Lo que Estados Unidos lleva a Irak: El sufrimiento y la muerte
22 de junio de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Una de las ciudades en Irak que hoy están disputándose el gobierno iraquí instalado por Estados Unidos y el Estado Islámico (también llamado EIIS, EIIL o Da’ash) es Faluya. La historia reciente de esa ciudad dice mucho sobre cómo las cosas se desenvolvieron para llegar a donde estamos hoy. En marzo del 2004, durante la segunda invasión de Irak por Estados Unidos, la 1ª Fuerza Expedicionaria de los Infantes de la Marina invadió Faluya con tanques y carros blindados. En parte, la invasión se dio en represalia por la muerte de cuatro agentes de la empresa Blackwater. Estados Unidos contrató a esos mercenarios para privatizar la matanza en masa de civiles en Irak y llevar a cabo crímenes con los cuales no quería estar tan claramente asociados.
La infantería de marina la mandó el presidente George Bush II, quien les dijo a sus generales: “¡A dar paliza! ¡Si alguien se atreve a frenar la marcha a la democracia, lo cazaremos y lo mataremos! ¡Tenemos que ser más fortachones que un carajo! Eso de Vietnam, ni se asemeja. Es cuestión de actitud. No podemos dar ese mensaje. Es un pretexto para nuestra retirada…. Hay una serie de sucesos y ese es uno de ellos. La situación ya pone a prueba nuestra voluntad, pero nos mantenemos firmes. Tenemos una mejor manera. ¡Manténganse fuertes! ¡No aflojen hasta conseguirlo! ¡Mátenlos! ¡Tengan confianza! ¡Venzan! ¡Los vamos a aniquilar! ¡No vamos a pestañear!” (De la autobiografía del general Ricardo Sánchez: Wiser in Battle: A Soldier’s Story [Más sabio en la batalla: la historia de un soldado] (2008), paginas 349-350)
La primera invasión de Faluya por Estados Unidos resultó en que la inesperada resistencia les hizo retroceder y abandonar la ciudad. Pero en el invierno del 2004, volvió a invadir con una venganza endemoniada. Y cuando terminó, la ciudad quedó en escombros. Mataron a por lo menos 2000 iraquíes identificados como “insurgentes” y otros 800 o más civiles. Destruyeron 60 de las 200 mezquitas de la ciudad. Aproximadamente 200.000 residentes tuvieron que exiliarse de la ciudad. La película italiana Fallujah, The Hidden Massacre [Faluya, la masacre oculta] documentó —en buena medida a través del testimonio de ex soldados de Estados Unidos (que se volvieron en contra de la guerra)— cómo el gobierno estadounidense ordenó lanzar llamas del químico fósforo blanco sobre la población y mató derretidos a hombres, mujeres y niños. También se usaron armas de uranio gastado contra la población de Faluya, dejando un legado de malformación congénita hasta la fecha.
Ahora el imperio estadounidense y sus “aliados” se están preparando para otro enfrentamiento sobre Faluya, el cual sería emblemático de todo el conflicto.
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