Súper Tazón 50
Los premios Grammy
Los premios de la Academia, los "Oscar"
Actualizado 16 de marzo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
El racismo de Estados Unidos... la encarcelación en masa de gente negra... y una celebración de la lucha por la libertad del pueblo negro que incluyó ecos del Partido Pantera Negra — todo eso estalló en el escenario.
En 2016, las ceremonias de premios de Estados Unidos, vistas por cientos de millones de personas en todo el mundo, no eran el pútrido, aburrido y habitual vomitar del espectáculo y valores culturales oficiales de Estados Unidos, sino un señal de los tiempos.
Todos los que quieren ver terminado los horrores que infligen a la humanidad; todos los que quieren un mundo radicalmente diferente y mucho mejor; todos los que trabajan para una auténtica revolución, presten atención: ¡Esto es importante; reconozcan y aprehendan el momento!
El Súper Tazón de 2016 y los premios Grammy
Los Panteras Negras y los “blues” de prisión:
Aproveche el momento... aprehenda la hora para la VERDADERA emancipación
De un/a lector/a:
La batalla para reconocer la humanidad del pueblo negro en Estados Unidos, quienes enfrentan siglos de opresión y degradación y, en estos momentos, un genocidio lento, se está librando en todas esferas de la sociedad. En enero y febrero, dos grandes artistas negros sacudieron los medios con espectáculos que colocaron esta herida abierta ante la vista del mundo.
En el Supertazón 50, el acontecimiento televisado más visto en Estados Unidos, Beyoncé interpretó una parte de su nueva canción Formation (Formación). Durante la actuación, ella lució bandoleras y 50 bailarines la acompañaron con una vestimenta que evocaba las boinas negras, el peinado afro y los puños levantados del Partido Pantera Negra; en un momento se alinearon para formar un “X” (una aparente referencia a Malcolm X).
En los Premios Grammy de 2016, la celebración de la industria de la música y coronación de la música pop estadounidense que es vista por casi 30 millones de personas, Kendrick Lamar interpretó pasajes de tres canciones en una dramatización sombría pero bella de las vidas invisibles de los millones que están tras las rejas en Estados Unidos. Entró al escenario en uniforme de preso, marchando en una cadena de presos, con los músicos en jaulas mientras tocaban parte de la canción The Blacker the Berry (Cuanto más negra la mora).Después Kendrick cambió a una celebración frenéticamente jubilosa con fogatas y bailarines africanos para interpretar Alright (Estaremos bien), y al final cambió una vez más a una canción llena de ira y angustia, la cual todavía no tiene título.
Las fuerzas organizadas del fascismo y de la supremacía blanca se enloquecieron. Rudy Giuliani, ex-alcalde de la Ciudad de Nueva York y perro fascista de tiempo completo, dijo que la actuación de Beyoncé “se usó como plataforma para atacar a los agentes de la policía...” El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Sheriffs afirmó que la interpretación “incitaba a la mala conducta”. Varias asociaciones de policía han llamado a que se hagan protestas y últimamente una ola de boicots contra Beyoncé (la policía dice que no proporcionará seguridad para su gira). Esos ataques y amenazas de parte de la policía y las fuerzas fascistas son serios; éstas quieren usar la fuerza del estado para silenciar a la gente frente a un genocidio... quieren amedrentar a figuras prominentes para que no aprovechen su plataforma para denunciar los crímenes contra los negros o siquiera reivindicar la humanidad de los negros.
Particularmente cuando estamos frente a esa clase de perradas, hay que defender a los artistas y a cualquier persona que denuncie y se ponga de pie en contra del terror policial y la encarcelación en masa. Este sistema lleva una larga trayectoria de aterrorizar a las voces prominentes que usan su plataforma para alzar la voz contra la opresión y, cuando esto ocurra, hay que tomarlo en serio y enfrentárselo de voz en cuello.
Al mismo tiempo, desde el punto de vista de emancipar a TODA la humanidad, ambas interpretaciones requieren ciertas críticas. El espectáculo y la canción de Beyoncé sí dan una voz para que los negros sientan orgullo de quiénes son, y refuta los estereotipos racistas sobre la belleza. Ella y sus bailarines evocaron la lucha por la liberación que los negros libraron en los años 1960. El problema, y es un problema grande, es que ella envuelve todo esto en un paquete increíblemente venenoso: una celebración y un deseo de ser el pez grande en este sistema de pez grande que se come los pequeños, el cual sigue destruyendo y asesinando a los negros y oprimidos en Estados Unidos y por todo el mundo. Un sistema que ha empotrado, y no puede sino empotrar, la supremacía blanca en sus estructuras.
En la interpretación de su nueva canción Formation en el Supertazón, Beyoncé rima: “Es posible que yo sea una Bill Gates negra en ciernes”. Ésta no es más que una aspiración burguesa: el punto de vista de la clase dominante de un sistema capitalista que tiene como regla de oro sacar ganancias a expensas de cualquier gente y cualquier cosa, aplastando todo lo que obstaculiza esa búsqueda.
En lugar de expresar una esperanza, un sueño, una visión de poner fin a la explotación, Beyoncé expresa su deseo de meterse de pleno en eso, de sacar tajada y ser parte del imperio estadounidense, lo que sólo puede implicar destruir vidas y quebrantar espíritus. Estados Unidos es un imperio que funciona, y solo puede sobrevivir, pisoteando a la gente del mundo.
La versión completa de la canción termina así: “la mejor venganza es tu papel” (es decir, tu dinero). Dicho papel es la riqueza robada a la gente dentro de Estados Unidos y en todo el mundo, todo reforzado con una brutalidad indecible. Celebrar a un gran explotador como Bill Gates es defender la explotación horrorosa de las miserables fábricas y talleres de superexplotación, los trabajadores envenenados por los mismos aparatos que fabrican, y el sistema de que Gates es parte que saca ganancias del trabajo infantil… de ahí proviene la riqueza de Bill Gates y no existe otra fuente. No olvidemos que cuando el presidente Obama y los “Seals” de la Marina asesinaron al fundamentalista reaccionario Osama Bin Laden, Beyoncé se apresuró a sacar su versión de “Tengo orgullo de ser estadounidense”, una canción de patriotismo ignorante del tipo que Donald Trump hace alarde todos los días. Con esa canción Beyoncé quería unir a los más oprimidos en vitorear y ser parte de la máquina de muerte que son las fuerzas armadas estadounidenses y, al mismo tiempo, por lo menos objetivamente, hacer saber a los que gobiernan Estados Unidos que ella aspira a ser una de ellos. El hecho de que ella sale ahora con protestas contra el trato de los negros no es tanta la hipocresía, ya que refleja la posición de clase de la burguesía negra, mantenida en una posición inferior por Estados Unidos e impulsada a veces y en diferentes formas a oponerse a eso, pero cuyo propósito como una clase no va más allá de convertirse también en gran burgués... y, en estos tiempos, convertirse en socio menor de los imperialistas. Los revolucionarios pueden y deben unirse y defender a las personas que asumen este punto de vista cuando se resisten la opresión, pero este punto de vista burgués no puede dirigir la lucha — es decir, si va a llegar a la revolución para emancipar a toda la humanidad.
Volvamos a la línea que dice: “la mejor venganza es tu papel”. El deseo de vengarse sólo puede cumplirse de acuerdo a los términos del sistema existente: en convertir el objetivo de la lucha en poder joder a otros en lugar de ser el jodido. Y, para repetir, ese “papel” viene empapado de la sangre de la gente a la que este sistema explota brutalmente. Aunque es comprensible tener tanto odio por la manera en que este sistema obliga a la gente a vivir que usted quiera descargar contra algo, actuar motivado por la venganza no es más que hacerle daño a otro porque eso le hace sentir bien o porque posibilita que usted salga adelante. Si usted trata de derrocar al enemigo convirtiéndose en uno de ellos, el enemigo sale ganando. En efecto, usted terminará por utilizar la lucha de la gente, sus aspiraciones y sus deseos de librarse de todo eso, para sacar tajada... eso es peligroso y no tiene lugar en la lucha por la emancipación. Se ve demasiado de eso en la obra de Beyoncé, y en realidad eso mina y se contrapone a lo que es justo en su actuación. El daño que hace es real.
Blues de la prisión y presos encadenados
Kendrick Lamar en los Premios Grammy. Foto: AP
Kendrick Lamar presentó una actuación impresionante y visceral que puso al descubierto una realidad apremiante y representó un profundo sentimiento por la brutalidad que este sistema impone al pueblo negro. Mira el video: El sonido metálico de las cadenas... el saxo emotivo y triste... Kendrick condena el odio de la supremacía blanca hacia el pueblo negro y argumenta: “Ustedes pueden atrapar nuestros cuerpos pero no pueden encerrar nuestras mentes”. En su nueva canción, habló del dolor por la muerte de Trayvon Martin: “El 26 de febrero yo también perdí mi vida”. El 26 de febrero es el día en que George Zimmerman asesinó a Trayvon.
Kendrick Lamar forcejea con cuestiones grandes, y a menudo mezcla todo lo que pasa en sus canciones. Musicalmente sus combinaciones y opciones son desenfrenadas e inesperadas, y a menudo magistrales. Al mismo tiempo, sus letras y puntos de vista sobre muchas cosas son contradictorias y a veces parece que simplemente plantea contradicciones (incluyendo las feas). Su celebrado álbum, To Pimp a Butterfly, es arte de alto nivel y, como tal, no analizamos de modo literal cada línea, cada canción. Hay varios personajes y personas en su obra. Su obra también está en proceso. Sin embargo, hay aspectos negativos dentro de todo esto que hay que analizar e interrogar y de que hay que hacer ruptura.
Su actuación en los Grammy reflejó el dolor y el desafío, la criminalización y la degradación, la ira y la enajenación impuestos sobre el pueblo negro por este sistema y la forma en que esto se realiza en la vida de la gente. Cada estrofa de The Blacker the Berry comienza con “Soy un hipócrita”: Mira lo que dice:
Soy el mayor hipócrita de 2015
Una vez que termine esto, testigos transmitirán lo que quiero decir
Es decir, es evidente que soy irrelevante para la sociedad
Eso es lo que me estás diciendo, que solo en la cárcel me contrataría
Maldíceme hasta que me muera yo
Predícame con su falsa profecía de que solo seré otro esclavo en mi cabeza
La manipulación y las mentiras institucionalizadas
Devolver la libertad sólo vive en tus ojos
La canción concluye:
Entonces, ¿por qué lloré cuando Trayvon Martin estaba en la calle cuando la vida pandillera me hace matar a un negro más negro que yo?
¡Hipócrita!
Algunos han dicho que se puede interpretar la canción The Blacker The Berry de tal manera de culpa al pueblo negro por la violencia entre la gente, violencia cuya causa principal es el callejón sin salida en el que este sistema pone a la gente, especialmente a los jóvenes. Otra interpretación será que es un reflejo de la manera en que el sistema obliga a menudo a la gente a hacer cosas horribles y luego culparse a sí mismos por ello, así interiorizando su opresión. En cualquier caso, a las masas populares les hace falta una salida — la que sólo puede ser luchar: en las esferas del arte e ideas, al oponer resistencia contra el poder, y en última instancia al hacer una verdadera revolución, la única manera de poner fin a un sistema que no es más que una máquina para matar.
No sabemos si obligaron a Kendrick a quitar una línea de la canción Alright en su actuación en los Grammy, o si lo hizo por su propia cuenta, pero nos perdimos de la línea poderosa en el coro de la canción: “y odiamos a la policía que nos quiere matar en las calles, sin duda”. Esta omisión se destaca sobre todo porque si bien hay varias imágenes que evoca Kendrick sobre por qué vamos a estar “alright” [bien]; el primer verso concluye con, “Pero si Dios nos tiene pues vamos a estar bien”, lo cual es una ilusión / desilusión en el mejor de los casos y en lo peor deja a las personas ciegas para comprender la fuente del problema al que nos enfrentamos y el camino hacia la solución.
La obra que representó Kendrick en los Grammy también tiene el problema de elementos de la perspectiva de la venganza, y este tema se aplica a algunos de sus otras obras también. Si bien querer vengarse podría hacer que uno se sienta radical, no nos va a liberar. Tenemos que luchar... pero con una perspectiva que va mucho más allá de la venganza, que tiene como objetivo la emancipación, no sólo el de poner fin a la opresión que uno mismo enfrenta, o no simplemente el de convertirse en los nuevos opresores, sino el objetivo de eliminar toda opresión de una vez por todas.1
Tanto Beyoncé como Kendrick están dolorosamente equivocados en cuanto a otra verdad esencial: no habrá ninguna emancipación verdadera que no incorpore la idea de que la mujer —la mitad de la humanidad— es un pleno ser humano. No un objeto sexual o un juguete. Hay que liberarse de todos los aspectos de la dominación y degradación patriarcal: ya sea convertirse a sí misma en un objeto o saturar tu música con la palabra “perra” como lo hace Beyoncé, o considerar a la mujer como un vicio y tentación sexual sin humanidad, tal como lo hace Kendrick.
No presento estas críticas para restar la importancia a los elementos positivos de Kendrick Lamar. Kendrick, desde su música inventiva hasta los temas de sus letras, es un buscador. Estaría muy incorrecto decir o sugerir que haya echado su suerte con el sistema. Pero él tiene que buscar más profundamente... a las causas profundas del problema, y la solución real. No es demasiado pedir esto de aquellos que quieren dar voz a la humanidad de la gente... de hecho, se requiere nada menos.
1. Este artículo no trata toda la obra de Kendrick Lamar ni todo el album To Pimp a Butterfly. Su enfoque es la actuación y las canciones que presentó de modo conmovedor durante los Grammys 2016. [regresa]
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