Mucho en juego en Baltimore
Actualizado 19 de mayo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Durante la semana pasada, este sistema ha demostrado su verdadera naturaleza una vez más. En dos casos distintos, el de Tony Robinson (un hombre joven, que no traía ninguna arma, que fue baleado siete veces) y el de Justus Howell (muerto por dos balas en la espalda), el sistema ha respaldado a los policías asesinos y ha dado la luz verde para que la policía cometa MÁS asesinatos. Informamos sobre los dos ultrajes en este número (sobre el caso de Justus Howell próximamente). Un día después de eso, se sacó a la luz que unos policías de Miami mandaron y recibieron más de 200 racistas correspondencias electrónicas violentas y pornográficas, sumándose a sus compañeros policías en otras ciudades donde esto se ha puesto al descubierto. Para colmo, Obama rindió tributo a la policía en una conmemoración policial en Washington DC, afirmando que quería “cerrar la brecha” entre los organismos del orden público y las comunidades cuya opresión éstos refuerzan con entusiasmo.
Publicamos el siguiente editorial la semana pasada, pero sigue siendo oportuno. ¿Qué harán las personas, cuando la gente se ha levantado, pero los opresores siguen queriendo aplastarla?
La lucha por justicia para Freddie Gray comenzó cuando alguien grabó el asalto criminal de la policía de Baltimore contra un joven que no cometía ningún delito. La lucha ganó impulso a medida que la gente salió a las calles, día tras día. Y alcanzó un punto culminante en la rebelión del 27 de abril. Esta rebelión —y la negativa de muchos otros sectores de la sociedad a abandonar la lucha por la justicia, incluso después de que se calumnió y se reprimió violentamente a la rebelión— obligó a los gobernantes a presentar cargos contra los policías.
Mucho está en juego —muchísimo— en lo que suceda ahora. Tiene mucho en juego la clase dominante —los capitalistas-imperialistas— los que se sientan en la cima de un mundo de todo tipo de explotación y opresión. Estos capitalistas-imperialistas dependen de su policía para imponer ese orden dentro de Estados Unidos, y dependen de sus fuerzas armadas para hacer lo mismo alrededor del mundo. Cuando se impugna el derecho de estos policías a irrumpir como perros rabiosos en las comunidades de los oprimidos, es un gran problema y riesgo para ellos. Y cuando la gente no sólo protesta, sino que resiste activamente como lo hizo el 27 de abril y en los días siguientes, ese reto es aún mayor.
Pero tienen aún más en juego los oprimidos y los que odian la opresión, así como los revolucionarios que dirigen la lucha contra esa opresión. Mucho en juego al movilizar a la gente para librar y ganar esta batalla... muchísimo más aún en juego al presentar a la gente el hecho de que SÍ EXISTE una solución a esto, que es posible hacer la revolución y emanciparse de esta locura, y al organizar a la gente para adelantar esa revolución. ¿Se aprovechará esta apertura para presentar la obra que Bob Avakian ha hecho acerca de esta misma cuestión, y la dirección que él ha proporcionado? ¿Se organizarán a aquellos que ESTÁN dando un paso al frente para asumir este reto, organizarlos en una manera que pueda llevar a una revolución CONCRETA? ¿Se lo hará capacitando a la gente a lidiar con toda la represión que enfrentará en esa lucha? Y, en ese contexto, ¿se librará la lucha por la justicia de tal manera que NO se descarrile, sino que deteriore el poder represivo y al mismo tiempo acerque más la gente a la revolución y la emancipación?
La rebelión contra un mundo de brutalidad y opresión: Lo que reveló
La rebelión del 27 de abril fue estupenda.
Los corresponsales de Revolución han escuchado a las personas que estaban en el núcleo de lo que ocurrió en Baltimore, han aprendido de ellas y entrado en diálogo con ellas. Se destaca el heroísmo de los jóvenes rebeldes. No está claro exactamente cómo se iniciaron los enfrentamientos entre los jóvenes y la policía, pero el lunes 27 de abril cientos de adolescentes, en su mayoría alumnos de secundaria, se encontraron en una situación en la que los confrontó la policía que asesinó con saña a Freddie Gray. Los cerdos policías amenazaban a estos jóvenes y se movieron para reprimirlos. Los jóvenes no retrocedieron sino que durante horas y horas les dieron duro a estos policías altamente militarizados. Estos jóvenes se valieron del afiche de Vidas Robadas en confrontarse con los cerdos sobre la naturaleza de este sistema y sus agentes brutales.
Esto puso de manifiesto el valor y el poder potencial del pueblo cuando se pone de pie colectiva y valientemente. Tal desafío frente a grandes obstáculos es liberador, y fue lejos de “carecer de sentido”. La gente puso inequívocamente claro que DEBE haber justicia. Lidiaron con varios símbolos e instrumentos de represión violenta. Las personas en la multitud se aseguraron, en diferentes puntos, de no perjudicara a los transeúntes — como por ejemplo, a principios de la rebelión, un grupo de trabajadores de construcción.
Uno no encuentra el valor para hacer eso porque pretende “saquear” una farmacia. Había una magnanimidad intelectual y sentido de propósito, junto con el inquebrantable desafío jubiloso, que creció durante la rebelión y que se debe dar a conocer a la gente. Supimos que los jóvenes agarraron medicamento para la diabetes de los estantes para las personas que no pueden conseguir sus medicinas necesarias, en una comunidad donde una epidemia de la diabetes es un elemento del genocidio lento y en la que la clase dominante se jacta de su generosidad al proveer una sola farmacia para los oprimidos.
Así que un sector del pueblo para lo cual este sistema no tiene ningún futuro más que la cárcel o la muerte prematura se levantó, frente a grandes dificultades y terror oficial. Por este valor, los calumniaron de “matones” Obama y la alcaldesa de Baltimore, los dos siendo instrumentos y portavoces de un sistema que no tiene igual de criminal y matón.
Luego, el 29 de abril, miles de personas salieron a las calles para exigir la justicia, muchos si no la mayoría de ellos estudiantes universitarios, incluidos los de universidades élites y de alumnado principalmente blanco como la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore (si bien los estudiantes negros jugaron un papel decisivo). Algunos de ellos sentían cierta ambivalencia acerca de la intensidad de la rebelión, mientras que otros defendieron a los jóvenes. Y todos tomaron posición con los oprimidos, dejando claro que el violento asesinato de Freddie Gray era el tema en cuestión y que ellos no iban a soportarlo.
En resumen, esta rebelión reveló el potencial de los más oprimidos a levantarse ante grandes adversidades, con valor. Esta rebelión transformó la manera en que todo el mundo veía las cosas: dejó muy clara la urgencia de esta injusticia y que no debe ser ni será tolerada. Y demostró que, cuando se hace esto, existe el potencial para ganar el apoyo activo e importante de las personas que no viven en carne propia ese infierno, pero a quienes se las pueden ganar a solidarizarse.
El reto
A luchar por ser los comandantes estratégicos de la revolución, y no solamente los líderes tácticos, y no solamente los filósofos estratégicos.
Los revolucionarios han estado trabajando entre la gente en Baltimore, uniéndose con ellos, y corriendo la voz sobre la revolución: el camino hacia la misma, la dirección que tenemos en BA y el Partido Comunista Revolucionario, y las formas para divulgar esto actualmente. Carl Dix ha hecho esto en discursos y charlas y esfuerzos organizadores, y militantes del Club Revolución también han hablado con la gente, y la han organizado para expresarse y ponerse de pie. Miembros del Club Revolución viejos y nuevos se han reunido para ver y discutir la película del Diálogo de Bob Avakian con Cornel West, y comenzar a adentrarse en las obras como Lo BAsico, el manual para los revolucionarios con citas y ensayos de BA. Distribuyen Revolución, el periódico del Partido, y corren la voz acerca de revcom.us, nuestro sitio web. Están en las calles cuando la gente protesta, y formulan planes con la gente sobre la forma de potenciar la lucha por la justicia como parte de todo esto. Además planean llevar este mismo mensaje básico a los estudiantes y de hecho a todos los sectores del pueblo. Asimismo han estado presentes nuestros reporteros, y en los próximos días y semanas informaremos más sobre esto.
Lo que hacen los revolucionarios en situaciones como la de Baltimore puede jugar un papel importante en hacer la revolución. La declaración sobre la estrategia del Partido describe cómo este sistema ocasiona gran sufrimiento, y que a veces esto lleva a “sacudidas y fallas repentinas en el ‘funcionamiento normal’ de la sociedad, que estimulan a muchas personas a cuestionar y resistir lo que suelen aceptar. Nadie puede decir de antemano exactamente qué va a pasar en estas situaciones — qué tan profunda la crisis pueda llegar a ser, de qué maneras y en qué medida podría plantear desafíos para el sistema en su conjunto y en qué medida y de qué maneras podría suscitar el descontento y la rebelión entre las personas que en tiempos normales se dejan llevar por lo que hace este sistema o se sienten incapaces de ponerse de pie en su contra”.
La declaración continúa y dice que en estos tipos de situaciones “muchas más personas están buscando respuestas y se encuentran receptivas a considerar un cambio radical”. Precisamente en tales momentos es necesario dar saltos “en la construcción del movimiento y la acumulación de las fuerzas organizadas para la revolución, creándose así una base más sólida desde la cual trabajar para seguir avanzando”.
Pero eso no es todo. Hay maneras en que las sacudidas como estas, a medida que desarrollen y en combinación con otras cosas, incluido lo que hagan los revolucionarios, pueden ir más allá. La declaración dice que las cosas “pueden combinarse de modo que se sacuda el sistema hasta sus cimientos... se abran y amplíen profundas grietas en las estructuras y las instituciones de poder... queden al descubierto más nítidamente las descarnadas relaciones de opresión... se profundicen los conflictos en el orden establecido y no sea posible resolverlos fácilmente, y se vuelva mucho más difícil que ellos mantengan la situación intacta bajo su control y mantengan sometida a la gente. En ese tipo de situación, para un gran número de personas, se podría poner en tela de juicio seria y directamente la ‘legitimidad’ del sistema actual y el derecho y la capacidad del orden imperante de continuar gobernando, y millones de personas tendrían sed de un cambio radical que solamente una revolución pueda plasmar”.
En las calles de Baltimore, 25 de abril. Foto: Especial para revcom.us
Baltimore ha puesto de relieve todo eso de modo intenso. En una manera que es diferente de “los tiempos normales”, la gente quiere oír hablar de la revolución y quiere entrarle en BA para saber más sobre qué tipo de revolución y cómo hacerla. Quieren poner la camiseta “Revolución — ¡Nada Menos!” y dejarles saber de esto a otros. Tienen sed de ser parte de una auténtica fuerza que trabaja para cambiar las cosas, de un modo concreto. Y desde esta perspectiva, la lucha por la justicia para Freddie Gray, como parte de la lucha más amplia contra el asesinato policial y la criminalización de un pueblo entero, es más, no menos, importante. Una carta de un lector que recalcó la crucial importancia de hacer correr la voz sobre BA, su visión de la revolución y la dirección que ha dado a esta, también señaló lo siguiente:
Los revolucionarios también deben dirigir a las masas a seguir luchando contra el poder, lo que incluye guiarlas por todos los vaivenes, curvas y giros, los acontecimientos importantes y la fuerte represión, calumnias y desvíos que este sistema y sus agentes armados, portavoces, defensores y apologistas presentan a la lucha. Y, de hecho, hay que guiar a las masas a comprender la envergadura y la magnitud de los ultrajes contra que se están levantando — el hecho de que hay una incesante epidemia de brutalidad y asesinato a nivel nacional que ha durado décadas, y que ellas no están aisladas ni en su indignación ni en su lucha contra esta epidemia de asesinato y brutalidad policial, aunque el sistema y sus portavoces constantemente tratan de hacer que crean y piensen que sí están aisladas. Esta es una de las muchas razones por las que la amplia distribución de los afiches y mantas de revcom.us con las caras y nombres de las víctimas de la brutalidad y asesinato policial ha sido, es, y seguirá siendo tan importante, tal como es seguir luchando para ampliar y profundizar la lucha contra la brutalidad, asesinato policial y la encarcelación en masa, activando y dirigiendo a la gente ampliamente, de muchos y variados sectores de la sociedad, a asumir esta lucha.
Es urgente que el trabajo continúe a partir de todo esto, y que se den saltos. No hay espacio para oprimir el botón de pausa. Pero lo que sucede en Baltimore no debe quedarse en Baltimore. Debe extenderse a toda la sociedad. Se debe correr la voz sobre la revolución en todas partes, y la resistencia debe extenderse a todas las ciudades.
Ahora hay más en juego
Retomemos esa cuestión de lo mucho que está en juego.
Las autoridades tienen mucho en juego. Baltimore es una ciudad grande. Echando espuma por la boca, Wolf Blitzer de CNN exigía más represión violenta, repitiendo que eso estaba sucediendo a sólo 60 millas de la capital de la nación. No quieren que se extienda el espíritu de Baltimore. No les gusta —absolutamente nada— el hecho de que no pudieron aislar el levantamiento al grado que deseaban, que protestas brotaron por todo el país. Y no les gusta el impacto que tiene todo eso en su imagen e intereses a escala mundial, donde se hacen pasar por campeones de la libertad y la igualdad.
Desde la mera cima, los gobernantes de este sistema están maniobrando en dos vías para acorralar lo que emergió, encerrarlo, cubrirlo, sofocarlo y aplastarlo. Obama tildó a los rebeldes de “maleantes”. Algunos policías tuvieron las agallas de comparar los manifestantes a una chusma de linchamiento — siendo la verdadera chusma de linchamiento la del uniforme azul que cumple su tarea asesina cada día, en cada ciudad grande y pequeño. Acusaron a los arrestados de cargos bien graves. Fijaron una fianza para un manifestante, acusado de romper una ventana de una patrulla, de ¡medio millón de dólares! El doble de la del policía acusado del asesinato de un ser humano.
Cuando la fiscal de Baltimore Marilyn Mosby anunció los cargos contra seis policías, representó la decisión por parte de los de arriba, o por lo menos un sector de ellos, de que algo se tenía que hacer para calmar la situación, por ahora. Pero una acusación dista mucho de ser una convicción y una condena a prisión, y hay un mundo de brutalidad y asesinato que PARAR, y todo un mundo nuevo que crear. Ese camino de votar por algún salvador que los gobernantes plantean en sus elecciones —los mismos gobernantes que causaron y perpetúan el problema en primer lugar— es una trampa muy mortal.
Junto con eso, el sistema está promocionando toda suerte de truco y distracción. De repente Obama —que tildó de maleantes a esos jóvenes— empezó a profesar una gran simpatía por ellos. Revivió su programa “El guardián de mi hermano” que promueve diferentes organizaciones benéficas y proyectos pequeños, en general manejados por negocios que dicen marcar una diferencia por individuos. Como dijo Malcolm X, estas tácticas duales son como las de un lobo y su primo más tramposo el zorro — al final de cuentas, ¡los dos quieren comerte!
También tienen mucho en juego las fuerzas que representan los puntos de vista de la clase media — que pretenden apaciguar la situación, que quieren que los dos lados “bajen de volumen”. Proponen varias diferentes soluciones que en su mayoría pretenden “mantener la paz” (o sea, prevenir que el pueblo se levante) y ponen las esperanzas en reformas que son como curitas para tapar un cáncer. Muchas de estas personas simpatizan sinceramente con las masas, se oponen de corazón a los ultrajes que comete el sistema, y es posible unirse con ellas en diferentes maneras — pero esta línea no puede dirigir la lucha, o la llevará a un callejón sin salida. Estos puntos de vista influencian también a las personas que no son de clase media, lo que aumenta la importancia de criticarlos.
¿Por qué? Porque NADA de eso lidia para nada con la situación concreta. Además, entre más se dirija al pueblo a entender y luchar por sus propios intereses, más espinosa se pondrá la situación para los gobernantes.
En primer lugar, hace falta JUSTICIA para Freddie Gray. El mundo entero vio lo que le pasó. No hacía nada malo, todo bien, cuando los cerdos policías lo arremetieron, y cuando terminaron, lo dejaron muerto. Lo asesinaron, y deben ir a la cárcel. Si no los mandan, es otra señal de que es temporada de caza contra jóvenes negros y latinos, que los cerdos pueden asesinar con impunidad. Y eso NO podemos permitir. Las autoridades deben RETIRAR TODAS LAS ACUSACIONES contra TODOS LOS ARRESTADOS EN LAS PROTESTAS. El mismo sistema reconoce que sin la rebelión, no hubieran presentado cargos contra los policías que asesinaron a Freddie Gray, y demandar la justicia no es un delito.
Pero más allá de eso, lo que han infligido al pueblo negro es lisa y llanamente un genocidio lento. (La intensidad de este genocidio lento ha afectado también a otros grupos oprimidos, aunque la opresión de esos grupos, y la intensa violencia policial contra ellos, proceden de una dinámica propia.) Lo que ha causado ese genocidio y sigue causándolo es un SISTEMA —el capitalismo-imperialismo— y dependerse de campañas caritativas o incluso de hablar de “cambios estructurales” no tiene sentido o peor sin el CAMBIO ESTRUCTURAL PRINCIPAL que hace falta: derrocar este sistema despiadado del capitalismo y la supremacía blanca, por medio de la revolución, y reemplazarlo con un sistema completamente nuevo en que el poder se dedique a eliminar toda opresión y explotación, al mismo tiempo a satisfacer las necesidades materiales del pueblo, y a apoyar la revolución en todo el mundo.
Todo eso nos trae de nuevo a este punto: NECESITAMOS una revolución, tenemos que organizarnos para una revolución CONCRETA. Lo que las masas populares hicieron en Baltimore ha avanzado la posibilidad de eso… y ha incrementado los retos los que los revolucionarios deben reconocer y afrontar para avanzar concretamente hacia la posibilidad de realizar esa revolución.
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