Entrevistas en West Baltimore:
La vida en medio de la pobreza y la violencia policial... y la lucha por un mundo totalmente diferente
26 de mayo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Baltimore, Maryland es una ciudad importante de Estados Unidos que no sólo se caracteriza por la extrema pobreza y la degradación de cientos de miles de negros, sino como elemento central de esa opresión, por el tratamiento brutal y el asesinato a manos de la policía. La ira y la indignación están presentes todo el tiempo y se han puesto más visibles. Mientras la gente se ha alzado la cabeza y se puso de pie, un núcleo de personas se ha interesado más en la revolución y la lucha por un mundo diferente, libre de toda opresión. Recientemente, tras el levantamiento y rebelión en protesta por el asesinato de Freddie Gray, reporteros de revcom.us tuvieron la oportunidad única de entrevistar a personas negras de diferentes edades que viven y trabajan en West Baltimore.
Al llegar a West Baltimore, lo primero que salta a la vista son las casas tapiadas en todas partes, y de vez en cuando en medio de una fila de casas se ve una corona de flores en una puerta o una planta en una entrada. Las familias siguen viviendo allí. ¿Y qué de los lugares donde la gente vivió antes? ¿Dónde están las personas ahora? ¿Cómo están sobreviviendo? En un semáforo, se ve a la gente sin hogar tratando de sobrevivir en la calle.
No es difícil entender el fondo de la rebelión. Como dijo uno de los jóvenes del Club Revolución: “La gente lucha para sostenerse aquí, ya sabes, sólo para vivir básicamente. Es muy duro. No hay ningún trabajo. Carajo, no hay nada por acá, todo abandonado. Es un desierto. Es como una prisión, una prisión al aire libre, la pura verdad”.
La tasa de desempleo para la juventud negra en esta parte de la ciudad es de 50 por ciento. Otro joven del Club Revolución lo expresó así: “Lo que realmente se destaca aquí es esta gente en el primer mundo viviendo una realidad del tercer mundo en medio de la tremenda pobreza.... Quiero decir que he aquí una ciudad grande de Estados Unidos y... hay gente de la clase obrera, pero también hay un montón de gente de los sectores de la población totalmente abandonados”.
Y en estas condiciones, los policías actuando como un ejército de ocupación, acosan, brutalizan y hacen cosas aún peores a la gente. Hay una estadística recién publicada que demuestra sólo uno de los indicios escandalosos de lo que la gente tiene que enfrentar: Entre junio de 2012 y abril de 2015, la cárcel municipal de Baltimore no aceptó a casi 2.600 personas detenidas por la policía porque tenían lesiones demasiado graves para ser admitidas a la cárcel.
Tras la muerte de Freddie Gray, la situación sigue siendo tensa, y la gente se ha puesto de pie y ha dicho: ¡NO MÁS! Ya basta. Estamos muy emocionados y ansiosos de hablar con la gente de West Baltimore, para aprender sobre sus vidas y la rebelión y qué piensan sobre la revolución.
Para empezar, los dirigentes del Club Revolución nos “educan”: “Baltimore es una ciudad grande pero es como una antigua ciudad del Sur o algo así. En realidad es como la era de Jim Crow, ya sabes. La gente negra aquí sufre tanta opresión, muy dura. Tenemos que animarla. Cuando yo manejo por aquí puedo ver que todo está abandonado, edificios abandonados con el viento soplando a través de ellos, carajo. Es simplemente deprimente. Esa es la imagen que tengo de Baltimore — no hay nada aquí. Por eso pienso: no tienen nada que perder. Pero han transformado esta maldita situación. No hay nada que perder aquí, ya sabes. Y entonces se ve que se levantaron el lunes y declararon: ¡que la policía vaya al carajo!”
La vida en West Baltimore y la constante brutalidad policial
¿Cómo sobrevive la gente?
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El Club Revolución, Baltimore, 2 de mayo. Foto: Especial para revcom.us
Uno de los líderes del Club Revolución dice: “Buena pregunta. Son muchos jóvenes, ¿y qué es lo que hacen? Hacen un poco de dinero, lo suficiente como para comprar unos refrescos y papitas fritas, y eso es cómo lo hacen. Y trabajan para alguien. Y escuchamos una historia tras otra acerca de cómo la policía está involucrada profundamente en la economía del narcotráfico, decidiendo qué mercados funcionan con más libertad que otros. En otras palabras, en ciertas partes de la ciudad la policía detiene a la gente que vende drogas, decomisa el producto y lo lleva a otra parte de la ciudad donde la policía tiene más control del narcotráfico. Así que eso es parte de lo que sucede.
“Varias mujeres que hemos conocido aquí son enfermeras. Aparentemente los hospitales emplean a un buen número de personas que viven por aquí”.
Le preguntamos: “¿Crees que las mujeres tienen más puestos de trabajo que los hombres?”
Club Revolución: “Parece que la mayoría de las mujeres trabaja y que la mayoría de los hombres está en la economía informal, siempre tratando de vender una camisa, una camiseta, un CD, lo que sea.... Porque no veo nada de empleos por aquí. Puede que se vea una pequeña tienda pero es tan pequeña que ¿quiénes trabajan allí? Tal vez una o dos personas. Es una locura. He estado en otras ciudades pero jamás he visto nada como esto. Por eso pienso: no tienen nada que perder. Pero ellos han transformado esta mierda.
Conversando con la gente, comprendimos mejor qué es vivir con el constante acoso, brutalidad y asesinatos policiales. Freddie Gray murió por correr después de mirarle los ojos a los policías. La gente nos dijo: “¿Quién no haría lo mismo?”
Una mujer de unos 30 años que hace trabajo voluntario en la comunidad nos contó lo siguiente: “Es muy duro. Un par de semanas antes de que Freddie muriera, unos adolescentes estaban aquí corriendo, jugando a las escondidas. Se estaban divirtiendo mucho. Pero tuve que decirles: ‘Ustedes realmente no deberían...’ No quería decirles que dejaran de jugar, pero les dije: ‘No deberían correr porque [los policías] pueden pensar que ustedes están huyendo de algo que no han hecho’. Uno no puede decirles que no jueguen. Los adolescentes jugando a las escondidas, ¡¿en serio?!.... Y estos eran todos muy buenos estudiantes, sobresalientes.
“Así que los vi simplemente corriendo afuera, y todo lo que podía pensar era que les podrían asesinar por simplemente jugar. Eso es algo que uno no quiere, como voluntario, pensar. No quiero tener esas ideas cuando están jugando afuera. Pero ésa es la realidad. Incluso el entrenador en el centro de recreo de este barrio, hay días en que no organiza entrenamientos porque nunca se sabe lo que puede pasar”.
C es un hombre joven, entre 20 y 30 años, que se crió en Baltimore. Trabaja como cocinero. Describe el acoso y la brutalidad cotidiana de la policía: “He trabajado desde que tenía 10 años. Vendía periódicos, trabajaba en cualquier cosa que podía encontrar, para tener algo. Pero ya no se trata de hacer unos pocos dólares. Es una locura. Pienso que sólo tratan de hacer que nosotros los hombres nos convirtamos en nada, porque nos roban. Y al responder con furia, como lo hicimos la semana pasada, para demostrarles que estamos hartos. Porque estamos hartos, somos seres humanos, y se nos vigila constantemente simplemente porque creen que porque somos negros vamos a cometer un delito. Hay miles de millones de hermanos y hermanas por aquí que salen de sus casas para ganarse la vida honradamente, no para cometer ningún delito.
“La semana pasada me detuvieron cinco veces. ¿Qué es eso? No puedo ir a la tienda de la esquina. Si meto algo en mi bolsillo, piensan que es dinero de la droga. En un momento dado me convertí en víctima de la policía. En 2012 cometieron brutalidades contra mí. Todo porque yo estaba caminando en un barrio donde se venden drogas. Así que pensaron que yo era un drogadicto. Me persiguieron, me arrastraron por el asfalto. No hice nada al respecto porque estas cosas suceden todos los días. Ellos no van a tener problemas por ello. A ellos no les van a castigar, y es que hay una hermandad dentro de la hermandad del departamento de policía”.
Los jóvenes se levantaron — y cambiaron las cosas
Baltimore, 2 de mayo. Foto: Especial para revcom.us
Los jóvenes y otros hicieron una declaración al rebelarse. Comenzó cuando la policía cerró el principal centro de transporte en el centro comercial a eso de la una de la tarde. Al mismo tiempo, la escuela secundaria obligó a los estudiantes a salir. ¿Las consecuencias? El Club Revolución informa: “Todos estos jóvenes, y algunas personas del barrio, estaban todos reunidos allí porque todo estaba cerrado y no tenían otro lugar adonde ir. La gente estaba enojada y no entendía por qué los policías antidisturbios estaban presentes. Y no importa lo que la gente hubiera pensado hacer o no hacer al llegar allí, en los hechos lo que la policía hizo fue lo que sentó las condiciones para lo que iba a pasar. Las personas tomaron todos los afiches de Vidas Robadas que teníamos y empezaron a caminar directamente hacia la línea de policías antidisturbios con los afiches en alto. Caminaban hasta estar cerca de la línea y volvían corriendo porque la policía actuaba como si fueran a atacar o soltar sobre ellos. Así que pasó mucho de esto — la gente probando qué tan cerca podían llegar con los afiches”.
Los jóvenes no retrocedieron frente a la represión policial — y se levantaron y transformaron las cosas.
Del Club Revolución: “Esa rebelión fue estupenda. Inspiró a la gente aquí y alrededor del mundo. Inspiró a gente en todas partes. Y ahora la gente piensa que después de esta rebelión, piensa que muchos policías van a salir impunes. Y se preguntan: ¿qué vamos a hacer ahora? Piensa acerca de lo que sigue. Lo siente. Pero también hay personas que no lo sienten, ya sabes, que tratan de ignorarlo, tratando de actuar como si no está sucediendo, y simplemente vuelven a casa para ser felices en su segura vida cotidiana...
“Desde Ferguson tenemos una situación política general que ha estado en mucho movimiento — y entonces surge Baltimore. La rebelión aquí fue un poco más feroz. En su gran mayoría los jóvenes rebeldes se enfrentaban a la policía. Las noticias mostraron videos de las patrullas policiales destrozadas y en llamas. Incluso ocurrió esta escena en la que caminábamos y unos chicos empezaron a lanzar piedras a los trabajadores de la construcción, y los otros les dijeron de inmediato: No, no son la policía. ¡Deja de hacer eso! Y unas personas les agarraron y dijeron que no, eso no es lo que estamos haciendo.
Baltimore. Foto: AP
“¿Qué era el motivo de la rebelión? La gente estaba harta de vivir de esta manera. Sí tenía que ver con Freddie y el asesinato, pero se trataba de algo más que eso. Se trataba de la manera en que cristalizó cómo la gente realmente vive aquí.
“Hemos oído que la policía arrojaron piedras a la gente, a las piernas. Luego la policía va corriendo en una dirección y todos los chicos van corriendo por aquí gritando a los otros: ¡la policía viene por allí! Trabajaban juntos, ya ves. Entonces un tipo empieza a decirles: Les van a matar a todos ustedes. No quería que pelearan contra la policía — les van a matar a todos ustedes aquí. La realidad: la policía ya está matando a la gente. Usted tiene que unirse con ellos. Y los jóvenes dijeron: nos estamos poniéndonos de pie. Los jóvenes no querían escuchar esas tonterías.
“Fueron tiempos alegres. Las patrullas de la policía fueron corriendo por el medio... simplemente acelerarían por la multitud, chocándoles a las personas. Hubo muchísimos estudiantes de la escuela secundaria y algunos más jóvenes que formaban parte de la acción principal. Y los tipos mayores, algunos participaron en diferentes puntos, pero la fuerza motriz fue estos jóvenes de la secundaria. La policía huyó de los muchachos. Los muchachos persiguieron a ellos. Yo pensaba, hombre... fue tan hermoso, ¿sabes lo que digo, ver a la policía salir corriendo así? Nunca he visto a la policía correr así.
“A decir verdad, en términos del ‘saqueo’ que ocurrió: mucho de lo que se vio en la calle fue la gente llevando, ya sabes, cargando un montón de cosas, se vio una gran cantidad de Pampers, zapatos para niños, jabón para la lavandería, medicina para la diabetes — las inyecciones de insulina. Una gran cantidad de ese tipo de cosas de primera necesidad. También quedó claro que algunas personas agarraban cosas para ayudar a otros. Una persona no hurta Pampers para sí misma, o el medicamento para la diabetes probablemente sea para tu abuela o algo por el estilo. Y eso fue gran parte de lo que la gente tomó. Estoy seguro de que tomó zapatos deportivos y cosas por el estilo, pero fue...”.
Acumulando fuerzas para la revolución
“Los jóvenes tienen el desafío por adentro: al carajo con esta sociedad y al carajo con este sistema porque no les importo un comino de todos modos. Los jóvenes agarran nuestros afiches de Vidas Robadas — los exhiben en todas partes. No tienen ninguna salida. Pero nosotros sí la tenemos. No quieren elevar sus esperanzas demasiado como para creer que hay una salida. Quieren ver si somos serios en eso de la revolución — y sí, lo somos. Y llevar esto a ellos, eso es la gran cosa que yo veo. Los veo como una base para animar e influenciar al mundo — estos jóvenes, y las personas mayores también.
“Yo los veo como una base para hacer algo, a pesar de que no hacen nada ahora y están atrapados en toda esa otra mierda. Los veo transformados, pero exigirá la lucha, mucha lucha con ellos para que se transformen. Veo a mí mismo en muchos de estos porque veo que fueron a la prisión, y creo que pueden ser mucho mejores, ya sabes. Sé que pueden. Pero va a requerir una lucha con estas personas... una lucha dura y constante para sacar a las personas de las cosas en que están involucradas y va a requerir esfuerzos. Va a requerir algún tiempo para hacer esto.
“Como ha dicho Carl Dix: tenemos que dejar las cosas claras a la gente. ¿Qué hace esa fiscal del estado, qué pasa con eso? Explíquelo a las personas. Hágalas conscientes de eso, y más — explíqueles el problema, el sistema del capitalismo, déjenlas ver cómo funciona en realidad, por qué sigue sucediendo. Y demostramos a la gente lo serio que somos, básicamente. Y llevando todo lo que tenemos — nuestro periódico Revolución, el libro Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, todo lo que tenemos... creo que tenemos una oportunidad para elevar las aspiraciones de la gente hacia algo más grande porque veo el potencial de muchas de estas personas. Por eso creo que pueden transformarse y hacer algo mucho mejor.
“Y tenemos a BA [Bob Avakian] en el mundo. Los jóvenes y la gente ni siquiera saben de BA. Si tuvieran el tiempo para estudiar la teoría de la revolución, lo que la ciencia del comunismo es en realidad, podrían comprender el mundo mucho mejor. Ahora mismo no comprenden el mundo. Piensan mucho sobre los Illuminati. Creen un montón de tonterías y tenemos que sacudirlos para sacarles esa mierda — esa mierda religiosa, esa mierda de pandillas.
“Pero lo que les llevamos es más grande que todo esto. Es algo estupendo. Creo que puede transformar a la gente porque sé cómo me transformó a mí. Yo podría ser uno de ellos, sin esperanzas, ya sabes. Pero tengo la esperanza en esta ciencia del comunismo — esa es la esperanza que he visto yo”.
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