Explíqueme otra vez: ¿Por qué no deberíamos estar en las calles el 14 de abril?
Travis Morales | 6 de abril de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Últimamente, al hablarles acerca de la Convocatoria al 14 de abril, algunas personas me han dicho que no es la hora de regresar a las calles demandando que termine el asesinato policial de los negros y los morenos (otra gente de color). Dicen, por ejemplo: hicimos eso el año pasado y ahora tenemos que ponernos serios y desarrollar demandas por un cambio en las políticas; la protesta es muy distinta de construir un movimiento, se acabó por ahora la hora de protestar y gritar en las calles; las acciones como protestas no son eficaces... pero sí el trabajo con científicos sociales, académicos y los que formulan las políticas; usted, quiere estar furioso o quiere buscar puntos en común (con la policía y las autoridades) para encontrar soluciones; tenemos que ser parte de un trabajo que responda a las necesidades de la gente y no hacer repetidas convocatorias a paros y huelgas. Estas opiniones han surgido en parte de personas que estuvieron en las calles y desempeñaron un papel muy positivo en demandar justicia. Y cuando hablan de demandas por cambios de política, se refieren a comisiones de revisión ciudadana, fiscales especiales, cámaras corporales y capacitación para sensibilizar a la policía, y otras propuestas.
Sea como sea la intención de los que hacen esos argumentos, todos equivalen a volverles la espalda, y francamente, clavarles un puñal por la espalda, a las personas que este sistema horrible les ha destrozado y sigue destrozando la vida. ¡¡Es robarles la esperanza que despertó a raíz de las poderosas protestas que rompieron con los límites de lo que los dominantes de este sistema consideran aceptable!!
Primero, ¿qué es una de las mayores necesidades de la gente ahora? ¡Es que la policía deje de asesinar con impunidad a los negros y los morenos!
Segundo, lo que comenzó con los jóvenes desafiantes de Ferguson, Misuri, que noche tras noche se enfrentaron a balas de goma, gas lacrimógeno, vehículos blindados, arrestos, brutalidad y policías militarizados para demandar justicia para Michael Brown, y que más tarde dio un salto durante noviembre y diciembre cuando decenas de miles de personas por todo Estados Unidos se tomaron las calles: eso ha hecho más por poner al descubierto e inspirar resistencia a la realidad sangrienta del sistemático asesinato con impunidad que comete la policía a los negros y los morenos, que todas las conferencias, llamados por fiscales especiales, investigaciones del Departamento de Justicia, comisiones de revisión ciudadana y promesas de reformas en las últimas décadas. ¡Sea realista! Si los jóvenes de Ferguson no se hubieran puesto de pie, Michael Brown habría sido solo un hombre negro más muerto por la policía, y solo su familia y sus amigos se habrían enterado del hecho. Si las personas no hubieran llenado las calles, la vida de los negros no habría importado a millones de personas como se logró el año pasado. Las personas no estarían hablando de la necesidad de poner fin a tales ultrajes y no estarían buscando las formas de hacerlo.
Tercero, escuche usted a nuestros enemigos. A partir de Ferguson y hasta el fin de año, la policía, las autoridades, los medios de comunicación y algunos “líderes de la comunidad” obraron para sacar a las personas de las calles mediante intimidación y amenazas, policías militarizados, promesas vacías, arrestos en masa y cargos severos que llevarían a años de prisión. Cuando eso no funcionó, aprovecharon la muerte de dos policías del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) el 20 de diciembre para sembrar confusión y desmoralización entre los manifestantes y todos los que querían acabar con el asesinato policial de nuestra gente. ¿Qué fue la demanda principal de las autoridades? ¡Que se llamara por un moratorio en las protestas, se dejara de hacer protestas, se ABANDONARA LAS CALLES! ¿Por qué? Porque este levantamiento sacó a la luz ante el mundo entero que la policía asesina rutinariamente a los negros y los morenos, y el sistema casi nunca los castiga. Las personas empezaron a cuestionar cómo es posible que este sistema, como una política, brutalice y asesine a personas de color, y preguntar por qué es así. Eso hirió al sistema y les abrió los ojos a millones. Las personas empezaron a actuar para poner fin al asesinato policial de nuestra gente.
Cuarto, dígame: ¿quiere usted volver al pasado, pensando que de alguna manera, sin una resistencia en las calles con la participación de millones, el sistema cambiaría su actitud y dejaría de matarnos, aunque han hecho exactamente eso por cientos de años, o quiere usted hacer nacer un movimiento de millones que no parará hasta que termine el asesinato policial de los negros y los morenos?
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