Obama en Arabia Saudita:
Barriles de petróleo, cubetas de sangre
29 de abril de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
El 20 de abril el presidente Obama viajó a Arabia Saudita por cuarta vez en su presidencia para abrazar a King Salman y reafirmar la “amistad histórica” de Estados Unidos con el Reino Saudita.
Mantener esta tiranía islamista bárbara intacto, produciendo el petróleo y firmemente bajo el control de Estados Unidos imperialista ha exigido el derramamiento de sangre y el sufrimiento humano a una escala inimaginable. Unos pocos ejemplos, entre 70 años de ejemplos:
1991, la guerra del Golfo Pérsico. Después de la invasión iraquí de Kuwait, país vecino de Arabia Saudita, Estados Unidos invadió y luego estranguló económicamente a Irak con sanciones por una década, en parte para proteger al reino y los demás productores de petróleo del Golfo. La sangre iraquí derramó libremente: 100.000 a 200.000 personas muertas en la guerra de 1991. En cuanto a las lágrimas, las familias de 500.000 niños (junto con otro tal vez millón de iraquíes) tenían que presenciar la muerte de esos niños por el hambre o enfermedades evitables como la diarrea, gracias a la guerra y sanciones estadounidenses. La secretaria de Estado de Bill Clinton aseguró al mundo que tal “precio” “valía la pena”.
2003 a 2011, la invasión y ocupación de Irak: Para fortalecer la dominación estadounidense en el Oriente Medio y en el mundo, incluyendo el asegurar a clientes como Arabia Saudita, Estados Unidos invadió y ocupó Irak de 2003 a 2011, cual guerra causó la muerte directa de al menos 120.000 iraquíes, la muerte como consecuencia de otros 600.000 iraquíes, 4,2 millones heridos y al menos 4,5 millones expulsados de sus hogares.
Hoy: las bombas… Durante el último año, las bombas suministradas por Estados Unidos, lanzadas desde aviones suministrados por Estados Unidos y dirigidos por inteligencia suministrada por Estados Unidos han matado a miles de yemeníes desde que los saudíes empezaron a bombear en marzo de 2015. Familiares en luto, amigos llorosos y vecinos han tenido que recoger cadáveres manchados de sangre de entre los escombros en mercados, en hospitales, en sus hogares, en escuelas.
Y las decapitaciones. El régimen saudí decapitó a 151 personas el año pasado, y a 47 en el enero de este año, las que incluyeron a disidentes religiosos, manifestantes chiítas minoritarios y trabajadores migrantes (que constituyen el 80 por ciento de la fuerza laboral de Arabia Saudita). Las mujeres sauditas todavía están sofocadas bajo restricciones religiosas-patriarcales rígidas, como el tener que obtener el permiso de un “guardián” varón para hacer casi todo. A una joven de 19 años de edad le condenaron inicialmente a 200 latigazos después de ser violada por un grupo de hombres.
El control imperialista del petróleo del Oriente Medio requiere la dominación regional, y esa dominación requiere las guerras interminables y la represión brutal.
Así que, por cada barril de petróleo extraído de Arabia Saudita por el imperialismo occidental, se han derramado cubetas de sangre y litros de lágrimas de las masas populares.
Así que deje de preguntar si la alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudita es “buena para Estados Unidos”. Este pacto de sangre es una pesadilla para los pueblos del Medio Oriente, y no está en los intereses de la humanidad — incluida la gente que vive en Estados Unidos. Nuestros intereses están en el derrocamiento revolucionario del imperialismo estadounidense y todos los regímenes opresivos, y la emancipación de la humanidad.
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