Chicago: 60 años después del asesinato racista de Emmett Till — Honrando a los luchadores por la justicia de antes y de ahora
16 de septiembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
De unos lectores:
Emmett Till, 1941-1955
El domingo, 30 de agosto se reunieron centenares de personas en la iglesia Roberts Temple Iglesia de Dios en Cristo en el Lado Sur de Chicago, la misma iglesia donde hace 60 años decenas de miles de personas desfilaron para ver el ataúd abierto del cadáver de Emmett Till de 14 años de edad que había sido asesinado y mutilado. En agosto de 1955 unos hombres blancos llegaron a la casa en Money, Misisipí donde Emmett Till se quedaba con parientes durante el verano y se lo llevaron arrastrando porque dijeron que le había silbado a una mujer blanca. Lo llevaron al río, lo golpearon sin piedad, le dispararon, lo ataron a un pesado ventilador de metal, y lo arrojaron al agua. Nunca castigaron a los que lo lincharon aunque admitieron que lo asesinaron en una revista nacional.
El evento del 30 de agosto titulado “Ceremonia del Evangelio de Regeneración del Renacimiento y Reconocimiento” honró a Mamie Till, la madre heroica de Emmett Till quien luchó por la justicia para su hijo y para que su historia fuese conocida por el mundo entero; a los miembros de la familia y otras personas que se pusieron de pie en respuesta al asesinato de Emmett; y a las familias de gente negra que luchan hoy día por la justicia para sus seres queridos, muchos de ellos niños, asesinados por la policía y por racistas en el Nuevo Jim Crow actual. La ceremonia fue parte de un fin de semana de eventos organizados por la Fundación en Memoria a Mamie Mobley, que incluyó un viaje al cementerio donde están enterrados Emmett y su madre y un Día de Empoderamiento de la Juventud que tuvo lugar en la Universidad de Chicago.
Al entrar, lo primero que se vio fueron las imágenes de Emmett Till, con sus hermosos ojos como él era antes de ser asesinado, y al lado la de su cadáver irreconocible y mutilado en el ataúd. Un niño presente miró de una imagen a la otra, y luego dijo sobre la imagen del cadáver mutilado de Emmett, “No puede ser un ser humano”.
Había gente en la ceremonia que 60 años atrás había asistido al funeral de Emmett Till. Una mujer, una acomodadora en la ceremonia y pariente de Emmett, dijo: “Estaba tendido allí mismo, al igual que en la imagen”. Recordó la iglesia repletamente llena de gente “de todas las razas y credos, todos los colores” y “la policía por todas partes, hasta la calle 47” (a siete cuadras de distancia).
Otra mujer que había asistido al funeral de Emmett había llegado a la ceremonia desde Los Ángeles. Cuando ocurrió el asesinato de Emmett, ella tenía 10 años y estaba de visita con sus abuelos en Alabama. Ella dijo que sus padres le hicieron volver a casa de inmediato: “Era tan peligroso para la gente negra en esos tiempos”. Recordó el funeral y lo temeroso que era para una niña de 10 años de edad, “el que un adulto pudiera hacerle eso a un niño”.
Bob Avakian, "Emmet Till y Jim Crow: El pueblo negro vivia debajo de una pena de muerte"
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Quién es Bob Avakian
Por Bob Avakian y el trabajo que ha hecho durante varias décadas, de sintetizar las experiencias positivas y negativas de la revolución comunista hasta hoy y de aprender de una amplia gama de experiencias de la humanidad, se ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo — existen en realidad una visión y estrategia viables para una sociedad y mundo radicalmente nuevos y mucho mejores, y existe la dirección crucial que se necesita para hacer avanzar la lucha hacia ese objetivo.
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Una profesora de historia afroamericana en Kyoto, Japón que hizo su tesis de doctorado sobre los linchamientos en los años 1930 y 40 viajó toda esa distancia de Japón. Dijo: “No se puede olvidar a Emmett Till en la historia del movimiento de derechos civiles”. Cuando le enteraron sobre la conmemoración amigos profesores en Estados Unidos, ella sintió que tenía que ir y ser parte de ella. Dijo: “Ha sido una experiencia conmovedora y rica. Todas las familias que perdieron a sus seres queridos, sus mensajes y relatos, me hacen llorar... de regreso, voy a contar sus historias”.
Durante la ceremonia, se sintió el peso de los grandes horrores de la segregación de Jim Crow, pero también del valor inspirador de muchos de los que se pusieron de pie en contra del Jim Crow en la lucha por la justicia para Emmett Till. A algunos de los héroes o a sus familiares se les presentaron un premio, una placa de vidrio con un silbato en ella.
Cuando lo secuestraron y asesinaron, Emmett se quedaba con su abuelo tío, Moses Wright, padre, en Misisipí. En un acto muy valiente durante el juicio, el Sr. Wright se subió al estrado e identificó a dos hombres blancos como los asesinos de Emmett. Fue la primera vez que una persona negra había acusado abiertamente a personas blancas en una corte en Misisipí. También se honró a Willie Reed por arriesgar su vida dando testimonio en la corte cuando tenía 18 años de edad. (Los dos hombres blancos fueron absueltos por un jurado blanco después de deliberar por menos de una hora.)
El Reverendo Wheeler Parker Jr., primo de Emmett, había viajado con él a Misisipí. Describió la noche en que se llevaron a Emmett. Relató: “Escuché a la gente hablando en la puerta. Me pareció que todos íbamos a morir. Era puro terror esa noche en esa casa. Tendrías que haber vivido en el Sur para entenderlo. No se podía llamar a nadie, ni al gobierno, no hubo procedimiento legal”. Elogió a Mamie Till por su gran valentía al ir al juicio de los hombres que asesinaron a su hijo. “Ella pensó que podría ser asesinada, y nada se hubiera hecho”. Parker y otro miembro de la familia, Simeón Wright, fueron honrados por dedicar sus vidas durante los últimos 60 años a educar a la gente acerca de Emmett Till y por mantener vivo su nombre y su historia.
Otros fueron honrados por ayudar a la familia Till, incluyendo A. A. Rayner, padre, director de la funeraria donde llevó el cadáver de Emmett. Sharon Roberts, hija del obispo Isaías Roberts que dio la elogia en el funeral de Emmett contó esta historia: Cuando el cadáver de Emmett regresó a Chicago por tren, estaba en una caja cerrada y sellada. Al principio, el director de la funeraria no quería romper el sello. Pero Mamie Till dijo: “Dame un martillo”. A. A. Rayner rompió el sello y preparó el cadáver de Emmett para ser exhibido y el entierro. Sharon dijo: “Lo que la gente vio en el funeral fue después de que A. A. Rayner lo había arreglado. Mamie lo vio antes de eso”. Mamie Till insistió en que el cadáver se mostrara públicamente en el funeral para que todos pudieran ver lo que le habían hecho a su hijo. Debido a su acción valiente, el linchamiento de Emmett Till despertó una profunda ira entre la gente negra en Estados Unidos, conmocionó a muchos blancos en todo el país y provocó la indignación internacional.
Sesenta años después del linchamiento de Emmett Till, se honró y reconoció a los familiares que hoy en día, como hizo Mamie Till, luchan por la justicia para sus seres queridos y todas las víctimas del asesinato policial y de la violencia racista. Estos incluyeron a: Kadiatou Diallo, madre de Amadou Diallo, disparado 41 veces por la policía de Nueva York por sacar su billetera; Geneva Reed-Veal y Sharon Cooper, madre y hermana de Sandra Bland, encontrada ahorcada en una celda en Texas después de un brutal arresto racista; Jackie Johnson, madre de Kendrick Johnson, encontrado muerto enrollado en una alfombra en su gimnasio de una escuela secundaria en Georgia, la muerte declarada “accidental” por las autoridades, pero como homicidio por fuerza contundente por un médico forense independiente; Wanda Johnson y “Tío” Bobby Johnson, madre y tío de Oscar Grant, disparado en la espalda por un policía de tránsito mientras yacía esposado en un andén del metro de Oakland, California; Valerie Bell, madre de Sean Bell, disparado 50 veces por la policía de Nueva York en la noche antes de su boda; Gloria Pinex, madre de Darío Pinex, asesinado por un policía de Chicago que salió impune aun después de que encontraron pruebas de las mentiras en su versión de lo que pasó; Cynthia Lane, madre de Roshad McIntosh, asesinado por policías de Chicago que después de un año todavía no han identificado; y Freddie “Padrino” McGee, padre de Freddie Latrice Wilson, disparado 18 veces por la policía de Chicago.
El día anterior, Sybrina Fulton, madre de Trayvon Martin y Michael Brown, padre, padre de Michael Brown, fueron algunos de los familiares que hablaron en un Día de Empoderamiento Juvenil, parte de los actos conmemorativos de Emmett Till. También estuvo Martese Johnson, graduado de la escuela Kenwood Academy (en Chicago) y estudiante de la Universidad de Virginia quien fue brutalmente golpeado por policías racistas frente a otros estudiantes cerca de la universidad.
Las familias en ese evento se pronunciaron enérgicamente contra la demonización de sus seres queridos. Ron Davis, cuyo hijo, Jordan, fue asesinado por un racista blanco que dijo que su música estaba muy alta, dijo: “No fue la música fuerte, fue la supremacía blanca, con una Constitución que no nos vio como seres humanos”.
Se les preguntó a las familias sobre el “perdonar” a los asesinos de sus seres queridos. Kadiatou Diallo dijo: “Lo mataron [a su hijo, Amadou] y lo culparon y no puedo perdonar eso. Y yo no perdono al sistema por hacerles esto a los hijos de todas las generaciones. Tenemos que cambiar el sistema”.
Un tema común fue la necesidad de que las familias, y toda la sociedad, continuaran la lucha para detener estos crímenes contra la juventud negra. Michael Brown, padre, dijo, “Voy a descansar cuando esté muerto. Nunca dejaré de luchar”. Sybrina Fulton dijo: “Vamos a seguir luchando por nuestros hijos. No vamos a dejar que el amor por nuestros hijos nos separe de la muerte de nuestros hijos”. Tío Bobby Johnson dijo: “Cuando vi un video de lo que le pasó a mi sobrino, me postré de rodillas de ira.... Me levanté corriendo de un salto. ‘Voy a patearles el trasero’ por lo que pasó. Voy a seguir corriendo porque estos bebés están siendo asesinados en las calles”.
Más información sobre la historia brutal de la opresión de la gente negra en los Estados Unidos, y cómo se puede terminar esa opresión como parte de la revolución para emancipar a toda la humanidad.
En la ceremonia del domingo, el Padre Michael Pfleger, un sacerdote católico activista cuya iglesia, Santa Sabina, ha sido parte de la lucha para detener los asesinatos por la policía (el invierno pasado llevó a su congregación a bloquear una intersección después de un servicio de domingo), habló fuertemente y con ira sobre las conexiones entre Emmett Till y los crímenes de hoy contra el pueblo negro: “Recuerda la vida de Emmett, pero recuerda que fue arrebatada de nosotros. Todo lo que Dios depositó en él, todo su potencial, arrebatado de nosotros. Aun más que por individuos, fue realizada por una sociedad, un país donde el racismo fluye en la sangre de América, una injusticia inaceptable... No es mucho mejor que lo que era hace 60 años atrás... Todavía estamos bregando con niños asesinados a tiros en Estados Unidos. Su sangre clama desde la tumba... ¡Basta ya! No es el momento para la pasividad, la apatía, no hay tiempo para ser inmune... Demonizan a nuestros hijos como matones y pandilleros. ¡Cómo pueden atreverse! Ellos no llaman matones a los policías asesinos... No tenemos que cruzar océanos para ver el tiroteo fuera de nuestras puertas. ¿Cómo puede Estados Unidos atreverse a dictarle al mundo cómo actuar!”
El padre Pfleger retó a la gente: “¿Qué van a hacer ustedes cuando salgan de aquí? Si no hacen nada, van a insultar lo que hacen aquí. Si aman a Emmett Till, no descansarán hasta que nuestros hijos estén a salvo”.
Comunistas revolucionarios estaban presentes para ser parte de marcar el aniversario del linchamiento de Emmett Till y rendir homenaje a los que lucharon por la justicia para Emmett y los que luchan contra la policía y los asesinatos racistas y la brutalidad de hoy. Distribuimos tarjetas de mano, el convocatoria para el 24 de Octubre y el periódico Revolución para conectar a la gente con el movimiento para la revolución y con la movilización de masas De Pie en Octubre del 22 al 24 de octubre en la Ciudad de Nueva York para detener el terror y el asesinato policial. Afuera, a invitación de los organizadores del evento, había una gran manta de Vidas Robadas con las caras y nombres de algunos de los miles de personas asesinadas por la policía. Las personas se detuvieron para mirar a la manta — y demasiado frecuentemente reconocieron la cara de un conocido asesinado por la policía.
Durante la ceremonia, una persona citó a Mamie Till en cuanto a su hijo, Emmett, “Espero que no murió en vano”. Como ha dicho Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario, la movilización masiva contra el terror policial del 24 de octubre debe ser “tan potente como sea posible” y “TIENE que suceder”. Y sólo con una revolución que elimine el monstruoso sistema responsable por el asesinato de Emmett Till y un sinnúmero de otros que la sangre y sacrificio no serán en vano.
Durante la ceremonia, un coro de niños presentó una canción con un estribillo: “Los Gigantes. Cuanto más grandes sean, más duro será su caída. Alcanza hacia adelante, alcanza hacia arriba, tienen que caerse”. Todo depende de nosotros.
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