La conferencia sobre el clima en París, la emergencia ambiental y lo que está en juego para la humanidad

2 de diciembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Blue ice from glacial meltwaterUn lago de deshielo del glaciar Canadá en la Antártida. El deshielo puede resultar en arroyos rápidamente erosivos y causar repentinos cambios en el glaciar. Foto: Wikimedia Commons

 

A partir del 30 de noviembre, representantes de más de 190 países se reunirán en París en una conferencia patrocinada por las Naciones Unidas sobre el cambio climático global. Muchos jefes de Estado, incluyendo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asistirán a la cita. La conferencia se celebrará justo después del horrendo ataque terrorista en París — y bajo un Estado de Emergencia declarado por el gobierno francés, el cual ha anunciado la prohibición de marchas y demás eventos públicos masivos planeados por personas que exigen acción frente al cambio climático. Éste veto a las protestas es indignante y es necesario oponérsele. (Ver “¡Oponerse a la prohibición de las protestas por el clima en París!” en esta página web).

Muchas personas alrededor del mundo están a la espera de que algo positivo surja de esta conferencia, al menos un inicio a un tratamiento real frente al cambio climático, ya que el mundo se encuentra al borde de una catástrofe ambiental. La emergencia climática / ambiental está acrecentándose y amenaza con salirse de control. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU advirtió en el 2014: “cambios perdurables en todos los componentes del sistema climático, incrementando la probabilidad de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y ecosistemas”

Acontecimientos impactantes están sucediendo con una creciente rapidez: Desprendimiento de capas de hielo en el Antártico Occidental y la desaparición de glaciares; temperaturas globales récord año tras año; condiciones climáticas extremas de intensidades y alcances nunca antes registradas; destrucción creciente de bosques, arrecifes de coral y especies; grandes cambios en la química oceánica alrededor del globo; y otras graves alteraciones a los ecosistemas.

Todas estas transformaciones ya están generando devastadores efectos en las personas y amenazan el futuro de la humanidad. Tormentas y condiciones climáticas extremas, sequías, el aumento del nivel del mar, e impactos sobre los ecosistemas están intensificando la escasez de alimentos, las hambrunas, la pobreza y el desplazamiento de personas. El cambio climático ya causa la muerte de decenas de miles cada año y está contribuyendo, junto con otros factores, a la crisis mundial de refugiados. Si las cosas continúan así, decenas de millones de personas, especialmente en las regiones más pobres del mundo, serán empujadas más allá del punto de supervivencia. El empeoramiento de la crisis ambiental causará incluso mayores desplazamientos forzados, posiblemente de naciones enteras, e incrementará los conflictos por la escasez de recursos. Todo esto se relacionará con las también horrorosas relaciones bajo el sistema capitalista-imperialista y podría amenazar la base misma de la civilización humana.

Desde el punto de vista de los intereses de la humanidad, la emergencia climática / ambiental clama por un cambio urgente y radical: en la manera en que están organizadas la industria y la agricultura que producen las necesidades vitales, que actualmente se basan en la quema de combustibles fósiles, la causa principal del calentamiento global… en las estructuras políticas y las leyes… en el pensamiento y las interacciones entre la gente.

Pero por más fundamentales y de necesidad urgente que sean, los cambios NO serán el motivo por el cual se reunirán Estados Unidos, otros imperialistas y las principales potencias en la próxima conferencia de París, a pesar de que aseguren estar trabajando por un acuerdo para enfrentar el cambio climático global. Es su sistema dirigido por el afán de ganancias el que ha llevado a la humanidad y a la vida de éste planeta al borde de un abismo ambiental. Hoy día, al enfrentarse con una economía cada vez más perturbadora y los efectos sociales del cambio climático global, grandes fuerzas dentro de las clases dominantes de Estados Unidos y de otras potencias imperialistas están comenzando a identificar un peligro creciente — no para la humanidad, sino para su sistema capitalista-imperialista que lleva tremendo horror y sufrimiento a millones de personas. Voces significativas dentro de las fuerzas militares estadounidenses o cercanas a ellas, por ejemplo, han llamado al cambio climático una amenaza al “poder nacional” y han planteado la necesidad de prepararse militar y estratégicamente para levantamientos desencadenados por el cambio climático, con el fin de preservar la supremacía mundial de Estados Unidos.

Estados Unidos y las demás potencias pretenden “mitigar” y “manejar” la Crisis.

Liderando la conferencia en París, Obama —luego de un mandato en la Casa Blanca de siete años— ha prometido ahora que Estados Unidos reducirá las emisiones de dióxido de carbono (el principal gas invernadero) en un 32 por ciento en 2030. Promocionando a Estados Unidos como “Líder frente al cambio climático” Obama se expresó recientemente en contra del oleoducto Keystone XL (ver “Obama rechaza el oleoducto Keystone XL: ¿Por qué? Y ¿Qué significa para el planeta en peligro? en www.revcom.us). Pero bajo Obama, Estados Unidos ha expandido enormemente su compromiso en desarrollar sus propias reservas de gas y petróleo, poniéndose a sí mismo en la cabeza de la producción de los mismos combustibles que han causado la crisis climática. Obama ha dirigido un enorme repunte en la construcción de acueductos de gas y petróleo y en la vasta expansión del transporte por ferrocarril de carbón y petróleo de arenas bituminosas — y el consecuente incremento en los nocivos derrames de petróleo y siniestros de trenes. La reducción en las emisiones de carbono que Obama impulsa, no está nada cerca de lo que realmente se requiere, y está totalmente alineada con los intereses imperialistas de Estados Unidos y en todo caso, en la dirección de la economía estadounidense. (Ver “El plan de acción para el clima de Obama: Una farsa ante un desastre climático” en www.revcom.us).

Número especial sobre la crisis ambiental

El enfoque de este número especial de Revolución reside en la emergencia ambiental que enfrenta a toda la humanidad y los ecosistemas de la tierra. En este número demostramos:

  • las dimensiones de la emergencia
  • las fuentes de sus causas en el sistema capitalista y la imposibilidad de que ese sistema encuentre una solución a la crisis.
  • Una salida y un camino hacia adelante para la humanidad: una sociedad revolucionaria en donde de veras podríamos vivir como los que cuidan la naturaleza en vez de los que la saquean.

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Estados Unidos y las demás potencias que controlan las conversaciones en París pretenden “mitigar” la crisis y “adaptar” su sistema lo mejor que puedan a las realidades del cambio climático. Esperan “manejar” una crisis descomunal que, según los científicos ambientales, amenaza con salirse de control. Esperan retroceder lentamente las emisiones de gases invernadero mientras se afanan por el ciego crecimiento económico — y hacer una transición gradual a diversas formas de “energía verde” mientras se mantienen firmemente atados a las restantes reservas de combustibles fósiles. Al mismo tiempo, Estados Unidos, Rusia, los países de la Unión Europea (UE) y China, entre otros, están en conflicto y competición para obtener una ventaja económica y geoestratégica, incluso en cómo trabajan en distintos planes y acuerdos relacionados con el cambio climático.

Detrás de las maniobras de Estados Unidos y las demás potencias ante la conferencia de París está su enfoque de “mitigar” y “adaptarse” — con el objetivo de proteger su sistema de brutal explotación y opresión.

La mayoría de los países —incluyendo Estados Unidos y China, los mayores contaminadores de carbono en el mundo— van a París con “contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional” (INDCs por sus siglas en inglés) para reducir las emisiones de carbono. En otras palabras, en lugar de un plan general para enfrentar la crisis global del cambio climático y la emergencia ambiental, habrá una multitud de planes para países individuales. La cumbre de París supuestamente determinará qué reducciones harán individualmente los países, si estas reducciones serán obligatorias y exigibles o serán totalmente voluntarias, qué tipo de mecanismo de verificación se definirá para las reducciones y quién controlará ese proceso de verificación.

También se discutirá acerca de quién recibirá y aportará al “Fondo Verde para el Clima” — que supuestamente financiará a los países pobres, quienes menos han contribuido a la crisis del cambio climático, para que obtengan tecnologías verdes y para “adaptarse” al cambio climático.

No hay ninguna garantía de que la Conferencia de París resulte en un acuerdo donde los países se comprometan a reducir sus emisiones de carbono en algún grado en las décadas venideras. Si se da tal acuerdo, no hay duda de que se proclamará como el nuevo gran “avance” en hacer frente al cambio climático. Pero no será nada de eso.

Primero, no importa los acuerdos a los que lleguen las potencias durante ésta conferencia, sus planes se mantendrán dentro de los márgenes y bajo el funcionamiento de la-ganancia-al-mando de su sistema capitalista-imperialista — y sus necesidades militares y estratégicas, mientras se enfrentan en una competencia despiadada contra las demás. Simplemente NO es posible transformar rápida y radicalmente la economía basada en el petróleo bajo éste sistema. Un ejemplo: el ejército de Estados Unidos es el mayor consumidor institucional de petróleo en el mundo. ¿Desmantelarán las clases dominantes de Estados Unidos su ejército con el objetivo de salvar el planeta? La respuesta es obvia.

Además, incluso si la Conferencia de París produce un verdadero plan para la reducción global de emisiones de gases invernadero —e incluso si tal plan fuera implementado completamente— no será suficiente para evitar una catástrofe climática de todo el planeta. Expertos climáticos ya han calculado que los INDCs —la reducción en las emisiones de carbono país por país— no suman en total las drásticas reducciones que realmente se necesitan para hacer un cambio significativo en el rumbo desastroso actual.

El enfoque completo de la “mitigación” y “manejo” de la crisis climática es totalmente antagónico a lo que en realidad se requiere: un esfuerzo de emergencia para cambiar toda la base energética mundial desde el petróleo hacia la energía limpia y verde. Los combustibles fósiles que se encuentran bajo tierra deben mantenerse bajo tierra. La forma completa en la que la agricultura se lleva a cabo tiene que transformarse radicalmente para alejarse de la manera en que está contribuyendo significativamente a la polución de carbono. Existe una necesidad de detener la destrucción de bosques, y de hecho, promover su siembra… para detener la destrucción de hábitats y especies… parar la sobrepesca… y muchísimo más.

En lugar de hacer esto, el monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo continúa operando — devastando el planeta… envenenando el aire, la tierra, el agua y los mares… empujando especies a su extinción… destruyendo ecosistemas.

El verdadero camino hacia adelante

Tal como lo expone Bob Avakian:

Este sistema y aquellos que gobiernan no son capaces de llevar a cabo desarrollo económico que cumpla con las necesidades de la gente ahora, balanceado con las necesidades de generaciones futuras y de proteger el medio ambiente. No les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos… Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta. (Lo BAsico 1:29)

La conferencia de París será un encuentro que tendrá lugar bajo la dominación y el bastón represivo del imperialismo global. Es un medio a través del cual varias potencias maniobran cómo preservar mejor sus intereses y todo su sistema, mientras se ven confrontados con la crisis que ellas mismas crearon. En contraposición, lo que se requiere es una unidad de los pueblos del mundo marcada por la cooperación internacional, que se dirija rápidamente a hacer lo que se necesita para salvar el planeta y a la humanidad. Esto solo puede suceder si se abre paso cada vez más una revolución concreta que ponga fin al dominio del capitalismo-imperialismo y que establezca cada vez más una poderosa fuerza material y ejemplo moral de la conservación y protección del planeta, y que le permita a éste recuperarse de los estragos de siglos de capitalismo.

El pueblo tiene que luchar hoy en esa dirección, luchar por los intereses de la humanidad y ponerse de pie en apoyo a otro camino:  un mundo donde la humanidad esté libre de guerras, pobreza, opresión y brutalidad, una sociedad donde las personas se unan para preservar y proteger nuestro mundo natural, la base misma de nuestra vida, con amor, con aprecio y cuidado hacia éste y entre ellas mismas. Necesitamos un mundo nuevo.

Manténgase conectado con Revolución/revcom.us para una mayor cobertura de la conferencia sobre el clima y las protestas en París.

 

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