Se le declara un santo a un maníaco genocida
Junípero Serra y el mensaje del papa para hoy en día
23 de septiembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
La decisión del papa de canonizar —hacerle un santo— a Junípero Serra durante su visita a Estados Unidos no es incidental, ni mucho menos una aberración, de la esencia del mensaje del papa Francisco.
Junípero Serra tuvo un papel clave en el genocidio físico y cultural de los pueblos indígenas. Estableció el sistema de misiones en California que llevó a la muerte de más de 60.000 indígenas entre 1769 y 1821. El programa genocida de Serra se expresó en una carta que escribió en 1775 sobre la muerte de niños indígenas: “En medio de todas nuestras pequeñas dificultades, el lado espiritual de las misiones está en el desarrollo más feliz. En [la misión] San Antonio sucedan dos cosechas de forma simultánea, a la vez, una del trigo, y una de una plaga entre los niños, quienes están muriendo”.
Hablando del genocidio físico y cultural de los pueblos indígenas de las Américas (aunque apenas araña la superficie del tema), el papa reconoce “los pecados graves cometidos contra los pueblos indígenas de América en el nombre de Dios”, e insiste en que había “sacerdotes y obispos que se opusieron firmemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz”. En los hechos, la cruz y la espada eran las dos esenciales para el genocidio de los pueblos indígenas de las Américas, y Serra mismo ejecutó ambos papeles, esclavizando violentamente a los indígenas, azotando con saña a los que trataban de escapar o rebelarse, y al mismo tiempo proclamando que todo esto era la voluntad del Dios cristiano.
El genocidio y robo de tierras de los pueblos indígenas —tan fundamentales para que surja el Estados Unidos que conocemos— no eran “pecados” contra alguna versión de “Dios” (y, de hecho, el Dios de la Biblia no tiene ningún problema con el genocidio contra los pueblos conquistados ni con la esclavitud). Eran crímenes cometidos en el interés de las potencias europeas y el capitalismo emergente.
Contraste la mala excusa del papa acerca de “los pecados” con una comprensión científica del genocidio de los pueblos indígenas de las Américas, y una moral que se deriva de la misma: Karl Marx, el fundador del comunismo, identificó las formas en que la sepultura de millones de indígenas en las minas de oro y de plata y la esclavización de otros en las misiones proporcionaron, junto con la esclavitud, lo que hoy se llama “el capital semilla” para lo que Marx llamó, con la ironía apropiada y amarga, “la rosada aurora” del capitalismo. La moral que se deriva de este entendimiento es que el capitalismo puede y debe ser derrocado y reemplazado por un sistema que sirva a los intereses de la gran mayoría y, en última instancia, toda la humanidad.
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