Por qué son POSITIVAS las rebeliones justas contra la violencia policial reaccionaria

29 de junio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Parte de un discurso dado en una cena de un Club Revolución centrado en la distribución del Mensaje del Comité Central, “Ya es hora de organizarse para una revolución CONCRETA”.

 

Las rebeliones justas contra la violencia reaccionaria, como la rebelión de hace un año en Baltimore contra el asesinato de Freddie Gray, son positivas, lo que es importante recalcar, debido a la propagación de mucha confusión y desmoralización.

Con tales rebeliones la gente cuenta con un sentido de su propia fuerza cuando colectivamente se pongan de pie. En tales rebeliones la gente puede deshacerse de la vergüenza que el sistema le impone por dejarse someter a la violencia y la dominación. Tales rebeliones, cuando enfrentan justamente la violencia de los cerdos policías, despiertan a la gente por toda la sociedad. Las rebeliones contra la violencia reaccionaria de los cerdos policías, como Baltimore en 2015, podrían granjear el apoyo de otros, en todos los sectores de la sociedad, impulsan nuevas alianzas y inspiran a más gente a ponerse de pie y a muchos otros a despertarse y preguntar, por primera vez en su vida, “¿POR QUÉ?”. Tales rebeliones le abren la mente a la gente a nuevas posibilidades, a la idea de que los gobernantes no son todopoderosos, que su sistema se basa en nada más que la violencia armada reaccionaria y que esta violencia es ilegítima, y que es preciso buscar y luchar por un mundo mejor.

Tales rebeliones, si los revolucionarios les dan una dirección correcta, pueden capacitar a la gente para organizarse mejor... para la revolución. En estas grandes oportunidades, es posible dar a conocer que existe una dirección, en Bob Avakina y el Partido, y un camino hacia adelante, en la forma de la nueva síntesis del comunismo que él ha desarrollado, y una estrategia para una revolución concreta.

Y tales rebeliones son a menudo la única forma en que la gente obtiene la justicia. Después de todo, ¿cree que habrían acusado a esos cerdos policías en Baltimore sin el levantamiento de la gente?

Así que no dejen que les digan que las rebeliones contra la violencia reaccionaria de los cerdos policías no sirven para nada bueno. Las rebeliones justas sirven para muchísimas cosas buenas, si se quiere eliminar TODA opresión, si se quiere ver una revolución y si se quiere la justicia. Por otro lado, si la gente no se rebela contra la violencia reaccionaria, no habrá revolución y tampoco habrá justicia. De eso no hay ninguna duda.

Esto es lo que ocurrió en la Rebelión de Baltimore de 2015. Por eso el enemigo ha luchado tanto por revocar esas lecciones. Por lo que por supuesto que contraatacan. Por supuesto que a ustedes los quieren apaciguar, desgastar, engañar, calumniar, distraer... a fin de burlarse de ustedes y ponerlos de nuevo “en su lugar”. En Baltimore, la policía utilizó su poder y conectes en la calle para desatar una “ola de delincuencia”, lo que siembra confusión y “cambia el tema”. La fiscalía procesó a estos cerdos policías pero de repente “se le olvidó cómo procesar”, aunque sí lograron encarcelar con largas condenas a otras personas, a aquellos que se levantaron justamente contra los cerdos policías.

Contraatacan y para hacerlo, aprovechan el hecho de que tienen el poder del estado y nosotros no lo tenemos, todavía no.

Y de ahí hay que decidir. Carl Dix ha pedido que la gente aprenda y aplique el ejemplo de Muhammad Alí, quien se negó a combatir en el ejército yanqui contra el pueblo de Vietnam. Esto es con mucho lo más importante que hay que aprender y emular con respecto a Alí, específicamente en este momento en torno a lo sucedido en Baltimore y en otros ultrajes semejantes.

Otra cosa que hay que aprender de Alí, específicamente sus años en el cuadrilátero: No se rindió. No cedió. Sus contrincantes lo derribaron, lo arrojaron contra las cuerdas, le dieron duro, pero él siempre luchó para encontrar una manera de devolvérselo aún más duro, para encontrar los puntos débiles de su contrincante, aplastarlo y luego acabar con él, como lo hizo a George Foreman, por ejemplo, en Zaire.

Como dijo el propio Alí, además de la habilidad, tenía la voluntad — y la voluntad era lo más importante. Y como ha dicho Bob Avakian, cuando uno hace la revolución, puede cometer y cometerá muchísimos errores — pero NO comete el error más grande de todos: NUNCA se rinde.

Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución

 

 

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