como tantos más antes de ellos, personas que quieren vivir ni un minuto más en un mundo así — no podemos quedarnos satisfechos con algunas protestas, y unas noches de furia justa, por poderosas que sean. Esto debe profundizarse mucho más, ampliarse mucho más. Las personas que hace unos días se dedicaban a su “vida normal” deben tomar posición y convertirse en luchadores y líderes. También las personas que conocen la salida —revolucionarios y comunistas— deben avanzar y dirigir a un nivel mucho mayor. Debemos estar en la calle y en el mundo al lado del pueblo y también trayendo respuestas, presentando a la gente el cuadro mayor y organizándola en la revolución.

Cientos de años del dizque “progreso” y ¿esto es lo mejor que puede ofrecer el sistema? Ya es hora para algo diferente. El Partido Comunista Revolucionario conoce la salida. Este Partido tiene la estrategia, tiene la dirección y tiene la visión para una sociedad y mundo completamente diferentes. Bob Avakian, el líder de este Partido, ha estado en eso desde hace 50 años y ha hecho avances para que no tengamos que seguir viviendo así. En serio, ¡¿sabes lo que significa lo de tener una estrategia para la revolución?! ¿Sabes lo que significa tener a un líder como éste y un partido como ése? Debemos llevar eso a la gente. La gente debe saber de Bob Avakian — es necesario que le entren al Diálogo histórico que recientemente hizo con Cornel West. Deben saber que sí existe una salida, y deben saber que hay un lugar para ellos en este movimiento para la revolución. Eso es el ÚNICO futuro.

Es necesario que en el futuro cuando la gente recuerde esto —el asesinato de Mike Brown y la negativa oficial de ni siquiera acusar a un policía asesino otra vez— lo recordará como un momento cuando el pueblo, los de abajo que viven un infierno todos los días, se reunieron con millones más por toda la sociedad para ¡ponerse de pie y parar en seco esta matanza! El momento cuando la cuestión de la revolución de verdad se planteó para que todo mundo bregara con ella y cuando oleadas de personas se enchufaron con esta revolución, se sumaron a los Club Revolución e ingresaron al Partido. Este momento debe ser uno en que las cosas avancen a pasos gigantescos acercándose más hacia estar listos para librar la revolución a todo y ganarla de verdad lo más antes posible. Surge un apetito para eso ahorita a una escala muy amplia y tenemos que actuar en consecuencia.

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.