Reflexiones sobre la reunión del 30 de junio para poner fin al terror policial
24 de octubre: TENEMOS que cambiarlo todo — desde AHORITA
8 de julio de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Un(a) lector(a)
Asistí a la reunión del 30 de junio para planear una manifestación política masiva contra el terror y asesinato policial el 22 al 24 de octubre. Desde ese entonces, no he dejado de pensar en ello, y quisiera compartir unas ideas sobre el reto que eso nos plantea.
Carl Dix (Foto: Especial para revcom.us)
Los más de 150 asistentes escucharon los oradores que expresaron sus diferentes análisis y se unieron para recalcar que esta campaña tiene que ser algo a un nivel mucho más alto y más amplio que nada que se haya visto hasta la fecha. El plan —de movilizar a decenas de miles de personas para tres días de acción, que incluye “paralizarlo todo” a una escala completamente nueva y de ahí atraer a muchas más personas que apoyen esa acción— es simplemente audaz. Tengo mis buenos años y conozco la historia de primera mano, pero no me acuerdo de que se haya convocado nada comparable en torno a ESTE ultraje en particular.
Salí del evento con mucho entusiasmo prendido por lo que oí y por la gente que conocí. He estado bregando con qué se necesitará para lograr concretamente lo mencionado y he estado marcando caminos para realizar ese potencial. Creo que todos vamos a tener que pensar de maneras nuevas, y ofrezco estas reflexiones iniciales para ayudar a adelantar eso proceso.
Un nuevo nivel de amplitud y determinación
Durante el año pasado, las personas han empezado a moverse contra el ultraje del terror y asesinato policial de una manera que no se ha visto durante décadas. Se está formando un movimiento, con muchas diferentes ideas. Interrogantes importantes se están planteando ante millones de personas sobre “¿Qué tipo de sociedad es ésta? ¿Por qué siguen ocurriendo estas cosas?” Eso atrae a la gente — se está convirtiendo en un polo magnético en la sociedad. Pero, en comparación con la necesidad de arrancar de raíz todo ese programa genocida (sin mencionar la necesidad de toda una nueva y radicalmente diferente sociedad con el fin de arrancar de raíz TODA opresión), todo eso no es más que un inicio.
Es más, el sistema definitivamente se ha aferrado a contraatacar. Presentaron cargos pesados contra activistas por actos de resistencia no violenta. La policía —tanto como una fuerza política como “en su capacidad oficial”— ha contraatacado, y los políticos de la derecha le han brindado todo el apoyo, sin excepción. Se han movilizado a las millones de personas que se han tragado el cuento del racismo blanco podrido al centro de la cultura de este país — apenas lo estamos empezando a ver, y seguramente se volverá más feo. Liberales como Obama y el alcalde neoyorquino De Blasio prometen reformas por un lado de la boca mientras respaldan concretamente a la policía por el otro lado de la boca ADEMÁS de lo que ellos hacen concretamente — acuérdense de que Obama tildaba de “maleantes” a los que se levantaron con justas razones en Baltimore, y su Departamento de Justicia ha apoyado a los perros policías en cada caso de abuso que ha ido a la Suprema Corte.
En fin, la batalla ya se libró. Pero librar la batalla no es lo mismo que ganarla. Pues, incluso en medio de las primeras sacudidas, demasiadas personas se quedan al margen.
Cornel West (Foto: Especial para revcom.us)
Esa situación tiene que cambiar. Los días del 22 al 24 de octubre tendrán que aumentar ese efervescencia hasta un nuevo nivel — un nuevo nivel de amplitud y un nuevo nivel de determinación. Estos tres días en combinación deben incluir acciones de personas que se arriesgan su libertad y su bienestar, además de muchos miles más personas que las apoyen, de una forma que paralice políticamente el país y cambie los términos y el rumbo de la sociedad. Debe manifestar al mundo a voz en cuello que existe una fuerza en Estados Unidos que NO tolerará esta situación y punto... que está cobrando fuerza... y que el cambio se avecina. Estos tres días deben asestar un golpe político contundente a los gobernantes de este país, dar ánimo al pueblo y brindarle un nuevo nivel de iniciativa.
El horror... y la necesidad de PONERLE FIN
TODOS los oradores definitivamente expresaban el sentido de que ESTO TIENE QUE TERMINAR. Hubo una crítica de toda esa sociedad y sus representantes, de parte de muchos de los oradores — críticas tajantes y también profundas. Algunos plantearon la revolución, aunque tenían diferentes ideas de lo que eso entrañaba. Pero todos señalaron esos tres días audaces en octubre como una parteaguas crucial, con el 24 de octubre como el muy poderoso remate.
Nicholas Heyward Sr. (Foto: Especial para revcom.us)
Familiares de víctimas del asesinato policial. Juanita Young (al micrófono), Nicholas Heyward Padre (centro) y Joshua Lopez (izquierda). (Foto: Especial para revcom.us)
Me impactaron fuertemente —de nuevo— los padres y parientes de las víctimas del asesinato policial que dieron discursos. Impactó mucho Nicholas Heyward Padre al hablar de perder a su hijo de 13 años, Nicholas Hijo, a manos de un policía del gatillo fácil, y de luchar por la justicia durante los 20 años transcurridos, sin conseguir ninguna justicia — ni en el caso de su hijito ni en los otros casos que ha impugnado. Juanita Young nos conmovió a hablar de su hijo, Malcolm Ferguson, que le fue arrebatado sin motivo alguno cuando apenas estaba llegando a una edad adulta. Sin ninguna oportunidad, dijo ella, de tener un hijo... de vivir su vida. También otros parientes de víctimas del asesinato policial se hicieron nombrar, sea desde el podio o por medios de mensajes que mandaron a la reunión.
Pensé en eso al desenvolverse la función. ¿Cuántas decenas más de víctimas como Nicholas Hijo y Malcolm morirán antes de octubre? ¿Cuántas vidas más se robarán? ¿Cómo permitir que esto continúe?
Es más, ¿cuántos miles más de jóvenes como Kalief Browder alimentarían el molino de carne? Kalief era el joven que fue encarcelado antes del juicio y torturado con aislamiento durante más de dos años en la prisión de Rikers Island, que como resultado se suicidó hace pocas semanas. ¡Indignante! ¿Cuántos jóvenes más serán destruidos, en sus vidas y sus espíritus, de una forma u otra, como resultado de la política muy consciente de la encarcelación en masa? ¿Cuántos millones ya han sido triturados... y cuántos millones más caerán en sus dientes, hasta que le pongamos fin?
Esta es la realidad de la situación, y de lo mucho que está en juego. Visto así, no hay tiempo que perder.
Haciendo planes para llegar a un público amplio
Después de las intervenciones, nos dividimos en equipos. Asistí a la mesa del equipo de promoción, que tenía por lo menos 50 o 60 personas. Una persona tras otra se paró a sugerir ideas y ofrecer recursos. Esta visión de una resistencia realmente impactante en octubre les tocó una fibra sensible, y querían hacerla realidad. Una persona vino de un sindicato; una joven habló de la comunidad transexual y las fuerzas ahí que trabajan en eso; un muchacho habló de los diferentes barrios a los que había que llevarlo y la necesidad de subir al metro para alcanzar a más gente. Otra mujer pensó que podía hacer que su iglesia prestara un cuarto para la iniciativa, y también hizo planes para conectarse con artistas; un artista respondió con lo que él estaba haciendo, entre comunidades inmigrantes. Otra persona más habló de organizaciones de inquilinos en el Sur del Bronx, así como redes religiosas en las que participa, y recibió una respuesta de parte de otro organizador de inquilinos en la misma mesa. Se plasmó un espíritu de “hagámosla realidad”.
Personas del Club Revolución plantearon ideas y planes sobre adónde llevar eso y hablaron de la necesidad de que las personas le entren a las respuestas científicas y revolucionarias planteadas por Bob Avakian — y también convocaron en el acto a una acción militante controvertida la siguiente semana. Este espíritu y práctica —de analizar por qué ocurren esos ultrajes y la necesidad de la revolución, y al mismo tiempo de ir directamente a las personas más afectadas y movilizar a las personas a oponerle resistencia— trae algo esencial e irreemplazable al conjunto de fuerzas para octubre.
Algunas personas específicamente notaron que, si bien apreciaron a los oradores, por su parte NO son revolucionarias, y que todos tendremos que conectarnos más ampliamente con muchas más personas que las presentes para lograr el objetivo en los hechos. Hicieron esos comentarios con un espíritu positivo, por lo general — daba la impresión de que los asistentes por lo general tenían MUCHAS GANAS de dar con una manera de luchar y realizar eso, y querían hacerlo lo más amplio posible. El forcejeo político tenía un espíritu muy sincero. Y parecía que todos captaban en líneas generales que será necesario que se conecten y participen muchas más personas de una gran diversidad de puntos de vista, y que en poco tiempo ejerzan el impacto que urge tanto, con un estilo que cautiva la atención, cambia el pensar y actuar de las personas y sacuda a los de arriba.
Al escuchar a las diferentes personas que turnaban a plantear diferentes ideas y ofrecer diferentes tipos de recursos, pensé entre mí que este movimiento tendrá que sobresalir en la ORGANIZACIÓN. Sacar las ideas de las personas, apuntar sus nombres y su información de contacto, es sólo el inicio. Se necesita aprender de los esfuerzos e ideas de las personas, filtrarlos, desarrollarlos por fertilización cruzada, entretejerlos en algo muy poderoso — no en dos o cuatro semanas, sino ahorita. De hecho, no solamente tenemos que estar preparados para movilizar a nuevas personas allí mismo en el acto, sino que eso tiene que ser nuestro objetivo — sea para entrar en la repartición de volantes o en montar alguna resistencia, planeada o espontánea, al terror policial. A su vez, esas personas se activan en el acto, y trabajan para hacer entrar a otras. Eso tiene que ser el “estilo”, o la “marca” de este movimiento, mucho más de lo que ha sido.
Tienen que haber formas sencillas en que todos puedan hacer algo, y comunicar sus ideas. De nuevo, simplemente no se puede darse una situación en que las personas queden esperando “hasta que alguien se comunique con ellas” — la situación es tan urgente, las ideas y el entusiasmo en esta reunión eran tan vivos, y no podemos permitir que se desperdicie ni se marchite ninguna iniciativa o impulso positivo.
Organizar y crear estrategias van de la mano
Los revolucionarios necesitan crear estrategias con las personas al organizarlas. Eso entraña más que simplemente decidir con quién conectarse o qué hacer para cumplir una tarea inmediata. Entraña volver a discutir constantemente por qué son tan cruciales estas acciones en octubre. Entraña basarnos de nuevo en lo horrible, lo arraigado en el sistema que son el asesinato y terror policial y este régimen de encarcelación en masa, lo ilegítimos e innecesarios que son, y por qué ocurren… cómo se vinculan con los otros ultrajes que distorsionan y mutilan vidas, que tantas veces mochan las vidas tan temprana y horriblemente, en Estados Unidos y por todo el mundo… por qué los intereses fundamentales de la mayoría de la gente no están en mantener esta situación a flote y cómo sería posible terminarla por medio de la revolución… Los revolucionarios deben hablar francamente sobre cómo estamos construyendo estas luchas para contribuir a poner fin a esta situación para siempre, por medio de la revolución, al mismo tiempo que sabemos que se necesita —y de hecho trabajamos para movilizar— a la más amplia gama y el mayor número de personas para combatir eso AHORA. Para parafrasear a BA, el hecho de reconocer que esto es completamente innecesario, que lo apuntala un sistema reaccionario que ha dejado de servir desde hace mucho, y lo crucial que es que las personas se pongan de pie ahora como parte de forjar la fuerza para eliminarlo… eso nos hace arder con tanta más pasión.
Todo eso —hecho de manera viva y científica, conectándose con las ideas de las personas— debe llevar en realidad a más creatividad, más participación popular, y más impulso y eficiencia (y menos esfuerzo desperdiciado). Eso es una parte de dirigir.
También entraña buscar a personas y grupos que están actuando sobre este tema — sin importar lo que están haciendo siempre y cuando consideran que dirigen sus esfuerzos hacia parar el terror, abuso y asesinato policial. Eso debe ser la línea divisoria cuando planteemos la pregunta: “¿De cuál lado estás?”. Puede y debe haber todo tipo de ideas sobre qué tipo de cambios se necesitan en la sociedad y cómo lograrlos y cómo calificar a la propia policía. Podemos y debemos hablar francamente, y luchar, sobre las preguntas amplias al mismo tiempo que trabajamos codo a codo (y podemos forcejear, y seguramente forcejearemos, sobre CÓMO montar estos días de acción lo mejor posible). Podemos hablar con algunos de los líderes al mismo tiempo que conectamos con las personas en estos grupos. Y no podemos aceptar sin más ni más que nos digan “no” — hay demasiado en juego, para millones, y tenemos que insistir en esa realidad. Lo principal es: todo el mundo debe unirse para poner fin al terror policial y eso entraña el número más amplio de personas, al mismo tiempo que nosotros planteamos nuestro análisis mayor.
Me dije a mí mismo: esto NO van a ser —no pueden ser— actividades como de costumbre a finales de octubre... Van a ser, y tienen que ser, algo totalmente distinto. Hay demasiado en juego. Y para que se logre eso, la movilización y la organización no pueden seguir las costumbres de siempre, definitivamente. Tenemos que aplicar lo mejor de todo lo que sabemos, y de ahí tenemos que aprender mucho más. Existe la base —existe LA NECESIDAD en la sociedad— y existe un número creciente de personas que buscan una forma de actuar con impacto sobre eso. NOSOTROS tenemos que estar a la altura.
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