Procesar a los acusados de Rikers es un crimen encima de otro

¡A la defensa de Clark Kissinger y Miles Solay!

6 de julio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

October 23, 2015--Shutting down entrance to Rikers
Manifestantes exigen que Rikers se cierre. La entrada de la cárcel de Rikers Island, 23 de octubre de 2015. Foto: Especial para revcom.us/Revolución

El 23 de octubre del 2015, se llevó a cabo frente a la prisión Rikers Island de la Ciudad de Nueva York una desafiante, resuelta protesta — la que incluyó la desobediencia civil no violenta. La demanda: ¡A CERRAR Rikers! La protesta fue parte de una protesta nacional de tres días: De pie en octubre, Alto al terror policial, ¿De qué lado estás? Planteó ante toda la sociedad un reto moral y político, y exigió que parara el terror policial y la encarcelación en masa.

El sistema contraatacó. Concentró en dos revolucionarios, C. Clark Kissinger y Miles Solay, y los acusó del delito criminal de la Obstrucción de la Administración Gubernamental (OGA por las siglas en inglés) y otros cargos menores.

Clark Kissinger es parte de la gerencia de Libros Revolución en la Ciudad de Nueva York y ha sido una figura destacada de la resistencia al capitalismo-imperialismo estadounidense desde principios de los años 1960 cuando encabezó Students for a Democratic Society (SDS) [Estudiantes para una Sociedad Democrática], ahora es partidario del Partido Comunista Revolucionaria. Miles Solay es cofundador de la banda de rock revolucionaria Outernational que ha hecho giras en Europa, América Latina y Estados Unidos.

En los muchos meses desde que los arrestaron, la fiscalía se ha portado terca con respecto a retirar o reducir los cargos. Clark Kissinger y Miles Solay encaran un año en la cárcel y su juicio será el 12 de julio.

Una vez más, se vuelve a preguntar: ¿De qué lado estás?



La prisión Rikers Island es un crimen. Procesar a Clark Kissinger y a Miles Solay por exigir que se la cierre es un crimen encima de otro crimen. Estos cargos son un reto directo contra quienquiera que rehúsa aceptar una sociedad definida de manera concreta por los crímenes en Rikers.

La Prisión Rikers Island ES un crimen — Retiren los cargos contra Clark Kissinger y Miles Solay

Los horrores que padecen todas las noches las ocho o quizás diez mil personas encerradas en la prisión Rikers casi siempre quedan ocultos. Pero en los últimos dos años, cada vez más de los crímenes que se cometen detrás de esos muros han salido a la luz.

En junio, condenaron a un supervisor de alto rango de la llamada “cuerpo especial para reducir la violencia”, Eliseo Pérez, y siete guardias de haber golpeado salvajemente y casi matado a Jahmal Lightfoot, de 28 años de edad, en el 2012. Pérez le dijo a un capitán de los guardias de la prisión, “este tipo se cree muy macho”, antes de ordenar a sus subordinados que atacaran a Jahmal que pesaba apenas 70 kilogramas. Le fracturan la nariz y un hueso de la cuenca del ojo. No le dieron atención médica y le dejaron tirado en una celda casi muerto. Solo porque su familia recibió una llamada anónima desde la prisión sobre lo que le hicieron a Jahmal, lo llevaron al hospital donde le tuvieron que hacer cirugía.

Casi nunca procesan esos crímenes que cometen las autoridades , ni siquiera son del conocimiento público.

La depravada golpiza que le dieron a Jahmal Lightfoot no fue un incidente aislado. Una y otra vez, los que saben han denunciado que la violencia contra los presos, revelando que es una parte esencial de Rikers al igual que las rejas y los muros.

Un estudio realizado en 2012 demostró que el 43,7% de los jóvenes de 16, 17 y 18 años de edad en Rikers han sido víctimas de la violencia a manos de las autoridades.

Es obsceno, indignante e ILEGÍTIMO que Clark Kissinger y Miles Solay encaran un año de prisión —posiblemente en Rikers— ¡por exigir que paren estos crímenes!

***

En octubre de 2014, el artículo de Jennifer Gonnerman en la revista The New Yorker sacó a la luz del día el caso de Kalief Browder, a quien le metían en aislamiento en Rikers una y otra vez. Lo habían arrestado a los 16 años bajo el cargo falso de robarse una mochila. Ya que no se declararía culpable de algo que no había hecho, lo dejaron preso por dos años porque no podía pagar la fianza de $ 3000. Salió tan traumatizado que se suicidó. Un estudio de 2013 indica que el 80% de las personas detenidas en Nueva York cuya fianza era de $ 500 o menos no podían pagarla y acabaron en Rikers.

Una foto aérea del enorme complejo de la cárcel Rikers Island, Ciudad de Nueva York. Foto: Servicio Geológico de los Estados Unidos

A fines de 2015, salió el libro de Mary Buser, basado en su carrera (anterior) de trabajadora social en Rikers, Lockdown on Riker: Shocking Stories of Abuse and Justice at New York’s Notorious Jail [Encarcelado en Riker: Historias escandalosas de abuso y justicia en la cárcel de mala fama de Nueva York],que desenmascaró las condiciones “bárbaras” y “horripilantes” que son sistemáticas en las unidades de aislamiento.

Bajo cualquier definición objetiva, el aislamiento extendido al que someten a los presos de Rikers es tortura criminal, y así lo ha definido el derecho internacional.

Clark Kissinger y Miles Solay son héroes por darlo todo para PARAR estos crímenes. ¡Es intolerable que entablen cargos penales contra ellos!

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En junio de este año, como resultado de las demandas de dos mujeres, víctimas de estos ataques, se dio a conocer de las bárbaras y depravadas violaciones de presas por los guardias en Rikers. En un caso, el guardia se negó a ponerse un condón mientras violaba repetidamente a una mujer discapacitada de desarrollo, y después fue al hogar de su familia para intimidarla a ella y su familia, para decirles que se quedaran callados. Ese mismo mes, un informe interno filtrado de las autoridades de Rikers indica que es rutina encubrir las quejas de presos contra los guardias violadores, aunque tengan evidencia en video de los ataques.

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Gerard Bryant, que pertenece a la comisión asignada a “supervisar al Departamento de Correcciones y promover reformas para mejorar la calidad de vida de los internos y empleados” dijo, ante estas y otras denuncias de violaciones en Rikers: “Mientras existan prisiones habrá abuso sexual en las prisiones”. Y: “esa es la realidad, eso es lo que pasa”. Algunos informes de prensa han expresado indignación, pero las autoridades no han hecho nada para destituir a este apologista de violaciones de presas de su posición a cargo de supervisar las “reformas” en Rikers.

NO han entablado NINGÚN CARGO PENAL contra esos guardias violadores ni los administradores y autoridades que justifican y supervisan esos crímenes.

AL CONTRARIO, el sistema ataca a Clark Kissinger y Miles Solay, y por medio de ese ataque envía un mensaje a quienquiera que se atrevería a protestar contra esos crímenes de que el sistema te va a dar duro. No se puede permitir ESO.

Clark Kissinger le dijo a Revolución: “¡Encaramos un año en Rikers Island por protestar por los crímenes que se cometen en Rikers Island! Han condenado a guardias por brutalidad contra presos. Y ahora el sistema quiere perseguir a las personas que arrojaron luz sobre esta situación — nos quieren encerrar”.

¡Esto no puede suceder sin que toda persona de consciencia tome una posición!

Una batalla crucial en la lucha para PARAR la encarcelación en masa

La cárcel Rikers es típica de las que se ven en ciudades y condados a través de Estados Unidos, como las que encierran a miles cada noche en Los Ángeles, Chicago, o Houston, o como las celdas de detención más pequeñas como una en Texas donde el año pasado una mujer negra —Sandra Bland— terminó muerta en una celda después de que pararon su coche por una supuesta infracción de tránsito.

Al mismo tiempo, Rikers Island es un foco de atención en la batalla para parar la encarcelación en masa. Rikers queda justo en el centro de la Ciudad de Nueva York. Ha sido objeto de importantes y ardientes denuncias de parte de periodistas, activistas y otros, dándoles voz a quienes están detrás de los muros.

Se han abierto millones de ojos para ver los crímenes que se cometen contra los presos en Rikers. Las denuncias de los horrores en Rikers conlleva el potencial de que se ponga en tela de juicio para muchas personas —y no solo quienes son el blanco directo de la encarcelación en masa y el terror policial— la legitimidad del sistema entero.

Y esto toma lugar en un país con dos millones de personas encarceladas — desproporcionadamente con mucho presos negros, latinos e indígenas. En los últimos 30 años, el número de personas en las prisiones de Estados Unidos aumentó en un 500%. La encarcelación en masa, principalmente de personas negras y latinas, deriva del sistema de capitalismo-imperialismo en Estados Unidos. La opresión de la gente negra está entretejida en la historia y esencia de este país, y en el funcionamiento de este sistema. Sobreponerla requerirá una revolución concreta, derrocando este sistema y dando lugar a una economía y sistema político y social radicalmente diferente y mucho mejor. Animamos a todos a explorar a fondo las obras en revcom.us que tratan esto, especialmente las obras de Bob Avakian.

Teniendo en cuenta los crímenes de Rikers, y sus revelaciones ante el público, y por una gama de razones, el sistema se esfuerza con urgencia por improvisar comisiones, informes y reformas menores para amortiguar la indignación. Y hay conflicto dentro de la clase dominante sobre cómo lidiar con Rikers — una manifestación de la misma siendo el arresto bajo cargos de corrupción a Norman Seabrook, el poderoso jefe del sindicato de los guardias de prision de Rikers, quien durante años ha servido de vocero de la brutalidad sin restricciones ni remordimientos contra los prisioneros, y quien ha sido una figura importante en los pasillos del poder en la Ciudad de Nueva York.

Este es el contexto en el que De Pie en Octubre organizó la protesta Paralizar Rikers, en la que participaron Miles Solay y Clark Kissinger. Este es el contexto en el que atacaron a ellos en particular, sometiéndolos a un procesamiento, que —si tuviera éxito— podría resultar en un castigo severo con la posibilidad de meterlos en la misma mazmorra infernal que protestaron. El hecho es que, en ese momento, había muchas más personas indignadas que dispuestas a asumir la postura de Miles Solay y Clark Kissinger y hacer lo que hicieron. Era preciso asumir esa postura. Al pillar a ellos, al seleccionar en particular a Clark Kissinger y Miles Solay para cargos criminales graves, amenazándolos con un año en la cárcel, el sistema está en lo más fundamental declarando que no va a tolerar tal postura.

Sin embargo lo que estos dos hicieron representa un desafío no sólo a las autoridades. Planteó un desafío entonces y lo plantea de nuevo, ahora — un desafío que la gente tiene que asumir y actuar de acuerdo con él: ¿De qué lado estás?

Lo que está en juego — y lo que se necesita ahora

La realidad, en este momento, es que el que la gente los respalde o no afectará en gran medida si condenan o no a Clark Kissinger y Miles Solay. Los fiscales del sistema han hecho muy clara su determinación para seguir adelante con los cargos graves. Hay mucho en juego. Podrá el sistema entregar un mensaje de que van a pagar un alto precio los que vayan más allá de los límites de las formas de protesta que el sistema permite.

Clark y Miles con su abogado Kenneth Gilbert.
Clark (izquierda) y Miles (derecha) con su abogado Kenneth Gilbert.

En este momento, cada persona que se niega a pasar por alto los crímenes de lesa humanidad que representa la cárcel de Rikers Island tiene que respaldar a Clark Kissinger y Miles Solay.

En primer lugar, si la gente SÍ los respalda, si la gente SÍ lucha contra este ultraje que sigue otro ultraje, entonces hay una posibilidad de derrotar este ataque. Y si la gente apoya a Clark Kissinger y Miles Solay, amplificará y hará más potente el desafío planteado el 23 de octubre del año pasado. Y reforzará el poder y determinación de la gente para ¡PONER ALTO a la genocida persecución, encarcelación en masa, brutalidad y asesinato policial de negros y morenos!

En segundo lugar, Miles Solay y Clark Kissinger representan otra dimensión, la de reconocer plenamente las implicaciones de lo que uno ha llegado a comprender, y actuar sobre esa base — PARAR estos crímenes como parte de crear un nuevo mundo sin estos horrores. Hablando de la protesta el 23 de octubre del año pasado, Miles Solay dijo a Revolución: “No éramos como [el gobernador de Nueva York, Andrew] Cuomo que dijo que encontráramos una manera más eficiente, más económica y menos embarazosa de criminalizar y encarcelar a las personas. ¡No, decimos que hay que cerrar Rikers! Y la lucha del pueblo para cerrar Rikers es importante no sólo en sí, sino por su conexión con un movimiento que transforma el pensamiento de la gente hacia la revolución”.

Lo que está en juego aquí es enorme con respecto a la necesidad más fundamental de llegar a un mundo sin explotación y opresión de ningún tipo. El sistema está contraatacando. Ese sistema es la raíz de no sólo la encarcelación en masa, sino las guerras y la devastación del medio ambiente, la opresión del pueblo negro, de los inmigrantes, de las mujeres. El sistema contraataca con la determinación de persistir en procesar a Clark Kissinger y Miles Solay. Y es preciso que la gente los defienda y oponer resistencia, como parte de hacer la revolución.

Para repetir, si la gente SÍ los respalda, si la gente SÍ lucha contra este ultraje que sigue otro ultraje, sacará a la luz aún más la ilegitimidad de este sistema que está detrás del horror que es Rikers — y su persecución de los que lo protestan. Apuntalará a los que lo dan todo para luchar con justicia contra el poder, y negarse a ser confinados y restringidos por los límites de lo que el sistema ha declarado la oposición admisible y deseable.

Lo que está en juego para cualquiera de conciencia es enorme.

¿Respaldará usted a estos resistentes, o se quedará de brazos cruzados y permitirá la posibilidad de que los envíen a lo que todos reconocen como una cámara de tortura?

¿De qué lado estás? La pregunta sigue planteada.

 

¡Retirar los cargos... Cerrar Rikers!

Firmar la petición en stoppoliceterror.org.
Mandar cartas de apoyo de correo electrónico a nyc@stopmassincarceration.net.

Asistir a la corte con Clark y Miles el 12 de julio a las 9 a.m.

Corte Criminal de Queens, 12501 Queens Blvr.
(E / F tren hasta Kew Gardens)

 

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