Un alto funcionario del gobierno admitió: La "guerra contra las drogas" SÍ ES una guerra contra el pueblo

20 de abril de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Durante décadas y décadas, la “guerra contra las drogas” del gobierno ha ARRUINADO la vida a millones de personas. Se dirigió en especial contra la gente negra y latina. Han encarcelado a decenas de miles de personas por años incluso por pequeñas cantidades de marihuana. La policía ha acosado a millones de personas en la calle, parándolas y registrándolas, golpeándolas y asesinándolas. Niños han crecido sin sus padres; niños pequeños han crecido en centros de detención juvenil.

¿Lo sucedió porque el gobierno intentaba “quitar de la calle las drogas”?

No. John Ehrlichman, un alto funcionario del gobierno bajo el presidente Nixon en 1969, lo admitió en una entrevista en 1994 sobre la “guerra contra las drogas”:

La campaña electoral de Nixon en 1968, y la administración de Nixon después, tenían dos enemigos: la izquierda anti-guerra y la gente negro. ¿Me entiende? Sabíamos que no podríamos hacer ilegal protestar contra la guerra o ser negro, pero al hacer que el público asociara a los hippies con la marihuana y a los negros con la heroína, y al criminalizar a ambas cosas severamente, podíamos desbaratar esas comunidades. Podíamos arrestar a sus líderes, registrar sus hogares, interrumpir sus reuniones y vilipendiarlos noche tras noche en los noticiarios nocturnos. ¿Sabíamos que mentíamos sobre las drogas? Claro que sí.1

Décadas de guerra contra el pueblo

Cuando la “guerra contra las drogas” se puso en marcha hace casi 50 años, la clase dominante de Estados Unidos se enfrentaba a una enorme crisis de legitimidad. Todo el sistema estaba bajo asedio de rebeliones y revoluciones — en Estados Unidos y alrededor del mundo.

El movimiento de derechos civiles en el Sur de Estados Unidos había dado paso a un movimiento de liberación nacional negra, y rebeliones contra el racismo y la brutalidad policial se habían dado en más de 100 ciudades de Estados Unidos. Se realizaron enormes protestas contra la guerra de Estados Unidos en Vietnam; millones de personas no sólo se opusieron a la guerra, sino que participaron en las luchas contra el racismo y la brutalidad policial, la lucha por la liberación de la mujer, y los derechos de las personas gay. Millones de personas, especialmente los jóvenes, veían a sí mismos como revolucionarios, muchos siendo partidarios de la China de Mao (la cual en ese momento era un país auténticamente socialista). La “guerra contra las drogas” fue parte de la contraofensiva del sistema frente al enorme reto que todo esto le presentaba a la clase dominante. Como Erhlichman dijo: “Sabíamos que no podríamos hacer ilegal protestar contra la guerra o ser negro, pero al hacer que el público asociara a los hippies con la marihuana y a los negros con la heroína, y al criminalizar a ambas cosas severamente, podíamos desbaratar esas comunidades”.


Durante su presidencia, Bill Clinton presidió una explosión de construcción de prisiones mientras que recortaba el welfare y otros servicios para las personas pobres. Aquí, posa en frente de un grupo de encadenados negros en Stone Mountain, Georgia. Mientras tanto, Hillary Clinton denunció a los jóvenes negros llamándoles “super-depredadores” que tienen que ser domados con dureza. (Foto: AP)

Por generaciones, la “guerra contra las drogas” ha resultado en policías tumbando puertas; gente encerrada por pequeñas cantidades de marihuana; leyes de sentencias duras; ejércitos de ocupación policiales en las comunidades negras y latinas, hostigamiento, palizas y asesinatos. Ha significado la criminalización y satanización de jóvenes negros y latinos, y tratarlos como elementos de sociedad que hay que temer y controlar, encarcelar y someter a la tortura del aislamiento porque son “lo peor de lo peor”.

Y CADA presidente de Estados Unidos desde entonces, republicano y demócrata, no sólo ha continuado esta guerra contra el pueblo.

Durante el mandato de Ronald Reagan en la década de 1980, introdujeron procedimientos racistas para determinar sentencias, tales como la ley que castiga la posesión de cocaína crack (más común en las comunidades negras pobres) 100 veces más duro que la cocaína en polvo (más popular entre la clase media blanca.) Condenas “mínimas obligatorias” por delitos de drogas resultaron en la cadena perpetua por posesión de pequeñas cantidades de drogas.

Bill Clinton presidió una explosión de construcción de prisiones mientras recortaban el welfare (las prestaciones sociales) y otros servicios para las personas pobres. Bill Clinton posó para fotos en frente de un grupo de encadenados negros, mientras que Hillary Clinton denunció a los jóvenes negros llamándoles “super-depredadores” que tienen que ser domados con dureza. Entre 1980 y 1997 (cerca del final del mandato de Bill Clinton), el número de personas en cárceles de Estados Unidos por delitos de drogas no violentos pasaron de 50.000 a más de 400.000, un incremento del 800 por ciento. Casi el 60 por ciento de éstos eran negros, a pesar de que constituían sólo el 15 por ciento de los consumidores de drogas.

Luego llegó Obama, que dio tanta importancia a su conmutación de pena a 248 presos de delitos de drogas no violentos. Pero esto simplemente constituye un maldito insulto a los cientos de miles de personas que viven tras las rejas porque son víctimas de la racista e injusta “guerra contra las drogas”. De hecho, Obama no ha hecho nada para realmente poner fin a la “guerra contra las drogas” que se dirige en especial a las personas negras y latinas.

Desde la década de 1960, se han producido grandes cambios en la economía mundial y el sistema capitalista en Estados Unidos. En la actualidad hay millones de personas negras y latinas que este sistema no puede explotar de manera rentable, para quienes este sistema no tiene ningún futuro, y a quienes este sistema teme como una fuerza potencialmente volátil y rebelde. La “guerra contra las drogas” es una parte importante del intento del sistema de controlar y reprimir a este sector de la sociedad.

La “guerra contra las drogas” siempre ha sido y sigue siendo una guerra contra el pueblo. Esto pone de relieve la naturaleza totalmente ilegítima de este sistema y el hecho de que es necesario derrocarlo tan pronto como sea posible.

 

1. “Legalize It All” de Dan Baum, Harper’s, abril de 2016. (Algunas personas tienen dudas sobre la autenticidad de esta cita porque Ehrlichman ya no está vivo para verificarlo. Sin embargo, además del hecho de que Dan Baum es un autor y periodista respetado, hay que señalar que la cita de Ehrlichman está de acuerdo con otra evidencia existente, como la cita del diario de otro asesor principal de Nixon, H.R. Haldeman, de que “el presidente [Nixon] recalcó que hay que reconocer el hecho de que los negros son realmente todo el problema. La clave es diseñar un sistema que reconozca esto mientras que no lo aparente”.) [regresa]

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian
CONSTITUCIÓN Para La Nueva República Socialista En América Del Norte (Proyecto De Texto)
Lo que la humanidad necesita: Revolución, y la nueva síntesis del comunismo Una entrevista a Bob Avakian
No sabes lo que crees que 'sabes' sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro Una entrevista a Raymond Lotta.
La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos