Los capitalistas envenenan a decenas de miles de personas en un barrio latino por décadas; el sistema los deja salir impunes
22 de junio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Durante más de 15 años, la planta de reciclaje de baterías Exide Technologies, a sólo cinco millas al sureste del centro de Los Ángeles en la ciudad industrial de Vernon, a sabiendas liberó plomo altamente tóxico, arsénico y otras sustancias químicas tóxicas en el suelo, el agua y la atmósfera.
Unos manifestantes tachan de contaminadores en serie a la empresa Exide Technologies, 1º de junio. Foto: Larry Buhl
Izquierda: Unas bolsas de basura Super Sacks abandonadas en un área de almacenamiento de Exide. Derecha: Una batería en una parte de equipo abandonado. Fotos: EPA
Esto puso en peligro a decenas de miles de personas en las comunidades latinas de los alrededores e hizo que muchas personas se enfermaran gravemente. Un hombre de 25 años de edad, quien habló en una reunión con el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas del estado de California parecía frágil, con una columna vertebral encorvada, los hombros jorobados y los brazos larguchos. Sufría de cáncer, los dientes, problemas de salud relacionados con el plomo, y lo consideraron tan enfermo que la fundación Haga Cumplir un Deseo (un organismo caritativo que cumple deseos para niños con males que les amenazan la muerte) le había enviado en un viaje a Hawai’i. Una madre de 42 años con su hijo de 10 años, hija de 25 años de edad y su hermano, sufren de asma, cáncer de la piel y problemas de aprendizaje.
Y no son sólo unos pocos casos. En 2012, los análisis de sangre de cerca de 12.000 niños menores de seis mostraron los que están dentro de una milla de la planta eran 50 por ciento más propensos a tener niveles elevados de plomo que los más alejados. Y todos menos 3 de las 100 viviendas en Boyle Heights y Maywood en donde hicieron pruebas para el plomo tienen niveles por encima de los límites permitidos.
Un residente enojado lo calificó como un “holocausto tóxico”.
Para empeorar las cosas, durante todo el período, ¡estos delitos se conocían no sólo por Exide, sino por el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas, DTSC, la agencia de California, supuestamente responsable de prevenir simplemente este tipo de delitos!
Y, por último, para colmo, una vez que esto salió a la luz, ¡el gobierno acordó NO CASTIGAR a Exide a cambio de que la empresa admitiera sus crímenes!
A los ojos de este sistema, no hubo delito
Sí, eso es correcto. ¡No hay castigo! En un acuerdo firmado con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Exide Technologies admitió públicamente en marzo de 2015 de que a sabiendas cometió esta contaminación tóxica una y otra vez, durante años. Al mismo tiempo se anunció el cierre definitivo de la planta. A cambio, ¡no se presentaron cargos penales en su contra!
Piénselo. ¿Qué admitido a Exide? El almacenamiento ilegal de residuos peligrosos; la eliminación ilegal de residuos peligrosos; el traslado ilegal de residuos peligrosos en remolques con fugas; y el transporte ilegal de residuos peligrosos a una facilidad sin permiso. Exide admite que cometió cada uno de estos crímenes “un número significativo de veces en los últimos dos decenios, en violación de la ley federal. Por cada incidente se le podría haber acusado de una grave violación”. ¡Una estimación aproximada es que sus crímenes son el equivalente de haber cometido cuatro delitos graves al día durante la mayor parte de dos décadas! (comunicado de prensa del Departamento de Justicia, 12 de marzo de 2015).
Sólo para citar algunos de los crímenes cometidos: fugas de plomo y ácido, una laguna al desborde que contiene lodos tóxicos y polvo de plomo que cayó en lluvias en las inmediaciones del suelo, calles y negocios. Remolques con fugas para el almacenamiento de residuos de baterías de plomo-ácido, peligrosos niveles de plomo en una calle fuera de la planta y en el estacionamiento; y las puertas de los camiones que contienen chips de plástico de residuos peligrosos estaban abiertas, con charcos de agua debajo.
Imagine lo que sucedería si alguien cuyo hijo necesitaba medicina para el envenenamiento por plomo cometiera un robo a mano armada contra Exide sólo una vez. ¿Cree que saldría libre solo al admitir su crimen? ¡No! Tendría suerte de ver de nuevo la luz del día, si no resultara asesinado por algún perro policía en primer lugar. Y sin embargo, su crimen sería seguramente más “defendible”, que los horrores perpetrados a sabiendas e insensiblemente por Exide.
¿Qué ocasiona un crimen tan horrendo?
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Veamos algunos datos. Exide Technologies es uno de los mayores productores del mundo de baterías de automóviles y camiones, con cerca de $2 mil millones en activos. Al mismo tiempo opera en una industria altamente competitiva y se enfrenta a la dura competencia de su principal rival, Johnson Controls. Y lo hace en un sistema en el que el capitalista que no luche para aplastar a sus rivales es casi seguro que un día resultará aplastado.
En su página web la empresa se jacta de que “los esfuerzos de reciclaje de Exide apoyan nuestro compromiso con la sostenibilidad medioambiental en todo el mundo”. De hecho, Exide recicla para maximizar sus beneficios en rivalidad con otros capitalistas que hacen lo mismo.
El plomo es la principal materia prima en las baterías, y Exide recicla para recuperar el plomo de las baterías gastadas de sus clientes para usarlo de nuevo. Antes de la planta de Exide en Vernon se cerró, se recicló 20,000 a 40,000 baterías cada día. En el universo de perro-come-perro de expandirse o morir del capitalismo, esto les permite reducir los costos de producción y por lo tanto reducir el precio de cada batería que lanza al mercado.
Las dinámicas creadas por la competencia salvaje, anárquica entre capitalistas determina la forma en que este sistema funciona. Las exigencias de dicha competencia establecen el marco de las “reglas” que las empresas capitalistas tienen que acatar y según las que tienen que operar. En el presente sistema capitalista, ¿dónde caben, y dónde podrían caber estos “costos” humanos y ambientales en la forma en que Exide operaba su planta de Vernon? En ninguna parte. Las empresas capitalistas en competencia tratan dichos costos como “externalidades”, daños colaterales, problemas de otros.
Puede que sueñe racional NO reciclar de una manera que destruya la salud de comunidades enteras, salvo que tal no es la manera de pensar de los capitalistas, los que tiene que obedecer las reglas del sistema.
¿Por qué Exide salió impune?
Esto nos lleva a por qué se permitió que los propietarios de Exide salieran impunes después de cometer tales delitos. La dinámica fundamental del sistema económico, en última instancia, determine el marco y los límites para los gobernantes que lo rigen. El estado capitalista antes que nada funciona, y sólo puede funcionar, dentro del sistema capitalista imperialista y al servicio del mismo.
En este caso, el organismo de control DTSC, año tras año, permitió que Exide operara con un permiso temporal, mientras que los delitos que cometía en la planta de Vernon se acumulaban. Cuando dicho organismo levantó multas o requirió reparaciones, se aseguró que tales medidas no pusieran en peligro en lo fundamental la competitividad de Exide. Cuando salió a la luz la magnitud de los crímenes que cometió, eso hizo que se realizara una investigación federal y se cerrara la planta, para que las masas no se molestaran tanto y la legitimidad del sistema no quedara tanto en evidencia. Pero el propio acuerdo dejó claro que a los ojos del sistema, si bien Exide a la larga tendría que cerrar la planta, aquellos que eran los propietarios de la misma y la controlaban no habían cometido ningún delito, al menos no es un delito que se tipificara con un castigo.
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Este problema también tiene una dimensión global, y “ponerse duro” contra los contaminadores en los Estados Unidos no hará nada para solucionarlo. De hecho, si bien rebasa el ámbito de este artículo, no es de sorprenderse que estas operaciones extremadamente tóxicas tengan una dimensión internacional. A medida que la presión política en los Estados Unidos ha resultado en que el gobierno pone normas más estrictas sobre la contaminación de plomo, se ha producido un aumento en el transporte de baterías a México y otros países donde las normas son bajas, las condiciones de trabajo son mucho más peligrosas y la aplicación de la ley es aún más laxa. El New York Times informó que desde el año 2007, el porcentaje de las baterías usadas enviadas a México desde los Estados Unidos ha aumentado de un 6 por ciento a un 20 por ciento. A su vez, el transporte de plomo de México a China se triplicó en los tres años hasta el año 2011.
Se trata de un sistema en el que las exigencias del capital tienen prioridad, y tienen que tener prioridad, sobre la salud de las masas y sobre la salud del medio ambiente mismo. Y he aquí el “chiste” amargo para todo: aunque estos delincuentes sí hubieran salido culpables, el propio sistema habría engendrado más crímenes como este y más criminales para cometerlos. Para deshacerse del crimen, para hacer posible un mundo en el que la producción se lleve a cabo para satisfacer las necesidades de las personas y se cuide del medio ambiente, en los Estados Unidos y en todo el mundo, hace falta una revolución, y nada menos que una revolución.
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