Cómo Trump propagó las falsas acusaciones contra los 5 del Parque Central — ¡cinco inocentes!
Donald Trump, jefe de la turba de linchamiento
13 de mayo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Hoy en día, Donald Trump es candidato republicano a la presidencia. Hace veintisiete años fue el principal agitador de una turba de linchamiento “legal”.
El 19 de abril de 1989, una corredora fue víctima de un brutal asalto en el Parque Central. Le violaron y brutalizaron tan severamente que estaba en coma durante doce días. Fue un crimen asqueroso en un país donde una mujer es víctima de una violación cada dos minutos — en el 80% de los casos a manos de un conocido, a menudo su íntima pareja.
Pero la respuesta de las autoridades no tenía nada que ver con poner fin a eso. La policía de Nueva York interrogó a unos jóvenes negros y latinos que habían detenido esa noche por otros incidentes. Los amenazaron, mintieron, golpearon y les privaron de sueño, alimentación o contacto con sus padres o abogados. Al final unos jóvenes —algunos de sólo 14 años de edad, traumatizado y que simplemente quisieron regresar a sus padres— “se confesaron”. Estos jóvenes renunciaron rápidamente esas confesiones forzadas. Pero a pesar de eso, a pesar de la falta de evidencia física de su participación en este crimen, y a pesar del hecho de que había evidencia física sustancial que indicaba que otra persona había cometido el crimen, condenaron y encarcelaron a cinco jóvenes de forma rápida. Llegaron a conocerse como los 5 del Parque Central.
En 2002, otro hombre, un violador en serie condenado quien se conectaba al crimen por medio de evidencia sustancial de ADN, se confesó ser el único atacante. Después de años de protesta y de lucha, y después de que las pruebas utilizadas para condenarlos se revelaron como mentiras elaboradas por las autoridades, el fiscal del distrito de Nueva York absolvió a los 5 de Central Park de todos los cargos. Para entonces ya habían cumplido sus condenas injustas — 40 años en total.
Dos semanas después del ataque, aun antes de que ninguno de los jóvenes había sido juzgado, Donald Trump puso anuncios de página completa en periódicos de la Ciudad de Nueva York titulado “Restablecer la pena de muerte” (el estado de Nueva York no usaba ni usa en la actualidad la pena de muerte). Los anuncios provocaron una explosión de histeria racista en toda la sociedad, con mentiras tóxicas que dieron una imagen de la juventud de color como “bandas errantes de delincuentes salvajes [que] deambulan por nuestros barrios lanzando su propia forma brutal de odio retorcido sobre quienquiera con que se encuentren”. [énfasis en el original].
Este anuncio fue una versión moderna de aquellos que aparecían en los periódicos en los días del viejo Jim Crow. Anuncios que describirían a un hombre negro que de alguna manera había ofendido la supremacía blanca, o que no había hecho nada en absoluto, como un demonio, y anunciarían la hora y el lugar donde le iban a linchar.
Donald Trump fue un maestro de la turba de linchamiento entonces. Y lo sigue siendo. Sólo que ahora lo han puesto en el escenario más grande para incitar verdadero “odio torcido” en una escala global y no al nivel de un vecindario: contra los inmigrantes mexicanos brutalmente explotados y perseguidos; contra los musulmanes demonizados y aterrorizados; y contra las mujeres; y para amenazar con “peor que el ahogamiento simulado” contra los niños de aquellos que este nazi “sospecha” que podrían ser terroristas. Y sí, este es el fascista que se jacta de incitar a sus seguidores a acosar y golpear a los manifestantes negros en sus mítines... y que tarda casi una semana para “repudiar” su respaldo de un líder del KKK.
Sabemos lo que esa mierda dice acerca de Donald Trump. Pero, ¿qué es lo que dice acerca de un sistema que te dice que Donald Trump —un monstruo supremacista blanco que vomita veneno e incita turbas de linchamiento— es un candidato legítimo para la presidencia? Y ¿qué dice acerca de los medios de comunicación de ese sistema que en primer lugar lo promueven y, luego, aun cuando lo “critican” no son capaces de decir la verdad fundamental: que este morboso no es más que un demagogo de la supremacía blanca?
Lo que dice es que es un sistema racista y tiene que ser eliminado.
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