¡El asesinato por policía tiene que terminar!
Chicago: Llevando un mensaje al partido de béisbol del Día de la Familia
2 de junio de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
De un lector:
Al día siguiente de la exoneración de otro policía asesino de cargos de homicidio culposo involuntario en Cleveland, los asistentes al partido de béisbol en Chicago entre las Medias Blancas de Chicago y los Mellizos de Minnesota el domingo, Día de la Familia, recibieron más que lo que esperaban. En la entrada vieron la gran pancarta de Vidas Robadas, que estaba muy a la vista en el reportaje de la red CNN y el Huffington Post sobre los sucesos en Cleveland. Escucharon un mensaje que llamó por poner fin al asesinato a manos de la policía y toparon con un equipo de revolucionarios, miembros del Club Revolución y simpatizantes de la Red Parar la Encarcelación en Masa. Ocupaban un lugar prominente en la pancarta las fotos de Timothy Russell y Malissa Williams, baleados 137 veces por la policía de Cleveland en 2012 tras una persecución que les hicieron más de 60 patrulleros y 100 policías por toda la ciudad.
Llevamos la pancarta y un equipo de sonido al partido, junto con el mensaje de que el asesinato a manos de la policía tiene que terminar, pues existe una epidemia de asesinatos y brutalidad policiales, y exhortamos al público a tomar una postura en contra. Estábamos muy apiñados, pues centenares de hinchas de las Medias Blancas entraban al estadio Cellular Field. La agitación por el sistema de sonido se basó en la nueva declaración de Carl Dix.
Nadie sabía antes como todo iba a salir, pues los hinchas de las Medias Blancas no se consideran ampliamente como un grupo progresista. Pero considerábamos que era importante llevar este mensaje a esa multitud principalmente blanca y centrista. Unas personas de la comunidad negra se detuvieron para sacar fotos de la pancarta, y unas personas blancas tomaron el volante de la declaración de Carl Dix muy a propósito de un miembro del Club Revolución. Descubrimos que los atrasados entre la multitud no sentían que tenían la iniciativa, y recibimos igual cantidad de señales con el “pulgar arriba” que risillas de los atrasados. Un agitador dirigió sus comentarios a ese sector del público, preguntándoles qué hubieran hecho en los días de la esclavitud o cuando se enviaron a los judíos a los campos de concentración. Una persona blanca regresó para agradecernos. También varias personas negras pasaron por donde estábamos y nos agradecieron por hacer esto.
Tuve un intercambio con un hombre joven blanco que demandaba saber por qué la pancarta no incluía ninguna foto de un policía. Continué indicando cada foto y contando la historia de esa persona. El intercambio llegó a ser bastante fuerte y acalorado. Mientras eso pasaba, un hombre negro mayor en una silla de ruedas gritó que el tipo joven debía llevar su historia a la comunidad negra para conocer la experiencia que tienen los negros con la policía.
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